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noviembre 03, 2008

Empate firmado

Intenso y disputado. Así fue el clásico capitalino en su versión número 253. Millonarios hizo más por el partido, Santa Fe apareció en momentos clave. Al final, el empate a un gol deja a Millonarios todavía clasificado y dependiendo de sí mismo para clasificar a la fase semifinal. El central anuló un legítimo gol de los embajadores que significaría la victoria, y además dejó que el equipo rojo pegara a merced a cuanto jugador azul aparecía. Milton llegó a diez goles con la camiseta de Millos y continúa en el segundo lugar de la tabla de goleo.

Fue Santa Fe el que avisó primero, cuando apenas iban cuatro minutos. Un remate en el palo fue el campanazo para que los jugadores azules se despertaran y afrontaran el partido con más viveza. O bueno, diez de los once jugadores, porque Casierra siguió dormido y Santa Fe aprovechó su banda para atacar durante toda la primera mitad. Millonarios poco a poco empezó a poner las condiciones y fue arrinconando al equipo rojo en su terreno. El equipo azul avisó con un cabezazo de Milton que pasó muy cerca del travesaño y con un remate ligeramente desviado. El primer gol empezaba a cocinarse, hasta que a los quince minutos, luego de un saque de banda, Casierra, dormido, permitió que Mosquera entrara al área por su banda con todas las garantías y pusiera un centro preciso para que Seijas, el venezolano, anotara el gol cardenal.

Después de eso Santa Fe quiso esperar la arremetida azul, Millonarios se fue con todo buscando el empate, que afortunadamente llegó rápido. En el minuto 22, un mano a mano de Milton con "el paraguayo" Julio dejó a éste último como vencedor luego de enviar la pelota al córner. Jonathan cobró y en una acción infantil Flotta haló la camiseta de Robayo. Penal claro que no dudaron en señalar ni el central ni el asistente de Oriental. Milton cobró suave y acomodado al palo derecho de Julio y fue el empate. A partir de ahí Millonarios hizo más por el partido y siguió acercándose de la mano de Robayo y Jonathan. Lamentablemente, hizo falta un poco en el tramo final de la cancha y el empate fue el resultado al finalizar el primer tiempo.

El segundo tiempo comenzó de la misma manera. Millonarios el que proponía, Santa Fe el que esperaba y buscaba contragolpes. Sobre los diez minutos, en un avance por la izquierda, Elinho recibió un pase de la muerte y la mandó a guardar en el arco sur de El Campín, y todo era perfecto hasta que el central Peñuela y su asistente de Occidental anularon lo que era el 2-1. Mal anulado, Elinho estaba habilitado.

sobre los 19 minutos Córdoba tuvo que salir por lesión para darle paso a Cuadrado. Después llegó la lluvia y con ella el partido bajó en calidad. Los dos equipos parecían que jugaban con el empate firmado. En Millonarios ingresaron Tejada y Araújo por Bedoya y Milton, respectivamente. Millonarios trató de inquietar la portería roja. Santa Fe intentó acercarse y tuvo dos opciones claras, la primera un remate desviado y la segunda una monumental salvada de Cuadrado con la pierna cuando presentíamos lo peor. Al final, un empate casi que negociado que dejó a los dos equipos todavía en la pelea. Millonarios jugó mejor y propuso más. Millonarios mereció más. Por eso queda ese sinsabor entre los hinchas, porque Millos no ganó ninguno de los clásicos del año. Dos empates y dos derrotas quedan como saldo, después de que en 2007 el equipo azul ganó tres y empató uno.

Millonarios depende de sí mismo para la clasificación. Deberá recibir a Caldas el próximo fin de semana y una victoria lo dejaría casi que clasificado. El calendario para el equipo embajador no es complicado y tiene dos juegos en casa. Quedar eliminados de los cuadrangulares sería un fracaso de grandes proporciones.

septiembre 21, 2008

Impotencia

Un infortunio de Óscar Córdoba en el último minuto del partido le dio a Santa Fe la victoria sobre Millonarios en el clásico capitalino. No fue un buen partido, los dos equipos lucharon pero no jugaron. El empate estaba casi que firmado y un error desequilibró la balanza a favor del equipo rojo. Pitó Wilmar Roldán, que con su pésima presentación perjudicó claramente a Millonarios no solamente en la noche del sábado, también perjudicó al equipo en la siguiente fecha ante Nacional y posiblemente ante el América también. La verdad no se sabe que es lo que deja mayor sinsabor: Si es perder en el último minuto contra un rival que hizo menos por el partido, o si es la impotencia al ver un arbitraje tan malo y perjudicial, y no poder hacer nada para evitarlo; o el nivel general del equipo que difirió totalmente de las anteriores presentaciones.

