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octubre 23, 2008

Sufriendo más de lo debido

Había que ganar sin importar lo demás. Había que sumar de a tres así fuera ganando medio a cero para no quedarnos colgados. Al final, aunque el equipo sufrió de más, aunque se terminó el partido con ansiedad y algunos hinchas pedían tiempo, aunque el rival tuvo un hombre menos que Millonarios durante gran parte del partido y tuvimos que esperar casi 75 minutos para cantar un gol; el equipo ganó, saltó al tercer lugar de la tabla de posiciones de este campeonato apretadísimo y llega con la confianza suficiente para afrontar el próximo sábado una nueva edición del clásico capitalino.

Para muchos el rendimiento del equipo no fue el mejor, para muchos el equipo jugó mal teniendo en cuenta como se dieron las condiciones del juego. Algunos pedían la salida de Elinho justito hasta instantes previos a su anotación que a la postre significó el triunfo. Con el empate en ceros, la desesperación se apoderó de los jugadores y también de los hinchas, que no podían creer que Millonarios tuviera que sufrir tanto para ganarle a un equipo diezmado que tenía un hombre menos en el campo casi todo el partido, que quemaba todo el tiempo del mundo posible con la complicidad de Adalberto Rincón y que, además, sólo avisaba peligro en la pelota aérea, en donde casi siempre ganó a la zaga azul.

El planteamiento de quintabani para el primer tiempo era más cauteloso que cualquier otra cosa. Los tres hombres de recuperación y apenas Estrada como enganche no daban muchas alternativas. El equipo azul llegó poco al arco defendido por Estacio, se jugaba mucho por la derecha y los avances llegaban hasta tres cuartos de cancha. El partido no era bueno, por el contrario, se jugaba mucho en la mitad y ninguno de los dos equipos mostró situaciones claras de gol. Ni siquiera después de la expulsión de Rojas cambió la situación. Millos tenía un hombre más en el campo, pero la diferencia, no se notaba. El portero visitante desde muy temprano empezó a quemar tiempo con cada saque de meta a favor y el central no le quiso sacar ni la lengua. Con el partido cortado, con Millonarios inofensivo y con Huila retrasado buscando contragolpes que nunca existieron, se fue la primera parte. Sobre el final, en una jugada de ataque, el central dejó seguir lo que desde la tribuna pareció ser un claro penal.

Era el momento de replantear la situación y así lo entendió Quintabani. Para el segundo tiempo mandó al campo a Araújo en el lugar de Andrés Pérez (de buena actuación). Con el cambio de módulo táctico Millonarios mostró más vértigo y desde el inicio del segundo tiempo se acercó con más riesgo. La primera la tuvo Casierra quien después de un rebote recibió la pelota casi que con el arco al frente pero se la dio a un rival. Después todo lo hizo Estacio, empezó a sacar remates que eran goles cantados y de a poco, con sus atajadas y su forma desenfrenada de quemar tiempo, se fue erigiendo como la figura del partido. Huila empezó a avisar por medio de la pelota quieta, en donde en un noventa porciento de las veces sus atacantes ganaron sobre la zaga azul ocasionando varios dolores de cabeza.

Pasaban los minutos y la desesperación entró. Los comandos empezaron a cantar el "movete Millos, movete", mientras en Oriental y Occidental la gente empezó a pedir a Tejada en lugar de Elinho, quien no había tenido una buena noche. Al final el panameño ingresó, pero por Asprilla. Quintabani se la jugó toda y era obvio, había que ganar como sea. Sobre el minuto 28 de la segunda parte, por fin, los jugadores de Millos se combinaron para abrir la defensa visitante por el centro con algo de suerte también, y así Elinho, quien no había tenido un buen partido hasta entonces y ya estaba empezando a ser resistido por algunos, quedó mano a mano con Estacio y lo venció. Llegó el gol, por fin, se había demorado mucho, pero Millos estaba adelante en el marcador.

Huila, entonces, sacó lo poco que tenía buscando el empate y Millonarios trató de aprovechar los huecos dejados para generar contragolpes. Tejada pudo hacer el gol de la fecha tras empalmar una volea de primera intención. Su remate, furioso, iba a todo el ángulo, y Estacio dijo que no. Después, el golero tuvo otra muy buena intervención y un par de remates más salieron desviados. Huila no llegó con peligro después del gol de Millos, pero sí alcanzó a meter al equipo embajador en su campo. Sobre los minutos finales algunos, desesperados, pedían tiempo. Pero era más cuestión de ansiedad y de los cuatro minutos de adición que dio el central, que de algún peligro que generara la visita. Sobre los minutos finales José Mera fue expulsado por doble amarilla y se perderá el partido del próximo sábado, lo que hará que Quintabani recomponga muy bien la defensa. Llegó el final y gracias al apretado triunfo y la combinación de resultados, ahora Millonarios es tercero, aunque el octavo tenga apenas dos puntos menos.

Para el último clásico, tanto Millonarios como Santa Fe llegaron con los mismos puntos pero el cuadro rojo ganaba la posición por diferencia de goles. Ese clásico lo ganó Santa Fe 0-1. Esta vez, en vísperas del que puede ser el último clásico del año, los dos equipos llegan en las mismas condiciones, pero ahora es el equipo azul el que gana la posición por la diferencia de goles. Que sea este un buen presagio para lo que todos queremos, una victoria azul ante el rival de todos los tiempos.

octubre 04, 2008

Perfecta noche de viernes

El juego repetitivo de Millonarios de todo el mes de Septiembre se fue al olvido en la noche del viernes cuando el equipo azul literalmente le pasó por encima al Pasto en una noche perfecta y retomó la senda victoriosa. Elinho, el brasilero, debutó con la camiseta de Millonarios marcando dos goles y jugándose un partidazo. Milton volvió al gol después de cuatro partidos y Jonathan Estrada nos regaló a los asistentes una joya, un golazo de lujo de esos que generalmente escasean en nuestro medio para ponerle el moño y las cifras concretas al marcador. Fueron cuatro, pero con todo y eso el arquero rival fue la figura del partido. De no haber sido por él, Millonarios tranquilamente pudo haberle hecho ocho goles a un Pasto que no pudo oponer mayor resistencia ante el buen juego del equipo de nuestros amores.

Fue el rival el que pegó primero con un remate desde fuera del área peligrosísimo que salvó muy bien Óscar Córdoba. De ahí en adelante Millonarios lo hizo todo, de la mano de un Estrada iluminado y jugando al toque, por el piso, combinando a volantes y delanteros, el equipo azul se empezó a acercar a predios pastusos. Elinho empezó a avisar de sus capacidades con un remate entrando al área por zona izquierda que se fue ligeramente por encima. Después la tuvo Milton en un tiro libre que ya estábamos cantando como gol y que salvó providencialmente el portero rival.

A los 22 minutos se desequilibró la balanza. Elinho puso un pase a Araújo, quien ingresó al área y remató al arco, la pelota quedó en rebote y otra vez elinho aprovechó para sentenciar al Pasto con un derechazo abajo. Cinco minutos después, Millonarios se juntó por izquierda, Milton ingresó al área y colocó un centro preciso al otro palo que sobró al golero y apareció la cabeza del brasilero de nuevo para poner el 2-0. Antes del final del primer tiempo la tuvo Araújo quien remató desde la derecha y su disparo fue desviado por el meta visitante. Pasto no podía hacer mucho, sus jugadas no pasaban desde la media cancha, en donde Robayo y Andrés Pérez lo quitaron todo y se comieron la cancha. Vimos a Robayo motivado por regresar al campo, como si sus dos fechas de sanción hubieran sido eternas. Y vimos al mejor Andrés Pérez de los últimos tiempos, el volante parecía tener más pulmones, cada balón lo corría a muerte. Parecía el Andrés Pérez que conocimos del 99 y principios de ésta década. Su actuación de anoche fue superlativa.

Para el segundo tiempo Millonarios siguió en su misma tónica de juntarse por el piso, de tocar la pelota con velocidad y precisión, de juntarse con paredes y tocatas para generar sorpresa. Milton ingresó al área y cuando estaba listo para liquidar su remate fue desviado por la pierna de un rival. El delantero se notaba ansioso por volver al gol y a los once minutos de la complementaria se le dio. En una combinación con Estrada, el valluno dejó al calvo en el área mano a mano con el portero, Jonathan remató con furia y el portero alcanzó a tocarla y desviarla al palo, pero en el rebote apareció Milton para liquidar con el arco a su merced y poner el tercero.

Después ingresó Ervin por Araújo, quien salió aplaudido por su gran actuación. En la tribuna, los 10 mil fieles que asistimos, los de siempre, palpitábamos que la cuenta no estaba completa y que faltaba más. Y Jonathan, que todo el partido se había juntado con todo el mundo con tocatas y deleitaba a la tribuna por mostrar el nivel que le conocemos de siempre, iba a tener su premio, que fue a la vez premio a los hinchas, premio al equipo y premio al fútbol. Íban 22 minutos del segundo tiempo y el volante tomó la pelota y arrancó en una carrera hacia el arco norte del estadio, cinco jugadores rivales fueron a quitarle el balón y los cinco salieron bailados. Con esto Estrada llegó al área y quedó mano a mano, pero esta vez definió perfecto al palo izquierdo del portero. Fue un verdadero golazo que nos dejó tan felices como sorprendidos a todos. Por eso, cuando el volante fue sustituido siete minutos después por una molestia, se llevó una ovación impresionante.

Y después Millonarios pudo hacer más pero el portero visitante estuvo atento. Primero con Robayo quien perdió en el mano a mano después de entrar al área. Después Tejada, quien ingresó por Elinho para el aplauso, se juntó con Milton y este último soltó un gran remate desde fuera del área buscando bañar al portero rival quien alcanzó a manotear para sacar al córner (hubiera sido otro gol de fantasía). Y finalmente un tiro libre de Hurtado que conjuró también el portero del equipo de la visita. Hubiera sido excelente, por ejemplo, un gol de Tejada, para sacarse la sal de encima y arrancar la racha goleadora. Pasto llegó solamente una vez con peligro en todo el segundo tiempo y la jugada terminó en un gol anulado por claro fuera de juego.

Millos volvió a ganar, gustar y golear. Volvió a realizar una presentación de esas que nos gusta ver ante su gente, ante los de siempre, los que no escogemos rival, día ni hora. Del equipo repetitivo y sin ideas de Septiembre no se vio nada ayer. Por el contrario, se vio un equipo con dinámica, con variantes, con precisión, que jugó bonito a la pelota y que tenía enloquecido al rival por su rendimiento. Este es el Millonarios que siempre queremos ver, el que pasa por encima del rival y sin importar que el marcador ya esté abultado sigue yendo hacia el frente buscando ampliar la ventaja.

agosto 31, 2008

Retomamos la punta

Millonarios logró vencer con claridad al Cúcuta Deportivo y se trepó parcialmente a la punta del campeonato de nuevo. Parecía un partido complicado en el papel, pero un golazo de Gerardo Bedoya en el comienzo y la buena suerte ayudaron a que para el final el partido terminara en baile y en una goleada categórica que se hizo corta en relación al trámite del mismo. Por primera vez en cinco partidos, el equipo terminó con el arco en ceros y ahora cuenta con una diferencia de gol de +6, factor importante a la hora de definir desempates.

Teniendo en cuenta el horario del partido, la asistencia superior a 20 mil espectadores es aceptable. Sabíamos que Cúcuta venía herido y se haría matar en la cancha de el Campín. Afortunadamente, Millonarios desequilibró rápido el marcador a su favor gracias a la pelota quieta, tal como ha sucedido en todos los partidos del equipo en Bogotá. Sobre los cinco minutos, Portocarrero derribó a Castro cerca del área y se ganó la tarjeta amarilla. Un minuto después, luego de la acomodación de la barrera y la preparación del cobro, Bedoya disparó con su característica sutileza efectiva y castigó al palo del arquero, que quedó a mitad de camino y observó como la pelota se ubicaba dentro de su marco con estilo. Un remate soberbio, con una categoría de otro planeta, que puso a delirar al público asistente.

