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octubre 04, 2008

...y pudo ser peor

América de Cali ganó hoy por la mínima. El equipo caleño sufrió para derrotar a un equipo que lució falto de creatividad, repetitivo, sin sorpresa, sin ataque. Aunque es cierto que el juez central y, sobre todo, el juez de línea de Oriental influyeron en el resultado, no podemos estar cegados ni conformistas: Millonarios jugó un segundo tiempo horrible en Cali y no perdió por una mayor diferencia porque entre Óscar Córdoba y los palos ayudaron a que el América sufriera para derrotarlo cuando tuvo todo para pasarlo por encima lejos.

Otra vez, el empuje de Millonarios duró quince minutos, tiempo en el cual alcanzó a fabricar una opción de gol clara con Tejada que se fue cerca del segundo palo del arquero. Después América reaccionó, y aunque Millonarios tácticamente lo hacía todo bien en defensa, el equipo caleño asustó con un remate de Parra que parecía inofensivo y terminó golpeando el vertical. No fue mucho más lo que pasó en el primer tiempo. Millonarios jugó a defenderse con un muy buen orden táctico y salía al ataque cuando podía pero llegaba hasta tres cuartos de cancha. Muy buen trabajo de Ómar Vásquez en la zona creativa cumpliendo con la norma del juvenil.

Para el segundo tiempo ingresó Jonathan por Vásquez, pero otra vez estuvo desdibujado. Si en el primer tiempo Millonarios había controlado muy buen los ataques del equipo rojo de Cali, el segundo tiempo fue una cosa totalmente distinta. Desde el primer minuto el local se fue con todo. Aprovechó muy bien sus laterales y la media distancia, y cada llegada de los rojos era un peligro inminente. El poste salvó otra vez a Millos, y Córdoba se fue erigiendo poco a poco y llegada tras llegada como la figura del compromiso. Además, para el América todo era más fácil: Los ataques de Millonarios eran repetitivos y fáciles de conjurar.

Cuando iban 25 minutos del segundo tiempo hizo su aparición el central Jorge Ramírez, quien un año atrás con los mismos equipos jugando en la misma ciudad validó un gol ilegítimo de los rojos y pitó un penal inexistente. Esta vez, tuvo que incidir tras expulsar injustamente a Mauricio Casierra. Fue una jugada en la que el lateral fue a cortar un avance, fue al balón, pero el rival cayó aparatoso. No era falta pero, de serlo, no era para amarilla, y Ramírez le sacó la roja. El cambio obligó a Quintabani a meter a Miguel Rojas por Érvin, que se cansó de llevar la pelota a tres cuartos de cancha para luego devolverse. Dos minutos después, una jugada lícita que terminó en gol de tejada fue invalidada por el asistente de Oriental por fuera de lugar inexistente, pues el panameño había partido por lo menos dos metros atras del último defensor rojo. A once minutos del final, América se juntó por la izquierda, lugar por donde llegó cada vez que quiso en todo el segundo tiempo. Armero recibió libre, Asprilla no estaba cerca y el jugador rojo tuvo todo el tiempo del mundo para centrar justo a la cabeza de Ramos, quien liquidó a Córdoba y rompió el cero.

Después del gol, América pudo haber anotado más. Millonarios tenía inferioridad numérica y además tenía inferioridad futbolística. El línea de Oriental volvió a señalar posiciones adelantadas inexistentes en contra de los nuestros, y Córdoba seguía consolidándose sacando todo lo que le tiraban. Afortunadamente el rojo de Cali no anotó más, porque hoy Millonarios y América tienen los mismos puntos pero el azul gana la posición por un gol de diferencia, uno de los que salvó Córdoba o pegó en los postes. Después de un primer tiempo muy bueno en el que el equipo azul jugó muy ordenado, en el segundo tiempo, simplemente, Millonarios no estuvo.

septiembre 21, 2008

Impotencia

Un infortunio de Óscar Córdoba en el último minuto del partido le dio a Santa Fe la victoria sobre Millonarios en el clásico capitalino. No fue un buen partido, los dos equipos lucharon pero no jugaron. El empate estaba casi que firmado y un error desequilibró la balanza a favor del equipo rojo. Pitó Wilmar Roldán, que con su pésima presentación perjudicó claramente a Millonarios no solamente en la noche del sábado, también perjudicó al equipo en la siguiente fecha ante Nacional y posiblemente ante el América también. La verdad no se sabe que es lo que deja mayor sinsabor: Si es perder en el último minuto contra un rival que hizo menos por el partido, o si es la impotencia al ver un arbitraje tan malo y perjudicial, y no poder hacer nada para evitarlo; o el nivel general del equipo que difirió totalmente de las anteriores presentaciones.

Antes de todo, vamos a los antecedentes: Para la final del campeonato anterior, Wilmar Roldán fue designado para pitar el partido de ida entre el América de Cali y el Chicó en el Pascual Guerrero. Ese día, en el último minuto y con el juego empatado, Chicó avanzó y su jugada terminó en gol, pero Roldán lo invalidó argumentando que "ya se había terminado el tiempo". Se notó mucho que no quería que el América se fuera perdedor en casa, sintió miedo, falta de identidad. Afortunadamente para el fútbol, Chicó quedó campeón después, por lo que su "error" no manchó el desenlace del torneo y el campeonato justo del equipo ajedrezado. Por este error, la comisión decidió sancionarlo internamente, nadie supo cual fue la sanción, pero dio mala espina cuando vimos que había sido designado para el clásico. No puede ser que un árbitro que comete estos errores sea designado para un partido clase A.

Ahora si, al partido. El Campín se vistió de gala. El 80% del estadio era azul y el 20% restante rojo. Con todo y esto, y con gente de Santa Fe quejándose porque era "injusto" que no les dieran la mitad del estadio, en la parte asignada a Santa Fe en todas las tribunas quedaron huecos. Ni el 20% del estadio llenaron, que sirva esto de enseñanza a todos los que pedían 50-50 cuando no llenan ni un 20. Ojalá lo del sábado sirva de precedente para todos los clásicos en los que Millos sea local de aquí en adelante.

