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octubre 04, 2008

Perfecta noche de viernes

El juego repetitivo de Millonarios de todo el mes de Septiembre se fue al olvido en la noche del viernes cuando el equipo azul literalmente le pasó por encima al Pasto en una noche perfecta y retomó la senda victoriosa. Elinho, el brasilero, debutó con la camiseta de Millonarios marcando dos goles y jugándose un partidazo. Milton volvió al gol después de cuatro partidos y Jonathan Estrada nos regaló a los asistentes una joya, un golazo de lujo de esos que generalmente escasean en nuestro medio para ponerle el moño y las cifras concretas al marcador. Fueron cuatro, pero con todo y eso el arquero rival fue la figura del partido. De no haber sido por él, Millonarios tranquilamente pudo haberle hecho ocho goles a un Pasto que no pudo oponer mayor resistencia ante el buen juego del equipo de nuestros amores.

Fue el rival el que pegó primero con un remate desde fuera del área peligrosísimo que salvó muy bien Óscar Córdoba. De ahí en adelante Millonarios lo hizo todo, de la mano de un Estrada iluminado y jugando al toque, por el piso, combinando a volantes y delanteros, el equipo azul se empezó a acercar a predios pastusos. Elinho empezó a avisar de sus capacidades con un remate entrando al área por zona izquierda que se fue ligeramente por encima. Después la tuvo Milton en un tiro libre que ya estábamos cantando como gol y que salvó providencialmente el portero rival.

A los 22 minutos se desequilibró la balanza. Elinho puso un pase a Araújo, quien ingresó al área y remató al arco, la pelota quedó en rebote y otra vez elinho aprovechó para sentenciar al Pasto con un derechazo abajo. Cinco minutos después, Millonarios se juntó por izquierda, Milton ingresó al área y colocó un centro preciso al otro palo que sobró al golero y apareció la cabeza del brasilero de nuevo para poner el 2-0. Antes del final del primer tiempo la tuvo Araújo quien remató desde la derecha y su disparo fue desviado por el meta visitante. Pasto no podía hacer mucho, sus jugadas no pasaban desde la media cancha, en donde Robayo y Andrés Pérez lo quitaron todo y se comieron la cancha. Vimos a Robayo motivado por regresar al campo, como si sus dos fechas de sanción hubieran sido eternas. Y vimos al mejor Andrés Pérez de los últimos tiempos, el volante parecía tener más pulmones, cada balón lo corría a muerte. Parecía el Andrés Pérez que conocimos del 99 y principios de ésta década. Su actuación de anoche fue superlativa.

Para el segundo tiempo Millonarios siguió en su misma tónica de juntarse por el piso, de tocar la pelota con velocidad y precisión, de juntarse con paredes y tocatas para generar sorpresa. Milton ingresó al área y cuando estaba listo para liquidar su remate fue desviado por la pierna de un rival. El delantero se notaba ansioso por volver al gol y a los once minutos de la complementaria se le dio. En una combinación con Estrada, el valluno dejó al calvo en el área mano a mano con el portero, Jonathan remató con furia y el portero alcanzó a tocarla y desviarla al palo, pero en el rebote apareció Milton para liquidar con el arco a su merced y poner el tercero.

Después ingresó Ervin por Araújo, quien salió aplaudido por su gran actuación. En la tribuna, los 10 mil fieles que asistimos, los de siempre, palpitábamos que la cuenta no estaba completa y que faltaba más. Y Jonathan, que todo el partido se había juntado con todo el mundo con tocatas y deleitaba a la tribuna por mostrar el nivel que le conocemos de siempre, iba a tener su premio, que fue a la vez premio a los hinchas, premio al equipo y premio al fútbol. Íban 22 minutos del segundo tiempo y el volante tomó la pelota y arrancó en una carrera hacia el arco norte del estadio, cinco jugadores rivales fueron a quitarle el balón y los cinco salieron bailados. Con esto Estrada llegó al área y quedó mano a mano, pero esta vez definió perfecto al palo izquierdo del portero. Fue un verdadero golazo que nos dejó tan felices como sorprendidos a todos. Por eso, cuando el volante fue sustituido siete minutos después por una molestia, se llevó una ovación impresionante.

Y después Millonarios pudo hacer más pero el portero visitante estuvo atento. Primero con Robayo quien perdió en el mano a mano después de entrar al área. Después Tejada, quien ingresó por Elinho para el aplauso, se juntó con Milton y este último soltó un gran remate desde fuera del área buscando bañar al portero rival quien alcanzó a manotear para sacar al córner (hubiera sido otro gol de fantasía). Y finalmente un tiro libre de Hurtado que conjuró también el portero del equipo de la visita. Hubiera sido excelente, por ejemplo, un gol de Tejada, para sacarse la sal de encima y arrancar la racha goleadora. Pasto llegó solamente una vez con peligro en todo el segundo tiempo y la jugada terminó en un gol anulado por claro fuera de juego.

Millos volvió a ganar, gustar y golear. Volvió a realizar una presentación de esas que nos gusta ver ante su gente, ante los de siempre, los que no escogemos rival, día ni hora. Del equipo repetitivo y sin ideas de Septiembre no se vio nada ayer. Por el contrario, se vio un equipo con dinámica, con variantes, con precisión, que jugó bonito a la pelota y que tenía enloquecido al rival por su rendimiento. Este es el Millonarios que siempre queremos ver, el que pasa por encima del rival y sin importar que el marcador ya esté abultado sigue yendo hacia el frente buscando ampliar la ventaja.

septiembre 14, 2008

El esfuerzo no alcanzó

Millonarios perdió en Barranquilla por la mínima diferencia en un partido difícil y perdió la segunda casilla de la tabla de posiciones ante Júnior, que alcanzó en puntos a los azules pero gana la posición por mejor diferencia de goles. El equipo azul arrancó muy bien, pero sufrió el gol en contra y cayó, aunque es rescatable el esfuerzo de todos los jugadores que lo dejaron todo en el terreno de juego del Metropolitano. Por primera vez en el torneo Millonarios se fue en blanco sin anotar goles.

La historia de este partido es similar a la del partido en Armenia por la quinta fecha, con la diferencia de que esta vez los goles de Millonarios no llegaron. Millonarios arrancó muy bien, se fue con todo y en los primeros cinco minutos ya había hecho figura del partido a Dídier Muñoz, arquero local y quien atajara para Millos en 2006. El dominio de la pelota era azul y Júnior no la pasaba bien, sobre todo cuando Estrada y Milton se juntaban en tres cuartos de cancha. Y tal como pasó en Armenia, llegó el gol del rival que cambió por completo los papeles. A los diecisiete minutos, Yánez levantó la pelota buscando un pase al vacío, Mera conjuró en primera instancia con un cabezazo y, en el rebote, Cortéz y Asprilla no se entendieron y se golpearon mutuamente, el balón le quedó otra vez a Yánez que remató de primera intención y venció a Córdoba. Y después, por la jugada desafortunada, Asprilla quedó lesionado y tuvo que ser relegado por Andrés Pérez, lo que obligó a cambiar el esquema, Robayo pasó a ser el lateral derecho por la necesidad, un infortunio en todos los sentidos.

Con el gol Júnior se fue encima con todo y el que pasaba el mal rato ahora era Millonarios. Los barranquilleros tuvieron veinte minutos en los que arrinconaron a Millos y pudieron haber hecho más goles. Quintabani envió a Tejada al campo sobre la media hora de partido en reemplazo de Leo Castro, pero nada cambió. Ya sobre el final del primer tiempo, Millonarios despertó y volvió a inquietar a la defensa tiburona, otra vez con Estrada y Milton, pero siempre faltó algo en la puntada final.

El segundo tiempo tuvo a Millonarios como el dominador, pero a Júnior como el equipo que tuvo la mejor opción de gol. El ingreso de Araújo por Érvin no dio los resultados esperados. Millonarios siempre tuvo la pelota y siempre fue al frente, pero no hubo opciones reales de gol. Júnior se dedicó a esperar a Millos y tratar de utilizar contragolpes rápidos aprovechando las líneas adelantadas de los Embajadores. La opción más clara de gol de todo el segundo tiempo, por no decir que la única, fue un tiro libre de Giovanny Hernández que se estrelló en la raíz del palo derecho de Córdoba. Con el paso de los minutos el clima afectó a los jugadores de Millos y cada vez fueron menos las esperanzas de un virtual empate, a pesar del esfuerzo loable de cada uno de los jugadores.

Con la derrota Millonarios bajó al tercer lugar momentáneamente, esperando los partidos del domingo. El próximo fin de semana los azules recibirán a Santa Fe con estadio lleno en la versión 254 del clásico capitalino. La boletería para este partido está a la venta desde ya.

agosto 31, 2008

Retomamos la punta

Millonarios logró vencer con claridad al Cúcuta Deportivo y se trepó parcialmente a la punta del campeonato de nuevo. Parecía un partido complicado en el papel, pero un golazo de Gerardo Bedoya en el comienzo y la buena suerte ayudaron a que para el final el partido terminara en baile y en una goleada categórica que se hizo corta en relación al trámite del mismo. Por primera vez en cinco partidos, el equipo terminó con el arco en ceros y ahora cuenta con una diferencia de gol de +6, factor importante a la hora de definir desempates.

Teniendo en cuenta el horario del partido, la asistencia superior a 20 mil espectadores es aceptable. Sabíamos que Cúcuta venía herido y se haría matar en la cancha de el Campín. Afortunadamente, Millonarios desequilibró rápido el marcador a su favor gracias a la pelota quieta, tal como ha sucedido en todos los partidos del equipo en Bogotá. Sobre los cinco minutos, Portocarrero derribó a Castro cerca del área y se ganó la tarjeta amarilla. Un minuto después, luego de la acomodación de la barrera y la preparación del cobro, Bedoya disparó con su característica sutileza efectiva y castigó al palo del arquero, que quedó a mitad de camino y observó como la pelota se ubicaba dentro de su marco con estilo. Un remate soberbio, con una categoría de otro planeta, que puso a delirar al público asistente.