Cúcuta trató de reponerse del golpe e intentó tomar el control. Millonarios optó por jugar a los balones profundos de Bedoya y Estrada, los dos mejores jugadores del equipo en la noche del sábado, buscando la rapidez y el desborde de Leonardo Castro y el remate de Milton. Cúcuta llegó cuatro veces con mucho riesgo. Un tiro de esquina desde el sector de Oriental que conjuró bien Córdoba; un error grave de Efraín, quien pecó de confiado y perdió un balón en la línea final que terminó con un centro al área azul y un cabezazo que picó en el piso y después se estrelló en el travesaño; un tiro libre que conjuró el golero azul de nuevo, y un remate desde la derecha que parecía sencillo, pero que Córdoba, también por pecar de exceso de confianza, dejó colar entre sus brazos y la pelota voló hasta el segundo palo y no entró para fortuna de él, de Millonarios y de todos nosotros.

Los avisos del Cúcuta eran el campanazo de alerta: había que liquidar el partido para no pasar riesgos. Jonathan se juntó con Castro y después de entrar al área se enredaron con Milton y el portero rival para desperdiciar la opción. Érvin, quien reemplazó a Araújo hoy, la tuvo luego de entrar encarando al área, pero su remate salió desviado. Y sobre el final del primer tiempo, nuevamente Portocarrero hizo de las suyas al cometer una mano en el área súper infantil que significó el penal que Milton convirtió en el 2-0 para seguir arriba en la tabla de goleadores con el que terminó el primer tiempo, dejando parte de tranquilidad.

El segundo tiempo trajo consigo la entrada de Tejada por Castro. El segundo tiempo del Cúcuta duró quince minutos, el tiempo en el que Millonarios, relajado, le cedió la pelota al conjunto motilón. Sin embargo, no fue mucho lo que el visitante pudo hacer. Después, el visitante mermó sus intenciones y Millonarios se montó en el partido e hizo lo que quiso, nuevamente de la mano de Bedoya y Jonatahn. Tejada tuvo dos opciones clarísimas, pero falló a la hora de la definición. En la primera, su remate mano a mano con el portero Saldarriaga se fue muy por encima, y en la segunda su remate salió ligeramente desviado.
Cúcuta lucía entregado en la cancha mientras Millonarios lo paseaba, el 2-0 parcial era demasiado corto para lo que se veía en el campo. Por merecimientos y justicia, Millonarios debía convertir por lo menos un gol más, y a dos minutos del final del tiempo regular llegó el tercero: centro de Miguel Rojas por la derecha y el cabezazo letal de Robayo para liquidar a Saldarriaga y ponernos a celebrar de nuevo. Los cantos, el ole y la alegría no pararon, ni siquiera después del pitazo final de Iber Machado.

Lo que viene para Millonarios ahora es la que para mi es la etapa más dura de todo el campeonato. Júnior, Santa Fe, Nacional y América son los siguientes escollos para mantener el buen juego y la posición en la parte de arriba de la tabla. La siguiente semana no habrá partido por la jornada de eliminatorias al mundial, situación que deberá aprovechar el equipo para acondicionarse con toda para ir a una plaza siempre difícil como Barranquilla a enfrentar a un rival durísimo que, al igual que Millos, anda en un excelente nivel. Sin duda, el partido entre Júnior y Millonarios es el más atractivo de la siguiente semana.

agosto 17, 2008

Demostración de jerarquía

Millonarios ganó su tercer partido como visitante en el presente campeonato en Armenia ante el Quindío, equipo que hasta el sábado venía invicto en el torneo. No fue un partido nada fácil, el primer tiempo fue para el olvido, pero Millonarios se las arregló para ganar el juego en el segundo tiempo con un jugador menos y mostrando la jerarquía necesaria para superar las adversidades y voltear el resultado en contra. Luis Tejada debutó con la camiseta azul. Así, Millonarios conserva el liderato del campeonato y Mílton Rodríguez volvió a anotar y se mantiene como líder en la tabla de goleadores.

El buen arranque de Millonarios duró doce minutos. En este lapso, el equipo azul creó dos jugadas de riesgo en la asociación Rodríguez - Tejada. En la segunda llegada, el vallecaucano le bajó con el pecho el balón al panameño quien remató duro, pero el golero quindiano envió el balón al córner. En la jugada siguiente, luego del tiro de esquina, el Quindío se fue en un contragolpe veloz que terminó en opción desperdiciada de Sebastián Hernández, exjugador de Millos. Sobre los doce minutos, el Quindío armó una muy buena jugada colectiva, que incluyó un taco-túnel de Quiñónez a Casierra y dejó a Saraz en el área. El delantero se quitó la marca de Efraín y remató duro por debajo de la humanidad de Cuadrado, quien no pudo atajar el remate, y fue el 1-0.

A partir de ese momento y tal como pasó ante el Cali, Millonarios se diezmó. Era la segunda vez en el torneo que el equipo estaba por debajo en el marcador, y anímicamente el grupo no pudo asimilar el golpe. Los treinta y cuatro minutos siguientes fueron todos para el equipo de casa, que con velocidad y precisión hizo lo que quiso en el campo. Los jugadores azules mostraban demasiada pasividad. Con muchos toques rápidos el equipo cuyabro tenía loco a Millonarios, guiado precísamente por Hernández. Ni la pareja de volantes de contención ni la zaga podían con la arremetida cafetera. Lo mejor que podía pasar era que terminara el primer tiempo. Afortunadamente, en ese tiempo Quindío no pudo convertir todo ese dominio en goles. Fue el peor momento de Millonarios en la era Quintabani.

El segundo tiempo fue totalmente distinto. La charla técnica de Quintabani cambió la mentalidad y la disposición de los jugadores, que desde el pitazo salieron con todo buscando el empate que llegó rápido. A los dos minutos del complemento, Mílton entró al área por la zona izquierda y sacó un potente remate al palo ídem del portero para sentenciar el empate. Quinto gol de Rodríguez en igual número de partidos. Con el gol, fue el equipo local el que no pudo con el golpe y se desordenó, y fue Millonarios el que se montó en el partido. Tenía que pasar algo extrafutbolístico para que Millonarios disminuyera sus posibilidades ofensivas, y con Óscar Julián Ruiz pitando era muy fácil que esto sucediera. Corrían siete minutos, y el llanero expulsó a Araújo por una flata que era de tarjeta amarilla, pero no de roja.

Ese momento hizo que el Quindío otra vez tomara el control del balón, pero a diferencia de la primera etapa, el equipo local no era peligroso y Millonarios logró controlar cada uno de sus avances. Quintabani movió el banco: retiró a Miguel Rojas para darle paso a Mera y así custodiar mejor la zona derecha, sacrificando la salida. Y después sacó a Tejada para darle paso a Mendoza, quien fue determinante para el triunfo. Y a diez minutos del final, sacó a Mílton para darle paso a Andrés Pérez y solidificar la media cancha por el hombre menos.

Millonarios optó por contragolpear y esperar con orden la arremetida local. El equipo azul no llegó mucho a puerta desde ahí, de hecho solamente llegó dos veces, pero esas dos veces bastaron. En la primera de ellas, Estrada puso un pase al área para Mendoza, quien remató y su disparo alcanzó a ser atajado. En el rebote Mendoza fue claramente derribado en el área, era penal toda una vida, pero el árbitro era Ruiz, así que el desenlace ya era conocido por todos: dejó seguir. En la segunda, Robayo puso un centro desde la derecha buscando a Mendoza, quien cabeceó al corazón del área y encontró a Jonathan, quien con otro gran cabezazo venció la resistencia de Otero y puso el 2-1. Después, solamente fue jugar con el desespero local para mantener la ventaja durante ocho minutos (porque solamente Ruiz vio que se perdieron tres minutos en el segundo tiempo) hasta el pitazo final.

Lo negativo de la jornada sin dudas es la expulsión de Araújo que va a hacer mucha falta. Lo más positivo, más allá del resultado y el liderato, fue la gratificación de ver como este equipo supo voltear un resultado con un hombre menos, con jerarquía, como debe ser siempre con Millonarios. A diferencia del partido contra el Cali, Millonarios tuvo la ventaja de tener un medio tiempo para replantear el bajón anímico por el marcador adverso y supo manejar en el segundo tiempo la situación. El próximo fin de semana, Millonarios visitará al Pereira.

agosto 10, 2008

Tres golazos y una fiesta

Esta es una de esas noches fenomenales que da la vida. Bàsicamente, si el juez central no hubiera metido la mano descaradamente para tratar de ayudar en algo al Tolima, hubiera sido una noche perfecta en todo. Millonarios ganò, gustò y goleò, marcha temporalmente como lìder del campeonato y tiene a todos sus hinchas dichosos y esperanzados. Algunos diràn que van cuatro fechas y que falta mucho camino. Tienen razòn, pero eso no nos quita la alegrìa y ser primeros es ser primeros.

Venìa el Tolima lìder del torneo, la gente, motivada por la ùltima victoria ante La Equidad y por el buen trabajo colectivo del equipo, asistiò en masa al estadio. Aproximadamente 25 mil personas, aproximadamente el mismo nùmero de espectadores que dos dìas atràs, cuando vino el Real Madrid a Bogotà a jugar contra otro equipo bogotano que anunciò una fiesta y terminò haciendo el ridìculo como siempre (si no son capaces de llenar el estadio contra el Real Madrid, no lo llenan contra nadie màs). Y la gente llegò al estadio buscando celebrar y asì fue, con tres golazos de factura, con un partido redondo del que Millonarios fue amo y señor desde el inicio y hasta el final, y que no terminò con un marcador màs abultado simplemente porque Millonarios bajò las revoluciones cuando quiso.

Tardamos solamente nueve minutos en explotar de alegrìa. Millonarios saliò con todo y justo a los nueve minutos, en un tiro libre indirecto, Milton le tocò la pelota a Hurtado, el balòn se fue un poco largo y los pijaos de la barrera salieron a atacar con todo, parecìa una opciòn perdida, pero el ecuatoriano, hoy capitàn de campo, fue màs inteligente y fue por la pelota, eludiò con un regate a un jugador y sacò un derechazo tremendo e inatajable: golazo y delirio.

A partir de ahì el Tolima quiso salir màs al ataque, aprovechò los costados con Mejìa, el juvenil, para tirar centros al àrea azul porque los dos laterales embajadores jugaban muy adelantados. No fue mucho lo que pudo hacer, todo cuanto pasaba por el àrea azul era rechazado sin contemplaciones por los centrales, Cuadrado era un espectador màs. Sobre los 30 minutos, Robayo emulò a Hurtado, y otra vez por la derecha empalmò otro brillante remate de larga distancia que hizo un gran efecto en el aire y dejò quieto y sin oportunidades al portero rival: dos golazos y una sola fiesta.

Despuès el Tolima lo hizo todo màs fàcil: saliò Mejìa, el ùnico que inquietaba a la defensa azul, e ingresò en su lugar Medina, quien durò pocos minutos en el campo tras salir expulsado luego de pegarle a Casierra. Sobre el final del primer tiempo Millonarios pudo anotar el tercero, luego de una combinaciòn entre Castro y Araùjo que dejò a èste ùltimo en posiciòn de anotar pero su remate fue dèbil.

