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octubre 04, 2008

Perfecta noche de viernes

El juego repetitivo de Millonarios de todo el mes de Septiembre se fue al olvido en la noche del viernes cuando el equipo azul literalmente le pasó por encima al Pasto en una noche perfecta y retomó la senda victoriosa. Elinho, el brasilero, debutó con la camiseta de Millonarios marcando dos goles y jugándose un partidazo. Milton volvió al gol después de cuatro partidos y Jonathan Estrada nos regaló a los asistentes una joya, un golazo de lujo de esos que generalmente escasean en nuestro medio para ponerle el moño y las cifras concretas al marcador. Fueron cuatro, pero con todo y eso el arquero rival fue la figura del partido. De no haber sido por él, Millonarios tranquilamente pudo haberle hecho ocho goles a un Pasto que no pudo oponer mayor resistencia ante el buen juego del equipo de nuestros amores.

Fue el rival el que pegó primero con un remate desde fuera del área peligrosísimo que salvó muy bien Óscar Córdoba. De ahí en adelante Millonarios lo hizo todo, de la mano de un Estrada iluminado y jugando al toque, por el piso, combinando a volantes y delanteros, el equipo azul se empezó a acercar a predios pastusos. Elinho empezó a avisar de sus capacidades con un remate entrando al área por zona izquierda que se fue ligeramente por encima. Después la tuvo Milton en un tiro libre que ya estábamos cantando como gol y que salvó providencialmente el portero rival.

A los 22 minutos se desequilibró la balanza. Elinho puso un pase a Araújo, quien ingresó al área y remató al arco, la pelota quedó en rebote y otra vez elinho aprovechó para sentenciar al Pasto con un derechazo abajo. Cinco minutos después, Millonarios se juntó por izquierda, Milton ingresó al área y colocó un centro preciso al otro palo que sobró al golero y apareció la cabeza del brasilero de nuevo para poner el 2-0. Antes del final del primer tiempo la tuvo Araújo quien remató desde la derecha y su disparo fue desviado por el meta visitante. Pasto no podía hacer mucho, sus jugadas no pasaban desde la media cancha, en donde Robayo y Andrés Pérez lo quitaron todo y se comieron la cancha. Vimos a Robayo motivado por regresar al campo, como si sus dos fechas de sanción hubieran sido eternas. Y vimos al mejor Andrés Pérez de los últimos tiempos, el volante parecía tener más pulmones, cada balón lo corría a muerte. Parecía el Andrés Pérez que conocimos del 99 y principios de ésta década. Su actuación de anoche fue superlativa.

Para el segundo tiempo Millonarios siguió en su misma tónica de juntarse por el piso, de tocar la pelota con velocidad y precisión, de juntarse con paredes y tocatas para generar sorpresa. Milton ingresó al área y cuando estaba listo para liquidar su remate fue desviado por la pierna de un rival. El delantero se notaba ansioso por volver al gol y a los once minutos de la complementaria se le dio. En una combinación con Estrada, el valluno dejó al calvo en el área mano a mano con el portero, Jonathan remató con furia y el portero alcanzó a tocarla y desviarla al palo, pero en el rebote apareció Milton para liquidar con el arco a su merced y poner el tercero.

Después ingresó Ervin por Araújo, quien salió aplaudido por su gran actuación. En la tribuna, los 10 mil fieles que asistimos, los de siempre, palpitábamos que la cuenta no estaba completa y que faltaba más. Y Jonathan, que todo el partido se había juntado con todo el mundo con tocatas y deleitaba a la tribuna por mostrar el nivel que le conocemos de siempre, iba a tener su premio, que fue a la vez premio a los hinchas, premio al equipo y premio al fútbol. Íban 22 minutos del segundo tiempo y el volante tomó la pelota y arrancó en una carrera hacia el arco norte del estadio, cinco jugadores rivales fueron a quitarle el balón y los cinco salieron bailados. Con esto Estrada llegó al área y quedó mano a mano, pero esta vez definió perfecto al palo izquierdo del portero. Fue un verdadero golazo que nos dejó tan felices como sorprendidos a todos. Por eso, cuando el volante fue sustituido siete minutos después por una molestia, se llevó una ovación impresionante.

