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agosto 03, 2008

Victoria justa y merecida

Jugando bien y superando las adversidades de las desatenciones en juego aéreo, la cancha en mal estado y la mala tarde del juez central y, sobre todo, el línea de Occidental, Millonarios superó con total justicia a La Equidad en el estadio de Techo en cumplimiento de la tercera fecha de la Copa Mustang II logrando su segunda victoria en línea como visitante y ubicándose en el segundo lugar junto con el Cali y el Once Caldas. Millonarios siempre fue más que el equipo que ofició de local aunque tuvo que sufrir más de la cuenta para llevarse los tres puntos, todo por dos desatenciones de marca en igual número de ataques locales que se convirtieron en los dos goles en contra de la tarde de hoy.

Por demolición de la tribuna Oriental del estadio de Techo, solamente se vendieron localidades para la tribuna de Occidental Sur a los hinchas embajadores, la otra tribuna (Occidental Norte) estaba habilitada solo para socios y empleados del local. Aún así y como siempre, los azules se sintieron locales ante la masiva asistencia de hinchas al estadio del suroccidente de Bogotá. Millonarios salió desde el arranque a proponer las condiciones del partido, La Equidad no hizo más que esperar con algo de dudas entre sus jugadores, que no terminaban de ubicarse en el terreno. A los dos minutos, el central Peñuela amonesta a Bedoya por reclamar una falta inexistente de Robayo. Millonarios empezó a avisar sobre los veinte minutos, luego de un cabezazo de Bedoya que pegó en la base del palo con el portero local vencido, y que Castro no pudo aprovechar en el rebote, rechazado al final por un defensa "asegurador". Al minuto 27 se inclinó por primera vez la balanza: Cobro de tiro libre de Jonathan Estrada al segundo palo, cabezazo al piso de Bedoya que salva el arquero pero deja rebote y la pierna oportuna de Leonardo Castro manda el balón a la red para el primer estallido de los azules. Segundo gol de Castro en igual número de partidos consecutivos y segundo gol en su carrera.

Hasta el minuto 35 del primer tiempo, Millonarios era el dueño del partido y del resultado, hasta que en un tiro de esquina la zona aérea de Millonarios hizo agua y llegó el empate, en una de esas jugadas en las que se aplica ese refrán de "doble cabezazo en el área es gol". Robayo perdió la marca con Motta quien devolvió lo que parecía un centro pasado al área chica y ahí apareció la cabeza de Soto ante la mirada atónita de Cuadrado para cabecear. El balón pegó en el palo y entró lentamente. Era totalmente injusto el resultado hasta ese momento, porque La Equidad no había hecho méritos para empatar. Millonarios tuvo, sobre el final de la etapa inicial, la opción clara de desequilibrar el resultado cuando Araujo se metió por zona derecha y puso un pase de la muerte que, después de ser rematado, fue salvado por la cabeza de un defensor "asegurador".

El segundo tiempo fue más emotivo que el primero y Millonarios golpeó rápido, a los dos minutos de iniciado el complemento. Luego de una falta contra Estrada el balón llegó a Miguel Rojas, quien puso un buen centro al área que dejó al mismo Jonathan habilitado pero solitario ante la salida del portero local para liquidar el 2-1. Otra vez parecía que el partido estaba liquidado porque La Equidad no encontraba como llegar con riesgo, hasta el minuto 18. Un pelotazo local originó una falta por una mano que para un servidor era del atacante y no del defensor sobre el borde del área, los locales cobraron a riesgo y encontraron mal parada a la zaga azul que se durmió y no tuvo reacción. La jugada dejó un centro de Motta que encontró casi que solo a Carpintero, quien había ingresado en el segundo tiempo, para liquidar a Cuadrado y volver a dejar el partido en tablas.

Durante un lapso de cinco minutos, La Equidad tomó el control del partido y Millonarios bajó sus líneas. Afortunadamente, la viveza de los jugadores azules en ataque fue más. En un rápido contragolpe el balón terminó en un saque lateral. Araujo se adelantó y recibió el balón en una excelente posición y Milton llegaba por el centro esperando el pase letal. En su camino se topó Leudo que interrumpió el avance con la mano: penal claro. Milton se encargó de patear al palo izquierdo del portero para decretar el 3-2. A falta de veinte minutos por jugar.