El segundo tiempo mostrò a un Millonarios que saliò con todo pero que con el paso de los minutos fue enfriando el partido. El Tolima se mostraba màs limitado, y daba la impresiòn de que jugaba a evitar màs goles para no padecer una catàstrofe. Millonarios era el que controlaba los tiempos, cuando querìa aceleraba y cuando no le daba pausa al partido. A los 19 minutos del complemento el Tolima se acercò por primera vez con riesgo luego de una tijera fuera muy bien salvada por Cuadrado y enviada al còrner. Y un minuto despuès, en ese tiro de esquina, el central pitò un penal por un supuesto forcejeo en el àrea, un forcejeo como los que hay siempre en todos los partidos de fùtbol del planeta y que si fuera por eso se pitarìan mil penales por juego. Era la ùnica forma de que el Tolima volviera al partido, Marangoni cobrò y anotò el descuento.

Pero las esperanzas de los tolimenses de volver al partido no duraron mucho. Fueron solamente dos minutos, porque en una falta fuera del àrea, Milton Rodrìguez se encargò de sentenciar con un buen cobro al palo del arquero y sentenciar el partido. Cuarto gol de Milton en igual nùmero de partidos jugados, lo que mantiene al vallevaucano en el liderato de la tabla de goleadores del campeonato.

Lo que vino despuès fue el concierto de toques azules, el jùbilo de la gente y la felicidad. Mauricio Mendoza tuvo el cuarto, pero hizo una de màs. Sendos remates de Araujo, Casierra y Robayo pudieron tambièn significar un gol màs, pero el portero visitante estuvo atento. El Tolima solamente llegò una vez màs con riesgo en un tiro mordido de Perlaza que salvò muy bien Cuadrado.

Es cierto, van apenas cuatro partidos y quedan catorce. Es cierto, tenemos nueve puntos apenas y para clasificar falta mucho todavìa. Pero tambièn es cierto que desde 2005 Millonarios no era puntero en el todos contra todos y que tenemos derecho a celebrar este buen arranque de campeonato promisorio, porque el equipo no solamente gana, tambièn gusta y deleita a su hinchada.

agosto 05, 2008

Seguimos vivos en la Copa Colombia

Como debe ser siempre, sin importar el motivo del partido, Millonarios doblegó esta tarde en Zipaquirá al Bogotá F. C. de la segunda división en el estadio "Los Zipas" de Zipaquirá en partido adelantado de la novena fecha de la Copa Colombia, que se complementa mañana. El equipo azul jugó de nuevo con su nómina "B" y no tuvo mayores problemas para superar a su rival que no opuso mayor resistencia dejando entre los jugadores destacados a Andrés Pérez y Érvin González.

El primer gol llega luego de un tiro de esquina que levanta Érvin González y encuentra la cabeza de Ánuar Guerrero, quien convirtió así su primer gol con Millonarios. El segundo, llegó en la etapa complementaria por la vía de los doce pasos, cuando una falta sobre "Café" Mendoza dio paso a la ejecución de Érvin al palo izquierdo, a donde voló el portero visitante pero no alcanzó a atajar.

Bogotá no propuso mucho y apostó demasiado al pelotazo, pero cuando quiso jugar, Millonarios tuvo en Pérez al caudillo que se encargó no sólo de neutralizar los ataques rivales, sino también de ser el conductor del equipo desde la zona de recuperación.

Con la victoria Millonarios alcanza 12 puntos y deberá esperar que mañana La Equidad derrote a Centauros y que Santa Fe y Academia empaten, para así llegar con una mejor opción de clasificar en la última jornada el 13 de Agosto, justamente, ante Santa Fe.

agosto 03, 2008

Victoria justa y merecida

Jugando bien y superando las adversidades de las desatenciones en juego aéreo, la cancha en mal estado y la mala tarde del juez central y, sobre todo, el línea de Occidental, Millonarios superó con total justicia a La Equidad en el estadio de Techo en cumplimiento de la tercera fecha de la Copa Mustang II logrando su segunda victoria en línea como visitante y ubicándose en el segundo lugar junto con el Cali y el Once Caldas. Millonarios siempre fue más que el equipo que ofició de local aunque tuvo que sufrir más de la cuenta para llevarse los tres puntos, todo por dos desatenciones de marca en igual número de ataques locales que se convirtieron en los dos goles en contra de la tarde de hoy.

Por demolición de la tribuna Oriental del estadio de Techo, solamente se vendieron localidades para la tribuna de Occidental Sur a los hinchas embajadores, la otra tribuna (Occidental Norte) estaba habilitada solo para socios y empleados del local. Aún así y como siempre, los azules se sintieron locales ante la masiva asistencia de hinchas al estadio del suroccidente de Bogotá. Millonarios salió desde el arranque a proponer las condiciones del partido, La Equidad no hizo más que esperar con algo de dudas entre sus jugadores, que no terminaban de ubicarse en el terreno. A los dos minutos, el central Peñuela amonesta a Bedoya por reclamar una falta inexistente de Robayo. Millonarios empezó a avisar sobre los veinte minutos, luego de un cabezazo de Bedoya que pegó en la base del palo con el portero local vencido, y que Castro no pudo aprovechar en el rebote, rechazado al final por un defensa "asegurador". Al minuto 27 se inclinó por primera vez la balanza: Cobro de tiro libre de Jonathan Estrada al segundo palo, cabezazo al piso de Bedoya que salva el arquero pero deja rebote y la pierna oportuna de Leonardo Castro manda el balón a la red para el primer estallido de los azules. Segundo gol de Castro en igual número de partidos consecutivos y segundo gol en su carrera.

Hasta el minuto 35 del primer tiempo, Millonarios era el dueño del partido y del resultado, hasta que en un tiro de esquina la zona aérea de Millonarios hizo agua y llegó el empate, en una de esas jugadas en las que se aplica ese refrán de "doble cabezazo en el área es gol". Robayo perdió la marca con Motta quien devolvió lo que parecía un centro pasado al área chica y ahí apareció la cabeza de Soto ante la mirada atónita de Cuadrado para cabecear. El balón pegó en el palo y entró lentamente. Era totalmente injusto el resultado hasta ese momento, porque La Equidad no había hecho méritos para empatar. Millonarios tuvo, sobre el final de la etapa inicial, la opción clara de desequilibrar el resultado cuando Araujo se metió por zona derecha y puso un pase de la muerte que, después de ser rematado, fue salvado por la cabeza de un defensor "asegurador".

El segundo tiempo fue más emotivo que el primero y Millonarios golpeó rápido, a los dos minutos de iniciado el complemento. Luego de una falta contra Estrada el balón llegó a Miguel Rojas, quien puso un buen centro al área que dejó al mismo Jonathan habilitado pero solitario ante la salida del portero local para liquidar el 2-1. Otra vez parecía que el partido estaba liquidado porque La Equidad no encontraba como llegar con riesgo, hasta el minuto 18. Un pelotazo local originó una falta por una mano que para un servidor era del atacante y no del defensor sobre el borde del área, los locales cobraron a riesgo y encontraron mal parada a la zaga azul que se durmió y no tuvo reacción. La jugada dejó un centro de Motta que encontró casi que solo a Carpintero, quien había ingresado en el segundo tiempo, para liquidar a Cuadrado y volver a dejar el partido en tablas.

Durante un lapso de cinco minutos, La Equidad tomó el control del partido y Millonarios bajó sus líneas. Afortunadamente, la viveza de los jugadores azules en ataque fue más. En un rápido contragolpe el balón terminó en un saque lateral. Araujo se adelantó y recibió el balón en una excelente posición y Milton llegaba por el centro esperando el pase letal. En su camino se topó Leudo que interrumpió el avance con la mano: penal claro. Milton se encargó de patear al palo izquierdo del portero para decretar el 3-2. A falta de veinte minutos por jugar.

Llegó, entonces, la presentación del central. Con miras a encajonar a Millonarios en su arco, inclinó el partido a favor del local, apoyado por su asistente de Occidental, Wilson Berrío, quien en reiteradas ocasiones interrumpió potenciales avances peligrosos de los azules en el primer tiempo levantando la banderola por pelotas que sólo para él salían del campo cuando todos los asistentes vimos totalmente lo contrario, y en el segundo tiempo dejó de levantar la bandera por faltas clarísimas sobre Jonathan Estrada, e inclusive en una de ellas el volante azul quedó tendido en el piso después de un golpe propinado por dos jugadores del local al mismo tiempo. A punta de faltas inexistentes en su mayoría, La Equidad tomó el control de la pelota y llegó el momento de los cambios. Cuando Efraín Cortéz iba a ingresar, el central amonestó a Miguel Rojas, el sustituido, por una supuesta demora de tiempo, todo porque el árbitro quería que el jugador saliera a como diera lugar por el otro costado del campo con tal de darle más tiempo al local para buscar el empate. Y después, cuando Mendoza se disponía a ingresar por Leonardo Castro, el central amonestó a éste último por otra supuesta demora de tiempo. El juvenil se retiró ovacionado por los asistentes.

La Equidad no volvió a llegar con riesgo al arco de Cuadrado, quien se convirtió en un espectador más. Millonarios pudo liquidar el partido en dos ocasiones, primero con un cabezazo de Mera que salvó el portero, y después con un remate de larga distancia que pasó cerca del arco "asegurador". Y si La Equidad no tenía argumentos ofensivos, quedó peor con la entrada de Cortéz que dio más solidez defensiva, y después con la entrada de Andrés Pérez en los minutos finales por Milton, que también salió ovacionado y respondió con alegría a los aplausos de la hinchada. Así terminó el partido .

Millonarios jugó bien y mereció ganar por una mayor diferencia. Y Jonathan Estrada salió como la figura de los azules por su gran presentación, en la cual combinó talento en ataque con sacrificio en marca. Millonarios ganó, pero los hinchas sufrimos de más cuando no debió pasar, y otra vez Millos recibió goles más por culpa de Millos que por virtud de sus rivales, como pasó el fin de semana anterior. Por eso, causó mucha risa escuchar las declaraciones del técnico Alexis García cuando decía que "el empate era justo" y que "Millonarios solo jugó al pelotazo y La equidad al toque" cuando en la vida real Millonarios debió haberse llevado una ventaja más ámplia. Eso si, el público Millonario no tuvo escatimó esfuerzos para despedir al técnico local como se lo merece al final del partido.

El próximo fin de semana, en El Campín, Millonarios recibirá al hoy líder del campeonato: Tolima, que está un punto por encima. Una victoria podría dejar a Millonarios líder del torneo aunque éste aún está comenzando. No olvidemos además, que el partido de Copa Colombia de esta semana no será el miércoles en El Campín en el horario nocturno como suele suceder, sino el martes a las 3 PM en Zipaquirá y el valor de la boleta será de $5.000; y que el próximo viernes Millonarios disputará un partido amistoso en la ciudad de Toronto ante el Barcelona de Guayaquil.

julio 20, 2008

Comienzo prometedor

Millonarios debutó en la Copa Mustang II 2008 con un muy buen triunfo ante el Medellín como visitante, dejando una muy buena impresión ante el mundo. Fue un muy buen partido de Millos, trabajado y ganado con justicia. Vimos a Millonarios mucho mejor en las entregas, más seguro y con mucha más velocidad. claro, hay cosas que corregir todavía, es apenas el primer partido, pero la primera imagen es bastante buena y esperanzadora. Milton Rodríguez debutó con gol vistiendo oficialmente la camiseta de Millonarios, y Cuadrado estuvo inmenso bajo los tres palos.

Quintabani debutó oficialmente con Millonarios enviando al campo una formación 4-5-1. Cuadrado en el arco, Miguel Rojas, Efraín, Hurtado y Casierra; Bedoya, Mera y Robayo en la contención, aunque este último con un rol de siempre acompañar en ataque cuando el equipo tenía el balón; más adelante Araujo y Estrada y Milton Rodríguez en punta. Al final del partido Cuadrado, Bedoya, Mera y Rojas terminaron amonestados.