Y después Millonarios pudo hacer más pero el portero visitante estuvo atento. Primero con Robayo quien perdió en el mano a mano después de entrar al área. Después Tejada, quien ingresó por Elinho para el aplauso, se juntó con Milton y este último soltó un gran remate desde fuera del área buscando bañar al portero rival quien alcanzó a manotear para sacar al córner (hubiera sido otro gol de fantasía). Y finalmente un tiro libre de Hurtado que conjuró también el portero del equipo de la visita. Hubiera sido excelente, por ejemplo, un gol de Tejada, para sacarse la sal de encima y arrancar la racha goleadora. Pasto llegó solamente una vez con peligro en todo el segundo tiempo y la jugada terminó en un gol anulado por claro fuera de juego.

Millos volvió a ganar, gustar y golear. Volvió a realizar una presentación de esas que nos gusta ver ante su gente, ante los de siempre, los que no escogemos rival, día ni hora. Del equipo repetitivo y sin ideas de Septiembre no se vio nada ayer. Por el contrario, se vio un equipo con dinámica, con variantes, con precisión, que jugó bonito a la pelota y que tenía enloquecido al rival por su rendimiento. Este es el Millonarios que siempre queremos ver, el que pasa por encima del rival y sin importar que el marcador ya esté abultado sigue yendo hacia el frente buscando ampliar la ventaja.

agosto 31, 2008

Retomamos la punta

Millonarios logró vencer con claridad al Cúcuta Deportivo y se trepó parcialmente a la punta del campeonato de nuevo. Parecía un partido complicado en el papel, pero un golazo de Gerardo Bedoya en el comienzo y la buena suerte ayudaron a que para el final el partido terminara en baile y en una goleada categórica que se hizo corta en relación al trámite del mismo. Por primera vez en cinco partidos, el equipo terminó con el arco en ceros y ahora cuenta con una diferencia de gol de +6, factor importante a la hora de definir desempates.

Teniendo en cuenta el horario del partido, la asistencia superior a 20 mil espectadores es aceptable. Sabíamos que Cúcuta venía herido y se haría matar en la cancha de el Campín. Afortunadamente, Millonarios desequilibró rápido el marcador a su favor gracias a la pelota quieta, tal como ha sucedido en todos los partidos del equipo en Bogotá. Sobre los cinco minutos, Portocarrero derribó a Castro cerca del área y se ganó la tarjeta amarilla. Un minuto después, luego de la acomodación de la barrera y la preparación del cobro, Bedoya disparó con su característica sutileza efectiva y castigó al palo del arquero, que quedó a mitad de camino y observó como la pelota se ubicaba dentro de su marco con estilo. Un remate soberbio, con una categoría de otro planeta, que puso a delirar al público asistente.

Cúcuta trató de reponerse del golpe e intentó tomar el control. Millonarios optó por jugar a los balones profundos de Bedoya y Estrada, los dos mejores jugadores del equipo en la noche del sábado, buscando la rapidez y el desborde de Leonardo Castro y el remate de Milton. Cúcuta llegó cuatro veces con mucho riesgo. Un tiro de esquina desde el sector de Oriental que conjuró bien Córdoba; un error grave de Efraín, quien pecó de confiado y perdió un balón en la línea final que terminó con un centro al área azul y un cabezazo que picó en el piso y después se estrelló en el travesaño; un tiro libre que conjuró el golero azul de nuevo, y un remate desde la derecha que parecía sencillo, pero que Córdoba, también por pecar de exceso de confianza, dejó colar entre sus brazos y la pelota voló hasta el segundo palo y no entró para fortuna de él, de Millonarios y de todos nosotros.

Los avisos del Cúcuta eran el campanazo de alerta: había que liquidar el partido para no pasar riesgos. Jonathan se juntó con Castro y después de entrar al área se enredaron con Milton y el portero rival para desperdiciar la opción. Érvin, quien reemplazó a Araújo hoy, la tuvo luego de entrar encarando al área, pero su remate salió desviado. Y sobre el final del primer tiempo, nuevamente Portocarrero hizo de las suyas al cometer una mano en el área súper infantil que significó el penal que Milton convirtió en el 2-0 para seguir arriba en la tabla de goleadores con el que terminó el primer tiempo, dejando parte de tranquilidad.