Llegó, entonces, la presentación del central. Con miras a encajonar a Millonarios en su arco, inclinó el partido a favor del local, apoyado por su asistente de Occidental, Wilson Berrío, quien en reiteradas ocasiones interrumpió potenciales avances peligrosos de los azules en el primer tiempo levantando la banderola por pelotas que sólo para él salían del campo cuando todos los asistentes vimos totalmente lo contrario, y en el segundo tiempo dejó de levantar la bandera por faltas clarísimas sobre Jonathan Estrada, e inclusive en una de ellas el volante azul quedó tendido en el piso después de un golpe propinado por dos jugadores del local al mismo tiempo. A punta de faltas inexistentes en su mayoría, La Equidad tomó el control de la pelota y llegó el momento de los cambios. Cuando Efraín Cortéz iba a ingresar, el central amonestó a Miguel Rojas, el sustituido, por una supuesta demora de tiempo, todo porque el árbitro quería que el jugador saliera a como diera lugar por el otro costado del campo con tal de darle más tiempo al local para buscar el empate. Y después, cuando Mendoza se disponía a ingresar por Leonardo Castro, el central amonestó a éste último por otra supuesta demora de tiempo. El juvenil se retiró ovacionado por los asistentes.

La Equidad no volvió a llegar con riesgo al arco de Cuadrado, quien se convirtió en un espectador más. Millonarios pudo liquidar el partido en dos ocasiones, primero con un cabezazo de Mera que salvó el portero, y después con un remate de larga distancia que pasó cerca del arco "asegurador". Y si La Equidad no tenía argumentos ofensivos, quedó peor con la entrada de Cortéz que dio más solidez defensiva, y después con la entrada de Andrés Pérez en los minutos finales por Milton, que también salió ovacionado y respondió con alegría a los aplausos de la hinchada. Así terminó el partido .

Millonarios jugó bien y mereció ganar por una mayor diferencia. Y Jonathan Estrada salió como la figura de los azules por su gran presentación, en la cual combinó talento en ataque con sacrificio en marca. Millonarios ganó, pero los hinchas sufrimos de más cuando no debió pasar, y otra vez Millos recibió goles más por culpa de Millos que por virtud de sus rivales, como pasó el fin de semana anterior. Por eso, causó mucha risa escuchar las declaraciones del técnico Alexis García cuando decía que "el empate era justo" y que "Millonarios solo jugó al pelotazo y La equidad al toque" cuando en la vida real Millonarios debió haberse llevado una ventaja más ámplia. Eso si, el público Millonario no tuvo escatimó esfuerzos para despedir al técnico local como se lo merece al final del partido.

El próximo fin de semana, en El Campín, Millonarios recibirá al hoy líder del campeonato: Tolima, que está un punto por encima. Una victoria podría dejar a Millonarios líder del torneo aunque éste aún está comenzando. No olvidemos además, que el partido de Copa Colombia de esta semana no será el miércoles en El Campín en el horario nocturno como suele suceder, sino el martes a las 3 PM en Zipaquirá y el valor de la boleta será de $5.000; y que el próximo viernes Millonarios disputará un partido amistoso en la ciudad de Toronto ante el Barcelona de Guayaquil.

septiembre 05, 2007

Por fin una alegría... ¡¡¡Y QUÉ ALEGRÍA!!!

¿Por donde empezar? No se aun. Todavía tengo los sentimientos alterados... Fueron tantas las cosas que pasaron que saber por donde comenzar la crónica resultaría imposible, pero bueno, haré el intento de organizar las ideas, ya que la alegría que siento hoy es supremamente inmensa. Ya no es raro, siempre pasa, jugar con Nacional es jugar contra 12, 13 o hasta 14, hoy no fue la excepción. Como siempre que Millonarios visita esa montaña, hoy otra vez nos atracaron a mano armada. En otras ocasiones la prensa de este país disimula los atracos, los robos, los infames arbitrajes siempre favoreciendo al mierdolaga. Hoy fue distinto, hoy todo el continente lo vio. ¿cuanto le habrán pagado a Jorge "Hernán Silva" Hoyos para que nos diera toda esa mano de pito?. Me acordé justito de Hernán Silva en esa infame eliminatoria del 89. Y lo peor del caso, sigue pasando, pero nadie dice nada aquí. Ojalá los de la conmebol revisen la infamia arbitral de hoy. Hoy más que nunca se notó, Millonarios derrotó al "rey de compras", sólo que hoy la compra no funcionó como antes.

¿Recuerdan hace un año, en un partido que Millos tenía controlado a Nacional, una jugada en la que el porterito verde corta un avance con la mano siendo último hombre? Esa vez el señor Barahona le puso amarilla y después echó a Leal, para dejarnos con 10. Hoy fue casi idéntico. El mismo porterito metió la mano fuera del área cortando un claro avance de gol, sólo que esta vez ni la lengua le sacaron. Después el mismo árbitro se dedicó a tarjetear a cuanto jugador de Millonarios cometiera una falta, y luego se inventó un penal que puso a ganar al local. Típico de un partido en Medellín, Millos fue más, hizo ver diminuto al rival hasta que la infame mano del central puso adelante al verde. Ese fue el primer tiempo.