Millonarios arrancó con toda en el primer minuto de juego y tuvo la opción con Milton en un tiro libre. Después, fue el conjunto paisa el que tomó el control del juego por un lapso de unos quince o veinte minutos en los que el equipo local arremetió con toda y Cuadrado estuvo atento y se lució en el arco. Millonarios optó por la presión al rival desde su salida defensiva con Jonathan, Milton y Araújo (de gran partido), lo que privaba al local de poder salir con tranquilidad jugando. El medio campo azul por momentos mostraba pasividad, pero cuando el equipo recuperaba la pelota salía con gran velocidad y precisión buscando ataques explosivos. El equipo rojo llegó más, sobre todo con centros al área, pero Millonarios fue el que hizo el daño a los 32 minutos, cuando Miguel Rojas metió un buen centro a Milton Rodríguez quien, habilitado, le tocó la pelota a Robayo para dejarlo mano a mano con Bobadilla, y Robayo en lugar de disparar devolvió atenciones con el delantero y le tocó la pelota. Milton recibió con el arco solo a su disposición y anotó su primer gol con la camiseta de Millonarios. Una muy buena jugada colectiva en la que se combinó la rapidez mental con la precisión. A partir de ahí para Millonarios fue más fácil, porque jugó con el desespero del Medellín, que si bien seguía centrando balones, nunca más generó riesgo en la primera parte. De hecho, Robayo estuvo a punto de convertir el segundo finalizando la etapa inicial, cuando Araujo puso un "busca piés" que se pasó por el área chica y que el volante no pudo alcanzar a tocar para empujarla con el portero vencido.

Para el segundo tiempo Millonarios optó por retrasarse un poco, esperar y contragolpear. El segundo gol parecía llegar rápido, Medellín no tenía ideas y el que llegaba con mayor riesgo era Millos. Jonathan la tuvo en un mano a mano, pero su remate se fue por encima. Milton recibió en el área e hizo una de más cuando alguien llegaba acompañando solitario. Fueron quince minutos en los que Millos tuvo todo para liquidarlo. La manera como el equipo pasaba de defensa a ataque con una gran velocidad es admirable. Después, el cansancio físico hizo su presentación y Quintabani tuvo que hacer cambios. Sacó a Rojas y metió a Érvin, quien por zona derecha movió a todos los rivales de camiseta roja. Después, sacó a Milton para darle paso a "Café" Mendoza, a quien no pudimos verlo del todo, ya que para entonces Millonarios había resignado sus aspiraciones de ataque y se dedicó a esperar. Tenemos que destacar el sacrificio de todos los jugadores, que cuando el cansanció asomó lo dejaron todo en cada jugada para rechazar o recuperar. Después entró Andrés Pérez por Jonathan Estrada para cerrar aún más espacios al local. Medellín terminó los últimos minutos con el control del partido a su favor generando jugadas de riesgo. Otra vez Cuadrado estuvo inmenso, al igual que los dos centrales que supieron aguantar la arremetida.

Fue el primer partido, Millonarios mostró muchas cosas positivas y dejó una excelente impresión ante los hinchas. Fue un equipo más rápido que el que estábamos acostumbrados a ver, con mejoras notables en las entregas de pelota y que presiona desde la salida. Dicen que "lo que bien comienza bien termina", y el comienzo de Millonarios, por lo que vimos en Medellín, es bastante prometedor. Esperemos que sea una bonita señal. Desde ya se ve venir una muy buena entrada el próximo fin de semana, cuando el equipo haga el debut en la casa ante el Cali.

julio 10, 2008

Triunfo en amistoso

La mañana de hoy en la finca tuvo un cambio. No hubo entrenamiento normal, pero si un partido amistoso, el primero desde que la plantilla regresó de Paipa, en donde ganó dos partidos y perdió uno. El rival de la mañana de hoy fue Maracaneiros, y el resultado fue victoria por 2-1 con dos goles de Milton Rodríguez, Bedoya salió expulsado.

Millonarios jugó con Blandón; Miguel rojas, Mera, Cortéz y Casierra; Robayo, Bedoya, Araujo y Estrada; Milton Rodríguez y Leonardo Castro. El primer gol fue iniciado por la figura del partido: Estrada, que puso un pase profundo a Rojas quien centró para encontrar la cabeza del delantero caleño que ganó limpiamente la posición ante el defensa rival. Sobre el final del primer tiempo, una nueva jugada por la zona derecha terminó en un centro de Rojas y la falta contra Jonathan Estrada: cobró Rodríguez y 2-0.

Para el segundo tiempo, Rodríguez fue sustituído para darle paso a Oscar Briceño y ahí Millonarios se perdió en ataque. Aunque siguieron existiendo opciones, el cucuteño no estuvo bien y no pudo definir. Cuando Millonarios ya estaba relajado con la ventaja, una falla de Casierra permitió el descuento rival. Iván Hurtado hizo un entrenamiento aislado con miras a una mejor adaptación a la altura capitalina.

Para recordar: en esta pretemporada Millonarios jugó dos partidos ante Patriotas (3-1, 0-1) en Villa de Leyva, jugó después en Nobsa contra la selección Boyacá (4-1) y ahora el de la mañana de hoy.

mayo 18, 2008

A un paso

Bastó un gol de penal de Rodrigo Astudillo en el final del primer tiempo y una combinación de resultados para que Millonarios volviera al grupo de los ocho clasificados y quedara a un paso de la clasificación a las semifinales. Lo único que importaba y servía era ganar y así fue. Millos termina el campeonato visitando al Envigado y dependiendo, en primera instancia, de sí mismo para clasificar.

No fue un buen partido, ni para Millonarios ni para el rival. ¿Acaso importa? No, aquí la consigna era ganar, no importaba si era con baile incluido o si el equipo jugaba mal. Lo que interesa, lo que queda, son los resultados. Millonarios empezó con mucho vértigo por la misma necesidad. El equipo llegaba con claridad hasta cuando pisaba el borde del área búcara, y ahí se notó falta de creatividad para terminar los avances ofensivos. Ni el empuje de Martín y Astudillo, ni los cambios de frente de Ciciliano, ni el empuje de Jonathan parecían alcanzar para lograrlo. Bucaramanga optó en el comienzo del primer tiempo por esperar, pero después salió a atacar más, sobre todo por el sector derecho de la defensa azul, en donde Del Risco muchas veces dio ventajas hasta que en su lugar ingresó Tobar. Bucaramanga tuvo la que era hasta entonces la opción más clara del partido en una jugada que casi termina en autogol de Mosquera y que savó muy bien Blandón. Lo mejor que podía pasar era terminar el primer tiempo con ventaja en el marcador, y así, en el minuto 45 se juntaron los que saben, y luego de un gran pase de lujo de Ciciliano, Astudillo recibió en el área y fue derribado cuando trató de quedar mano a mano con el portero. Penal clarísismo que el mismo argentino se encargo de convertir en el 1-0.

El segundo tiempo mostró a Bucaramanga un poco más ambicioso llevado por la necesidad. Millonarios controló el partido a su antojo, y es aquí cuando hay que destacar la labor de Tobar, gigante por su banda, y de Zapata. Así como también hay que destacar el trabajo de los dos volantes de marca: Bedoya y Pérez, este último criticado por muchos hinchas pero que ayer corrió más y jugó bien. Millonarios bajó sus intenciones ofensivas y sobre todo por los dos cambios: Cochas por Astudillo y Carreño por Ciciliano, pero llegó dos veces con mucho riesgo. La primera una gran jugada individual de Estrada que él mismo casi convierte en gol y que fue salvada casi que milagrosamente por el golero rival, y la segunda en un cabezazo que pegó en el horizontal y que después fue invalidada por el central Albert Duarte por una supuesta falta en ataque. Bucaramanga no hizo mucho a pesar de que tuvo la pelota más tiempo. Así llegó el final del partido y el regreso del más grande al grupo de los ocho a falta de una fecha.

Lo más rescatable en el estadio ayer, sin lugar a dudas fue la gente. Se hablaba de protestas pacíficas que empezarían sobre el medio día en la sede administrativa y terminarían en el estadio, cuyo objetivo era no ingresar al estadio. Menos mal esto no pasó. Claro, si llegaron algunos a la sede de Millos con unas cartulinas, pero afortunadamente no fueron más de cien personas. Eso si, en las tribunas había más de 17 mil espectadores, que alentaron. Putearon a los enemigos del club, pero alentaron al equipo. Le cantaron a Millonarios y le cantaron a todas las mamás embajadoras en el mundo. Más de 17 mil personas que entendemos que somos hinchas de Millonarios y no de X o Y jugador o dirigente. Y todo eso se adornó en el segundo tiempo, cuando de todas las tribunas se escuchó el "Porque a Millos lo quiero lo vengo a alentar, en las buenas y en las malas mucho más".

Millonarios llegó a 24 puntos y es octavo, visita al Envigado, rival directo que también ganó pero aún no se clasifica, en el Parque Estadio el próximo domingo. Una victoria dejará al equipo embajador clasificado sin importar otros resultados. Un empate obligaría a esperar que Cúcuta y quindío no ganen, y que Nacional, Bucaramanga y Júnior no ganen por goleada. La derrota obligaría a esperar derrotas de Cúcuta, Quindió, Nacional, Bucaramanga y Júnior, y este último tendría que golear en esta eventualidad.

Para terminar, LosMillonarios.net desea a todas las mamás embajadoras lo mejor en su día.

Sigue viva la ilusión

Millonarios logró su primer triunfo del año por fuera de Bogotá y siguió con vida en el campeonato. Aunque el equipo sigue por fuera de los ocho clasificados, depende de si mismo para obtener el pase a la fase semifinal. Más allá del resultado y la gratificante victoria fuera de la capital (situación que no sucedía desde la memorable victoria en Morumbí), el equipo mostró una cara totalmente distinta a la mostrada en el clásico y pudo haberse ido con el marcador más abultado.

La confianza estaba alta incluso desde antes del pitazo inicial, cuando se supo la alineación titular. Volvió Martín como inicialista, por fin Astudillo inició como titular, volvió Robayo al medio campo sentando a Andrés Pérez, salió Rojas. No fue porque salió escrito en LosMillonarios.net, ni porque lo haya escrito fulano en un periódico o lo haya dicho sutano en la radio o TV. Era simple sentido común. Bónner Mosquera tuvo que, literalmente, regalar el clásico con enormes errores de alineación para darse cuenta de lo que ya sabíamos todos. La base del equipo ya estaba y él, por un capricho, la modificó. Hoy otra vez esa base volvió y el resultado fue el esperado. Es totalmente claro que Martín García, con sus limitaciones y lo que quieran, y Astudillo son mucho más que Briceño así jueguen enfermos. Es claro que Robayo hoy es más que Andrés Pérez, y el volante se encargó de demostrarlo: hoy fue la figura indiscutida en Manizales. Mención especial para Luis Del Risco, quien hoy ofició como lateral derecho para cumplir la norma. Estuvo unos diez o doce minutos en el campo, hizo buenos pases y dejó buena impresión. Lo reemplazó Tobar, que lejos es más que Gustavo Rojas.

Y con la nómina base en el campo y el notable cambio de mentalidad, Millonarios desde el minuto inicial se fue en búsqueda del triunfo y a los cincuenta segundos el arquero local salvó a su equipo del primero luego de un remate de Estrada. Y cuatro minutos después el mismo Jonathan centró a la cabeza de Martín que liquidó con un buen cabezazo y ahora si fue el primero. Caldas tomó el balón pero lució inofensivo y falto de ideas. Millonarios esperó y buscó atacar con la contra. Robayo fue impasable en la mitad y Astudillo y Martín tuvieron sendas llegadas para aumentar la pizarra. Caldas no llegó con mucho riesgo y cuando lo hizo la zona defensiva estuvo muy atenta. No fue fácil jugar porque el estado del campo de juego era lamentable, pero con todo y eso Millos controló el partido a su antojo.