El segundo tiempo trajo consigo la entrada de Tejada por Castro. El segundo tiempo del Cúcuta duró quince minutos, el tiempo en el que Millonarios, relajado, le cedió la pelota al conjunto motilón. Sin embargo, no fue mucho lo que el visitante pudo hacer. Después, el visitante mermó sus intenciones y Millonarios se montó en el partido e hizo lo que quiso, nuevamente de la mano de Bedoya y Jonatahn. Tejada tuvo dos opciones clarísimas, pero falló a la hora de la definición. En la primera, su remate mano a mano con el portero Saldarriaga se fue muy por encima, y en la segunda su remate salió ligeramente desviado.
Cúcuta lucía entregado en la cancha mientras Millonarios lo paseaba, el 2-0 parcial era demasiado corto para lo que se veía en el campo. Por merecimientos y justicia, Millonarios debía convertir por lo menos un gol más, y a dos minutos del final del tiempo regular llegó el tercero: centro de Miguel Rojas por la derecha y el cabezazo letal de Robayo para liquidar a Saldarriaga y ponernos a celebrar de nuevo. Los cantos, el ole y la alegría no pararon, ni siquiera después del pitazo final de Iber Machado.

Lo que viene para Millonarios ahora es la que para mi es la etapa más dura de todo el campeonato. Júnior, Santa Fe, Nacional y América son los siguientes escollos para mantener el buen juego y la posición en la parte de arriba de la tabla. La siguiente semana no habrá partido por la jornada de eliminatorias al mundial, situación que deberá aprovechar el equipo para acondicionarse con toda para ir a una plaza siempre difícil como Barranquilla a enfrentar a un rival durísimo que, al igual que Millos, anda en un excelente nivel. Sin duda, el partido entre Júnior y Millonarios es el más atractivo de la siguiente semana.

agosto 17, 2008

Demostración de jerarquía

Millonarios ganó su tercer partido como visitante en el presente campeonato en Armenia ante el Quindío, equipo que hasta el sábado venía invicto en el torneo. No fue un partido nada fácil, el primer tiempo fue para el olvido, pero Millonarios se las arregló para ganar el juego en el segundo tiempo con un jugador menos y mostrando la jerarquía necesaria para superar las adversidades y voltear el resultado en contra. Luis Tejada debutó con la camiseta azul. Así, Millonarios conserva el liderato del campeonato y Mílton Rodríguez volvió a anotar y se mantiene como líder en la tabla de goleadores.

El buen arranque de Millonarios duró doce minutos. En este lapso, el equipo azul creó dos jugadas de riesgo en la asociación Rodríguez - Tejada. En la segunda llegada, el vallecaucano le bajó con el pecho el balón al panameño quien remató duro, pero el golero quindiano envió el balón al córner. En la jugada siguiente, luego del tiro de esquina, el Quindío se fue en un contragolpe veloz que terminó en opción desperdiciada de Sebastián Hernández, exjugador de Millos. Sobre los doce minutos, el Quindío armó una muy buena jugada colectiva, que incluyó un taco-túnel de Quiñónez a Casierra y dejó a Saraz en el área. El delantero se quitó la marca de Efraín y remató duro por debajo de la humanidad de Cuadrado, quien no pudo atajar el remate, y fue el 1-0.

A partir de ese momento y tal como pasó ante el Cali, Millonarios se diezmó. Era la segunda vez en el torneo que el equipo estaba por debajo en el marcador, y anímicamente el grupo no pudo asimilar el golpe. Los treinta y cuatro minutos siguientes fueron todos para el equipo de casa, que con velocidad y precisión hizo lo que quiso en el campo. Los jugadores azules mostraban demasiada pasividad. Con muchos toques rápidos el equipo cuyabro tenía loco a Millonarios, guiado precísamente por Hernández. Ni la pareja de volantes de contención ni la zaga podían con la arremetida cafetera. Lo mejor que podía pasar era que terminara el primer tiempo. Afortunadamente, en ese tiempo Quindío no pudo convertir todo ese dominio en goles. Fue el peor momento de Millonarios en la era Quintabani.

El segundo tiempo fue totalmente distinto. La charla técnica de Quintabani cambió la mentalidad y la disposición de los jugadores, que desde el pitazo salieron con todo buscando el empate que llegó rápido. A los dos minutos del complemento, Mílton entró al área por la zona izquierda y sacó un potente remate al palo ídem del portero para sentenciar el empate. Quinto gol de Rodríguez en igual número de partidos. Con el gol, fue el equipo local el que no pudo con el golpe y se desordenó, y fue Millonarios el que se montó en el partido. Tenía que pasar algo extrafutbolístico para que Millonarios disminuyera sus posibilidades ofensivas, y con Óscar Julián Ruiz pitando era muy fácil que esto sucediera. Corrían siete minutos, y el llanero expulsó a Araújo por una flata que era de tarjeta amarilla, pero no de roja.