Pero las "fantásticas acrobacias" de Hoyos no terminaron ahí. En el segundo tiempo echó a Rojas por una falta que ni era para tarjeta. No expulsó a Aristizabal, que estaba amonestado y le pegó un monumental codazo a Bedoya, y tampoco echó a por lo menos dos jugadores mierdes que golpearon a un azul cuando éste se encontraba en el piso y pedía ser atendido, sólo "una amonestación verbal". El peor arbitraje de los últimos 19 años contra Millos. Esta vez la prensa nada puede decir, lo vio todo el continente. Sólo basta revisar el video, hasta los comentaristas de Fox Sports estaban anonadados con el infame y localista arbitraje de este sujeto. El mismo que meses atrás se inventó un penal con una falta 10 metros fuera del área que clasificó a Santa Fe a los cuadrangulares. Sería el colmo que mañana salgan a decir que el arbitraje estuvo correcto, como suelen hacerlo siempre cuando le dan pito a Millonarios.

Del partido, todo, hoy Bogotá no duerme, qué felicidad. Tantos factores en común, tantas alegrías. Un segundo tiempo que pareció eterno. Millonarios jugó tan bien, que hizo ver a su rival diminuto, chiquito, escuálido, y no era un rival cualquiera ni un partido cualquiera. Aquí sabemos todos que este es el partido más importante del fútbol colombiano y que Nacional, aparte de sus constantes ayudas arbitrales, es un buen equipo. Y Millonarios, con los mismos jugadores que habían recibido dos goleadas en contra, le jugó de igual a igual, lo superó en todos los sectores del campo, ganó 3-2, pero con todo y eso el marcador fue injusto, era para haberlos goleado. Los dos goles del rival llegaron por un error garrafal del central al pitar un penal que nunca fue, y en el único error que cometió la zaga azul. Aun están en el recuerdo el gol de Jonathan luego del centro de Érvin, el golazo de Ciciliano en una jugada impresionante en la que se combinaron velocidad, precisión y definición. El contragolpe brutal que generó el penal -este si legítimo- contra Jonathan que significó el tercero. La lucha por cada balón, con entereza, la forma en que los defensas y volantes controlaban uno a uno los ataques rivales. La manera como se volteó el marcador de semejante manera, con grandeza, la misma que siempre estamos pidiendo. La camiseta de Millonarios, la más gloriosa de Colombia, se hizo respetar con altura esta vez, tal como debe ser siempre.

Decir quién fue la figura del partido es imposible también. Todos jugaron en un nivel superlativo. Cuadrado se comió el segundo gol y se le notó inseguro, tal vez fue el único que no mostró nivel. Afortunadamente el rival poco llegó. Los demás jugaron extremadamente bien. No sé que habrá hecho Vanemerak para cambiarles el ánimo, tal vez hoy fue la prueba de que esa "empatía" con Lasarte nunca existió y por eso el bajo nivel. Tal vez el nuevo DT, ex jugador que vivió todas las épocas del principio de esta rivalidad hace 20 años les hizo entender lo que significaba jugar contra esos. El punto es que ganamos.

Sin embargo, la serie aún no está definida. Quedan 90 minutos en El Campín para revalidar lo hecho hoy, el avance es sumamente importante, pero aún no hemos clasificado, esa es la consigna. Antes del partido todos pensaban que sería otra goleada en contra y hasta se burlaban -habría que recordar cada uno de nosotros lo que nos dijeron en el trabajo, colegio y universidad-, ahora después todos estamos exaltados y contentos, pero hay que tomarlo con mesura. Con el nivel de hoy sin duda Millonarios va a volver a pasarle por encima a los mierdes -y a cualquiera-, pero por ahora hay que pensar en retomar la senda ante el Pereira el domingo. Tenemos un pie adentro, tal vez pie y medio, pero todavía no los dos. Y con Nacional no hay que confiarse nunca, recuerden: Esos siempre van a jugar con 12, 13 o 14 cuando es contra Millonarios.

PD: No es bueno cobrar... pero esta victoria de hoy no es solamente dedicada a los mierdolagas. También va para aquellos "hinchas" de Millos que abandonaron y no asistieron el sábado a El Campín, los que despotricaron, los que hablaron de más, los que le dieron la espalda al equipo por un mal resultado y nos reprochaban a los que siempre estamos presentes con estupideces como "¿y ud. le va a seguir dando plata a esos perros?" y semejantes. Esos mismos que hoy sí sacan el pecho en la victoria, pero que en la derrota se esconden, los resultadistas. Ojalá lo de hoy les haya abierto los ojos. En las buenas todos... en las malas los que somos.