El segundo tiempo no pudo ser mejor para Millos, apenas a los diez minutos, un buen pivoteo de Martín dejó a Astudillo con la posibilidad, el argentino remató y aunque el portero controló en primera instancia, dejó el rebote para que Ciciliano empujara el segundo y le diera aún más tranquilidad al equipo. El Caldas se fue con todo y ahí entró la figura de Blandón, que fue exigido y respondió como un grande. Si de algo estamos seguros, es que en el arco tenemos a dos grandes. Y los jugadores de ataque sintieron el cansancio físico y bajaron las revoluciones, sólo por eso fue que Millonarios no anotó más goles, más cuando el equipo local se quedó con dos jugadores menos por las justas expulsiones de Fano y Palacio. Y eso hubiera sido aún mejor para aumentar la diferencia de goles, que hoy quedó en 0.

Millonarios llegó a 21 puntos y depende de si mismo para clasificar. Ganando los dos partidos que quedan Millos está adentro sin importar otros resultados. Bucaramanga es el próximo escollo el sábado, y ya Bónner sabe cual es la nómina base para afrontarlo, sólo falta que regrese Carreño. Jugando como hoy en Manizales, Millonarios clasifica sin problemas. Jugando como el clásico, no hay mucho que hacer. Por eso, insisto, Millos depende de Millos.

PD: La victoria, por más gratificante que sea, no puede ocultar lo evidente. Una victoria no puede hacernos olvidar que el cáncer de Millonarios sigue adentro.

PD2: LosMillonarios.net rechaza tajantemente las iniciativas que en blogs, foros y páginas de comunidad se están haciendo para invitar a la gente a no asistir al estadio el sábado como protesta. Al estadio nunca hay que faltar.

abril 03, 2008

1, 2, 3... Ciciliano otra vez

Noche majestuosa, noche excelente. Millonarios no se dejó doblegar por el baldado de agua fría que representó recibir un gol a los veinte segundos de juego y terminó superando ampliamente en El Campín a un América de Cali que complicó y lució durísimo en el primer tiempo, pero que terminó caído física y anímicamente en el segundo tiempo ante casi 40 mil espectadores. Ricardo Ciciliano anotó los tres goles de los azules. Justo y merecido.

Desde la espectacular salida con humo, papel y rollos en todas las tribunas se presagiaba que la del miércoles 2 de abril sería una noche distinta. Ya atrás había quedado el guayabo de los previos empates con sabor a derrota ante los dos rivales más significativos de la hinchada. América, catalogado por algunos como "equipo grande" (no comparto) y equipo con que los hinchas azules de 30 años hacia arriba tienen una rivalidad aparte, era el siguiente rival, y los cuatro puntos perdidos en las últimas confrontaciones, sumados a los puntos dejados en el camino en las fechas anteriores, obligaban a los Millonarios a sacar la victoria como fuera para no salir de los ocho clasificados. Para este encuentro, Vanemerak optó por dejar a Cochas en la banca por la norma del juvenil, y Alex Díaz regresó a la alineación titular para jugar el que fuera el mejor partido del año de él. El comienzo no era alentador: América sacó en media cancha y en veinte segundos anotó el primer gol del partido por intermedio de Ramos. Algunos ni siquiera se habían alcanzado a acomodar y Millos perdía 0-1. Afortunadamente, la reacción embajadora no se hizo esperar y la ventaja visitante solamente duró cuatro minutos. En el minuto 5 Jonathan puso un pase al vacío, los defensas visitantes intentaron dar el paso al frente y causar la trampa del fuera de juego, pero fueron lentos, y Carreño y Ciciliano aparecieron totalmente habilitados en el área. El argentino remató, el golero salvó y Ciciliano, quien lucía la cinta de capitán, aprovechó el rebote para sentenciar el empate. Esa fue, en el fondo, la clave del partido. Lo mejor que pudo pasar fue haber empatado rápido, no hubo tiempo para la desesperación.

Y después del empate Millonarios se fue con todo, y entre Ciciliano, Díaz, Estrada y Carreño, los embajadores poco a poco fueron inclinando la cancha a su favor. Fue así como llegó el segundo de la noche: jugada por izquierda, pase profundo a Díaz que amagó y metió un excelente Centro, Carreño recibió y con el pecho le dejó el balón a ciciliano quien remató perfecto desde fuera del área para batir por segunda vez al portero americano, corrían 16 minutos y Millonarios ya había dado vuelta al marcador con total merecimiento. Para entonces Millonarios seguía arremetiendo. Carreño, a pesar de estar pasado de revoluciones y ganarse una tarjeta amarilla por ello, tenía desconcertados a todos los defensas de camisa roja. ciciliano siguió haciendo los cambios de frente perfectos y Estrada y Díaz se juntaban para generar mucho peligro. Hasta que llegó el minuto 24, cuando en una jugada de otro partido Efraín cortéz y Luis Tejada, el panameño, salieron expulsados. Y ese momento fue negativo para Millonarios. América se fue con todo y Cuadrado se convirtió en figura al salvar tres pelotas clarísimas de gol que tuvo la visita. América se juntó mucho por zona derecha -izquierda azul- en donde con mucho toque lograron desesperar por momentos a la zaga embajadora. Fue ahí cuando Vanemerak hizo su primer cambio: envió a Asprilla y sacrificó a Díaz, ovacionado por la gente. Con el cambio el ataque ofensivo de la visita disminuyó, aunque el equipo rojo siguió metiendo a Millonarios en su terreno, y el equipo azul así mismo perdió en profundidad.

Para el segundo tiempo la propuesta de Millonarios en el arranque fue controlar el partido pero con la pelota. Ya los errores cometidos el pasado sábado en Medellín que costaron la victoria sobre el final estaban más que aprendidos. Y Millonarios, a punta de toque y cambios de frente, fue quemando físicamente al rival. América por momentos tenía la pelota, pero era inofensivo, como un niño recién nacido. Andrés Pérez se convirtió en hombre importante en la mitad de la cancha quitando balones, pero fallaba después al momento de poder generar contragolpes letales que fallaban. Fue el momento en el que Vanemerak hizo uso de su segundo cambio: Envió a Cochas y sacó a Estrada, quien un minuto antes de su salida había generado por izquierda una clara opción de gol. Aun con el rival teniendo el balón, en la tribuna había tranquilidad, ya que si América llegó con peligro una vez al arco azul fue mucho. Faltaba un cambio, y estaba más que cantado: Carreño ya estaba fundido fisicamente y en su lugar ingresó Martín, regresando después de la lesión que sufrió ante Santa Fe. Y Martín fue la pieza fundamental para sepultar al equipo de cali cuando quedaban ocho minutos: Saque largo de Cuadrado, carrera de Martín por izquierda, pase a cochas, quien a su vez habilitó a Ciciliano que con fuerte remate derrumbó a cuanta camiseta roja estaba en el estadio: 3-1, tres de Ciciliano, el capitán de este barco azul que navegó a su antojo por El Campín esta noche.

Lo que vino después fue el pase, el toque, el grito de "ole" de los más de 30 mil hinchas azules en las gradas una y otra vez, el deleite, los cantos, las sonrisas. Y mientras los azules le daban un concierto de pases y un curso intensivo de paternidad al rival, los rojos lucían apagados y contando los segundos para que Albert Duarte finalizara el partido. Inclusive, Martín tuvo el cuarto luego de partir habilitado en un pase al vacío y tener al frente solamente al golero Berbia. Lamentablemente, su definición estuvo lejos de ser buena y el balón se fue lejos del arco. Terminó el partido y al mismo tiempo se sintió la ovación generalizada para con todos los miembros del equipo, que dejaron claro que aprendieron de los errores de los dos partidos anteriores, que ganaron con total justicia y que demostraron que Millonarios está para pelear grandes cosas. Con la victoria, Millonarios ascendió al sexto lugar de la tabla y visitará el próximo domingo al Pasto a las 3:30 PM.

Algunos creen que lo tienen todo asegurado y se sienten grandes por ganar una copa amistosa de pretemporada que no quita ni pone. Los partidos que valen, los de la verdadera estadística, son los partidos oficiales. Por eso es que Millos es el papá y los demás son todos sus hijos.

marzo 16, 2008

Volvió la senda ganadora

Bastaron solamente 15 minutos para que Millonarios liquidara al Júnior hoy en el estadio El Campín ante más de 15 mil asistentes. Dos penales se erraron y como balance general queda que Millonarios fue mucho más que su rival y que la diferencia pudo y debió haber sido mayor. La pantaloneta blanca regresó a El Campín después de mucho tiempo.

Después de la pobre semana anterior, en la que Millonarios regaló tres puntos en la frontera y resucitó al que hasta hace una semana era un paupérrimo Cúcuta y que luego de ganarle a Millos ganó en México y hoy de nuevo (la importancia de haberle ganado al más grande de todos no tiene dudas, ese equipo estaba muerto y volvió a la vida), y debutó en la Copa Colombia perdiendo infamemente con Academia en otro papelón a pesar de haber jugado con suplentes; hoy la sensaciön es distinta: con los dos jugadores más sobresalientes de la campaña ausentes (Ciciliano por suspensión y Carreño por lesión), entre muchos hinchas rondaba la incertidumbre con respecto al partido de hoy. Pero a Millos no le tomó mucho tiempo para sentenciar el duelo. Vanemerak volvió a jugársela con Alex Díaz como el jugador juvenil para cumplir la norma mandando a su hijo Óscar a... la tribuna, pues al delantero lo vimos en Occidental General segundo piso. Con Díaz, Vanemerak salió al campo jugando con cuatro defensas (Tobar, Mosquera, Cortéz y Cortés), dos volantes de primera línea (Bedoya y Robayo), Cochas y Díaz más adelantados, Jonathan como media punta y Martín en punta.

Y como cuando estaba Óscar generalmente los primeros quince minutos de partido eran tiempo perdido en ataque, hoy Millos anotó primero a los trece minutos, luego de una jugada por izquierda que recibió Martín en el área, aguantó y puso el pase atrás para la llegada de Robayo quien definió abajo y anotó el primero. Y cuando todos estábamos aún celebrando el primer gol, luego de un tiro libre, Martín cabeceó muy bien contra el piso, martillazo, y puso el segundo, corrían apenas quince minutos. El resto del primer tiempo mostró a Millos más relajado y a Junior buscando en medio de sus limitaciones bastante anunciadas hoy el descuento, que pudo llegar a doce minutos del final, cuando el central Gutiérrez sancionó penal por una mano de Mosquera que en la opinión de un servidor fue involuntaria. Cobró Jorge Díaz y el balón se estrelló en el travesaño.

Para el segundo tiempo Millonarios volvió a salir con empuje y tuvo por lo menos unas cuatro opciones claras de anotar el tercer gol en los primeros quince minutos, incluyendo un penal por falta contra Jonathan luego de un buen pase de Briceño (ingresó por Álex Díaz quien sufrió problemas estomacales e hizo un muy buen partido). Pudo haber cobrado Cochas, puco haber cobrado Bedoya, pero Martín, que hasta ese momento hacía las cosas muy bien en el campo y estaba lleno de confianza, tomó la pelota y pateó mal y anunciado, el portero Pérez atajó. Briceño, Estrada y Cochas también tuvieron sus opciones, pero el balón no entró. En la única jugada de riesgo de los visitantes en todo el segundo tiempo llegó el descuento, luego de una jugada de tiro libre en la que se desconcentró la zaga y falló Cuadrado en la salida, lo que le bastó a Herly Alcázar para anotar de cabeza. Y lo que pudo ser una ofensiva de Junior agresiva buscando el empate se quedó en pensamientos, porque a trece minutos del final Bedoya anotó de cabeza el tercero y lapidario. Los minutos finales fueron de trámite, Millonarios tomó la pelota y controló a su manera el ritmo del juego mientras que los jugadores del equipo visitante, resignados, veían tocar a los azules y sólo esperaban la finalización, mientras escuchaban de todas las tribunas un canto que seguramente les quedó de recuerdo: "Oh, Se van pa la B... Se van pa la B, se van pa la B, se van pa la B".