Ese momento hizo que el Quindío otra vez tomara el control del balón, pero a diferencia de la primera etapa, el equipo local no era peligroso y Millonarios logró controlar cada uno de sus avances. Quintabani movió el banco: retiró a Miguel Rojas para darle paso a Mera y así custodiar mejor la zona derecha, sacrificando la salida. Y después sacó a Tejada para darle paso a Mendoza, quien fue determinante para el triunfo. Y a diez minutos del final, sacó a Mílton para darle paso a Andrés Pérez y solidificar la media cancha por el hombre menos.

Millonarios optó por contragolpear y esperar con orden la arremetida local. El equipo azul no llegó mucho a puerta desde ahí, de hecho solamente llegó dos veces, pero esas dos veces bastaron. En la primera de ellas, Estrada puso un pase al área para Mendoza, quien remató y su disparo alcanzó a ser atajado. En el rebote Mendoza fue claramente derribado en el área, era penal toda una vida, pero el árbitro era Ruiz, así que el desenlace ya era conocido por todos: dejó seguir. En la segunda, Robayo puso un centro desde la derecha buscando a Mendoza, quien cabeceó al corazón del área y encontró a Jonathan, quien con otro gran cabezazo venció la resistencia de Otero y puso el 2-1. Después, solamente fue jugar con el desespero local para mantener la ventaja durante ocho minutos (porque solamente Ruiz vio que se perdieron tres minutos en el segundo tiempo) hasta el pitazo final.

Lo negativo de la jornada sin dudas es la expulsión de Araújo que va a hacer mucha falta. Lo más positivo, más allá del resultado y el liderato, fue la gratificación de ver como este equipo supo voltear un resultado con un hombre menos, con jerarquía, como debe ser siempre con Millonarios. A diferencia del partido contra el Cali, Millonarios tuvo la ventaja de tener un medio tiempo para replantear el bajón anímico por el marcador adverso y supo manejar en el segundo tiempo la situación. El próximo fin de semana, Millonarios visitará al Pereira.

agosto 03, 2008

Victoria justa y merecida

Jugando bien y superando las adversidades de las desatenciones en juego aéreo, la cancha en mal estado y la mala tarde del juez central y, sobre todo, el línea de Occidental, Millonarios superó con total justicia a La Equidad en el estadio de Techo en cumplimiento de la tercera fecha de la Copa Mustang II logrando su segunda victoria en línea como visitante y ubicándose en el segundo lugar junto con el Cali y el Once Caldas. Millonarios siempre fue más que el equipo que ofició de local aunque tuvo que sufrir más de la cuenta para llevarse los tres puntos, todo por dos desatenciones de marca en igual número de ataques locales que se convirtieron en los dos goles en contra de la tarde de hoy.

Por demolición de la tribuna Oriental del estadio de Techo, solamente se vendieron localidades para la tribuna de Occidental Sur a los hinchas embajadores, la otra tribuna (Occidental Norte) estaba habilitada solo para socios y empleados del local. Aún así y como siempre, los azules se sintieron locales ante la masiva asistencia de hinchas al estadio del suroccidente de Bogotá. Millonarios salió desde el arranque a proponer las condiciones del partido, La Equidad no hizo más que esperar con algo de dudas entre sus jugadores, que no terminaban de ubicarse en el terreno. A los dos minutos, el central Peñuela amonesta a Bedoya por reclamar una falta inexistente de Robayo. Millonarios empezó a avisar sobre los veinte minutos, luego de un cabezazo de Bedoya que pegó en la base del palo con el portero local vencido, y que Castro no pudo aprovechar en el rebote, rechazado al final por un defensa "asegurador". Al minuto 27 se inclinó por primera vez la balanza: Cobro de tiro libre de Jonathan Estrada al segundo palo, cabezazo al piso de Bedoya que salva el arquero pero deja rebote y la pierna oportuna de Leonardo Castro manda el balón a la red para el primer estallido de los azules. Segundo gol de Castro en igual número de partidos consecutivos y segundo gol en su carrera.