Cúcuta trató de reponerse del golpe e intentó tomar el control. Millonarios optó por jugar a los balones profundos de Bedoya y Estrada, los dos mejores jugadores del equipo en la noche del sábado, buscando la rapidez y el desborde de Leonardo Castro y el remate de Milton. Cúcuta llegó cuatro veces con mucho riesgo. Un tiro de esquina desde el sector de Oriental que conjuró bien Córdoba; un error grave de Efraín, quien pecó de confiado y perdió un balón en la línea final que terminó con un centro al área azul y un cabezazo que picó en el piso y después se estrelló en el travesaño; un tiro libre que conjuró el golero azul de nuevo, y un remate desde la derecha que parecía sencillo, pero que Córdoba, también por pecar de exceso de confianza, dejó colar entre sus brazos y la pelota voló hasta el segundo palo y no entró para fortuna de él, de Millonarios y de todos nosotros.

Los avisos del Cúcuta eran el campanazo de alerta: había que liquidar el partido para no pasar riesgos. Jonathan se juntó con Castro y después de entrar al área se enredaron con Milton y el portero rival para desperdiciar la opción. Érvin, quien reemplazó a Araújo hoy, la tuvo luego de entrar encarando al área, pero su remate salió desviado. Y sobre el final del primer tiempo, nuevamente Portocarrero hizo de las suyas al cometer una mano en el área súper infantil que significó el penal que Milton convirtió en el 2-0 para seguir arriba en la tabla de goleadores con el que terminó el primer tiempo, dejando parte de tranquilidad.

El segundo tiempo trajo consigo la entrada de Tejada por Castro. El segundo tiempo del Cúcuta duró quince minutos, el tiempo en el que Millonarios, relajado, le cedió la pelota al conjunto motilón. Sin embargo, no fue mucho lo que el visitante pudo hacer. Después, el visitante mermó sus intenciones y Millonarios se montó en el partido e hizo lo que quiso, nuevamente de la mano de Bedoya y Jonatahn. Tejada tuvo dos opciones clarísimas, pero falló a la hora de la definición. En la primera, su remate mano a mano con el portero Saldarriaga se fue muy por encima, y en la segunda su remate salió ligeramente desviado.
Cúcuta lucía entregado en la cancha mientras Millonarios lo paseaba, el 2-0 parcial era demasiado corto para lo que se veía en el campo. Por merecimientos y justicia, Millonarios debía convertir por lo menos un gol más, y a dos minutos del final del tiempo regular llegó el tercero: centro de Miguel Rojas por la derecha y el cabezazo letal de Robayo para liquidar a Saldarriaga y ponernos a celebrar de nuevo. Los cantos, el ole y la alegría no pararon, ni siquiera después del pitazo final de Iber Machado.

Lo que viene para Millonarios ahora es la que para mi es la etapa más dura de todo el campeonato. Júnior, Santa Fe, Nacional y América son los siguientes escollos para mantener el buen juego y la posición en la parte de arriba de la tabla. La siguiente semana no habrá partido por la jornada de eliminatorias al mundial, situación que deberá aprovechar el equipo para acondicionarse con toda para ir a una plaza siempre difícil como Barranquilla a enfrentar a un rival durísimo que, al igual que Millos, anda en un excelente nivel. Sin duda, el partido entre Júnior y Millonarios es el más atractivo de la siguiente semana.

agosto 17, 2008

Demostración de jerarquía

Millonarios ganó su tercer partido como visitante en el presente campeonato en Armenia ante el Quindío, equipo que hasta el sábado venía invicto en el torneo. No fue un partido nada fácil, el primer tiempo fue para el olvido, pero Millonarios se las arregló para ganar el juego en el segundo tiempo con un jugador menos y mostrando la jerarquía necesaria para superar las adversidades y voltear el resultado en contra. Luis Tejada debutó con la camiseta azul. Así, Millonarios conserva el liderato del campeonato y Mílton Rodríguez volvió a anotar y se mantiene como líder en la tabla de goleadores.

El buen arranque de Millonarios duró doce minutos. En este lapso, el equipo azul creó dos jugadas de riesgo en la asociación Rodríguez - Tejada. En la segunda llegada, el vallecaucano le bajó con el pecho el balón al panameño quien remató duro, pero el golero quindiano envió el balón al córner. En la jugada siguiente, luego del tiro de esquina, el Quindío se fue en un contragolpe veloz que terminó en opción desperdiciada de Sebastián Hernández, exjugador de Millos. Sobre los doce minutos, el Quindío armó una muy buena jugada colectiva, que incluyó un taco-túnel de Quiñónez a Casierra y dejó a Saraz en el área. El delantero se quitó la marca de Efraín y remató duro por debajo de la humanidad de Cuadrado, quien no pudo atajar el remate, y fue el 1-0.

A partir de ese momento y tal como pasó ante el Cali, Millonarios se diezmó. Era la segunda vez en el torneo que el equipo estaba por debajo en el marcador, y anímicamente el grupo no pudo asimilar el golpe. Los treinta y cuatro minutos siguientes fueron todos para el equipo de casa, que con velocidad y precisión hizo lo que quiso en el campo. Los jugadores azules mostraban demasiada pasividad. Con muchos toques rápidos el equipo cuyabro tenía loco a Millonarios, guiado precísamente por Hernández. Ni la pareja de volantes de contención ni la zaga podían con la arremetida cafetera. Lo mejor que podía pasar era que terminara el primer tiempo. Afortunadamente, en ese tiempo Quindío no pudo convertir todo ese dominio en goles. Fue el peor momento de Millonarios en la era Quintabani.

El segundo tiempo fue totalmente distinto. La charla técnica de Quintabani cambió la mentalidad y la disposición de los jugadores, que desde el pitazo salieron con todo buscando el empate que llegó rápido. A los dos minutos del complemento, Mílton entró al área por la zona izquierda y sacó un potente remate al palo ídem del portero para sentenciar el empate. Quinto gol de Rodríguez en igual número de partidos. Con el gol, fue el equipo local el que no pudo con el golpe y se desordenó, y fue Millonarios el que se montó en el partido. Tenía que pasar algo extrafutbolístico para que Millonarios disminuyera sus posibilidades ofensivas, y con Óscar Julián Ruiz pitando era muy fácil que esto sucediera. Corrían siete minutos, y el llanero expulsó a Araújo por una flata que era de tarjeta amarilla, pero no de roja.

Ese momento hizo que el Quindío otra vez tomara el control del balón, pero a diferencia de la primera etapa, el equipo local no era peligroso y Millonarios logró controlar cada uno de sus avances. Quintabani movió el banco: retiró a Miguel Rojas para darle paso a Mera y así custodiar mejor la zona derecha, sacrificando la salida. Y después sacó a Tejada para darle paso a Mendoza, quien fue determinante para el triunfo. Y a diez minutos del final, sacó a Mílton para darle paso a Andrés Pérez y solidificar la media cancha por el hombre menos.

Millonarios optó por contragolpear y esperar con orden la arremetida local. El equipo azul no llegó mucho a puerta desde ahí, de hecho solamente llegó dos veces, pero esas dos veces bastaron. En la primera de ellas, Estrada puso un pase al área para Mendoza, quien remató y su disparo alcanzó a ser atajado. En el rebote Mendoza fue claramente derribado en el área, era penal toda una vida, pero el árbitro era Ruiz, así que el desenlace ya era conocido por todos: dejó seguir. En la segunda, Robayo puso un centro desde la derecha buscando a Mendoza, quien cabeceó al corazón del área y encontró a Jonathan, quien con otro gran cabezazo venció la resistencia de Otero y puso el 2-1. Después, solamente fue jugar con el desespero local para mantener la ventaja durante ocho minutos (porque solamente Ruiz vio que se perdieron tres minutos en el segundo tiempo) hasta el pitazo final.

Lo negativo de la jornada sin dudas es la expulsión de Araújo que va a hacer mucha falta. Lo más positivo, más allá del resultado y el liderato, fue la gratificación de ver como este equipo supo voltear un resultado con un hombre menos, con jerarquía, como debe ser siempre con Millonarios. A diferencia del partido contra el Cali, Millonarios tuvo la ventaja de tener un medio tiempo para replantear el bajón anímico por el marcador adverso y supo manejar en el segundo tiempo la situación. El próximo fin de semana, Millonarios visitará al Pereira.

agosto 03, 2008

Victoria justa y merecida

Jugando bien y superando las adversidades de las desatenciones en juego aéreo, la cancha en mal estado y la mala tarde del juez central y, sobre todo, el línea de Occidental, Millonarios superó con total justicia a La Equidad en el estadio de Techo en cumplimiento de la tercera fecha de la Copa Mustang II logrando su segunda victoria en línea como visitante y ubicándose en el segundo lugar junto con el Cali y el Once Caldas. Millonarios siempre fue más que el equipo que ofició de local aunque tuvo que sufrir más de la cuenta para llevarse los tres puntos, todo por dos desatenciones de marca en igual número de ataques locales que se convirtieron en los dos goles en contra de la tarde de hoy.