Entre Cochas, Bedoya y Jonathan está la figura de la tarde hoy. Martín hizo un muy buen juego, sobre todo aguantando y pivoteando, la tarde de Briceño también es para resaltar. sobre el final Roberto Carlos Cortés pidió el cambio y en la tribuna hubo preocupación por alguna lesión, lo cual quedó descartado por Vanemerak después: Cortés tenía un fuerte dolor de cabeza desde la primera mitad. Lo que viene ahora para Millonarios es el clásico capitalino 250 el próximo fin de semana, seguido de Centauros -por la Copa-, Nacional y América. Con la victoria Millonarios ascendió hasta el séptimo lugar de la tabla de un campeonato reñido, a cuatro puntos del líder Equidad. Para el clásico retornan Ciciliano y Carreño, y podría ser el debut de Astudillo.

marzo 03, 2008

Goleada caminando...

Hubo goles, hubo baile, hubo fiesta. Millonarios goleó sin contemplaciones al deportivo Pereira y fue infinitamente superior a lo largo de todo el partido en El Campín ante unos 15 mil asistentes. Ariel Carreño jugó su primer partido como inicialista y se consolidó como la gran figura del partido al anotar dos goles y poner el pase para el tercero. Fueron tres, pero por lo mostrado por Millonarios y por el rival, era para más.

Vanemerak sabía que tras los puntos perdidos ante el Quindío la semana anterior y tras los puntos perdidos infantilmente con Medellín y Cali, hoy había que ganar como fuera para no ceder más terreno. Envió una nómina netamente ofensiva con un sólo volante de Marca y cinco hombres de ataque. Bedoya se encargó de la contención y el tridente letal estuvo en la creación. Adelante, puso a Carreño y a su hijo como delanteros. Fue el debut de Julio Tobar, lateral derecho que cumplió en marca y cuando pudo en salida, aunque no fue muy exigido. Hoy se vio mejor a Oscar Vanemerak en los veinte minutos que estuvo en el campo. Se le notó más ubicado en la cancha y colaboró, además que tuvo más contacto con el balón. Fue reemplazado por Martín García. El Pereira, limitado y cobarde, vino a Bogotá con la intención de sacar un empate a costa de demorar el reloj. Su "estrategia" apenas duró veinticinco minutos, porque luego de un muy buen pase de Jonathan Estrada, Carreño recibió en el área y definió a la salida del portero. Ya Millonarios había impuesto sus condiciones desde el principio. La tan criticada manía de regalar los primeros tiempos brilló por su ausencia. Esta vez Millonarios salió con todo desde el arranque. Con el marcador en ventaja, Millos controló más fácil el asunto y de a poquitos se acercó al arco rival buscando el siguiente gol. Ciciliano no tuvo una tarde similar a las anteriores, pero sus cambios de frente siempre precisos rompieron la defensa matecaña, acompañado además por el desempeño de Jonathan y de Cochas. Para compensar la falta de un segundo volante de marca, Mario utilizó una muy buena estrategia, ubicaba a Tobar y Cortés a que ayudaran en marca cada uno por su costado para compensar. A diez minutos de finalizar el primer tiempo, Ciciliano hizo un cambio de frente y encontró a Carreño de nuevo, quien esta vez centró para encontrar la cabeza de Martín García solitario con el arco a su merced y anotar el segundo de la tarde, que de paso sentenció el partido muy temprano, ya que el Pereira no tenía como remontar. Eso si, no puede pasar desapercibido el incidente ridículo del juez central y del cuarto árbitro, explusando al preparador físico y al médico embajador por razones inexplicables.

Para la etapa complementaria, ingresó en el equipo visitante un viejo conocido de la casa: John Mario Ramírez, aplaudido por un sector de la hinchada (un servidor no entiende cómo pueden aplaudir a alguien que vistiendo las camisetas de los equipos rojos de Bogotá y Medellín le anotó a Millonarios y festejó como si fueran los goles más importantes de su carrera). Los primeros minutos del segundo tiempo fueron de puro trámite. Millonarios atacaba cuando quería y le cambiaba el ritmo al partido a su antojo. El Pereira tuvo dos aproximaciones claras, en un remate que sacó muy bien Blandón y un cabezazo desviado. Millos tuvo como aumentar la cuenta con Cochas en dos oportunidades, pero el argrentino hizo una de más. A veinte minutos del final, Millonarios anotó el tercero, en un verdadero golazo: tocata y pared de ciciliano y Martín, pase profundo del 10 al delantero, quien le devolvió el favor a Carreño con otro centro preciso a la cabeza del argentino que cabeceó y liquidó al equipo matecaña. Ya con la goleada asegurada, Vanemerak envió a Robayo por Jonathan para descansar al volante y darle ayuda a Bedoya en la marca, y minutos después envió a Briceño por Carreño para el aplauso y la ovación de todo el público hacia el delantero. Los minutos finales mostraron a Pereira entregado y a Millonarios tocando el balón por toda la cancha haciendo un baile, y todos los jugadores hicieron sus lujos: taquitos de Efraín Cortés, túneles de Cochas, jugadas con estilo de Mosquera, entre otras. Al final goleada categórica. Fueron tres, pero no fueron más, porque Millonarios no quiso que fueran más.

Para destacar los reiterativos cánticos de la hinchada hacia Luis Augusto "Chiqui" García, uno de los máximos accionistas del equipo, mostrando su clara inconformidad. Ahora se viene el Cúcuta en la frontera el siguiente fin de semana. Por los antecedentes del campeonato, el Cúcuta es hoy el equipo comodín, o la cenicienta del torneo, ya ganaron allá Medellín y Equidad. Por más que sea una plaza difícil, por el presente de ambos equipos una victoria en la frontera es lo normal que debe pasar y a lo que debemos apuntar.

febrero 25, 2008

Agónica primera victoria del año

Un penal agónico ejecutado por Ricardo Ciciliano en tiempo de reposición significó para Millonarios su primera victoria del campeonato ante La Equidad, el más chico de los equipos bogotanos de primera división (increiblemente algunos periodistas, los que les gusta buscar "clásicos" en todas partes, hablaron de un "clásico capitalino" en los días anteriores. Señores: el clásico capitalino es Millonarios - Santa Fe, La Equidad es un agregado, no se engañen más), en un partido intenso, durísimo y muy disputado, que contó además con un arbitraje infame del señor Adalberto Rincón. Aproximadamente 15 mil personas nos hicimos presentes en El Campín en una tarde-noche helada para salir sonrientes de sus instalaciones.

Millonarios empezó el primer tiempo tal como estaba el clima de la tarde dominical en bogotá: frío. Los jugadores tardaron en coger el ritmo del partido. Durante 22 minutos el equipo azul no se encontró, le dio todas las ventajas a La Equidad, que encontró la ventaja muy temprano, apenas a los 12 minutos, luego de que un error de Salinas intentando rechazar dejó servido a Roberto Polo que definió bien ante la salida de Blandón. Durante esos 22 minutos el equipo visitante arrinconó a los embajadores en su terreno y fue sólo hasta un tiro libre de Cochas que los Millonarios se sacudieron. Ese tiro libre pasó muy cerca del arco rival, a tal punto que algunos pensamos que el balón había entrado. La siguiente jugada de riesgo estuvo en un contragolpe: se juntaron Ciciliano, Martín y Cochas, y éste último remató a la salida del arquero, pero el balón pegó en el travesaño, por la jugada previa era el gol de la fecha en el país. No hay mucho más que contar de este primer tiempo, Millos no jugó a su mejor nivel.

Para el segundo tiempo Vanemerak efectuó un cambio cantado y efectivo: sacó a Andrés Pérez e ingresó a Telembí en su lugar. Millonarios comenzó con mucho ímpetu la etapa complementaria, pero se demoró 11 minutos en acercarse al área rival con riesgo. El equipo visitante se dedicó a esperar y buscar contragolpear. Era un monólogo azul, y a los 22 minutos, en un cobro de tiro libre de costado, llegó el empate. Ciciliano levantó el balón, la defensa rival intentó utilizar la trampa del fuera de juego pero Salinas fue más inteligente y partió habilitado, cabeceó y el portero rival soltó, el balón le quedó de nuevo al central que puso el pase de la muerte para que Bedoya, también habilitado, anotara con el arco solo a su disposición. Y de nuevo Vanemerak acertó cuando envió al campo a Oscar Briceño sobre los 24 minutos en lugar de Martín García, quien lamentablemente volvió a tener una jornada desafortunada. Millonarios estaba en su mejor momento, cuando el central expulsó al lateral derecho Monroy por roja directa luego de una falta que no ameritaba tanto a 17 minutos del final. Algunos, incluido yo, imaginamos que Millos iba a caerse anímicamente por el hecho, tal como en los últimos dos partidos. El bajón duró sólo unos cinco minutos, de a poco el equipo se levantó y siguió buscando el gol de la victoria. Luego de un gran pivoteo de Briceño, Telembí quedó casi que mano a mano y fue derribado por detrás. Tiro libre peligroso, penal y era expulsión, pero el señor Rincón sólo sacó amarilla, uno de sus tantos desaciertos. En Millonarios por un momento se vio algo de desesperación, y se reflejaba en Bedoya y Mosquera, los líderes defensivos, quienes lucieron por momentos pasados de revoluciones, con mucha calentura. Sobre los minutos finales, el central expulsó a Olivares y Torres por el equipo visitante por doble amarilla, lo que arrinconó al equipo asegurador.

Corrían 46 minutos del segundo tiempo, Roberto Carlos Cortés ingresó al área rival, enganchó a su derecha y es derribado claramente por Wilson Carpintero, penal clarísimo. Al frente estaba Ciciliano, quien había errado el que era el gol de la victoria en Cali la semana anterior. Y detrás de él, millones de corazones de hinchas enviando toda su energía al 10. Absolutamente todos los miembros de la barra "Alfonso Senior - LosMillonarios.net" nos pusimos de rodillas, cada uno elevó sus plegarias. Ciciliano cobró con fuerza y ubicación al palo derecho del portero Bejarano -figura de los visitantes, salvó varias opciones claras de gol- y la hinchada más grande del país celebró a rabiar. Después del gol fueron expulsados Werpajovsky y Polo por la visita, no tenían nada que reclamar. Llegó el final del partido y la primera victoria del año para los azules, que visitarán al Tolima este miércoles a las 8:30 PM por la cuarta jornada.

Sobre La Equidad, hay que decir que a pesar de su estilo de juego marrullero, buscando enfriar los partidos quemando tiempo y pegando más de la cuenta -muy al estilo de su técnico-, se paró bastante bien tácticamente e hizo las cosas bastante complicadas para los nuestros, un rival difícil. sobre el arbitraje, no hay otra palabra para describirlo: infame. No sólo por las tarjetas, también por decisiones desacertadas. Varias veces sancionó saques de puerta cuando claramente eran tiros de esquina y a Martín García le señaló dos posiciones adelantadas que claramente no lo eran. Se le salió el partido de las manos muy rápido y nunca pudo volver a tener el control.

enero 25, 2008

Qué lindo es volverte a ver!!!

Cómo hacía falta El Campín!, cómo hacía falta la tribuna, los cantos, los goles y el ole. Hacía mucha falta salir contentos del lugar en donde siempre se gestan nuestras mayores alegrías. Era un partido de pretemporada, pero jugaba Millonarios, y así lo hicimos sentir los aproximadamente 30 mil asistentes. Los dos equipos saltaron a la cancha con pancartas pidiendo por la liberación de los secuestrados en el pais. Y en honor a ellos, Millonarios jugó con camiseta blanca el encuentro, dejándole el azul al equipo rival, situación que no pasaba desde 2005, cuando Millonarios venció a Boca Juniors con goles de Martín García. Los Comandos Azules también sentaron su voz de protesta contra el secuestro: "Oh, a los secuestrados, los queremos liberados" fue el canto que se escuchó desde la tribuna norte en los actos protocolarios.