Hasta el minuto 35 del primer tiempo, Millonarios era el dueño del partido y del resultado, hasta que en un tiro de esquina la zona aérea de Millonarios hizo agua y llegó el empate, en una de esas jugadas en las que se aplica ese refrán de "doble cabezazo en el área es gol". Robayo perdió la marca con Motta quien devolvió lo que parecía un centro pasado al área chica y ahí apareció la cabeza de Soto ante la mirada atónita de Cuadrado para cabecear. El balón pegó en el palo y entró lentamente. Era totalmente injusto el resultado hasta ese momento, porque La Equidad no había hecho méritos para empatar. Millonarios tuvo, sobre el final de la etapa inicial, la opción clara de desequilibrar el resultado cuando Araujo se metió por zona derecha y puso un pase de la muerte que, después de ser rematado, fue salvado por la cabeza de un defensor "asegurador".

El segundo tiempo fue más emotivo que el primero y Millonarios golpeó rápido, a los dos minutos de iniciado el complemento. Luego de una falta contra Estrada el balón llegó a Miguel Rojas, quien puso un buen centro al área que dejó al mismo Jonathan habilitado pero solitario ante la salida del portero local para liquidar el 2-1. Otra vez parecía que el partido estaba liquidado porque La Equidad no encontraba como llegar con riesgo, hasta el minuto 18. Un pelotazo local originó una falta por una mano que para un servidor era del atacante y no del defensor sobre el borde del área, los locales cobraron a riesgo y encontraron mal parada a la zaga azul que se durmió y no tuvo reacción. La jugada dejó un centro de Motta que encontró casi que solo a Carpintero, quien había ingresado en el segundo tiempo, para liquidar a Cuadrado y volver a dejar el partido en tablas.

Durante un lapso de cinco minutos, La Equidad tomó el control del partido y Millonarios bajó sus líneas. Afortunadamente, la viveza de los jugadores azules en ataque fue más. En un rápido contragolpe el balón terminó en un saque lateral. Araujo se adelantó y recibió el balón en una excelente posición y Milton llegaba por el centro esperando el pase letal. En su camino se topó Leudo que interrumpió el avance con la mano: penal claro. Milton se encargó de patear al palo izquierdo del portero para decretar el 3-2. A falta de veinte minutos por jugar.

Llegó, entonces, la presentación del central. Con miras a encajonar a Millonarios en su arco, inclinó el partido a favor del local, apoyado por su asistente de Occidental, Wilson Berrío, quien en reiteradas ocasiones interrumpió potenciales avances peligrosos de los azules en el primer tiempo levantando la banderola por pelotas que sólo para él salían del campo cuando todos los asistentes vimos totalmente lo contrario, y en el segundo tiempo dejó de levantar la bandera por faltas clarísimas sobre Jonathan Estrada, e inclusive en una de ellas el volante azul quedó tendido en el piso después de un golpe propinado por dos jugadores del local al mismo tiempo. A punta de faltas inexistentes en su mayoría, La Equidad tomó el control de la pelota y llegó el momento de los cambios. Cuando Efraín Cortéz iba a ingresar, el central amonestó a Miguel Rojas, el sustituido, por una supuesta demora de tiempo, todo porque el árbitro quería que el jugador saliera a como diera lugar por el otro costado del campo con tal de darle más tiempo al local para buscar el empate. Y después, cuando Mendoza se disponía a ingresar por Leonardo Castro, el central amonestó a éste último por otra supuesta demora de tiempo. El juvenil se retiró ovacionado por los asistentes.

La Equidad no volvió a llegar con riesgo al arco de Cuadrado, quien se convirtió en un espectador más. Millonarios pudo liquidar el partido en dos ocasiones, primero con un cabezazo de Mera que salvó el portero, y después con un remate de larga distancia que pasó cerca del arco "asegurador". Y si La Equidad no tenía argumentos ofensivos, quedó peor con la entrada de Cortéz que dio más solidez defensiva, y después con la entrada de Andrés Pérez en los minutos finales por Milton, que también salió ovacionado y respondió con alegría a los aplausos de la hinchada. Así terminó el partido .