Un sinnúmero de banderas aparecieron en Oriental y Occidental. El banderazo se vivió por todo lo alto, a pesar de que en la tribuna Norte no se podían ingresar elementos para la fiesta. La salida de Millos fue monumental, no solo por las banderas, también por el humo y el papel picado. Como en Occidental Sur había huecos, en Occidental Norte había un sobrecupo impresionante (mucho hincha de millos con boleta y sin puesto, porque los santafereños no llenaron su parte).

Millonarios arrancó con todo de la mano de Bedoya y Estrada. Millonarios era el único que buscaba el partido, Santa Fe se acercaba hasta tres cuartos de cancha esporádicamente sin hacer daño. Leo Castro tuvo la mejor opción para liquidar cuando quedó mano a mano con Julio, pero se apresuró y su remate se fue alto. Al minuto 22 la historia del clásico cambió. Bernal agredió a Robayo y Roldán lo expulsó. Fue entonces cuando bolillo y su combo empezaron a presionar a Roldán para que expulsara a alguien y el árbitro, miedoso, mediocre, sin pantalones ni identidad, expulsó a Robayo argumentando quien sabe que cosa. Nunca pudimos entender cual fue la razón. Y con esto, Millonarios perdió más. Santa Fe perdió un jugador del montón, Millonarios perdió al mejor volante mixto que hay actualmente en el medio. Y peor, lo perdió también contra Nacional el miércoles, y tal vez con América, conociendo las resoluciones de sanciones que siempre miden a Millos con otro rasero.

Y con el incidente, pasó lo que muchos presentíamos, los hinchas de Santa Fe ubicados en la tribuna sur empezaron a destruir la silletería deliberadamente. Lo peor, es que Millos es quien debe pagar por esto. Y después preguntan por qué las boletas de Santa fe eran más costosas y se quejan.

Santa fe aprovechó el hueco en la media cancha para adueñarse de la pelota, pero seguía siendo inofensivo. Millonarios siguió apostando al balón largo por los costados con Estrada, Castro y Milton, aprovechando los saques largos de Córdoba que se convertían en pases de gol, pero entrando al área los ataques eran bien conjurados por la zaga cardenal. Al minuto 27, Miguel Rojas cayó derribado en el área, era penal claro, pero otra vez Roldán, otra vez mediocre, otra vez sin pantalones, otra vez sin identidad, pitó una inexistente "falta en ataque" cuando parecía decidido a pitar el penal.

No pasó mucho después, el partido se emparejó en la mitad y ambos equipos lucharon más de lo que jugaron. Al finalizar el primer tiempo, el equipo salió ovacionado y aplaudido.

Para el segundo tiempo, Quintabani mandó a Tejada y Mera. El primero sustituyó a Castro pero no tuvo una buena noche. el segundo ingresó por Araújo para ser lateral por derecha y Miguel Rojas pasó a hacer la labor de Robayo. Si bien la labor defensiva de Mera fue positiva, en ataque no aportó mucho. El segundo tiempo fue igual, muy parejo, muy luchado, pocas llegadas claras. Santa Fe optó por la media distancia, pero sus remates no eran nada del otro mundo. En Millonarios se perdió el flujo en la mitad del campo y cuando el equipo llegaba al área contraria era por un pelotazo largo buscando a Tejada y Milton. Jonathan Estrada sintió mucho el sacrificio de cubrir el puesto de Robayo y se desgastó mucho físicamente.

Sobre los minutos finales Millonarios lo tuvo, primero con un remate de Milton que se fue muy cerca del segundo palo y después con otro remate dentro del área que salvó -o mejor, se encontró- Julio. El empate parecía firmado, hasta la última jugada. Remate desde fuera del área que parecía fácil, Córdoba, que hasta ahí lo había hecho todo bien, se complicó y el balón golpeó su cara y dejó rebote, la defensa se quedó dormida y Valoyes liquidó. Dio la sensación que el delantero se ayudó con la mano, pero Roldán no iba a pitar nada distinto al gol. El desespero y la impotencia se adueñaron de los hinchas, que de inmediato empezaron a pedir a Cuadrado. Córdoba pasó de héroe a villano en un segundo, el último segundo.

Millonarios perdió los últimos dos partidos y con esto dejó acercar al lote de la media tabla. Por segunda ocasión consecutiva el equipo se fue en blanco después de caracterizarse por anotar. El siguiente partido es el partido, lo de Santa Fe ya pasó, la diferencia estdística sigue siendo larga. Con Nacional es a muerte y no puede haber márgen de error.

septiembre 14, 2008

El esfuerzo no alcanzó

Millonarios perdió en Barranquilla por la mínima diferencia en un partido difícil y perdió la segunda casilla de la tabla de posiciones ante Júnior, que alcanzó en puntos a los azules pero gana la posición por mejor diferencia de goles. El equipo azul arrancó muy bien, pero sufrió el gol en contra y cayó, aunque es rescatable el esfuerzo de todos los jugadores que lo dejaron todo en el terreno de juego del Metropolitano. Por primera vez en el torneo Millonarios se fue en blanco sin anotar goles.

La historia de este partido es similar a la del partido en Armenia por la quinta fecha, con la diferencia de que esta vez los goles de Millonarios no llegaron. Millonarios arrancó muy bien, se fue con todo y en los primeros cinco minutos ya había hecho figura del partido a Dídier Muñoz, arquero local y quien atajara para Millos en 2006. El dominio de la pelota era azul y Júnior no la pasaba bien, sobre todo cuando Estrada y Milton se juntaban en tres cuartos de cancha. Y tal como pasó en Armenia, llegó el gol del rival que cambió por completo los papeles. A los diecisiete minutos, Yánez levantó la pelota buscando un pase al vacío, Mera conjuró en primera instancia con un cabezazo y, en el rebote, Cortéz y Asprilla no se entendieron y se golpearon mutuamente, el balón le quedó otra vez a Yánez que remató de primera intención y venció a Córdoba. Y después, por la jugada desafortunada, Asprilla quedó lesionado y tuvo que ser relegado por Andrés Pérez, lo que obligó a cambiar el esquema, Robayo pasó a ser el lateral derecho por la necesidad, un infortunio en todos los sentidos.