Empezó el partido y a los dos minutos Huracán se fue arriba en el marcador a través de un tiro libre muy cerca del área que tuvo la complicidad de Cuadrado. Los primeros minutos mostraron mejor al equipo argentino que a Millonarios. Alex Díaz y Martín García empezaron el partido fríos. Por la zona del primero Huracán basaba su atae y llegó con riesgo; y por el segundo Millos no ganaba profundidad. Por momentos la zona defensiva azul no mostraba seguridad y a eso hay que sumarle que la contención no se vio igual de segura con respecto al año pasado. No fue el mejor partido del general. Con el paso de los minutos Millonarios fue afianzándose en la cancha, de la mano de los tres volantes creativos, que hoy le mostraron a todos que es difícil que exista un mejor medio campo que el de Millos. Poco a poco Millos inclinó la cancha y el golero visitante se fue convirtiendo en figura del partido. Hasta que al minuto 19, en una clara jugada preparada, Cochas cobró un tiro de esquina que encontró la pierna de Ciciliano para empatar el partido. A partir de ahí Millonarios pasó por encima del equipo argentino siempre. Cochas se convirtió en el socio ideal de Jonathan y Ciciliano, y Millonarios cada vez llegó con más peligro. Al minuto 26 Martín recibió un excelente pa al vacío y definió a la salida del portero para marcar el segundo y voltear el marcador. Así terminó el primer tiempo.

El segundo tiempo arrancó mucho mejor para Millonarios, porque apenas a los 6 minutos Martín fue derribado en el área (¿qué dirán sus detractores?) y Ciciliano transformó el penal en el 3-1. Ya Huracán no era el mismo, diezmado por el desgaste físico y el resultado. Telembí entró por Ciciliano quien salió ovacionado por todo el estadio, y a los 25 del segubdo tiempo recibió un pase, paró el balón con el pecho y sin dejarla caer remató y anotó el cuarto, el mejor de la noche. Si señores, el baile de Telembí volvió a El Campín, como la gente lo pedía. Con el partido liquidado los dos equipos hicieron sus cambios: En Millonarios ingresaron Oscar Vanemerak por Martin, Érvin por Cochas -que también salió bajo un fuerte aplauso general- y Asprilla por Rojas, quien terminó lesionado. Los minutos finales mostraron al equipo argentino pegando demasiado y a Millos tocando y haciendo jugadas de lujo para invitar a aquellos que nunca creen y que no les gusta nada a pensar en que hay con qué salir campeones. Y pudieron ser más, de no ser por la gran noche del golero del "globo", que recibió 4 pero salvó por lo menos unos 6 más.

Por más pretemporada que sea, otra vez vimos un arbitraje malo en Bogotá. El juez Peñuela tuvo un primer tiempo desastroso, aunque mejoró en la segunda mitad. Por más pretemporada que sea y más allá del resultado, el juego mostrado por Millonarios, sobre todo en la parte ofensiva, dejó muy contentos y esperanzados a los asistentes. ¡Y eso que falta Galaz!, Millonarios fue una tromba atacando, aunque hay que reconocer que defensivamente hace falta mejorar algunos detalles y Cuadrado lució inseguro algunas veces. Ahora viene América el próximo domingo (3:30 PM) para disputar la final de este ceertamen amistoso y cerrar la preparación de la pretemporada.

noviembre 05, 2007

Entrenando con el chiquillo

Se sabía, se veía venir. Hoy estuvimos pocos en el estadio, estuvimos los de siempre. Los que sin importar el rival, la fecha, hora, posición o certamen estamos presentes. A nosotros, a diferencia del resto, nos gusta ver a Millos siempre y no somos acomodados para alentar solo cuando el equipo gana. A nosotros, a diferencia del resto, nos hace mil veces más felices un triunfo y nos hace mil veces más tristes una derrota. Nosotros, a diferencia del resto, amamos de verdad a Millonarios. Y por eso estuvimos hoy, en un partido por momentos malo, que de verdad pareció un entrenamiento más. Con Millonarios jugando a media máquina y con un hombre menos durante 75 minutos, pero que aun así logró llevarse una victoria en las postrimerías del partido con un señor golazo de Marcelo Tejera que pagó la boleta ante un cobarde, mezquino y pegador equipo boyacense, amparado vilmente por el silbato de Luis Sánchez, el peor árbitro en mucho tiempo en El Campín.

Millonarios arrancó bien, fue por eso que apenas sobre los 8 minutos llegó el primer gol. Luego de un tiro de esquina Andrés Salinas cabeceó magistralmente para anotar el que fue el primer gol del partido y el primer gol de su carrera profesional; más que merecido. Lamentablemente la alegría duró poco porque apenas tres minutos después, en la única falla defensiva y de contención, en donde se vio una pasividad absoluta, llegó el empate.

Y cuatro minutos después empezó el circo del que se hizo pasar por juez central. Una expulsión tan infame como injusta a Ciciliano, el concierto de pito siempre a favor de la visita. Ante la ausencia, Villagra tomó un rol importantísimo. Colaboró como nunca en la marca, reemplazó el papel de Ciciliano con honores, fue el mejor partido del paraguayo en mucho tiempo, lamentablemente aun falta el gol, pero el sacrificio que hizo es bastante detacable.

Mientras Millonarios se las arreglaba para dominar el partido aún con el jugador menos, Chicó se dedicó a quemar tiempo, sus jugadores se convirtieron en asiduos visitantes del piso al mismo tiempo que incrementaron su nivel de pierna fuerte. Si a Ciciliano lo expulsaron por una acción que tal vez y por mucho era sólo de amarilla, a los jugadores de Chicó habría que encarcelarlos. Jonathan Estrada tomó los hilos del equipo, bien acompañado por Álex Díaz en la izquierda y por Érvin en la derecha,

El segundo tiempo empezó muy aburrido, Chicó estaba firmando el empate desde que hizo el gol, y Millonarios, tal vez buscando cuidar a sus jugadores para el partido del 7 de Noviembre con América de México, bajó considerablemente su profundidad, haciendo al partido más monótono y aburrido por instantes. Después vinieron los cambios: Pérez por Mosquera (quien sufrió un esguince de rodilla pero todo indica que puede jugar el miércoles), Tejera y Telembí por Érvin y Villagra. Chicó trató de atacar más, pero nunca pudieron pasar por nuestra defensa.

Y Tejera avisó en un muy buen tiro libre que milagrosamente sacó el arquero Noriega, era el preaviso, nadie se imaginaba lo que venía. Corría el minuto 90, cuiando Millonarios a media marcha, sin querer desgastarse, tuvo una chance más, la pelota le cayó al uruguayo que sin pensarlo puso un globo monumental entre la línea final y el portero. GO-LA-ZO, apenas justo y merecido.

Ya después vinieron las risas, Chicó jamás empataría, ese equipo, dedicado a la patada y el puño limpio casi se lleva un empate inmerecido. Además este era un partido de seis puntos y logramos recuperar terreno en la reclasificación. Además matemáticamente y aunque suene imposible, los cuadrangulares están ahí cerca, y sólo un milagro nos clasificaría.

Al final, el grito de batalla que bajó desde norte y se expandió en todas las tribunas del estadio: "Olelé, Olalá, Regálame la Nissan, se acerca navidad". Es cierto, este miércoles en el Campín el juego de ida ante América de México.

Fuimos los de siempre, pagamos los de siempre y ganamos... los de siempre, entrenando.

octubre 26, 2007

Infinitamente Superiores

Brillante, espectacular, sólo así puede definirse lo que vimos todos en la cancha del estadio El Campín. Otra victoria, otra clasificación, otra fiesta inmensa que seguro aún no ha terminado y que seguirá de largo mañana. Qué partido, qué noche, qué recuerdo. De verdad que faltan palabras para explicarlo, es tanta la emoción que es realmente difícil de describir. Millonarios hizo ver diminuto al mejor equipo de Brasil, con categoría, con temple, con el corazón.

Una noche 10 puntos en todo sentido, sin distracciones, sin problemas. Sao Paulo llegó con peligro dos veces en los noventa y tantos minutos de partido, eso fue todo. El resto fue todo azul, para el recuerdo. El mejor partido de Millonarios en todo el semestre lejos, aún mejor que esa noche en el Atracacio. Lo de hoy fue simplemente de no creer. No hubo errores, ninguno de los nuestros jugó mal. Todos estuvieron a la altura del espectáculo, de la hinchada, del rival, del certamen, de la fase en la que estábamos. Hoy, Millonarios se convirtió en el primer semifinalista de la Copa, de una manera clara, justa y merecida. Ninguna persona en este país ni en el mundo puede contrarrestar lo que todos vimos. Nadie puede quitarle el mérito, fue más que claro.

La hinchada cumplió: el estadio lleno, las "dos salidas" (cuando salió el equipo y después de que sonara el himno nacional) llenas de humo azul y blanco en cantidades inimaginables. Los rollos, el papel. No pudo ser mejor porque la policía no dejó entrar algunas astas, pero fue algo para enmarcar. Además, ese aliento ferviente antes, durante y después de que terminó el partido lo dice todo. Tanto así que la salida del estadio se demoró más de lo normal, porque todos queríamos quedarnos otro rato más.

Varios presagios de muchos hoy no se dieron. Primero el del clima: Cuando sobre el medio día una nube gris oscura se aprovisionó del cielo capitalino todos imaginamos una noche con lluvia, un aguacero. Y la lluvia nunca apareció, ¿Cómo iba a aparecer si la noche tenía que ser perfecta?.

Después el del juego. El contexto general invitaba a pensar que Millonarios, que tanto defendió con los dientes el arco en cero en Brasil, iba a salir a controlar la serie defendiéndose. Tampoco pasó y la muestra clara se dio recién empezó el partido. En la primera descolgada azul que derivó en un centro de Érvin González y que no alcanzó a concretar Villagra. La propuesta de Vanemerak era clara, había que cuidar la ventaja, pero con la pelota y no defendiendo con los dientes. Y Millonarios tuvo cuatro o cinco aproximaciones más, pero faltó profundidad. Sao Paulo le apostó al pelotazo buscando a sus tres atacantes. Nunca funcionó. La defensa azul estuvo inmensa, impasable, impenetrable. Ese fue el primer tiempo, Millonarios con un absoluto dominio del juego pero carente de profundidad, mientras Sao Paulo no era punzante.

El segundo tiempo mostró a un equipo brasilero que intentó buscar sin éxito siempre la forma de penetrar la sólida defensa millonaria. En cambio, Millonarios perdió posesión del balón, pero ganó en profundidad, con un inmenso Rafael Robayo que tomó la batuta en la contención, al mejor estilo de Bedoya. El juego se centró mucho en la mitad, la profundidad bajó en un alto porcentaje, hasta que llegó ese hermoso minuto 31...

Cómo olvidar el momento: Recuperación de balón de Robayo; el pase enorme de Jonathan Estrada a manera de centro; la maniobra de Villagra llevándose la marca buscando un cabezazo que claramente no iba a alcanzar, pero logrando su objetivo: la distracción; la entrada de Ciciliano que con un derechazo feroz venció a Rogerio Ceni. Golazo, delirio, explosión de felicidad en todas las tribunas. Ahí sentimos todos que había terminado la serie. Sao Paulo se fue encima con todo lo que tenía, sus once jugadores se volcaron en territorios embajadores buscando desesperadamente el empate. Fue tan bueno el partido de Millonarios que Sao Päulo, el mejor equipo de brasil, lucía confuso, diminuto. Y fue así como llegó el segundo gol, luego de una jugada peligrosísima del visitante (la segunda y última de todo el partido) en la que con los 10 hombres sin contar al golero se fue con toda y ante un descuido de Blandón la pelota fue salvada en la línea, y de ahí salió el segundo. Tan jugado estaba Sao Paulo que Ciciliano recibió solitario una habilitación y se fue en una carrera enorme hasta el área rival para definir con otro derechazo preciso y batir a Rogerio Ceni. Fue el segundo, fue la lápida para Sao Paulo. Lo demás fue solo euforia, observar y escuchar ese monstruo de 42000 cabezas cantando al unísono, ya todos de pie, mientras los minutos pasaron y llegó el final.