Millonarios jugó bien y mereció ganar por una mayor diferencia. Y Jonathan Estrada salió como la figura de los azules por su gran presentación, en la cual combinó talento en ataque con sacrificio en marca. Millonarios ganó, pero los hinchas sufrimos de más cuando no debió pasar, y otra vez Millos recibió goles más por culpa de Millos que por virtud de sus rivales, como pasó el fin de semana anterior. Por eso, causó mucha risa escuchar las declaraciones del técnico Alexis García cuando decía que "el empate era justo" y que "Millonarios solo jugó al pelotazo y La equidad al toque" cuando en la vida real Millonarios debió haberse llevado una ventaja más ámplia. Eso si, el público Millonario no tuvo escatimó esfuerzos para despedir al técnico local como se lo merece al final del partido.

El próximo fin de semana, en El Campín, Millonarios recibirá al hoy líder del campeonato: Tolima, que está un punto por encima. Una victoria podría dejar a Millonarios líder del torneo aunque éste aún está comenzando. No olvidemos además, que el partido de Copa Colombia de esta semana no será el miércoles en El Campín en el horario nocturno como suele suceder, sino el martes a las 3 PM en Zipaquirá y el valor de la boleta será de $5.000; y que el próximo viernes Millonarios disputará un partido amistoso en la ciudad de Toronto ante el Barcelona de Guayaquil.

mayo 18, 2008

Triste final

Dice un refrán futbolrero que "equipo que juega a empatar pierde". Hoy Envigado salió al campo de juego del parque estadio a empatar... y ganó. Así se resume la última presentación de Millonarios en la copa Mustang I 2008 que sentenció su eliminación triste y vacía. Millos dependía de Millos para clasificar, y Millos perdió y quedó eliminado por culpa de Millos. La displicencia, la ingenuidad, la falta de ideas y, otra vez, los errores desde el banco estuvieron a la orden del día. Perder duele más cuando el rival no muestra absolutamente nada y así sucedió hoy.

Millonarios empezó el partido clasificado en el octavo lugar de la tabla y para el cierre de la jornada terminó décimo y eliminado. Imaginamos todos que el partido iba a ser durísimo, no apto para cardiacos y disputado a muerte. Nos equivocamos. El partido fue malo, se jugó a media máquina, caminando. Por momentos parecía como si el empate estuviera firmado. Envigado llegó con riesgo una vez en el primer tiempo en una salvada compartida entre Blandón y Tovar y no hizo nada más hasta el minuto 92. En Millonarios se salvan Jonathan Estrada -lejos, el mejor de la temporada-, Bedoya y Ciciliano, hasta que a Bónner le dio la "maravillosa" idea de sacarlo del campo. Ni siquiera cuando Quindío pasó a ganar se notó algún cambio en el partido. Parecía un partido amistoso, los dos equipos jugaban a empatar.

No conforme con el partido aburrido, Millonarios nos regaló a todos el festival de la ingenuidad. Posiciones adelantadas sancionadas por ingenuidad como nunca. Envigado repitió la misma estrategia todo el partido: adelantaba su línea defensiva provocando el fuera de juego. Y Millonarios cayó en el juego siempre que los naranjas daban el paso hacia adelante. Hacía mucho tiempo no veía tantos fueras de lugar en un solo partido y por parte de un sólo equipo. Y sabiendo que el rival adelantaba las líneas, en Millonarios nadie supo contrarrestar la estrategia y los jugadores azules siguieron cayendo redonditos.

En el segundo tiempo Envigado fue aún más inofensivo. Su estrategia de jugar a empatar fue maximizada. Millonarios, el equipo de la necesidad, tuvo la pelota pero no fue nada productivo en ataque, pero eso si, siguió cayendo en la trampa del fuera de juego. Después, Bónner quiso ser el técnico de la fecha y envió a Cochas al campo en lugar de Ciciliano. El cambio solamente lo entendió él, porque ninguno de nosotros entendimos porque sacó al 10. Y si Millonarios no tenía productividad ofensiva antes del cambio, después de la salida de Ciciliano fue peor aún. Después mandó al campo a Telembí por Tobar, había que vencer o morir. Pero los resultados tampoco fueron los esperados. Millonarios tuvo la pelota todo el tiempo y arrinconó a Envigado en su territorio, o mejor, Envigado se arrinconó solito y Millonarios no encontró nunca la manera de llegar con riesgo, salvo el centro al área desesperado buscando a Martín o a Astudillo que se dilapidaba o terminaba en fuera de juego. Los últimos minutos mostraron a Envigado quemando tiempo, llevándose el balón a las esquinas del campo para agotar el reloj. Pero en la última jugada del partido una pifia en defensa generó el que fue el único gol del partido anotado por Moreno.