Antes de todo, vamos a los antecedentes: Para la final del campeonato anterior, Wilmar Roldán fue designado para pitar el partido de ida entre el América de Cali y el Chicó en el Pascual Guerrero. Ese día, en el último minuto y con el juego empatado, Chicó avanzó y su jugada terminó en gol, pero Roldán lo invalidó argumentando que "ya se había terminado el tiempo". Se notó mucho que no quería que el América se fuera perdedor en casa, sintió miedo, falta de identidad. Afortunadamente para el fútbol, Chicó quedó campeón después, por lo que su "error" no manchó el desenlace del torneo y el campeonato justo del equipo ajedrezado. Por este error, la comisión decidió sancionarlo internamente, nadie supo cual fue la sanción, pero dio mala espina cuando vimos que había sido designado para el clásico. No puede ser que un árbitro que comete estos errores sea designado para un partido clase A.

Ahora si, al partido. El Campín se vistió de gala. El 80% del estadio era azul y el 20% restante rojo. Con todo y esto, y con gente de Santa Fe quejándose porque era "injusto" que no les dieran la mitad del estadio, en la parte asignada a Santa Fe en todas las tribunas quedaron huecos. Ni el 20% del estadio llenaron, que sirva esto de enseñanza a todos los que pedían 50-50 cuando no llenan ni un 20. Ojalá lo del sábado sirva de precedente para todos los clásicos en los que Millos sea local de aquí en adelante.

Un sinnúmero de banderas aparecieron en Oriental y Occidental. El banderazo se vivió por todo lo alto, a pesar de que en la tribuna Norte no se podían ingresar elementos para la fiesta. La salida de Millos fue monumental, no solo por las banderas, también por el humo y el papel picado. Como en Occidental Sur había huecos, en Occidental Norte había un sobrecupo impresionante (mucho hincha de millos con boleta y sin puesto, porque los santafereños no llenaron su parte).

Millonarios arrancó con todo de la mano de Bedoya y Estrada. Millonarios era el único que buscaba el partido, Santa Fe se acercaba hasta tres cuartos de cancha esporádicamente sin hacer daño. Leo Castro tuvo la mejor opción para liquidar cuando quedó mano a mano con Julio, pero se apresuró y su remate se fue alto. Al minuto 22 la historia del clásico cambió. Bernal agredió a Robayo y Roldán lo expulsó. Fue entonces cuando bolillo y su combo empezaron a presionar a Roldán para que expulsara a alguien y el árbitro, miedoso, mediocre, sin pantalones ni identidad, expulsó a Robayo argumentando quien sabe que cosa. Nunca pudimos entender cual fue la razón. Y con esto, Millonarios perdió más. Santa Fe perdió un jugador del montón, Millonarios perdió al mejor volante mixto que hay actualmente en el medio. Y peor, lo perdió también contra Nacional el miércoles, y tal vez con América, conociendo las resoluciones de sanciones que siempre miden a Millos con otro rasero.

Y con el incidente, pasó lo que muchos presentíamos, los hinchas de Santa Fe ubicados en la tribuna sur empezaron a destruir la silletería deliberadamente. Lo peor, es que Millos es quien debe pagar por esto. Y después preguntan por qué las boletas de Santa fe eran más costosas y se quejan.

Santa fe aprovechó el hueco en la media cancha para adueñarse de la pelota, pero seguía siendo inofensivo. Millonarios siguió apostando al balón largo por los costados con Estrada, Castro y Milton, aprovechando los saques largos de Córdoba que se convertían en pases de gol, pero entrando al área los ataques eran bien conjurados por la zaga cardenal. Al minuto 27, Miguel Rojas cayó derribado en el área, era penal claro, pero otra vez Roldán, otra vez mediocre, otra vez sin pantalones, otra vez sin identidad, pitó una inexistente "falta en ataque" cuando parecía decidido a pitar el penal.

No pasó mucho después, el partido se emparejó en la mitad y ambos equipos lucharon más de lo que jugaron. Al finalizar el primer tiempo, el equipo salió ovacionado y aplaudido.