Con el gol Júnior se fue encima con todo y el que pasaba el mal rato ahora era Millonarios. Los barranquilleros tuvieron veinte minutos en los que arrinconaron a Millos y pudieron haber hecho más goles. Quintabani envió a Tejada al campo sobre la media hora de partido en reemplazo de Leo Castro, pero nada cambió. Ya sobre el final del primer tiempo, Millonarios despertó y volvió a inquietar a la defensa tiburona, otra vez con Estrada y Milton, pero siempre faltó algo en la puntada final.

El segundo tiempo tuvo a Millonarios como el dominador, pero a Júnior como el equipo que tuvo la mejor opción de gol. El ingreso de Araújo por Érvin no dio los resultados esperados. Millonarios siempre tuvo la pelota y siempre fue al frente, pero no hubo opciones reales de gol. Júnior se dedicó a esperar a Millos y tratar de utilizar contragolpes rápidos aprovechando las líneas adelantadas de los Embajadores. La opción más clara de gol de todo el segundo tiempo, por no decir que la única, fue un tiro libre de Giovanny Hernández que se estrelló en la raíz del palo derecho de Córdoba. Con el paso de los minutos el clima afectó a los jugadores de Millos y cada vez fueron menos las esperanzas de un virtual empate, a pesar del esfuerzo loable de cada uno de los jugadores.

Con la derrota Millonarios bajó al tercer lugar momentáneamente, esperando los partidos del domingo. El próximo fin de semana los azules recibirán a Santa Fe con estadio lleno en la versión 254 del clásico capitalino. La boletería para este partido está a la venta desde ya.

agosto 13, 2008

A pensar en la Mustang

Tras el lánguido partido de cierre de la primera ronda de la Copa Colombia, en donde Millonarios cayó 0-1 ante Santa Fe con un gol de penal en el primer minuto de juego, los Embajadores dieron por terminada su participación en esta edición del torneo y ahora no queda más que pensar 100% en la Copa Mustang II para obtener el campeonato y el tiquete a los torneos internacionales de 2009.

Sobre el partido, realmente es poco lo que se puede decir. Los dos equipos jugaron muy mal, el partido fue parejo, pero por lo bajo. Santa Fe se encontró con el gol en la primera jugada del partido en un penal que convirtió y desde ahí no se volvió a ver por los lados del arco de Córdoba. Millonarios tuvo, desde ese momento, veinte minutos en los que se adueñó del partido y encerró al equipo rojo, pero no hubo ideas en la ofensiva. Después, el partido se tornó soso, aburrido. Ninguno de los equipos daba señas de inspiración ni de peligro de gol.

El segundo tiempo fue igual, con el añadido del central que se dedicó a repartir tarjetas amarillas a los azules, ocasionando así la expulsión de Ómar Vásquez, quien por momentos mostró un buen nivel, junto con Castro. Santa Fe no hizo mucho tampoco, pero aprovechó ese hombre de más para tener un absoluto control del partido ante un Millonarios que no conforme con estar abajo en el marcador, no daba avisos de siquiera poder llegar al empate hasta faltando cinco minutos para el final, cuando el árbitro expulsó a un rival y el equipo con lo poco que tenía arrinconó sin éxito a los rojos sobre su arco. Llegó el final y con él la eliminación de los dos equipos favoritos del grupo de clasificar a la siguiente ronda de la competición.

Para destacar, solamente el trabajo de Córdoba en el arco (seguro y dando las órdenes, tuvo una buena presentación en su regreso a El Campín), los buenos momentos de Vásquez, sobre todo en el primer tiempo, el trabajo de Castro en ataque y Páez, también con chispazos cuando ingresó por Castro, quien salió lesionado. Pero con todo y eso, el partido fue malísimo. El nivel de ambos conjuntos es para el olvido. Un clásico atípico por donde se le mire. Santa Fe ganó, porque se encontró con un penal a los treinta segundos de comenzado el partido, de otra forma seguro que el partido terminaba empatado sin goles.

La derrota, y sobre todo la eliminación, es para Millonarios un fracaso enorme. Más allá de que la copa sea un fiasco por donde se le mire, el premio al campeón es un cupo a Copa Suramericana. Además, sea el torneo que sea, Millonarios no puede terminar haciendo papelones como estos. El equipo no quedó eliminado en la noche de hoy. No. El equipo queda eliminado por perder contra rivales de la categoría de ascenso (Academia, Envigado), cosa que por historia, por tradición y por filosofía jamás debe pasar.

Era un torneo en el cual muchos de los jugadores que son suplentes habitualmente podían mostrarse. Lamentablemente muchos de ellos quedaron en deuda. Algunos dirán que no es tan importante haber quedado eliminados. Yo opino todo lo contrario, más porque se trata de Millonarios que por que sea este torneo o cualquier otra cosa. Millonarios se va temprano y un cupo a Copa Sudamericana se pierde. Ahora, solo queda mentalizar toda nuestra energía en la Copa Mustang. Los clasificados al final fueron La Equidad y Centauros, y Millonarios terminó quinto, no se puede creer.

Llegó Asprilla

El día lunes, Millonarios inscribió ante la Dimayor a Luis Tejada, el panameño cuya noticia fue confirmada por LosMillonarios.net hace varios días, y a Jimmy Asprilla, lateral derecho de 28 años que ha militado en el Cali, Bucaramanga y Caldas (equipo del que proviene) en Colombia, y que además jugó en el Estudiantes de Mérida de Venezuela y en el Sport Boys peruano. El jugador fue pedido por el técnico Quintabani y ya realizó sus primeras prácticas con la plantilla profesional en la finca, después de superar sin inconvenientes los exámenes médicos de rutina. LosMillonarios.net le da la bienvenida a Asprilla al club más grande de Colombia y le desea los mejores éxitos en Millonarios.

Con la llegada de Asprilla y el cierre de las inscripciones en la Dimayor, la llegada del volante 10 que tanto se ha venido hablando queda en veremos. De darse, sería para inscripción en el próximo mes de Septiembre.

mayo 18, 2008

Triste final

Dice un refrán futbolrero que "equipo que juega a empatar pierde". Hoy Envigado salió al campo de juego del parque estadio a empatar... y ganó. Así se resume la última presentación de Millonarios en la copa Mustang I 2008 que sentenció su eliminación triste y vacía. Millos dependía de Millos para clasificar, y Millos perdió y quedó eliminado por culpa de Millos. La displicencia, la ingenuidad, la falta de ideas y, otra vez, los errores desde el banco estuvieron a la orden del día. Perder duele más cuando el rival no muestra absolutamente nada y así sucedió hoy.