Por demolición de la tribuna Oriental del estadio de Techo, solamente se vendieron localidades para la tribuna de Occidental Sur a los hinchas embajadores, la otra tribuna (Occidental Norte) estaba habilitada solo para socios y empleados del local. Aún así y como siempre, los azules se sintieron locales ante la masiva asistencia de hinchas al estadio del suroccidente de Bogotá. Millonarios salió desde el arranque a proponer las condiciones del partido, La Equidad no hizo más que esperar con algo de dudas entre sus jugadores, que no terminaban de ubicarse en el terreno. A los dos minutos, el central Peñuela amonesta a Bedoya por reclamar una falta inexistente de Robayo. Millonarios empezó a avisar sobre los veinte minutos, luego de un cabezazo de Bedoya que pegó en la base del palo con el portero local vencido, y que Castro no pudo aprovechar en el rebote, rechazado al final por un defensa "asegurador". Al minuto 27 se inclinó por primera vez la balanza: Cobro de tiro libre de Jonathan Estrada al segundo palo, cabezazo al piso de Bedoya que salva el arquero pero deja rebote y la pierna oportuna de Leonardo Castro manda el balón a la red para el primer estallido de los azules. Segundo gol de Castro en igual número de partidos consecutivos y segundo gol en su carrera.

Hasta el minuto 35 del primer tiempo, Millonarios era el dueño del partido y del resultado, hasta que en un tiro de esquina la zona aérea de Millonarios hizo agua y llegó el empate, en una de esas jugadas en las que se aplica ese refrán de "doble cabezazo en el área es gol". Robayo perdió la marca con Motta quien devolvió lo que parecía un centro pasado al área chica y ahí apareció la cabeza de Soto ante la mirada atónita de Cuadrado para cabecear. El balón pegó en el palo y entró lentamente. Era totalmente injusto el resultado hasta ese momento, porque La Equidad no había hecho méritos para empatar. Millonarios tuvo, sobre el final de la etapa inicial, la opción clara de desequilibrar el resultado cuando Araujo se metió por zona derecha y puso un pase de la muerte que, después de ser rematado, fue salvado por la cabeza de un defensor "asegurador".

El segundo tiempo fue más emotivo que el primero y Millonarios golpeó rápido, a los dos minutos de iniciado el complemento. Luego de una falta contra Estrada el balón llegó a Miguel Rojas, quien puso un buen centro al área que dejó al mismo Jonathan habilitado pero solitario ante la salida del portero local para liquidar el 2-1. Otra vez parecía que el partido estaba liquidado porque La Equidad no encontraba como llegar con riesgo, hasta el minuto 18. Un pelotazo local originó una falta por una mano que para un servidor era del atacante y no del defensor sobre el borde del área, los locales cobraron a riesgo y encontraron mal parada a la zaga azul que se durmió y no tuvo reacción. La jugada dejó un centro de Motta que encontró casi que solo a Carpintero, quien había ingresado en el segundo tiempo, para liquidar a Cuadrado y volver a dejar el partido en tablas.

Durante un lapso de cinco minutos, La Equidad tomó el control del partido y Millonarios bajó sus líneas. Afortunadamente, la viveza de los jugadores azules en ataque fue más. En un rápido contragolpe el balón terminó en un saque lateral. Araujo se adelantó y recibió el balón en una excelente posición y Milton llegaba por el centro esperando el pase letal. En su camino se topó Leudo que interrumpió el avance con la mano: penal claro. Milton se encargó de patear al palo izquierdo del portero para decretar el 3-2. A falta de veinte minutos por jugar.

Llegó, entonces, la presentación del central. Con miras a encajonar a Millonarios en su arco, inclinó el partido a favor del local, apoyado por su asistente de Occidental, Wilson Berrío, quien en reiteradas ocasiones interrumpió potenciales avances peligrosos de los azules en el primer tiempo levantando la banderola por pelotas que sólo para él salían del campo cuando todos los asistentes vimos totalmente lo contrario, y en el segundo tiempo dejó de levantar la bandera por faltas clarísimas sobre Jonathan Estrada, e inclusive en una de ellas el volante azul quedó tendido en el piso después de un golpe propinado por dos jugadores del local al mismo tiempo. A punta de faltas inexistentes en su mayoría, La Equidad tomó el control de la pelota y llegó el momento de los cambios. Cuando Efraín Cortéz iba a ingresar, el central amonestó a Miguel Rojas, el sustituido, por una supuesta demora de tiempo, todo porque el árbitro quería que el jugador saliera a como diera lugar por el otro costado del campo con tal de darle más tiempo al local para buscar el empate. Y después, cuando Mendoza se disponía a ingresar por Leonardo Castro, el central amonestó a éste último por otra supuesta demora de tiempo. El juvenil se retiró ovacionado por los asistentes.

La Equidad no volvió a llegar con riesgo al arco de Cuadrado, quien se convirtió en un espectador más. Millonarios pudo liquidar el partido en dos ocasiones, primero con un cabezazo de Mera que salvó el portero, y después con un remate de larga distancia que pasó cerca del arco "asegurador". Y si La Equidad no tenía argumentos ofensivos, quedó peor con la entrada de Cortéz que dio más solidez defensiva, y después con la entrada de Andrés Pérez en los minutos finales por Milton, que también salió ovacionado y respondió con alegría a los aplausos de la hinchada. Así terminó el partido .

Millonarios jugó bien y mereció ganar por una mayor diferencia. Y Jonathan Estrada salió como la figura de los azules por su gran presentación, en la cual combinó talento en ataque con sacrificio en marca. Millonarios ganó, pero los hinchas sufrimos de más cuando no debió pasar, y otra vez Millos recibió goles más por culpa de Millos que por virtud de sus rivales, como pasó el fin de semana anterior. Por eso, causó mucha risa escuchar las declaraciones del técnico Alexis García cuando decía que "el empate era justo" y que "Millonarios solo jugó al pelotazo y La equidad al toque" cuando en la vida real Millonarios debió haberse llevado una ventaja más ámplia. Eso si, el público Millonario no tuvo escatimó esfuerzos para despedir al técnico local como se lo merece al final del partido.

El próximo fin de semana, en El Campín, Millonarios recibirá al hoy líder del campeonato: Tolima, que está un punto por encima. Una victoria podría dejar a Millonarios líder del torneo aunque éste aún está comenzando. No olvidemos además, que el partido de Copa Colombia de esta semana no será el miércoles en El Campín en el horario nocturno como suele suceder, sino el martes a las 3 PM en Zipaquirá y el valor de la boleta será de $5.000; y que el próximo viernes Millonarios disputará un partido amistoso en la ciudad de Toronto ante el Barcelona de Guayaquil.

junio 03, 2008

Comienza la misión "Finalización"

Este martes los jugadores de Millonarios volvieron a prácticas luego de los días de descanso ordenados por Óscar Quintabani "para superar el trago amargo de la eliminación". La Copa Colombia tendrá una última jornada semestral este miércoles cuando el equipo visite a Centauros buscando alcanzar la punta del grupo que comanda Academia después del lánguido empate sin goles el pasado miércoles. Por lo demás, los hinchas estamos a la espera de las noticias relacionadas con la llegada de jugadores con miras al campeonato Finalización 2008 que arrancará el 20 de Julio y cuyo objetivo único es la estrella número catorce.

Por ahora, está confirmada la noticia de la compra de los derechos deportivos de Jonathan Estrada y Eduardo Blandón al Envigado, grata noticia para los hinchas, son dos jugadores referentes de las últimas campañas y por lo que se ha sabido son parte fundamental de las aspiraciones del técnico. Así mismo, hubo barrida en el plantel. Por disposición de Quintabani, los jugadores Andrés Mosquera (no sería tenido en cuenta por Quintabani), Luis Asprilla, Santander Ospina, Roberto Carlos Cortés, Fernando Monroy, Julio Tobar, Diego Cochas, Ariel Carreño, Rodrigo Astudillo, Martín García, Ómar Guerra, Carlos "Telembí" Castillo y Wilson Morelos no seguirán con los azules en el presente año. Gerardo Bedoya parece se queda en el equipo, y la continuidad de Ricardo Ciciliano para el campeonato venidero sigue en veremos, ya que el jugador según conoció LosMillonarios.net por fuentes extraoficiales tiene una buena oferta del Bucaramanga y todo parece que su presidente conversará en el transcurso del día con Juan Carlos López, aunque Quintabani quiere que el volante continúe en Millonarios.

Por su parte, el técnico Quintabani ha dedicado estos días para realizar evaluaciones dentro del plantel y mirar jugadores de la cantera que puedan servir para la plantilla profesional. Al colombo-argentino se le notan las ganas de realizar un trabajo exitoso con los embajadores. Estuvo en El Campín el pasado miércoles analizando a la nómina mixta que jugó contra Academia y estuvo viendo el partido de la Primera C el fin de semana.

Sobre la llegada de jugadores, la idea dentro del club es no dar nombres para evitar tropiezos en las negociaciones como sucedió en el pasado mes de Enero. Los medios han rumorado la llegada de jugadores como Néstor Salazar, Mauricio Casierra, Javier Araújo, Elkin Murillo, Rodrigo Marangoni y Fernando Martel, entre otros. Sin embargo, esto no pasa de ser un rumor y por todo lo que sucedió en la pretemporada anterior, no se conocerán nombres de refuerzos hasta que no se haya firmado el contrato que los vincule al equipo.

abril 03, 2008

Faltaron 120 segundos para el 100

Faltaron dos minutos, sólo 120 segundos, para lo que hubiera sido una justísima y merecidísima victoria en Medellín que significaba la victoria 100 de Millonarios sobre Nacional en enfrentamientos directos. Lamentablemente una desatención combinada de Cochas que perdió el balón, de la defensa que mostró pasividad y de Cuadrado, quien hasta ahí había tapado todo y en el último remate del partido se le pasó la pelota le sirvió al equipo verde para empatar y salvar los muebles. Supo a derrota, claro, porque el partido estaba ganado hasta el minuto 90. Se perdieron dos puntos más.