Para el segundo tiempo, Quintabani mandó a Tejada y Mera. El primero sustituyó a Castro pero no tuvo una buena noche. el segundo ingresó por Araújo para ser lateral por derecha y Miguel Rojas pasó a hacer la labor de Robayo. Si bien la labor defensiva de Mera fue positiva, en ataque no aportó mucho. El segundo tiempo fue igual, muy parejo, muy luchado, pocas llegadas claras. Santa Fe optó por la media distancia, pero sus remates no eran nada del otro mundo. En Millonarios se perdió el flujo en la mitad del campo y cuando el equipo llegaba al área contraria era por un pelotazo largo buscando a Tejada y Milton. Jonathan Estrada sintió mucho el sacrificio de cubrir el puesto de Robayo y se desgastó mucho físicamente.

Sobre los minutos finales Millonarios lo tuvo, primero con un remate de Milton que se fue muy cerca del segundo palo y después con otro remate dentro del área que salvó -o mejor, se encontró- Julio. El empate parecía firmado, hasta la última jugada. Remate desde fuera del área que parecía fácil, Córdoba, que hasta ahí lo había hecho todo bien, se complicó y el balón golpeó su cara y dejó rebote, la defensa se quedó dormida y Valoyes liquidó. Dio la sensación que el delantero se ayudó con la mano, pero Roldán no iba a pitar nada distinto al gol. El desespero y la impotencia se adueñaron de los hinchas, que de inmediato empezaron a pedir a Cuadrado. Córdoba pasó de héroe a villano en un segundo, el último segundo.

Millonarios perdió los últimos dos partidos y con esto dejó acercar al lote de la media tabla. Por segunda ocasión consecutiva el equipo se fue en blanco después de caracterizarse por anotar. El siguiente partido es el partido, lo de Santa Fe ya pasó, la diferencia estdística sigue siendo larga. Con Nacional es a muerte y no puede haber márgen de error.

agosto 13, 2008

A pensar en la Mustang

Tras el lánguido partido de cierre de la primera ronda de la Copa Colombia, en donde Millonarios cayó 0-1 ante Santa Fe con un gol de penal en el primer minuto de juego, los Embajadores dieron por terminada su participación en esta edición del torneo y ahora no queda más que pensar 100% en la Copa Mustang II para obtener el campeonato y el tiquete a los torneos internacionales de 2009.

Sobre el partido, realmente es poco lo que se puede decir. Los dos equipos jugaron muy mal, el partido fue parejo, pero por lo bajo. Santa Fe se encontró con el gol en la primera jugada del partido en un penal que convirtió y desde ahí no se volvió a ver por los lados del arco de Córdoba. Millonarios tuvo, desde ese momento, veinte minutos en los que se adueñó del partido y encerró al equipo rojo, pero no hubo ideas en la ofensiva. Después, el partido se tornó soso, aburrido. Ninguno de los equipos daba señas de inspiración ni de peligro de gol.

El segundo tiempo fue igual, con el añadido del central que se dedicó a repartir tarjetas amarillas a los azules, ocasionando así la expulsión de Ómar Vásquez, quien por momentos mostró un buen nivel, junto con Castro. Santa Fe no hizo mucho tampoco, pero aprovechó ese hombre de más para tener un absoluto control del partido ante un Millonarios que no conforme con estar abajo en el marcador, no daba avisos de siquiera poder llegar al empate hasta faltando cinco minutos para el final, cuando el árbitro expulsó a un rival y el equipo con lo poco que tenía arrinconó sin éxito a los rojos sobre su arco. Llegó el final y con él la eliminación de los dos equipos favoritos del grupo de clasificar a la siguiente ronda de la competición.

Para destacar, solamente el trabajo de Córdoba en el arco (seguro y dando las órdenes, tuvo una buena presentación en su regreso a El Campín), los buenos momentos de Vásquez, sobre todo en el primer tiempo, el trabajo de Castro en ataque y Páez, también con chispazos cuando ingresó por Castro, quien salió lesionado. Pero con todo y eso, el partido fue malísimo. El nivel de ambos conjuntos es para el olvido. Un clásico atípico por donde se le mire. Santa Fe ganó, porque se encontró con un penal a los treinta segundos de comenzado el partido, de otra forma seguro que el partido terminaba empatado sin goles.