Millonarios empezó el partido clasificado en el octavo lugar de la tabla y para el cierre de la jornada terminó décimo y eliminado. Imaginamos todos que el partido iba a ser durísimo, no apto para cardiacos y disputado a muerte. Nos equivocamos. El partido fue malo, se jugó a media máquina, caminando. Por momentos parecía como si el empate estuviera firmado. Envigado llegó con riesgo una vez en el primer tiempo en una salvada compartida entre Blandón y Tovar y no hizo nada más hasta el minuto 92. En Millonarios se salvan Jonathan Estrada -lejos, el mejor de la temporada-, Bedoya y Ciciliano, hasta que a Bónner le dio la "maravillosa" idea de sacarlo del campo. Ni siquiera cuando Quindío pasó a ganar se notó algún cambio en el partido. Parecía un partido amistoso, los dos equipos jugaban a empatar.

No conforme con el partido aburrido, Millonarios nos regaló a todos el festival de la ingenuidad. Posiciones adelantadas sancionadas por ingenuidad como nunca. Envigado repitió la misma estrategia todo el partido: adelantaba su línea defensiva provocando el fuera de juego. Y Millonarios cayó en el juego siempre que los naranjas daban el paso hacia adelante. Hacía mucho tiempo no veía tantos fueras de lugar en un solo partido y por parte de un sólo equipo. Y sabiendo que el rival adelantaba las líneas, en Millonarios nadie supo contrarrestar la estrategia y los jugadores azules siguieron cayendo redonditos.

En el segundo tiempo Envigado fue aún más inofensivo. Su estrategia de jugar a empatar fue maximizada. Millonarios, el equipo de la necesidad, tuvo la pelota pero no fue nada productivo en ataque, pero eso si, siguió cayendo en la trampa del fuera de juego. Después, Bónner quiso ser el técnico de la fecha y envió a Cochas al campo en lugar de Ciciliano. El cambio solamente lo entendió él, porque ninguno de nosotros entendimos porque sacó al 10. Y si Millonarios no tenía productividad ofensiva antes del cambio, después de la salida de Ciciliano fue peor aún. Después mandó al campo a Telembí por Tobar, había que vencer o morir. Pero los resultados tampoco fueron los esperados. Millonarios tuvo la pelota todo el tiempo y arrinconó a Envigado en su territorio, o mejor, Envigado se arrinconó solito y Millonarios no encontró nunca la manera de llegar con riesgo, salvo el centro al área desesperado buscando a Martín o a Astudillo que se dilapidaba o terminaba en fuera de juego. Los últimos minutos mostraron a Envigado quemando tiempo, llevándose el balón a las esquinas del campo para agotar el reloj. Pero en la última jugada del partido una pifia en defensa generó el que fue el único gol del partido anotado por Moreno.

Envigado ganó un partido que claramente no quería ganar. Increíble. Y Millonarios, que dependía de si mismo, no hizo nada por clasificar. Millonarios hoy, más que nunca, debía mostrar casta de equipo grande y sacar su resultado. La gente acompañó y viajó en masa, pero tal como el año pasado en Neiva, el equipo no jugó a nada. Hoy no dependíamos de terceros, hoy dependíamos de nosotros mismos, y terminó en una presentación pobre. Es aquí cuando recordamos la cantidad de puntos perdidos: Con Medellín (un hombre más casi todo el segundo tiempo y perdimos 1-2), con Cali (penal errado de Ciciliano a cinco minutos del final con arquero improvisado), con Tolima (dominio total en el segundo tiempo y falta de definición), con Quindío (empate en Bogotá), con Nacional (empate del equipo verde en la última jugada del partido), con Cúcuta (una historia similar a la de hoy, un rival jugando a nada y ganando en el final del juego casi que sin querer), con Santa Fe (un clásico que Millos se dejó empatar y otro que Bónner regaló).

Y una mención especial para Jonathan Estrada. En medio de la mediocridad del partido y de Millos, fue el jugador diferente, el que corrió cada balón a muerte, el que sí jugó a clasificar. Para este servidor, Jonathan fue el mejor jugador de Millonarios en el semestre. Ojalá a los dirigentes no les de por cederlo a otro club o dejarlo ir.

Es el momento de hacer cambios. De revisar la sumatoria de errores de todo tipo que se cometieron en este semestre y no volverlos a cometer. Hay que moverse con el tema del técnico. Está más que claro que Bónner Mosquera no es técnico para Millonarios y tal como anunció el presidente, hay que traer un técnico de primer nivel. No se pueden cometer los errores en las contrataciones que se hicieron en Enero. No se pueden hacer contrataciones que llegan a mitad de torneo sin ritmo de competencia o con mal estado físico. Ahora el equipo tiene tiempo de sobra para moverse y buscar refuerzos. Los hinchas tenemos vacaciones forzadas por culpa del equipo (aunque la Copa Colombia tiene dos fechas más antes del final del campeonato), pero los directivos se tienen que empezar a mover y no quedarse dormidos.

abril 16, 2008

Pesadilla

Si usted, hincha albiazul, estuvo en El Campín el día de hoy y estuvo también la noche del sábado primero de Septiembre de 2007, pudo notar que la sensación que quedó al salir del estadio fue la misma. Lo inexplicable hoy no es el resultado, pues por lo visto en el campo de juego fue justo. Lo que es inexplicable de verdad es la manera tan displicente como jugó el equipo hoy, sobre todo en el segundo tiempo, para terminar derrotado, paseado y humillado por el Boyacá Chicó en El Campín y no mostrar ni voluntad ni ganas, algo que hasta hoy siempre tuvo el equipo de Vanemerak. Todo, absolutamente todo lo que ocurrió el domingo 13 de Abril de 2008 debe quedar en el olvido.