Envigado ganó un partido que claramente no quería ganar. Increíble. Y Millonarios, que dependía de si mismo, no hizo nada por clasificar. Millonarios hoy, más que nunca, debía mostrar casta de equipo grande y sacar su resultado. La gente acompañó y viajó en masa, pero tal como el año pasado en Neiva, el equipo no jugó a nada. Hoy no dependíamos de terceros, hoy dependíamos de nosotros mismos, y terminó en una presentación pobre. Es aquí cuando recordamos la cantidad de puntos perdidos: Con Medellín (un hombre más casi todo el segundo tiempo y perdimos 1-2), con Cali (penal errado de Ciciliano a cinco minutos del final con arquero improvisado), con Tolima (dominio total en el segundo tiempo y falta de definición), con Quindío (empate en Bogotá), con Nacional (empate del equipo verde en la última jugada del partido), con Cúcuta (una historia similar a la de hoy, un rival jugando a nada y ganando en el final del juego casi que sin querer), con Santa Fe (un clásico que Millos se dejó empatar y otro que Bónner regaló).

Y una mención especial para Jonathan Estrada. En medio de la mediocridad del partido y de Millos, fue el jugador diferente, el que corrió cada balón a muerte, el que sí jugó a clasificar. Para este servidor, Jonathan fue el mejor jugador de Millonarios en el semestre. Ojalá a los dirigentes no les de por cederlo a otro club o dejarlo ir.

Es el momento de hacer cambios. De revisar la sumatoria de errores de todo tipo que se cometieron en este semestre y no volverlos a cometer. Hay que moverse con el tema del técnico. Está más que claro que Bónner Mosquera no es técnico para Millonarios y tal como anunció el presidente, hay que traer un técnico de primer nivel. No se pueden cometer los errores en las contrataciones que se hicieron en Enero. No se pueden hacer contrataciones que llegan a mitad de torneo sin ritmo de competencia o con mal estado físico. Ahora el equipo tiene tiempo de sobra para moverse y buscar refuerzos. Los hinchas tenemos vacaciones forzadas por culpa del equipo (aunque la Copa Colombia tiene dos fechas más antes del final del campeonato), pero los directivos se tienen que empezar a mover y no quedarse dormidos.

febrero 02, 2008

De cuando una falla cambia la historia de un partido...

Cuando todo apuntaba a una victoria embajadora, cuando el rival tenía un hombre menos y estaba contra los palos y cuando el segundo gol embajador se presentía, un error en defensa significó el gol del Medellín que a catorce minutos del final del partido sepultó a los millonarios y le dio los tres puntos al conjunto paisa.

Aproximadamente unos 25 mil personas asistimos al estadio El Campín para presenciar el primer partido oficial de Millonarios en el año. El trapo de la barra "Alfonso Senior - LosMillonarios.net" hizo ahora si su debut oficial en la tribuna Occidental. Millonarios volvió a jugar de azul totalmente, como jugó los últimos partidos de 2007. El inicio del partido tuvo mucho vértigo, a los seis minutos el equipo visitante se fue arriba en el marcador con un remate de fuera del área de Danilson Córdoba al ángulo. Apenas dos minutos después, Jonathan Estrada empató el partido en una gran jugada individual. Millonarios se asentó en el terreno y de a poquito empezó a controlar el partido, apostando en las últimas instancias por el centro al área buscando la cabeza de Martín García, pero la defensa paisa siempre estuvo atenta y rechazó uno a uno cada pelotazo al área. Diego Cochas lució algo intermitente e individualista por momentos, pero aun así aportó equilibrio al medio campo. Martín García por momentos se vio solitario batallando contra toda la defensa visitante. Así terminó el primer tiempo, con Millonarios teniendo el control del partido, pero sin la explosión ofensiva suficiente, salvo un cobro de pelota quieta que salvó el golero visitante.