Saludos.

mayo 21, 2007

Lección de FE

Para los que salieron el pasado miércoles diciendo que ya no había nada que hacer, para los que en medio de la calentura dijeron que no íban a volver al estadio, para los que nos dieron por eliminados cuando había transcurrido apenas una jornada y quedaban 15 puntos, para los que por una derrota armaron una tormenta en un vaso de agua, para los pseudoperiodistas colombianos que no hicieron más que hablar pestes sin sentido. Para todos ellos, Millonarios ayer en Medellín les volvió a demostrar que está para grandes cosas.

Pasaron 15 años desde la última victoria azul ante el DIM en la loma y ayer esa mala racha se rompió y de una manera emocionante. Gracias le doy hoy a Dios por haberme permitido viajar hasta la loma y regresar a casa sano y salvo, haber podido ingresar al Atracacio y mejor, haber podido presenciar esa victoria en vivo. Hoy de nada sirve comentar el parto que significó llegar hasta ese lugar el sábado en horas de la madrugada ni la gran cantidad de sueño atrasado, porque eso no es nada, ver a Millonarios, y más aún verlo ganar compensan cualquier sacrificio.

Fue mi segunda visita a tierras montañeras, la primera, hace tres años, fue para ver un empate a uno en el superclásico con los verdes. Aquella vez en Norte, esta vez en Occidental, y viendo el comportamiento de los hinchas azules oriundos de la región, uno entiende muchas cosas (y entre otras cosas, conocí muchísima gente azul allá, que por razones de seguridad -entendibles por demás- deben andar "caletos") como que no es fácil llegar a ese estadio ni salir, hay que hacer un montón de maromas, que en ningún otro lugar hay que hacer.

Millonarios jugó como un verdadero equipo grande, siempre estuvo arriba en el marcador y supo controlar la arremetida roja al final, para irse como justo ganador, con principalmente dos jugadores como pilares: Ciciliano y Bedoya. El primero, jugando el mejor partido del año, y para recordar una actuación tan superlativa de "Cicinho" con la azul tuve que remontarme a una victoria 3-1 a Junior el año anterior; y además aprovechando el desespero rival para descontrolar a los más de 25000 seguidores rojos. El segundo, mostrando la casta de siempre, seguro en la mitad, controlando todo. Pero no sólo ellos jugaron bien, hay que hablar además del equipo en general, más allá de los dos regalos que significaron los dos empates parciales del equipo paisa: el primero de Henao y el segundo del Cabezón.

Ahora, los goles: El primero un pase nítido de Villagra para dejar a Telembí en posición de anotar, descontó al arquero y definió con el arco a su merced. Esta ventaja duró apenas unos 5 minutos, pues llegó el primer empate del Dim. El segundo, un penal tan claro como infantil cometido a Telembí y que cobró muy bien Ciciliano dejando quieto al arquero local; pero cuya ventaja también duró poco porque el local volvió a empatar. El tercero: cabezazo de Bedoya cambiando la dirección y desconcertando al arquero para el 3-2 final que el equipo paisa ya no supo remontar.

Muchas cosas positivas del partido de ayer: La actitud del equipo, siempre buscando el arco rival, a pesar de tener la ventaja nunca se replegó. El dominio del partido, sobre todo en los últimos 25 minutos luego del 3-2, en lugar de reventar el balón, Millonarios controló la ventaja con el balón en sus pies, ocasionándole desespero a su rival que llevó a hacerlo cometer muchas faltas. La defensa, si bien nos hicieron dos goles, Medellín nunca encontró la fórmula, y como escribí antes, los goles rojos llegaron más por desatenciones individuales que por cualquier otra cosa.

Para aquellos que no creían y perdieron la fe por un partido perdido va este mensaje. Los cuadrangulares tienen 6 partidos y Millonarios hoy es segundo a un punto del líder. No se puede perder así la cabeza. Y si bien los momentos de calentura son difíciles de manejar, hay que aprender a ponerle cabeza fría al asunto. Ahora viene Cúcuta con su nómina emergente el jueves, y por encima de todo hay que ganar como sea, y por encima de todo hay que estar de nuevo presentes en las tribunas como sea. La ilusión sólo se acaba cuando se acaba, nunca antes.

PD: Leí en el blog de El Tiempo la iniciativa para por vía legal hacer algo con la policía antioqueña refiriéndonos al tema de los Comandos y apoyo totalmente la moción. Ayer los sacaron faltando 15 minutos y con el equipo ganando. Esto de por sí ya es una falta de respeto total de los entes para con el aficionado que se pega un viaje larguísimo y que no merece este trato. Otra de las cosas que curiosamente sólo pasan en esa región del país.