Hizo mucho frío en Bogotá, y desde las 3 de la tarde un aguacero desesperante cayó sobre la capital colombiana, un aguacero que no cesó sino hasta después del partido y que ahuyentó a algunos de presentarse en el coloso de la 57. Aún así, más de 12 mil personas llegamos, presagiando y esperando una victoria que hubiese ubicado a Millonarios en el quinto lugar. Todos los resultados se dieron y conspiraron para que Millos ascendiera en la tabla. Se sabía que el rival no era fácil y que, por la situación en la tabla de posiciones, este era un partido de seis puntos por ser rival directo. El impulso a Millonarios le duró quince minutos. Millonarios empezó a presionar desde el inicio al conjunto boyacense y sobre los siete minutos, el central sancionó un penal por una supuesta mano que reclamó la visita (el reclamo que yo hago es que después de la infracción Jonathan quedó sólo ante el portero y no hubo norma de ventaja). Y ahí apareció la primera señal de la debacle que vendría: Ciciiano cobró al palo derecho de "Prono", quien atajó. Millonarios perdió la mejor oportunidad de irse arriba en el marcador y cambiar la historia de la que se convirtió después en una pesadilla de domingo.

Millonarios siguió dominando con Jonathan Estrada por zona izquierda y el trabajo de sacrificio de Carreño. Prono se constituía hasta ese momento en la figura del partido, y en la primera llegada que tuvo Chicó se fue arriba, un remate mordido que terminó convirtiéndose en centro. Santander Ospina intentó rechazar y terminó haciendo la asistencia. Pacheco quedó solitario ante Cuadrado y definio al ángulo ante la mirada pasiva de Mosquera. Corrían 18 minutos. Vanemerak (¿o Bonner?) lo intentó: envió a Cochas al campo en reemplazo de Díaz. Millonarios siguió acercándose, Prono empezó a quemar tiempo y a desesperar. Vino entonces otra de las malas: Carreño se lesionó y Martín García entró en su lugar. Y a un minuto del entretiempo, otra vez de forma colectiva, Chicó anotó el segundo con Marcos Pérez. Así se fue el primer tiempo.

Lo del segundo tiempo no tiene presentación. Pareció como si la lluvia, que tenia tiritando a los asistentes, se hubiera trasladado a los jugadores, porque ellos lucían fríos, tullidos, congelados, faltos de todo. Millonarios no llegó al arco rival en todo el segundo tiempo. Tal sería el desastre, que el equipo visitante se quedó con un hombre menos durante 17 minutos, y Millonarios no llegó nunca al arco rival, y por el contrario recibió el tercero, anotado por Caneo. Y minutos después, Andrés Mosquera recibió tarjeta roja por una entrada desmedida. Triste es que el defensor venía de pagar suspensión por otra roja ante Pasto y en su reaparición de nuevo se hizo expulsar. Mientras a los jugadores de Millonarios les hacía falta una combinación de todo para lucir, el equipo visitante empezó a pasearse en El Campín haciendo toques y dejando en ridículo a los nuestros. Hiceron la fiesta con Millonarios y estuvieron dos veces cerca de seguir de largo. El último cambio que quemó Millos fue la entrada de Astudillo por Tobar, pero ni así el equipo logró llegar al arco de Prono. Un festival de pelotazos al ollazo que nunca funcionaron. De hecho , tanto Astudillo como Martín brillaron por su ausencia, no se notaron. Ciciliano cometía errores de jugador de colegio, devastado por el penal errado. El único jugador de Millonarios que intentó sacar la cara fue Estrada. Lo de Bedoya y Robayo es para el olvido.

Sobre el final, Guerrero, quien había ingresado al campo instantes antes, decretó el cuarto y lapidario a un minuto del final. La horrible noche por fin llegó a su final, y con ella llegaron una cantidad enorme de dudas y anti-récords. Por ejemplo, que Boyacá Chicó jamás había ganado en El Campín hasta hoy; que la última vez que Millos había perdido 4-0 en casa se remonta a 1957, año de la peor campaña de Millos de toda la historia; que desde 2004, el año de la crisis más grave de la institución, Millonarios no recibía cuatro goles en contra jugando en Bogotá (aquella vez fue Santa Fe) y antes tendríamos que remontarnos a 2001 en un partido en que el Cali que todos conocían como el "Green Team" ganó 4-1; y que con ésto, Millonarios lleva cinco años consecutivos siendo goleado al menos una vez en casa (2007 con Pasto, 2006 con tolima, 2005 con Santa Fe y 2004 con Huila).

Si hacemos la comparación entre Septiembre 1 de 2007 y la noche de hoy, encontramos similitudes enormes. Aquella noche los jugadores se pararon para darle paso a la salida de Martín Lasarte. Hoy Millonarios jugó igual que aquella vez. ¿Acaso le están "haciendo el cajón" a Vanemerak?, ¿Acaso la orden de no jugar bien llegó desde los altos mandos?, ¿Cómo es posible que haya un cambio tan grande de pasear al América a ser paseado por el Chicó?. Algo extraño ocurre, y habrá que esperar el desarrollo de los días para encontrar las respuestas.

enero 28, 2008

Terminó la pretemporada

Este domingo con la final de la Copa Cafam terminó la pretemporada para Millonarios con miras al campeonato profesional que comienza el próximo fin de semana. El día sábado, un equipo totalmente suplente (suplentes de los suplentes en muchas posiciones) derrotó a la titular del Tolima en partido jugado en San Antonio del Tequendama. Los goles azules fueron anotados por Henríquez y Tovar. El día domingo Millonarios enfrentó al América otra vez con el estadio El Campín lleno, sin importar que fuera pretemporada. Solo la hinchada de Millonarios llena estadios sin importar que no haya nada oficial en juego.

Por la obligada ausencia de Ciciliano en el primer partido del año ante Medellín la próxima semana, Vanemerak optó por no alinear al 10 y jugar con dos delanteros y dos volantes creativos, buscando encontrar el equipo adecuado para arrancar la temporada. Blandón volvió al arco, Salinas jugó como lateral por derecha por la lesión de Rojas y Asprilla estuvo como central con Mosquera. Bedoya y Andrés Pérez estuvieron en la contención, más adelante Estrada y Cochas y en punta Martín García y Telembí.

Si bien Millonarios extrañó mucho a Ciciliano, tuvo buenas opciones de gol y llegó más que su rival a pesar de perder el control del balón durante largos pasajes del juego. En el primer tiempo Telembí la tuvo cuando quedó mano a mano con el portero y su remate se estrelló en el palo, fue la llegada más clara de toda la primera mitad, seguida por una gran atajada de Blandón en una llegada americana. El cuadro rojo de Cali le apostó a presionar a Cochas y Estrada con varios hombres y funcionó, porque muchas veces ellos no tuvieron la claridad suficiente.