Algunos todavía pensamos -pensábamos, mejor-, en una combinación de optimismo con fantasía, que las autoridades de Medellín ya iban a reconsiderar su proceder esclavista y tortuoso para con la hinchada de Millonarios cuando ésta se desplaza a esa ciudad, más después de las gestiones que la gente de "Goles en Paz" hace aquí en Bogotá cuando Millos es el local y esos los visitantes. Pues bien, la falta de respeto estuvo a la orden del día de nuevo. Ya no se conforman con -literalmente- sacar a los hinchas de Millos que no están en Occidental quince, veinte o hasta treinta minutos antes de finalizar el partido. No, ahora también le añadieron al combo la "facultad" de dejar entrar a los que viajan en caravana a los veinte minutos de juego. Esto ya raya en lo absurdo y la falta de respeto no puede ser peor. Es decir, que un hincha viaja casi 25 horas, llega y paga el 100 por ciento del valor de una boleta, paga por ver un espectáculo completo, y resulta que de noventa y tantos minutos de partido sólo puede ver cincuenta. Una verguenza lo de las autoridades paisas, el sábado volvió a pasar, aún cuando había demasiada gente de Millonarios en el sitio asignado del estadio, la zona norte de la tribuna Oriental.

Lo vio la gente que estuvo en el estadio de Medellín, y lo vio el mundo entero por televisión. La "hinchada" verde, los autenticos "profanadores de la mentira", otra vez quedaron en ridículo. No jugaban un partido cualquiera, era el partido, que sabemos todos que es el que más expectativa genera en todo el país, y ellos son los que una y otra vez se llenan la boca de payasadas y no hacen más que decir que son "la mejor hinchada" y "la que siempre llena". Ellos, los que la noche del sábado en el partido más importante del país no metieron ni 15 mil personas al estadio, y eso, que el gran número de seguidores embajadores presentes fue lo que más les ayudó a que ese estadio se viera lleno -hasta que la policía los sacó, claro está-. Inclusive hasta Carlos Antonio Vélez, seguidor del equipo local por razones corporativas y más cuando juega con Millonarios por razones personales, tuvo que aceptar la verguenza de la tribuna. Lo vimos todos, la hinchada resultadista, esa que cuando no gana abandona. Por este y otros motivos ya es inocultable la verdad: Hinchada en Colombia hay una sola, la hinchada de Millos.

Ahora si, al partido. Con Millonarios diezmado por las infames sanciones que dio la Dimayor a Bedoya y Vanemerak, la lesión de Martín y la suspensión de Mosquera (Bedoya, Martín y Mosquera hacen parte claramente de la columna vertebral millonaria), el técnico embajador optó por jugársela con Asprilla en defensa y Pérez en la contención. Volvió a aparecer en escena Vanemerak Jr. en ataque y de arranque empezaron Ciciliano y Cochas, dejando a Jonathan en el banco los primeros quince minutos del partido. En esos quince minutos el central amonestó inmerecidamente a Tobar por una falta normalita y a Efraín Cortéz "por demorar tiempo", Millonarios optó por jugar tocando la pelota y no dejándosela al equipo verde, aunque claro está, el equipo llegó muy bien hasta tres cuartos de cancha y ahí faltaba profundidad. Nacional optó por la media distancia, vía por la que llegó tres veces en el primer tiempo en igual número de remates desde fuera del área que Cuadrado salvó bastante bien. Millonarios llegó dos veces de forma clara, un remate de Jonathan estrada (ingresó por Vanemerak) que pasó cerca del horizontal y un remate de media distancia que claramente salvó el arquerito de Nacional -a quien un amigo mío rebautizó "Forrest Gump"- pero que para el central fue saque de meta. Hubo una tercera jugada de riesgo luego de un pase al vacío a Carreño, pero solamente el juez de línea de Oriental vio fuera de lugar, estaba claramente habilitado el argentino.

El segundo tiempo arrancó con un cabezazo del traidor paraguayo que salvó muy bien Cuadrado, después de eso, Millonarios se paró mejor en la cancha y volvió a tener el control del partido. Hasta entonces todas las llegadas del equipo local estaban siendo ocasionadas por una falla en la mitad del campo, sobre todo en el momento de ganar los rebotes. Ciciliano, Cochas y Estrada se juntaron mejor, y en una de esas, Ciciliano puso un muy buen pase al vacío para Jonathan que definió, la pelota pegó en el cuerpo de Gump y se fue directo al arco verde lentamente, pero para dejar el drama a un lado y dejar las cosas claras, Carreño se encargó de empujar la pelota en la línea y decretar así el 1-0 para Millonarios. Fue el tercer gol de Carreño con la camiseta más gloriosa del país, y corrían 26 minutos. Y a partir de ese momento, con la ventaja, los jugadores de Nacional se descontrolaron, se puteaban unos a otros y así mismo sus "hinchas", que ni cortos ni perezosos acompañaron el canto del "ole" que hacían los azules en las tribunas. Nacional no volvió a llegar con claridad, el partido estaba controlado y nadie se imaginaba un virtual empate, Nacional estaba muerto.

Pero tal como pasó siete días atrás con Santa Fe, como pasó en Cali y como pasó en Cúcuta, bastó una imprecisión para que reviviera el muerto, y Zúñiga empató luego de una pérdida de pelota de Cochas y una desatención defensiva -tal vez, la única de todo el segundo tiempo-. Y esta vez Cuadrado no pudo atajar el remate. Algunos dijeron que Vanemerak tenía algo de culpa por no haber quemado los dos cambios que quedaban en esos minutos finales para enfriar el partido, es muy fácil criticar después de que las cosas pasan. En mi opinión, el partido estaba tan controlado que ni se me pasó por la cabeza que habían cambios. Y hablando de Zúñiga... ¿Notaron que él también estaba sancionado pero la comisión arbitral le dejó pagar la sanción en Copa Colombia el pasado miércoles? ¿Notaron que Zúñiga es el único jugador que "medio suda la camiseta" en ese equipo de muertos? Blanco es, gallina lo pone...

Obviamente este empate supo a derrota, se fueron dos puntos más y aunque el equipo se mantiene dentro de los ocho clasificados, en estos momentos debemos recordar los puntos cedidos con Medellín, con Cali, con Quindío, con Tolima, con Cúcuta, Con Santa Fe y ahora con Nacional. Puntos cedidos por Millos y las desconcentraciones y/o la falta de efectividad pero nunca por virtudes de los rivales. Puntos que de haber llegado tendrían a Millos liderando la tabla y que ahora ya tiene a algunos haciendo cuentas...

El arbitraje, aunque por instantes se mostró parcializado hacia los locales, no fue tan infame como en otras confrontaciones en Medellín, eso hay que mencionarlo "entre lo positivo". Para las cuentas, este fue el empate número 80 entre Millonarios y Nacional, Millonarios tiene 99 victorias, el equipo verde 67. La paternidad es extrema, y las cifras muy similares a las de Millonarios - Santa Fe.

PD: Y como pasó con los santafereños siete días atrás, los mierdolagas celebraron el empate al final del partido como si hubieran ganado un título, siguiendo a sus hermanitos rojos en la ya conocida campaña "Conocemos la gloria cuando empatamos con papá embajador".

febrero 02, 2008

De cuando una falla cambia la historia de un partido...

Cuando todo apuntaba a una victoria embajadora, cuando el rival tenía un hombre menos y estaba contra los palos y cuando el segundo gol embajador se presentía, un error en defensa significó el gol del Medellín que a catorce minutos del final del partido sepultó a los millonarios y le dio los tres puntos al conjunto paisa.

Aproximadamente unos 25 mil personas asistimos al estadio El Campín para presenciar el primer partido oficial de Millonarios en el año. El trapo de la barra "Alfonso Senior - LosMillonarios.net" hizo ahora si su debut oficial en la tribuna Occidental. Millonarios volvió a jugar de azul totalmente, como jugó los últimos partidos de 2007. El inicio del partido tuvo mucho vértigo, a los seis minutos el equipo visitante se fue arriba en el marcador con un remate de fuera del área de Danilson Córdoba al ángulo. Apenas dos minutos después, Jonathan Estrada empató el partido en una gran jugada individual. Millonarios se asentó en el terreno y de a poquito empezó a controlar el partido, apostando en las últimas instancias por el centro al área buscando la cabeza de Martín García, pero la defensa paisa siempre estuvo atenta y rechazó uno a uno cada pelotazo al área. Diego Cochas lució algo intermitente e individualista por momentos, pero aun así aportó equilibrio al medio campo. Martín García por momentos se vio solitario batallando contra toda la defensa visitante. Así terminó el primer tiempo, con Millonarios teniendo el control del partido, pero sin la explosión ofensiva suficiente, salvo un cobro de pelota quieta que salvó el golero visitante.

El segundo tiempo trajo buenas noticias en el comienzo. La entrada de Luis Zapata por Alex Díaz le dio más dinámica al ataque, y muy temprano Juan Carlos Quintero fue expulsado por doble amarilla. Con un jugador menos el equipo visitante se resguardó, y Millonarios se fue encima con todo, haciendo figura al golero paraguayo Bobadilla. Jonathan Estrada se convirtió en el mejor de los azules, al ser el más inquietante en la defensa rival. Bobadilla salvó dos increíbles, y en otras dos ocasiones el balón pasó muy cerca. Vanemerak movió el banco, ingresó a Ervin González por Cochas, y Millos perdió profundidad. Quedaban catorce minutos, cuando Omar Pérez puso un pase al vacío, Luis Asprilla se quedó enganchado habilitando a Jaime Castrillón quien con una vaselina definió por encima de Blandón y sentenció el partido, porque el espíritu anímico de los embajadores se vino al piso. Entró Telembí por Andrés Pérez, un cambio anunciado pero demorado. Con el marcador adverso y la moral de los jugadores locales por el piso, a Medellín le quedó más fácil controlar el partido en sus minutos finales, inclusive anotando una vez más sobre el final, siendo anotación mal anulada para suerte de los nuestros. Increíble, inexplicable. Las caras de los asistentes eran de sólo estupefacción. Medellín no había hecho nada por el partido, estaba defendiendo el empate con toda y Millonarios siempre fue más, pero una sola jugada cambió el curso de las acciones y lo que parecían los tres primeros puntos del año se convirtió en la primera derrota en casa.