El segundo tiempo trajo buenas noticias en el comienzo. La entrada de Luis Zapata por Alex Díaz le dio más dinámica al ataque, y muy temprano Juan Carlos Quintero fue expulsado por doble amarilla. Con un jugador menos el equipo visitante se resguardó, y Millonarios se fue encima con todo, haciendo figura al golero paraguayo Bobadilla. Jonathan Estrada se convirtió en el mejor de los azules, al ser el más inquietante en la defensa rival. Bobadilla salvó dos increíbles, y en otras dos ocasiones el balón pasó muy cerca. Vanemerak movió el banco, ingresó a Ervin González por Cochas, y Millos perdió profundidad. Quedaban catorce minutos, cuando Omar Pérez puso un pase al vacío, Luis Asprilla se quedó enganchado habilitando a Jaime Castrillón quien con una vaselina definió por encima de Blandón y sentenció el partido, porque el espíritu anímico de los embajadores se vino al piso. Entró Telembí por Andrés Pérez, un cambio anunciado pero demorado. Con el marcador adverso y la moral de los jugadores locales por el piso, a Medellín le quedó más fácil controlar el partido en sus minutos finales, inclusive anotando una vez más sobre el final, siendo anotación mal anulada para suerte de los nuestros. Increíble, inexplicable. Las caras de los asistentes eran de sólo estupefacción. Medellín no había hecho nada por el partido, estaba defendiendo el empate con toda y Millonarios siempre fue más, pero una sola jugada cambió el curso de las acciones y lo que parecían los tres primeros puntos del año se convirtió en la primera derrota en casa.

Ahora no demoran en aparecer los que no les gusta nada y critican todo a despotricar de todo lo que tenga que ver con Millonarios, sacando su popular slogan "se los dije". Hay que aguantarlos y mantener la calma, apenas va un partido, quedan 17 batallas todavía.

octubre 20, 2007

De la mano de López

No es López el presidente de quien hablo hoy, es López el árbitro. Así fue como América le ganó a Millonarios la noche de hoy en El Campín un partido que hasta faltando 5 minutos estábamos ganando y que primero en un error de marca y luego en un penal inventado en el minuto 90 nos privó de la celebración y nos dejó muy mal en la lucha por lograr clasificar a los cuadrangulares.

El primer tiempo flojo, flojísimo, y no merece más que esta frase porque no hubo mucho que mostrar. Salvo un tiro libre de Ciciliano que sacó brillantemente el golero rival todo estuvo entre las faltas y la lucha en la mitad del campo. Se perdieron 45 minutos porque América no atacó y Millonarios lució perdido por muchos pasajes.

El segundo tiempo mostró en cambio a un Millonarios más aplomado en la cancha y con mayor vocación. Tanto así que el equipo embajador tuvo las mejores opciones despilfarradas justito cuando llegó la definición. Ciciliano se comió un gol hecho con el arco solo al mandar el balón por arriba. Villagra no estuvo hoy en Bogotá y a Jonathan (el mejor de Millos para mi) se la sacó el golero. América esperó y contraatacó peligrosamente llevando mucho peligro al arco de Blandón.

Llegó entonces el penal contra Ciciliano ejecutado muy bien por él mismo para la ventaja parcial. Nunca antes vi tantos fotógrafos alrededor de un jugador en una celebración de gol. Y después de esto entraron las manos cochinas del árbitro paisa y sus asistentes. Fueras de lugar inexistentes que sancionaron y otros que si eran existentes los pasaron por alto. Errores tan absurdos como señalizaciones de saques de banda a favor del equipo que sacó el balón. Faltas de la nada y el maravilloso penal inventado en las postrimerías del partido. Además el partido se le fue de las manos y hubo calentura entre los jugadores de ambos bandos. Y después, con tanto tiempo perdido en el segundo tiempo, a este señor no le dio la gana de dar reposición, una verguenza. Esas sucias y cochinas manos (y pito) nos quitaron tres puntos.

Ahora para clasificar hay que hacer 15 de 15, teniendo en cuenta que el partido del jueves con Bucaramanga se jugará con el equipo suplente y con algunos cansados luego del partido del miércoles, lograr 15 puntos se antoja casi que imposible. Las energías están puestas en el miércoles ante Sao Paulo y lograr la clasificación a las semifinales de la copa. Muy malo eso sí en el tema de la reclasificación, en la que Millos está disputando el acceso a los torneos internacionales del otro año.

Gracias a Carlos López Millonarios hoy se fue con las manos vacías. Todos los partidos pueden perderse, pero no de semejante manera...