El segundo tiempo empezó con Millonarios distinto, atacando con toda a la zaga americana. Fueron varias las opciones de Millos que parecían gol cantado y al final terminaban en el grito ahogado. América no tenía salida y Millos tuvo todo para liquidarlo. Lamentablemente, entre los desaciertos continuos del señor Roldán y su asistente de Oriental (el único en el mundo que no sabe que un balón sale sólo cuando traspasa la totalidad de la línea) y la lesión que sufrió Andrés Pérez la historia del partido cambió. El cambio obligado de Ervin por Pérez dejó solitario a Bedoya en la contención, por lo que Millos perdió en recuperación y América tomó el control del juego en los últimos 20 minutos. Vanemerak sustituyó a salinas por el juvenil Pérez (casi lo crucifican algunos, se les olvida que justamente para eso es la pretemporada, en fin), América empezó a llegar con peligro, siempre por la zona izquierda azul, la de Díaz, que tuvo una tarde para el olvido, y generó susto en la parcial azul. Minutos después, el central terminó de perjudicar a los embajadores al expulsar precipitadamente a Martín García (no expulsó a un jugador del América por una acción idéntica en el primer tiempo, curioso) y América se volcó definitivamente, aunque sus ataques siempre fallaban. Cuando el partido terminaba y todos ya nos estábamos preparando para los penales, cuando ya el cuarto árbitro había mostrado que se adicionarían dos minutos, Alex Díaz quiso dárselas de artista, de crack, y quiso, en propio terreno, sacarse a todos los jugadores de camiseta roja que estaban. El resultado: pérdida de balón, contragolpe rapidísimo y gol, el gol que le dio la victoria a los caleños cuando no había tiempo de empatar ya. Afortunadamente el error de Díaz fue en una pretemporada y no en una final profesional en juego. Los rojos celebraron el triunfo como si hubieran ganado el mundial de clubes y casi arman fiesta por ganar un amistoso. Entendible: América es un equipo chico. Sin merecerlo, el cuadro rojo se llevó la copa cafam, gracias a un grueso error del lateral izquierdo de los embajadores.

Así finaliza la pretemporada para Millonarios, con algunas conclusiones. La ausencia de Ciciliano pesa demasiado por momentos, la zona lateral izquierda sigue siendo un punto débil enorme y puede llegar a perjudicar, Díaz todavía realiza muchas entregas de balón erradas que dejan al equipo mal parado y varias veces es superado por los rivales que ganan la línea final para algún virtual centro. Cochas es una muy buena contratación y se nota de lejos su nivel, hoy quiso hacer más lujos que jugar colectivamente y eso no es bueno, pero nadie duda de su nivel. Jonathan como siempre cumplió e hizo un buen partido. La zona de recuperación tuvo baches por momentos, Millonarios se dejó llegar muchas veces por el rival con peligro, esperemos que esto mejore con el regreso de Robayo a la alineación. Andrés Mosquera está cumpliendo muy bien la labor como líder en la defensa ante la ausencia de González. Martín García llegó en un muy buen nivel, ha aprendido bastante en su paso por el exterior y en estos partidos de la copa Cafam se mostró luchador pero inteligente haciendo buenas diagonales y arrastrando marcas.

Ahora si empieza lo importante a partir del próximo fin de semana, equipó hay, hinchada también. La ilusión de la estrella catorce ya comenzó.

PD: Por más que perder duela, algunos han sido extremistas con lo de hoy. No podemos olvidarnos de que este era un torneo amistoso de pretemporada y como preparación, nada más. Para eso son estos partidos, para buscar formaciones y corregir errores, los resultados no quedan para la historia. Vi a varios hoy crucificando a todo el mundo. señores, el verdadero comienzo es el próximo fin de semana, no lo olviden.

agosto 02, 2007

Papelón

¿Alguien lo esperaba?, ¿alguien lo sospechaba? No, ninguno. En la mente de todos el partido de hoy ante Coronel Bolognesi (¿Coronel Bolognesi?) era una victoria fija. Todos hacíamos cuentas pero de los goles de diferencia por los que debíamos ganar para ir a Perú tranquilos. Pero no, hoy Millonarios jugó el peor partido en muchísimo tiempo, y dejó escapar la victoria. El equipo peruano se fue victorioso, y Millonarios hoy le ayudó con el juego paupérrimo de sus jugadores.

Sólo dos cosas se pueden rescatar, por decirlo así, del partido de hoy. Bedoya volvió a jugar y mostró diferencia, quitó la pelota y mostró el nivel de siempre, aunque al comienzo se le notó un poco la falta de fútbol. El otro jugador que "pasó la prueba" fue Quintero, quien ingresó en el segundo tiempo y le dio más volúmen de salida al equipo. ¿Los demás? Tuvieron una noche para olvidar.

Sólo pasaron 6 minutos para que el visitante anotara el único gol del partido. Se durmió Díaz por la izquierda (se le notó nervioso, aparatoso) y un centro al área generó un desentendimiento absoluto de los centrales, para que el peruano Cominges cabeceara y anotara. De ahí en adelante Millonarios si, tuvo el balón y el dominio del partido, pero no hizo nada. Hubo llegadas, el arquero visitante sacó unas 6 o 7 pelotas claras de gol, pero no es suficiente. Es que el Millos de hoy fue desconocido, como si a muchos jugadores les hubiera pesado jugar un campeonato internacional.

Un comentario especial merecen Gustavo Rojas y Rafael Robayo, los dos peores del equipo hoy. Cuando siempre se intentó por la zona derecha, la de ellos dos, lo que se vio fue un concierto de imprecisiones, errores, pases errados y nerviosismo.

Si bien se puede ganar en Perú (hay que anotar dos goles por aquello del gol visitante) lo más venidero es el Cali este domingo, y el Cali es mucho más equipo que Bolognesi. Lo que queda claro es que hay que trabajar mucho en ofensiva y defensiva, para evitar actuaciones tan mediocres como la de la noche de hoy.

junio 11, 2007

El día que se juntaron todos los males...