Ahora no demoran en aparecer los que no les gusta nada y critican todo a despotricar de todo lo que tenga que ver con Millonarios, sacando su popular slogan "se los dije". Hay que aguantarlos y mantener la calma, apenas va un partido, quedan 17 batallas todavía.

noviembre 08, 2007

No ha pasado nada

Hoy hay que hacer un elogio, un agradecimiento inmenso para con los jugadores que hoy, sobre todo en el segundo tiempo, lo dejaron todo en la cancha del estadio el Campín ante un durísimo rival -sin dudas el mejor de todo el 2007-, que lograron volver luego de un marcador adverso y que aunque después por esas cosas de Dios no alcanzó el esfuerzo es realmente destacable.

También hay que decir que las series de esta copa duran 180 minutos y no 90. Y también hay que decir que aunque la situación no está muy fácil tampoco es imposible. Y que este Millonarios de la Copa ha sacado a todos sus rivales por los resultados conseguidos como visitante. Algunos ya no dan un peso por nosotros, yo prefiero mantener la ilusión, porque esto es Millos.

Millonarios empezó el partido con mucho vértigo, buscando por medio de Érvin González por derecha y Jonathan Estrada por izquierda el desequilibrio, con un centro a Villagra, el equipo albiazul tuvo 20 minutos de velocidad, pero poco a poco el rival se afianzó en la cancha y tomó el control del juego en tiempo, en espacios, en todo. Esos últimos 25 minutos de la inicial fueron una pesadilla de verdad. América de a poco fue mostrando su jerarquía, los nuestros cometieron muchas imprecisiones, que fueron la constante del ataque rápido y preciso de los mexicanos. Y pesó también ese factor importante, el de las individualidades. Cuando Jonathan se juntaba con Álex Díaz por izquierda y la pelota la recuperaba el rival, Díaz se quedaba y no volvía a marcar. Eso hizo a la zona izquierda defensiva azul una coladera por la que entró cuando quiso el equipo mexicano. Ya habíamos pasado varios sustos por ahí, hasta que a los 24 minutos, cuando Díaz tomó un rebote y podía rechazar tranquilamente, pero se demoró, tanto así que fue presionado y su rechazo terminó siendo un regalo a un jugador mexicano, aparte de eso dejó su zona descubierta y así llegó el centro para el cabezazo preciso de Villa. Si, golazo, pero el error en la jugada previa es increíble. Y ese gol desmoronó la confianza de Díaz para toda la noche. América siguió y siguió aprovechando los continuos errores del lateral izquierdo y provocando llegadas de riesgo. Y después, en una mala entrega de Ciciliano saliendo el equipo quedó mal parado y otra vez por la izquierda llegó el segundo de los mexicanos, esta vez de Salvador Cabañas. Corrían 38 minutos, y esta vez todo el equipo estaba diezmado, mentalmente muerto. Lo mejor que podía pasar era que el primer tiempo terminara y un envión anímico para la segunda parte. Antes del final de nuevo Cabañas tuvo otra clarita, pero la tiró afuera. Y por fin llegó el final, no solo del primer tiempo, también de una pesadilla amarilla que duró 25 minutos en los que Millos no se encontró nunca y el rival lo hizo todo.

Después del medio tiempo llegó la reacción. Vanemerak mandó dos cambios: Zapata por Díaz y Telembí Castillo por Ervin. Y si los últimos 25 minutos del primer tiempo fueron una pesadilla, los primeros 30 minutos del segundo tiempo fueron de ensueño. Millonarios salió con todo, lo del primer tiempo pasó al olvido, era otra historia. Apenas a los dos minutos Bedoya cobró un tiro libre que se fue ligeramente desviado, tanto así que en Oriental alcanzaron a cantar el gol, ese era el aviso de lo que vendría después. La entrada de Telembí significó más profundidad, Villagra se vio mucho más libre y su nivel aumentó. Ciciliano no tuvo su mejor noche, pero aún así tuvo chispazos, y poco a poco el equipo azul encerró al América en su propio arco. Y esa presión constante animó a los más de 40000 asistentes. Y a los 16 minutos llegó una falta, muy similar a la del minuto 1. Nuevamente se paró Bedoya y cobró magistralmente, el portero Ochoa (arquerazo y figura hoy) quedó quieto ante el gran cobro. Fue el descuento, y vendría más. Porque 2 minutos después el balón se estrelló en el vertical, y después el balón fue sacado en la línea dos veces. Y después, cuando el tiempo global marcaba 69 minutos, Ciciliano puso un pase al vacío a Estrada, que no lo dio por perdido aun cuando se hacía largo, y el calvo corrió y metió la pierna entre los dos defensas y el arquero para empatar el partido, algo que parecía una odisea 30 minutos atrás. El Campín estalló en su máxima expresión. Con empuje, con ganas, con corazón, a lo Millos, el equipo había vuelto de un 0-2 en contra.

Y todo pintaba para seguir de largo. En mi mente fue imposible evitar ese flashback remontándome a Diciembre de 2001, cuando Millonarios enfrentó a otro mexicano: Necaxa, por la semifinal de la entonces Copa Merconorte. Perdía 0-2, le dio la vuelta y terminó ganando 3-2 y luego en los penales. Parecía que la historia se repetiría. el envión anímico del equipo era notable y el que estaba noqueado ahora era el equipo mexicano. Lamentablemente sucedió algo inesperado, un evento agregado que no fue para nada bueno. Bedoya, el artífice del cambio azul, tuvo una lesión, justo cuando los cambios de Millos ya estaban agotados (había entrado Quintero por Salinas). Algunos lo llamarán mala suerte, algunos lo llamarán destino, yo lo llamo cosas de Dios. Esto bajó las pretensiones ofensivas del equipo, obligó al equipo a bajar sus líneas buscando reforzar la marca. Bedoya, varón y guerrero, no abandonó el campo. Se quedó jugando en una pierna, saltando en un pie para ir de un lado al otro, al menos para hacerle estorbo a los mexicanos. Estábamos once contra once, pero Millos en serio tenía diez. Al parecer la lesión de Bedoya esta vez es más complicada que la que tuvo justo hasta hace unos días y que le causó dos semanas de incapacidad. Pero él se quedó en la cancha para mostrar que este Millos es puro corazón y entrega. América volvió a tener el control, pero esta vez no fue por méritos propios, sino por infortunio nuestro. Y así de a poco Millos volvió a verse encerrado. A falta de cinco minutos, en otra falla defensiva, llegó el tercero de América y que definió el partido. Sobre el final Villagra estalló un cabezazo entre el vertical y la mano de Ochoa. Entonces, el flashback de diciembre de 2001 se fue para darle paso al flashback de diciembre de 2003, cuando Millos necesitaba un empate para pasar a la final del campeonato local, estaba 0-2 ante el Cali, lo empató y otra vez a cinco minutos del final perdimos 2-3.

Cualquiera que no fue al estadio diría que la hinchada salió llena de rabia. Y se equivoca. Al final la hinchada despidió a sus jugadores con un merecido aplauso, apenas justo por todo lo que pasó en algo que verdaderamente fue un partidazo. Dos grandes equipos que al final brindaron un espectáculo de otro mundo. Eso si, no faltaron los amargos, los resultadistas y/o clasiqueros que putearon, pero esos fueron pocos. Y puedo apostar cualquier cosa que son los primeros que mañana van a estar ausentes, cuando Millonarios juegue el clásico capitalino menos emocionante en muchísimos años.

Hay tranquilidad, aun por encima del resultado adverso, lo que mostró ese Millos del segundo tiempo invita a pensar en que ganar en México por dos goles es posible. Al frente tuvimos a un rival dificilísimo y Millonarios jugó de igual a igual. Hay días en que las cosas no salen totalmente, esa lesión de Bedoya afectó muchísimo, cosas que suceden. El próximo martes 13, en Toluca, se jugará el partido de vuelta. Aquí no ha pasado nada, quedan 90 minutos y ni América está clasificado, ni Millonarios está eliminado.

octubre 20, 2007

De la mano de López

No es López el presidente de quien hablo hoy, es López el árbitro. Así fue como América le ganó a Millonarios la noche de hoy en El Campín un partido que hasta faltando 5 minutos estábamos ganando y que primero en un error de marca y luego en un penal inventado en el minuto 90 nos privó de la celebración y nos dejó muy mal en la lucha por lograr clasificar a los cuadrangulares.

El primer tiempo flojo, flojísimo, y no merece más que esta frase porque no hubo mucho que mostrar. Salvo un tiro libre de Ciciliano que sacó brillantemente el golero rival todo estuvo entre las faltas y la lucha en la mitad del campo. Se perdieron 45 minutos porque América no atacó y Millonarios lució perdido por muchos pasajes.

El segundo tiempo mostró en cambio a un Millonarios más aplomado en la cancha y con mayor vocación. Tanto así que el equipo embajador tuvo las mejores opciones despilfarradas justito cuando llegó la definición. Ciciliano se comió un gol hecho con el arco solo al mandar el balón por arriba. Villagra no estuvo hoy en Bogotá y a Jonathan (el mejor de Millos para mi) se la sacó el golero. América esperó y contraatacó peligrosamente llevando mucho peligro al arco de Blandón.