Vino después la celebración, ver a Vanemerak llorando como un niño por el logro adquirido. A los jugadores en la mitad de la cancha agradeciendo el inmenso apoyo y a los más de 42000 hinchas respondiendo con aplausos y cantos de aliento. No sabemos aun quién será el rival en semifinales. No importa igual, será hasta dentro de una semana. Por ahora sabemos que nuestro equipo del alma está entre los cuatro mejores equipos del continente. Indescriptible es también la fiesta que se vivió a las afueras del estadio, al calor de unas cervezas, las más sabrosas de todo el año.

Sin duda la celebración sigue. Aun estamos en ese letargo, pero mañana en absolutamente todos los rincones de este país llegará alguien con su camiseta de Millonarios y una sonrisa enorme que no se quita con nada, porque el más grande ya está en semifinales, dejando atrás al líder del torneo peruano, al campeón y actual líder del fútbol colombiano, al subcampeón de la adición anterior y actualmente tricampeón de Chile y ahora al mejor de los clubes brasileros. El mismo que sacó a boca Juniors y eso no es cualquier cosa.

PD: Tal vez el único lunar de la noche estuvo por cuenta de los hinchas que llevaron pancartas para con la gente de Fox Sports buscando sus "cinco minutos de fama" en la televisión internacional. Dejémosle eso a los paisas que ellos sí que saben ser expertos en la lambonería barata con tal de salir en televisión.

Ya en el torneo local, los suplentes perdieron con Bucaramanga en el último minuto, resultado que prácticamente nos deja eliminados. Toda la energía está enfocada en la copa ahora, aunque debemos lograr la mayor cantidad de puntos posibles por el factor reclasificación.

Esta entrada y las demás de aquí en adelante pueden ser consultadas también en www.LosMillonarios.net

octubre 11, 2007

Histórico... Para no olvidar

Quedará para siempre en la memoria de todos. Los que lo sentimos, los que lo vieron y los que con agrieras lo sintieron. Es histórico, no era una cancha cualquiera, no era un rival cualquiera, no era un partido cualquiera. Era uno de los grandes del país más grande del mundo futbolero midiéndose al más grande de este país. Era uno de los estadios más tradicionales del continente. No era una cosa cualquiera. Y Millonarios volvió a salir avante. Volvió a ganar, otra vez con garra, pero hoy con una adición inmensa de suerte. Fue el partido más difícil en años, y lo ganamos... Y cómo lo ganamos!!! Es que... definitivamente, esta es otra de las proezas que hay que contar a los nietos.

Como yo solo estoy pendiente de lo que haga Millonarios, no puedo decir a ciencia cierta con qué nómina (si titulares, suplentes o mixta) salió Sao Paulo a la cancha del Morumbí. Lo que puedo afirmar con certeza es que ese equipo es muy bueno, nos complicó la existencia durante casi 97 minutos de juego. Generó jugadas de riesgo por todas partes, complicó, pudo ganar lejos, pero perdió. Recordaremos siempre esa épica noche de Octubre 10 de 2007, en la que Millonarios saltó a la cancha con un uniforme inusual, todo azul, hasta la pantaloneta. Extraño, pero eso si, hermoso, como todo lo que tiene que ver con Millos; la noche en la que por primera vez ganamos en ese estadio mítico, tradicional, inmenso. Ante un rival inmenso, con un gol inmenso. Es que... no nos digamos mentiras, MILLONARIOS ES INMENSO!!!

¿Alguno recuerda cuantas veces llegó Sao Paulo? No creo. Yo trato de hacer el recuento. Varios cabezazos que se fueron apenas saludando uno de los verticales de Blandón, jugadas mano a mano en las que o bien el balón se fue increíblemente desviado o el golero azul gigante detuvo, jugadas de fantasía que terminaron en balones desviados. Hoy Sao Paulo fue el que controló el partido de principio a fin, tuvo el balón, el tiempo y el control; la suerte y nuestra defensa fueron nuestros escudos. Ahora bien, ¿alguno recuerda cuantas veces llegó Millonarios? Todos. Millos llegó tres veces. Un desperdicio enorme de Villagra, un contraataque que Quintero no supo (¿o no quiso?) definir y el gol. Fue un partido dificilísimo, en el que Sao Paulo mostró por qué es uno de los más grandes de ese país, el más grande del mundo; y Millonarios también mostró por qué es el más grande de este país.

Si alguno tiene memoria del evento sucedido cuando faltaban 10 minutos para el final, cuando más exasperante era el ataque rival, y cuando más metidos estábamos en nuestro campo sin poder lograr alguna jugada de riesgo (todos los balones largos terminaban en los pies de un rival, y cuando Millos lograba llegar al área contraria a los nuestros les daba miedo patear) seguro suelta una sonrisa. Fue el cambio: sale Alex Díaz, entra Luis Zapata. No miento cuando expreso que la reacción de todos no fue la mejor, nadie confiaba en él. Y obviamente nadie confiaba ni esperaba siquiera lo que íba a pasar apenas 4 minutos después.

Millos en ataque no fue el mismo de juegos anteriores. Villagra parecía un fan que va a un concierto y paga boleta de "gramilla". A Ciciliano las cosas no le salían, no había salida y la pelota se perdía muy fácil. Pero en una jugada de otro nivel, el calvo se inventó un pase magistral para dejar al recién ingresado Zapata en una carrera veloz contra el rival, el tiempo y el destino. Y el negro logró llegar al área brasilera y sacar una definición, curiosamente, al mejor estilo brasilero, sobre la derecha del portero y ceñido, muy ceñido al palo; fue el gol, que desató el descontrol en toda Bogotá y sirvió para consolidar una victoria histórica. Después fue solo aguantar un embate agresivo de Sao Paulo los últimos minutos, hasta ver al central levantar sus manos señalando al final.

Es difícil describir en estos momentos lo que se siente luego de un triunfo así. Es una especie de shock, un letargo. Ganar allá y con gol de Zapata... ¿Alguien lo imaginaba? No creo. Después sólo vino celebración, risas, alegría. Recordar cada instante de este histórico partido, recordar a los que echaron la sal toda la semana. Imaginar al mierdolaga promedio viendo la novela del canal del patrón y "canaleando" a ratos, cambiando el canal a FOX Sports ante el desespero y las ganas de saber cómo le iba a papá en Brasil. Imaginar después la rabia que están sintiendo ahora al ver el resultado. Y mejor aún, escuchar las delcaraciones de Vanemerak en la radio hablando del triunfo. Le decían que Millonarios es Colombia en la copa y el sólo respondía "no para todos, acá todos sabemos quienes no quieren que ganemos". Eso sumado a la variedad de comentarios que decía. Le preguntaron por el uniforme y sólo respondía "es que de por si mi alma es azul". Era lo que necesitábamos, un técnico que entendiera y sintiera lo que realmente significa este equipo para mi, para la hinchada que nunca abandona -no los que ahora están borrachos y se suben al bus-, para la ciudad, para el país.

Pase lo que pase en la copa, la noche del 10 de Octubre de 2007 quedará en nuestra memoria por siempre, para siempre. Ahora solo sirve darle gracias a Dios, a la memoria de mis padres, a todo Millonarios y a los que como yo nunca abandonamos ni abandonaremos por la alegría tan inmensa que hemos vivido. Y gracias a los jugadores que hoy lo dejaron todo. A Blandón y chalo Martínez porque se comieron la cancha, a Zapata por el gol que ni él ni la hinchada olvidará jamás. A Ciciliano y su pase mágico, A Jonathan y sus jugadas. A todos...

Saludos,

septiembre 30, 2007

De Infarto!!!

El de hoy sin dudas es uno de los mejores partidos de los últimos tiempos en El Campín, por lo menos en el tema emotivo. Junior trajo un buen equipo y jugó muy bien, puso en problemas muchas veces a los nuestros, que además crearon una importante cantidad de oportunidades de gol que se quedaron sin definir. Tres palazos y otras cuantas atajadas, para dejar como saldo al final otra victoria embajadora para acercarnos aún más al grupo de los ocho clasificados y continuar con el invicto en la era Vanemerak.

Millonarios empezó jugando muy bien, los primeros veinte minutos azules estuvieron sublimes, creando importantes llegadas con pases rápidos, con una notable actuación de Estrada y Quintero. El primer gol se percibía, pero el rival tomó el control del juego y sin ser muy claro se apoderó del balón. Los nuestros decayeron, para entonces el nivel mostrado por Alex Díaz no era el mejor y su banda estaba mmuy descubierta. Sobre el final del primer tiempo Millonarios arremetió de nuevo. Dídier Muñoz (el mismo que tapó el año pasado en Millonarios) tuvo una tarde muy buena y sacó importantes balones de riesgo, y en otras el balón llegaba al área chica sin un receptor y terminaba siendo rechazada por la zaga costeña.

El segundo tiempo fue mucho mejor. Empezando Ciciliano se inventó una jugada de lujo, puso un pase fenomenal a Álex Díaz y fue derribado claramente. Esta vez "Cicinho" no falló, fue el primero, que detonó la locura en las tribunas y la agresividad visitante, porque después del gol Junior se vino encima con toda, hubo angustia, hubo riesgo en el área. Los jugadores de Millonarios se vieron cansados físicamente, aún más que los visitantes, y eso se reflejó en la pérdida del balón nuevamente. Dos veces los visitantes avisaron con sendos remates en el travesaño, otra más fue salvada por Quintero en la raya luego de un cabezazo saliendo de un tiro de esquina. Los nuestros contragolpeaban con peligro, pero el segundo no aparecía, el de la calma. Vino un tiro libre de Ciciliano que era golazo, pero las manos de Muñoz ahogaron el grito.

Entonces, entró Marcelo Tejera por Ciciliano (ovacionado desde todas las tribunas) y el uruguayo le puso la pausa y alejó al rival. En los minutos que estuvo de sus piernas salieron tres jugadas claras que Telembí ni Estrada pudieron definir, y salió además un remate bonito que se estrelló en el palo, era el gol de la jornada. Minutos después entró Briceño, y en una de las últimas del partido el cucuteño anotó el segundo, lapidario y definitivo (si, amigo lector, ¡Briceño hizo gol!). Y ese gol se cantó mucho más que el primero por como estaba el partido y porque dejaba sellado el choque, inclusive Vanemerak lo celebró más que muchos. Así llegó el final y una nueva alegría más para la mejor hinchada de Colombia.

El octavo ya está a dos puntos y el equipo continúa en ascenso. El tema hoy es mejorar el aspecto definición, sobre todo para jugadores como Estrada y el hoy ausente Ervin González. Si seguimos así estamos en los ocho fijo, y sería necesario en el tema reclasificación que otorga los cupos a las copas internacionales. Hoy se venció a un rival duro, hay que reconocer que el rival jugó muy bien también, no se encerró y eso hizo el espectáculo mejor.

El arbitraje: mal, pésimo. Faltas inexistentes, un penal claro no sancionado a Millonarios, la quema de tiempo absurda, entre otras.

Ahora se viene una semana dura: partido en chile el jueves que hay que ganar como sea, y volver el domingo a Medellín para jugar con un nacional que tiene sangre en el ojo y quiere desquitarse como sea.