Otra vez será, una vez más, otra vez será. De nuevo se nos quemó el pan en la puerta del horno. Ayer teníamos hasta el empate como ventaja para clasificar. Lamentablemente, ayer es uno de esos días en los que las cosas por más que se deseen mucho nunca salen bien. Millonarios perdió en Neiva y le dejó servido el paso a la final al equipo opita.

Y todo comenzó desde las 5 AM, hora en la que este servidor partió a tierras huilenses. Viaje incómodo, aguantando calor en la carretera por más de dos horas todo por la negligencia de la policía de carreteras, que sin una razón de peso querían hacer pasar los buses uno a uno con intervalos de aproximadamente 15 a 20 minutos entre cada uno. Eso si, desde aquí mi gran felicitación para todos los hinchas azules que viajaron. Más de 120 buses, sin contar las mini vans y los que se fueron en carro particular. Desde el mismo viernes la gente empezó a viajar, dando como resultado que el 60% de los asistentes al estadio Plazas Alcid éramos hinchas de Millos.

Ya estando en Neiva, había que seguir la costumbre del hincha millonario en tierra caliente, nunca faltará la cervecita previa, más para matar el calor que para cualquier otra cosa. La ilusión estaba latente, en las tiendas aledañas todo el mundo, desde el más viejo asistente a platea occidental hasta el más joven de los Comandos, todos cantando, ilusionados con lo que significaría de nuevo un título.

Pero ayer no era el día de Millonarios, nada se dio. Sobre las 5:30 pm, minutos antes de empezar el partido y cuando se supo cual era el clasificado por el otro grupo, llamé a mi hermano Pacho, quien reside en Medellín: "Alo, tonces que 'pachangas'... venga, vaya alistando todo porque el domingo voy a estar otra vez allá para dar la vuelta en el Atracacio, yo veré, vemos allá". Si, yo estaba demasiado ilusionado. Es que... no nos digamos mentiras, Millonarios uno a uno era más que el Huila...

Pero a los dos minutos de juego se derrumbaron muchas cosas... de la nada el huila anotó el primero, ayudado por una pasividad defensiva enorme que duró 90 minutos, en parte porque hizo mucha falta Efraín Cortés, en parte porque Wilman, el héroe de 8 días atrás, no alcanzó a recuperarse de su lesión y hizo mucha falta también, y en parte porque el general, Bedoya, hizo más falta aún en la mitad. Y eso, sumado al pésimo partido de los dos laterales, quienes dejaron muy en clara su falta de jerarquía para manejar la presión en esta clase de partidos, hicieron todo más fácil para los delanteros locales.

Y también, llegaron los problemas en la tribuna. Otra vez esa bronca entre las dos barras bravas azules: Comandos y Blue Rain, derivó en una gresca monumental entre las dos barras en la tribuna Oriental, donde yo me encontraba con mi hermano. Como yo no conozco los pormenores, y no soy de ninguna de las dos barras, no puedo hablar más ni dar explicaciones de porque pasó. Simplemente, puedo opinar que esta peleita ya está buena y que nada va a salir. Y que ese incidente también influye en la cancha, porque los jugadores se desmotivan con incidentes así en mi opinión. Y peor aun la reacción de la policía... claro, los medios amarillistas y anti-embajadores se van a dedicar -ya empezaron, incluso- a mostrar imágenes al azar y a decir que es una pena y que esto y que lo otro, sin saber porque pasan, sin investigar a fondo. Pero ninguno de los medios va a mostrar como la policía trató de calmar la situación, en mi mente aun está la imagen: por lo menos 5 de los ESMAD literalmente prendiento a pata y bolillo a un hincha de Millos en la cancha, mientras la novia del hombre desesperada no hacía sino gritarles para que pararan y ellos seguían. ¿el resultado? El hombre terminó inconsciente y la gente de Cruz roja tuvo que llevárselo de urgencias. Incluso, recuerdo que muchas veces la gente de cruz roja trató de acercarse al hincha, pero los mismos policías les decían que se quitaran para seguir dándole de lo lindo al jóven embajador. Esa es... una muestra gratis de brutalidad policiaca. Cogieron a uno, pero... ¿y los que empezaron la gresca? Bien, gracias. Ahí está pintada la policía... nunca hacen las cosas bien y agreden a diestra y siniestra aprovechándose de su posición.

Volvamos al partido. Entró Jonathan y Millonarios inclinó la cancha a su favor, el empate se intuía, pero los delanteros tampoco estaban en su día. Por más que el equipo se acercó, no había como llegar al empate. Entonces, no podía faltar, la "monumental" actuación arbitral, de un viejo conocido de la casa azul: Oscar Julián "le regalo partidos a los brasileños y siempre le pito mal a Millonarios" Ruiz. El hombre permitió al local hacer todo el tiempo del mundo, pitó faltas inexistentes, dejó de pitar unas clarísimas, y nunca amonestó a un huilense. Inclusive, su juez de línea de Oriental -más ciego que el mismo central, se comió varios tiros de esquina y posiciones adelantadas- se puso a llorarle porque "le estaban tirando cosas". Lo que estaban tirando era bolsas de agua, pero esa fue la excusa perfecta para darle aire al ya arrinconado equipo local. Todo eso resume el primer tiempo, que terminó con Millos montado en campo rival, pero sin claridad.

El segundo tiempo empezó con la mentalidad, tanto para los jugadores como para los más de 11000 hinchas en las tribunas:

"-Cómo va Cúcuta - Medellín
-Cero - Cero
-Puta, estamos a un gol, Vamos muchachos!!!"

Millonarios salió con todo, se intentó por todas partes, la entrada de Ervin por el cabezón hacía verlo, se venía un vendaval. Sin embargo, en cuestión de minutos se derrumbaron las ilusiones. Primero una jugada de gol clara, era el empate, pero telembí se complicó y no le pudo pegar, y minutos después llegó el segundo gol gracias a la pasividad absoluta de la defensa. Fue el gol de la muerte, el que mató las ilusiones de la final, de la 14... quedaban 20 minutos, pero la esperanza ya estaba perdida. Fue solo cuestión de esperar el final para salir con la cara larga. Eso, sumado a tener que aguantarse los típicos cantos dignos de equipo chico cuando Millonarios juega en provincia: "Se murió, Millos se murió" o el de por si frenético y aburridor "Si se puede!!!". No se si le pase a usted, amigo lector, pero a mi me fastidia mucho escuchar esos cantitos típicos de pueblo o de otros países menos desarrollados que el nuestro.