Llegó entonces el penal contra Ciciliano ejecutado muy bien por él mismo para la ventaja parcial. Nunca antes vi tantos fotógrafos alrededor de un jugador en una celebración de gol. Y después de esto entraron las manos cochinas del árbitro paisa y sus asistentes. Fueras de lugar inexistentes que sancionaron y otros que si eran existentes los pasaron por alto. Errores tan absurdos como señalizaciones de saques de banda a favor del equipo que sacó el balón. Faltas de la nada y el maravilloso penal inventado en las postrimerías del partido. Además el partido se le fue de las manos y hubo calentura entre los jugadores de ambos bandos. Y después, con tanto tiempo perdido en el segundo tiempo, a este señor no le dio la gana de dar reposición, una verguenza. Esas sucias y cochinas manos (y pito) nos quitaron tres puntos.

Ahora para clasificar hay que hacer 15 de 15, teniendo en cuenta que el partido del jueves con Bucaramanga se jugará con el equipo suplente y con algunos cansados luego del partido del miércoles, lograr 15 puntos se antoja casi que imposible. Las energías están puestas en el miércoles ante Sao Paulo y lograr la clasificación a las semifinales de la copa. Muy malo eso sí en el tema de la reclasificación, en la que Millos está disputando el acceso a los torneos internacionales del otro año.

Gracias a Carlos López Millonarios hoy se fue con las manos vacías. Todos los partidos pueden perderse, pero no de semejante manera...

octubre 05, 2007

Próxima Parada: Sao Paulo, Brasil

El que escribe estas líneas no está cuerdo. Está enamorado, está tomado. Está loco por Millonarios. Poco le importa si mañana tiene que trabajar, poco le importa si mañana tiene algo más que hacer. Hoy sólo importa que ganamos, hoy sólo importa que seguimos vivos. Que Millonarios ya está entre los ocho mejores del certamen.

Si alguien en el continente por absurdo que sea no conocía lo que es Millonarios, esta noche -o mejor, anoche- lo acabó de conocer. La IFFHS (o como sea la sigla) sacó recientemente la lista del ranking de clubes del mundo. Colo Colo aparecía segundo, nadie lo creyó, por supuesto. Y Millonarios le ganó hoy al Colo Colo, el rival más duro de muchos años, y sigue vivo y entero en la Copa Sudamericana. Todo gracias a tres factores determinantes: Dios, la suerte y la entrega.

Un partido duro, de esos que ganar resulta más satisfactorio aún. El rival jugó muy bien -no solo el partido, toda la serie-, fue un dignísimo rival. Nada que decir, el primer tiempo sobre todo, y los últimos diez minutos fue muy superior. Tanto así que hoy tengo más canas que ayer, mis uñas no existen más. Del equipo chileno hay que decir que hacía rato no se veía un rival tan complicado. Pero, con todo y lo duro que resultó la vuelta, Millonarios se fue arriba en el marcador, en una de las pocas llegadas del primer tiempo, luego de un rebote, apareció la pierna de Andrés Mosquera para vencer el arco chileno y poner el 1-0. La alegría duró muy poco, ya que cuatro minutos después el equipo chileno empató con un golazo del delantero uruguayo Biscayzacú, que dejó todo empatado para el medio tiempo, con un equipo chileno que tuvo más la pelota y generó riesgo, y un equipo millonario fiel a su estilo de entrega y coraje.

El segundo tiempo cambió. Millonarios fue esta vez el dueño del partido, tuvo la pelota, manejó el reloj e inclusive creó opciones claras, todo hasta el minuto 80, cuando otra vez Colo Colo se apoderó del control del partido y así generó opciones clarísimas salvadas en el área chica por la defensa, e incluso una de ellas terminó siendo salvada entre el arquero Blandón y el travesaño, así terminó la historia en los 90 -o 180- minutos: con un legítimo empate a un gol.

Vinieron los penales, y con ellos la ansiedad más grande. Todos convirtieron en la serie de cinco. Para destacar los cobros de Quintero, Martínez y Bedoya. Vino la sexta tanda y nada cambió, hasta que Sanhueza cobró. Para muchos la figura del partido de Bogotá y uno de los jugadores referentes del equipo chileno. El jugador cobró con borde interno y el golero millonario adivinó y fue al mismo palo, así atajó. Era la oportunidad para Jonathan Estrada. El calvo se paró en frente del balón y su disparo inatajable se coló en el arco sur del estadio monumental de Santiago de Chile. Ahí estaba todo definido. En Bogotá un grito de gol de esos que nunca se olvidan, en Santiago un puñado de hinchas azules que gritaron ese gol aún más que los 40 mil chilenos que los acompañaban.

Vino el llanto, vino el alcohol, vino otra alegría por cuenta del embajador. Es que, pocos lo entienden, pero lo que despierta Millonarios para muchos de nosotros, lo que este equipo nos hace sentir y vivir no es para menos. Este ha sido el más duro rival en mucho tiempo y Millonarios salió avante con casta, fiel a lo Millos, fiel al empuje, fiel al trabajo, fiel a la unidad. Aún en Bogotá hay festejos, que no van a parar, por lo menos hasta la mañana del domingo, cuando los heridos mierdolagas nos "reciban" en el Atracacio, seguramente con un arbitraje ya arreglado para llorar sobre la leche derramada.

Lo único que puedo decir como conclusión es que a este equipo lo llevo en el corazón. Quienes me conocen saben lo que significa esto para mi, por eso, a todos aquellos que están siempre presentes, los que se bancaron los malos resultados al comienzo así como yo pero nunca abandonaron, les dedico aún más esta clasificación. Y a los jugadores sólo puedo decirles que: Símplemente gracias, por sacarme nuevamente una sonrisa enorme e inborrable y por darle una nueva alegría a este corazón.

septiembre 30, 2007

De Infarto!!!

El de hoy sin dudas es uno de los mejores partidos de los últimos tiempos en El Campín, por lo menos en el tema emotivo. Junior trajo un buen equipo y jugó muy bien, puso en problemas muchas veces a los nuestros, que además crearon una importante cantidad de oportunidades de gol que se quedaron sin definir. Tres palazos y otras cuantas atajadas, para dejar como saldo al final otra victoria embajadora para acercarnos aún más al grupo de los ocho clasificados y continuar con el invicto en la era Vanemerak.

Millonarios empezó jugando muy bien, los primeros veinte minutos azules estuvieron sublimes, creando importantes llegadas con pases rápidos, con una notable actuación de Estrada y Quintero. El primer gol se percibía, pero el rival tomó el control del juego y sin ser muy claro se apoderó del balón. Los nuestros decayeron, para entonces el nivel mostrado por Alex Díaz no era el mejor y su banda estaba mmuy descubierta. Sobre el final del primer tiempo Millonarios arremetió de nuevo. Dídier Muñoz (el mismo que tapó el año pasado en Millonarios) tuvo una tarde muy buena y sacó importantes balones de riesgo, y en otras el balón llegaba al área chica sin un receptor y terminaba siendo rechazada por la zaga costeña.

El segundo tiempo fue mucho mejor. Empezando Ciciliano se inventó una jugada de lujo, puso un pase fenomenal a Álex Díaz y fue derribado claramente. Esta vez "Cicinho" no falló, fue el primero, que detonó la locura en las tribunas y la agresividad visitante, porque después del gol Junior se vino encima con toda, hubo angustia, hubo riesgo en el área. Los jugadores de Millonarios se vieron cansados físicamente, aún más que los visitantes, y eso se reflejó en la pérdida del balón nuevamente. Dos veces los visitantes avisaron con sendos remates en el travesaño, otra más fue salvada por Quintero en la raya luego de un cabezazo saliendo de un tiro de esquina. Los nuestros contragolpeaban con peligro, pero el segundo no aparecía, el de la calma. Vino un tiro libre de Ciciliano que era golazo, pero las manos de Muñoz ahogaron el grito.

Entonces, entró Marcelo Tejera por Ciciliano (ovacionado desde todas las tribunas) y el uruguayo le puso la pausa y alejó al rival. En los minutos que estuvo de sus piernas salieron tres jugadas claras que Telembí ni Estrada pudieron definir, y salió además un remate bonito que se estrelló en el palo, era el gol de la jornada. Minutos después entró Briceño, y en una de las últimas del partido el cucuteño anotó el segundo, lapidario y definitivo (si, amigo lector, ¡Briceño hizo gol!). Y ese gol se cantó mucho más que el primero por como estaba el partido y porque dejaba sellado el choque, inclusive Vanemerak lo celebró más que muchos. Así llegó el final y una nueva alegría más para la mejor hinchada de Colombia.

El octavo ya está a dos puntos y el equipo continúa en ascenso. El tema hoy es mejorar el aspecto definición, sobre todo para jugadores como Estrada y el hoy ausente Ervin González. Si seguimos así estamos en los ocho fijo, y sería necesario en el tema reclasificación que otorga los cupos a las copas internacionales. Hoy se venció a un rival duro, hay que reconocer que el rival jugó muy bien también, no se encerró y eso hizo el espectáculo mejor.

El arbitraje: mal, pésimo. Faltas inexistentes, un penal claro no sancionado a Millonarios, la quema de tiempo absurda, entre otras.

Ahora se viene una semana dura: partido en chile el jueves que hay que ganar como sea, y volver el domingo a Medellín para jugar con un nacional que tiene sangre en el ojo y quiere desquitarse como sea.

septiembre 26, 2007

Nada está definido

Millonarios empató a un gol ante Colo Colo en El Campín en el partido de ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana en una noche en la que el exceso de ansiedad de muchos de los nuestros jugó en contra.

Del rival hay que decir que es un muy buen equipo, Millonarios no juega solo, el rival cuenta, y el de hoy jugó un muy buen partido. El equipo visitante logró sobreponerse a la presión excesiva de los embajadores a punta de pases rápidos y contragolpes fugaces. Depronto estamos acostumbrados a ver equipos colombianos cuyo nivel no es el mejor, y este equipo mostró algo distinto a lo que vemos con cada rival. Millos apretó, mostró temple, ganas, y eso gustó a la afición (más de 40000 personas), en ocasiones hubo exceso de velocidad, tal vez por la misma ansiedad, tal vez por querer asegurar el partido rápido.

Colo Colo jugó a sacarse la presión y a contragolpear con rapidez, ese fue su juego, tuvo mucho tiempo el balón en ocasiones, cuando Millos se partía en la mitad, pero después de tres cuartos de cancha el gran partido de Gonzalo Martínez colaboró para que no pasara a mayores. Colo Colo utilizó otra gran estrategia que muchos equipos hacen, atacó a la espalda de Alex Díaz, quien tal vez por su inmadurez profesional fue el más ansioso y nervioso de todos, y por tanto tuvo una mala noche, por ahí llegó el gol y la mayoría de ataques chilenos.

El gol visitante, el primero de la noche, nace de un error nuestro. Robayo no recibe una pelota fácil, deja al equipo descubierto y los chilenos, en un contragolpe mortal, anotaron el 0-1. Apenas dos minutos después el árbitro pita penal, pero Ciciliano lo erró increíblemente al tirarlo fuera con el arquero vencido. Ese par de minutos fueron un bajón anímico tremendo para todo el grupo, que duró hasta el final de la primera mitad: Impresiciones, por momentos falta de marca y poca profundidad.

El segundo tiempo mostró a un Millos más preciso, más batallador, entregado, corriendo todos los balones como le gusta a la hinchada. Vanemerak acertó con los cambios: ingresó a Telembí por Ervin (de pésimo partido también, perdido) y a Quintero por Rojas, con lo que ganó más juego ofensivo. Curiosamente el empate local llegó también en un contragolpe. Jonathan (el mejor de la cancha junto a Martínez) corrió media cancha, puso un cambio de frente preciso para que Ciciliano definiera con clase y empatara el partido. Justo para el partido, justo para Ciciliano que a partir de ahí se retomó la confianza, y justo para el equipo que lo venía mereciendo.

El empate puso el partido para cualquiera de los dos, Millos arrinconó al rival y tuvo sus chances, el rival contragolpeaba peligrosamente a tal punto que Cuadrado salvó el segundo en un mano a mano luego de un paso de defensa a ataque veloz de los chilenos. Villagra lo tuvo y el arquero le quitó la posibilidad en lo que fue el único remate al arco del paraguayo, quién pareciera haberse perdido la confianza para lo que más sabe hacer: goles. Un par de remates de media distancia pasaron rozando el palo. Al final el empate fue el resultado final, en un partido demasiado intenso.

A aquellos que se les olvida: Millonarios es el mejor visitante del torneo con dos victorias en igual número de salidas. Colo Colo es un rival muy difícil, juega bien, es de los mejores equipos que han venido en mucho tiempo, pero no es imposible. Y recuerden también que Millos sacó a Bolognesi como visitante y a Nacional también. Millonarios no ha ganado aun en casa en lo corrido de la copa, pero afuera ha avanzado dos veces. Nada está definido señores, el 4 de Octubre se sabrá en Santiago de Chile, y Millonarios tiene el amor propio suficiente para superar esta y cualquier adversidad. No hemos ganado nada, pero tampoco se ha perdido nada todavía.

Eso si, lo único que pido es que se tomen más confianza para patear al arco algunos jugadores como ervin y Villagra, hubo ocasiones en que la llegada al borde del área se perdió por falta de convicción de ellos, que terminaban retrasando el balón o demorándose demasiado permitiendo así la reorganización defensiva chilena.

PD: Deplorable, lamentable, terrible la actuación del juez peruano esta noche. Se inventó faltas de la nada, se inventó saques de banda a favor del rival de la nada. Dejó quemar mucho tiempo y perdonó tarjetas. Al central también pareciera haberlo traicionado la ansiedad. Tal vez en Perú no están acostumbrados a ver una hinchada tan inmensa como esta y una salida tan espectacular como la de hoy...

Saludos

septiembre 14, 2007

Chau, mierdolaga!!!

Primeros en la serie, primeros en historia, primeros en hinchada. Primeros en todo. Hoy se revalidó. Hoy en gran parte se empezaron a saldar las cuentas pendientes. Hoy por primera vez en la historia se hizo presente la justicia, esa que había sido esquiva en ocasiones anteriores, todo porque siempre había un factor (a veces dos o hasta tres) que desequilibraba en contra nuestra. Claro, la mafia llevó al que hoy es nuestro más odiado rival a "ganar" cosas que nunca en la vida hubiese logrado honestamente. Claro, el "rey de compras" pensó que otra vez iba a salir avante en una competición internacional, apelando a lo mismo. Y Millonarios se encontró con los mismos factores de toda confrontación con esos. Parcializaciones, errores arbitrales garrafales, marrullería, infamia. Y contra todo y eso venció, con jerarquía, con grandeza. Ya el miércoles anterior se había probado, y Millos se trajo la victoria del Atracacio. Aquí en este blog lo dije, aun no debemos confiarnos, porque jugar contra esos es jugar contra más de once.

Pero hoy, la noche del 13 de Septiembre, quedará grabada, porque fue la noche en la que la justicia se impuso a la marrullería, y de una manera superlativa. Quedará recordada por todos porque hasta hoy ninguna hinchada había preparado una fiesta en la salida de las magnitudes de la vivida en El Campín. Quedará grabada porque Millonarios, uno a uno, hizo ver diminuto, endeble e inferior a su rival, tanto de visitante como de local.

Eran las 8:35 de la noche aproximadamente. En el césped de El Campín las porristas azules hacían el conocido "callejón" para que por ahí pasaran uno a uno los jugadores al saltar de la cancha. Llegó el momento, salió el equipo y de todas las tribunas apareció una humareda de color azul y blanco, majestuosa, y junto con ella aparecieron las bombas, los rollos y el papel picado acompañados por un estruendoso pero fascinante grito de Batalla: "¡¡¡Millos, Millos!!!". La nube de humo cubrió entonces todo el estadio, tanto así que nadie se dio cuenta en qué momento saltó el rival a la cancha. difícil de igualar y mucho más de superar. Si eso pasa, sin duda, será por cuenta nuevamente de ésta, la mejor y más grande hinchada del país. Sólo esta hinchada puede organizar una fiesta de semejante magnitud.

Y empezó el partido, el rival tuvo el balón, intentaba -si se puede decir eso- sin éxito. Uno por uno, sector por sector, jugada tras jugada, Millonarios controló a su rival. Fue una excelente estrategia. Nacional tuvo el balón pero no hizo nada con él, Millonarios se dedicó a jugar a desesperarlos y vaya que lo consiguió. A tal punto que los jugadores verdes se preocuparon más por darle cizaña al juez central que por intentar anotar como pasa siempre que alguno de esos siente resignación, trata de acudir a la marrullería. Y a Millonarios le robaron un gol legítimo terminando el primer tiempo, era de esperarse, pero eso no desmotivó al grupo. En las tribunas tal como sucede siempre, el azul estaba ganando por goleada, no es extraño.

El segundo tiempo siguió con la tónica, pero con un Nacional más desesperado y un Millonarios más seguro, que se tomó confianza y salió más al ataque. Tuvo más el balón el rival, pero nunca llegó con riesgo, Millos jugó con la desesperación mierdolaga de su lado y así cuando tuvo el balón se acercó, inquietó. No puedo decir que la noche fue 10 puntos porque el balón no quiso entrar, y hubiese sido más que merecido. Fue tanta la superioridad que cuando el equipo rival se quedó con diez hombres perdió lo poco que les quedaba de combatividad. Ahí el balón fue azul, y con él la fiesta y la hoche también. Pases de todos a todos, el canto del "ole" ante la mirada atónita de los jugadores mierdolagas, llegadas de riesgo, inspiración. Grande Robayo hoy, fue el mejor lejos. Bedoya se encargó de bajarle los humos al petulante y marrullero ícono mierdolaga a punta de temple y pierna fuerte, grande!!. Y mientras de todas las tribunas se escuchaba un gran reparto de cánticos y alegría, en la parcial mierdolaga todo era miseria... aunque bueno, aceptémoslo, esos siempre son una miseria!!!

"Hay que saltar, hay que saltar, el que no salte es una puta de nacional", "la locura crece y los paisas no aparecen", "mirá, mirá, mirá, tómale una foto, se fueron esos paisas con el culo roto"... todo era un carnaval, el canto del "ole" no se hacía esperar. Pinceladas de Jonathan Estrada por toda la cancha, cómo ha recuperado su nivel!!!, túneles, tacos, cambios de frente, todo ante la resignación mierdolaga y el carnaval millonario. Millonarios ganó de camiseta, ganó de grandeza. Al rival no le alcanzó esta vez con echar terapia a los árbitros, porque simplemente nunca se vio. Millos ganó la serie de forma justa, como el buen papá que es!.

Y es más reconfortante aún saber que no solo le ganamos a Nacional. También derrotamos a la cizaña, a la marrullería, a los periodistas. Muchos deben estar llorando porque el equipito del patrón perdió contra su papá otra vez. Y esos "hinchas" de ese equipo de todas las regiones excepto Antioquia, esos que se pegan de lo que vaya primero en la tabla para tratar de compensar su vida triste y tener algo por que celebrar (así son todos los mierdolagas que no son antioqueños) hoy deben estar llorando su amargura.

Qué linda alegría, gracias Millonarios, el regalo prometido!! Nacieron hijos nuestros, hijos nuestros morirán!!!