Y para completar el día maluco, Neiva, un viaje que siempre ha sido relajado, tuvo un inexplicable cambio ayer. Los buses todos fueron apedreados, algo que nunca sucede en un viaje a esa plaza. Incluso hubo heridos, no de gravedad, pero los hubo. Supongo que fue la secuela de la pelea armada en la tribuna, y que calentó a los perezosos huilenses.

Se murió la esperanza de una nueva estrella en una semana, pero este campeonato trajo para Millonarios más cosas buenas que malas, y el regreso a la gloria absoluta se viene... Además, demostramos en 24 partidos que somos la mejor hinchada del país. En el próximo post escribiré el balance personal del torneo que acabó para nosotros ayer.

mayo 17, 2007

Una noche para el olvido

Eran tres puntos que estaban en las cuentas de todos, desde los más optimistas, pasando por los siempre fieles (como yo), y hasta el más limón de los hinchas. Qué bajonazo, que dolor, perder este partido no lo pensó nadie, era el partido del arranque, del pie derecho, de la confianza. Terminó siendo idéntico al partido que jugamos en Tunja en la temporada regular.

Se había despertado una ilusión, una ansiedad enorme en todos los hinchas. Más de 25000 personas asistieron convencidas por el antecedente del partido del sábado y por la gran campaña del equipo. Pero en lugar de fiesta lo que nos encontramos todos fue un primer tiempo infame, para olvidar, con todos los jugadores azules mostrando el peor nivel del año, equivocándose, jugando parados, sin correr, sin sudar. Y en adición en eso, el equipo opita mostró una cara totalmente distinta en el primer tiempo, supo hacerla, a veces jugando y a veces tirándose al piso quemando tiempo, amparados por un juez central igual o más infame al juego de Millos en la inicial, concediendo todo el tiempo del mundo al rival, dejando que todos los visitantes le quemaran tiempo, dejando de pitar faltas claras contra Millos y parando el partido cada vez que a un rival le dolía el estomaguito.

Así nació el gol, una jugada en ataque de Millos -de las pocas de la inicial- que era penal, el árbitro se hizo el loco, la jugada siguió y en una jugada LIMPIA el juez pitó falta, y en ese cobro llegó el gol, golazo del Huila.

El segundo tiempo fue la continuación de lo que parece ser una maldición contra el equipo capitalino, contrario al increíblemente mal primer tiempo y tal como pasó en Tunja, Millonarios salió con otra mentalidad y encerró al rival. Y conté por lo menos 6 opciones claras de gol que increíblemente no entraron. Lo que hoy se comieron Ciciliano y Telembí no tiene explicación. Se juntaron todos los males, en la noche que no se podía, y por eso ahora Millonarios tiene que recuperar estos tres puntos afuera, lo que obliga a ganarlo todo en casa y hacer mínimo 6 puntos afuera, para seguir esperanzados con la final, esa que para algunos hoy pasó a convertirse en algo a largo plazo, pero que debe seguir siendo la meta de estos cuadrangulares
(y para mi aún está vigente).


abril 29, 2007

Tres puntos perdidos, un tiempo regalado.

Hoy sólo puedo empezar escribiendo lo orgulloso que me siento, cada día que pasa, de ser hincha de Millonarios, de pertenecer a esta familia que hace 19 años no gana nada, pero que con todo y eso sigue siempre presente y acompaña siempre a todos lados. Creo que ninguna otra hinchada en el mundo acompaña como esta.

Qué caravana masiva de gente se vio por las carreteras boyacenses el día de ayer!! Desde muy temprano buses y carros particulares con gente millonaria invadieron la autopista norte hacia Tunja, sin importar si el partido iba por TV, sin importar si era sábado, sin importar nada. Ayer escuché una frase muy cierta "el que no viaja a Tunja sencillamente no existe".

Si el estadio no se llenó fue porque el Chicó no le vendió el 100% de la boleteria a Millonarios y dejó una tribuna para la parcial ajedrezada que obviamente nunca se llenó.

Del partido se puede decir que el autor intelectual de la derrota es Osorio, quien literalmente le regaló al rival los primeros 45 minutos al hacer cambios en la formación titular sin éxito. ¿Para qué sentó a Jonathan Estrada si el pasado miércoles con Ciciliano lo hicieron bien juntos? No lo entiendo. Y así, entre ese primer tiempo mediocre, llegó el gol mediocre del rival mediocre y gracias a un error mediocre. Pase gol de Ervin González a un jugador de Chicó, que sacó un remate de larga distancia, Cuadrado reaccionó muy tarde y casi que ni se estiró, fue el primer gol que Chicó le anota a Millonarios en tunja, y que a la postre generó la primera victoria de los ajedrezados sobre los embajadores en toda la historia.

Para el segundo tiempo entró Estrada, y Millonarios volvió a jugar como nos tiene acostumbrados, desde el principio el rival quedó arrinconado, y la falta de definición nos volvió a castigar. Minutos más tarde Osorio ingresó a Briceño y sacó a Ciciliano, y Millonarios quedó con 10. Si bien Ciciliano era intermitente, sobre todo en el primer tiempo, Briceño nunca jugó, nunca se vio. Los jugadores de Chicó se dedicaron a desesperar a Millonarios quemando tiempo y tirándose al suelo fingiendo lesiones, amparados por el pésimo arbitraje. Así llegó el final, tres puntos que en las cuentas eran fijos y que comprometen la clasificación a las semifinales. Y una derrota bastante dolorosa puesto que el rival nunca nos había ganado (la primera vez es la que más duele, dirían las niñas) y porque en Tunja hay que ganar siempre, porque siempre somos locales, porque ese estadio sólo se llena cuando juega Millonarios.

Viene La Equidad este miércoles, el colero, y ganarle es una obligación para seguir en carrera y disputar el clásico capitalino con Santa Fe el próximo fin de semana, con los rojos llegando ofendidos y con sed de venganza por la goleada recibida en el clásico anterior. Todavía dependemos de nosotros mismos, y ya no salimos de Bogotá. No hay disculpas.