Ahora se viene el segundo rival más odiado: Santa Fe, el domingo a las 5:20 pm. Ya todos sabemos cual es la historia, siempre somos más, hay que revalidarlo. De ganar el domingo alcanzaremos la cifra de 100 clásicos ganados. ¿Se imaginan donde eso suceda? La mejor semana del año sería,

saludos

septiembre 10, 2007

Tres puntos valiosos y dos clásicos venideros

Bastó un penal convertido por Villagra para que Millonarios volviera a ganar en casa luego de aproximadamente un mes. De un partido que por ratos estuvo aburrido porque Millonarios jugó a media máquina (entendible, ya estábamos ganando y no había que arriesgar en lo físico) y porque el rival vino a perder, se encerró atrás y ni después del gol en contra arriesgó, todo fue más fácil.

Quizá el resumen del partido se reduce a la actitud de Marcelo Tejera, el uruguayo. Criticado por muchos porque no se le ve correr, pero quien tiene un nivel futbolístico enorme. El partido fue tal como su juego: Lento, camninando, sin correr mucho, pero cada vez que tuvo el balón llevó peligro al área rival. Metió muy buenos pases, que por fortuna del rival terminaban en jugadas de gol despilfarradas. Ervin se comió literalmente dos opciones claritas y Villagra otra más, eso sin contar cuando se ganaba la raya y en el último esfuerzo, el del pase al área, se dilapidaba la opción. Mención especial merece Jonathan Estrada, quien ha levantado enormemente su nivel y fue jugador clave tanto hoy como el miércoles anterior.

Sobre la asistencia, algo concreto: Millonarios jugó hoy con Pereira, recibe el jueves a la ralea de mierda y el día domingo jugará el clásico con Santa Fe. Para el hincha promedio esa seguidilla de partidos es un dolor en el bolsillo y por eso algunos tienen que "escoger el partido". A eso hay que sumarle que la selección colombia juega este miércoles con Paraguay (no me gusta ni cinco la selección ni la sigo, pero se que muchos hinchas si querrán asistir). En total unos 10000 espectadores para ver lo que por momentos pareció un entrenamiento. Se logró salir de la cola de la tabla y posicionarnos a 5 puntos del octavo. Y la carrera sigue, porque para entrar ahora hay que ganar 7 de 10 partidos pendientes.

Y como desde ya se vislumbran comentarios malintencionados de la prensa porque el equipo no goleó al Pereira débil de hoy (es de imaginar los comentarios en los que critican al equipo y salen con que jugó muy mal), es bueno aclarar que era mejor haber jugado hoy a media máquina para llegar mejor físicamente al duro encuentro del día jueves. Se esperaba un partido así, por lo menos yo lo esperaba así. Obviamente, con mejor definición, pero vuelvo a lo mismo, prefiero ver uno solo hoy y el resto el jueves y domingo.

Superado este partido, ahora sí hay que pensar en el súper clásico del jueves, en el que a pesar de la ventaja hay que salir con la mentalidad de vencer o morir, máxime tratándose de ese rival y el hecho de ser una copa internacional. Ojalá volvamos a ver al Millos gallardo del miércoles anterior, y ojalá podamos vivir una alegría más en nuestros corazones.

Saludos,

septiembre 05, 2007

Por fin una alegría... ¡¡¡Y QUÉ ALEGRÍA!!!

¿Por donde empezar? No se aun. Todavía tengo los sentimientos alterados... Fueron tantas las cosas que pasaron que saber por donde comenzar la crónica resultaría imposible, pero bueno, haré el intento de organizar las ideas, ya que la alegría que siento hoy es supremamente inmensa. Ya no es raro, siempre pasa, jugar con Nacional es jugar contra 12, 13 o hasta 14, hoy no fue la excepción. Como siempre que Millonarios visita esa montaña, hoy otra vez nos atracaron a mano armada. En otras ocasiones la prensa de este país disimula los atracos, los robos, los infames arbitrajes siempre favoreciendo al mierdolaga. Hoy fue distinto, hoy todo el continente lo vio. ¿cuanto le habrán pagado a Jorge "Hernán Silva" Hoyos para que nos diera toda esa mano de pito?. Me acordé justito de Hernán Silva en esa infame eliminatoria del 89. Y lo peor del caso, sigue pasando, pero nadie dice nada aquí. Ojalá los de la conmebol revisen la infamia arbitral de hoy. Hoy más que nunca se notó, Millonarios derrotó al "rey de compras", sólo que hoy la compra no funcionó como antes.

¿Recuerdan hace un año, en un partido que Millos tenía controlado a Nacional, una jugada en la que el porterito verde corta un avance con la mano siendo último hombre? Esa vez el señor Barahona le puso amarilla y después echó a Leal, para dejarnos con 10. Hoy fue casi idéntico. El mismo porterito metió la mano fuera del área cortando un claro avance de gol, sólo que esta vez ni la lengua le sacaron. Después el mismo árbitro se dedicó a tarjetear a cuanto jugador de Millonarios cometiera una falta, y luego se inventó un penal que puso a ganar al local. Típico de un partido en Medellín, Millos fue más, hizo ver diminuto al rival hasta que la infame mano del central puso adelante al verde. Ese fue el primer tiempo.

Pero las "fantásticas acrobacias" de Hoyos no terminaron ahí. En el segundo tiempo echó a Rojas por una falta que ni era para tarjeta. No expulsó a Aristizabal, que estaba amonestado y le pegó un monumental codazo a Bedoya, y tampoco echó a por lo menos dos jugadores mierdes que golpearon a un azul cuando éste se encontraba en el piso y pedía ser atendido, sólo "una amonestación verbal". El peor arbitraje de los últimos 19 años contra Millos. Esta vez la prensa nada puede decir, lo vio todo el continente. Sólo basta revisar el video, hasta los comentaristas de Fox Sports estaban anonadados con el infame y localista arbitraje de este sujeto. El mismo que meses atrás se inventó un penal con una falta 10 metros fuera del área que clasificó a Santa Fe a los cuadrangulares. Sería el colmo que mañana salgan a decir que el arbitraje estuvo correcto, como suelen hacerlo siempre cuando le dan pito a Millonarios.

Del partido, todo, hoy Bogotá no duerme, qué felicidad. Tantos factores en común, tantas alegrías. Un segundo tiempo que pareció eterno. Millonarios jugó tan bien, que hizo ver a su rival diminuto, chiquito, escuálido, y no era un rival cualquiera ni un partido cualquiera. Aquí sabemos todos que este es el partido más importante del fútbol colombiano y que Nacional, aparte de sus constantes ayudas arbitrales, es un buen equipo. Y Millonarios, con los mismos jugadores que habían recibido dos goleadas en contra, le jugó de igual a igual, lo superó en todos los sectores del campo, ganó 3-2, pero con todo y eso el marcador fue injusto, era para haberlos goleado. Los dos goles del rival llegaron por un error garrafal del central al pitar un penal que nunca fue, y en el único error que cometió la zaga azul. Aun están en el recuerdo el gol de Jonathan luego del centro de Érvin, el golazo de Ciciliano en una jugada impresionante en la que se combinaron velocidad, precisión y definición. El contragolpe brutal que generó el penal -este si legítimo- contra Jonathan que significó el tercero. La lucha por cada balón, con entereza, la forma en que los defensas y volantes controlaban uno a uno los ataques rivales. La manera como se volteó el marcador de semejante manera, con grandeza, la misma que siempre estamos pidiendo. La camiseta de Millonarios, la más gloriosa de Colombia, se hizo respetar con altura esta vez, tal como debe ser siempre.

Decir quién fue la figura del partido es imposible también. Todos jugaron en un nivel superlativo. Cuadrado se comió el segundo gol y se le notó inseguro, tal vez fue el único que no mostró nivel. Afortunadamente el rival poco llegó. Los demás jugaron extremadamente bien. No sé que habrá hecho Vanemerak para cambiarles el ánimo, tal vez hoy fue la prueba de que esa "empatía" con Lasarte nunca existió y por eso el bajo nivel. Tal vez el nuevo DT, ex jugador que vivió todas las épocas del principio de esta rivalidad hace 20 años les hizo entender lo que significaba jugar contra esos. El punto es que ganamos.

Sin embargo, la serie aún no está definida. Quedan 90 minutos en El Campín para revalidar lo hecho hoy, el avance es sumamente importante, pero aún no hemos clasificado, esa es la consigna. Antes del partido todos pensaban que sería otra goleada en contra y hasta se burlaban -habría que recordar cada uno de nosotros lo que nos dijeron en el trabajo, colegio y universidad-, ahora después todos estamos exaltados y contentos, pero hay que tomarlo con mesura. Con el nivel de hoy sin duda Millonarios va a volver a pasarle por encima a los mierdes -y a cualquiera-, pero por ahora hay que pensar en retomar la senda ante el Pereira el domingo. Tenemos un pie adentro, tal vez pie y medio, pero todavía no los dos. Y con Nacional no hay que confiarse nunca, recuerden: Esos siempre van a jugar con 12, 13 o 14 cuando es contra Millonarios.

PD: No es bueno cobrar... pero esta victoria de hoy no es solamente dedicada a los mierdolagas. También va para aquellos "hinchas" de Millos que abandonaron y no asistieron el sábado a El Campín, los que despotricaron, los que hablaron de más, los que le dieron la espalda al equipo por un mal resultado y nos reprochaban a los que siempre estamos presentes con estupideces como "¿y ud. le va a seguir dando plata a esos perros?" y semejantes. Esos mismos que hoy sí sacan el pecho en la victoria, pero que en la derrota se esconden, los resultadistas. Ojalá lo de hoy les haya abierto los ojos. En las buenas todos... en las malas los que somos.

Saludos.