La derrota, y sobre todo la eliminación, es para Millonarios un fracaso enorme. Más allá de que la copa sea un fiasco por donde se le mire, el premio al campeón es un cupo a Copa Suramericana. Además, sea el torneo que sea, Millonarios no puede terminar haciendo papelones como estos. El equipo no quedó eliminado en la noche de hoy. No. El equipo queda eliminado por perder contra rivales de la categoría de ascenso (Academia, Envigado), cosa que por historia, por tradición y por filosofía jamás debe pasar.

Era un torneo en el cual muchos de los jugadores que son suplentes habitualmente podían mostrarse. Lamentablemente muchos de ellos quedaron en deuda. Algunos dirán que no es tan importante haber quedado eliminados. Yo opino todo lo contrario, más porque se trata de Millonarios que por que sea este torneo o cualquier otra cosa. Millonarios se va temprano y un cupo a Copa Sudamericana se pierde. Ahora, solo queda mentalizar toda nuestra energía en la Copa Mustang. Los clasificados al final fueron La Equidad y Centauros, y Millonarios terminó quinto, no se puede creer.

Llegó Asprilla

El día lunes, Millonarios inscribió ante la Dimayor a Luis Tejada, el panameño cuya noticia fue confirmada por LosMillonarios.net hace varios días, y a Jimmy Asprilla, lateral derecho de 28 años que ha militado en el Cali, Bucaramanga y Caldas (equipo del que proviene) en Colombia, y que además jugó en el Estudiantes de Mérida de Venezuela y en el Sport Boys peruano. El jugador fue pedido por el técnico Quintabani y ya realizó sus primeras prácticas con la plantilla profesional en la finca, después de superar sin inconvenientes los exámenes médicos de rutina. LosMillonarios.net le da la bienvenida a Asprilla al club más grande de Colombia y le desea los mejores éxitos en Millonarios.

Con la llegada de Asprilla y el cierre de las inscripciones en la Dimayor, la llegada del volante 10 que tanto se ha venido hablando queda en veremos. De darse, sería para inscripción en el próximo mes de Septiembre.

abril 27, 2008

¿Quién estaba dirigiendo?

Santa Fe aprovechó el mejor papayazo que pudo haber tenido y ganó el clásico 251 por 2-0. En la tribuna, como siempre, Millonarios ganó por goleada. Sin embargo, en la cancha Millos perdió incluso desde antes del pitazo inicial, ayudando al rival de patio desde la conformación de la nómina hasta en los cambios. Hoy, Bonner Mosquera no solamente demostró que dirigir a Millos le quedó grande, también dejó muchas dudas en el ambiente con respecto a quien es el verdadero dueño del banco técnico millonario.

Es grato saber la inmensidad de la hinchada de Millonarios y su incondicionalidad. Con tres fechas sin victorias, con el equipo bajando posiciones, con una goleada en contra en el último partido de local y con el cambio de técnico, la hinchada volvió a responder, volvió a llenar la mitad norte del estadio El Campín y volvió a superar en cantidad y calidad a la hinchada rival. Un reconocimiento especial para la gente que asistió y acompañó y puso, además, una fiesta impresionante en la salida.

Millonarios empezó con el combustible lleno, y los primeros diez minutos de partido mostraron que el equipo tenía ambición. Una jugada de riesgo que desperdició Érvin fue lo mejor de esos primeros minutos. Después, el equipo bajó el nivel y Santa Fe, sin ser mucho, tomó el control. Sobre los 16 minutos, Patiño interceptó el balón y disparó una pifia horrible. El balón por casualidad le volvió a caer al jugador rojo que volvió a intentarlo, mientras toda la zona defensiva azul se quedó mirando como el balón volvió a llegarle y el tuvo todo el tiempo del mundo para acomodarse: 1-0. Millonarios se perdió, Santa Fe aprovechaba la clara pasividad de la zona de recuperación azul, en donde Andrés Pérez brilló por su ausencia. Y mientras todos veíamos la pasividad del volante 5 azul, recordábamos que en el banco estaba Robayo, titular indiscutido de la era Vanemerak y que por decisión arbitraria de Bonner Mosquera salió de la titular, aún teniendo un mejor nivel.

Santa Fe tuvo un remate en el travesaño y Millonarios lo intentaba con chispazos. Briceño tuvo una clarísima en un mano a mano con Julio. El delantero tenía la ventaja pues estaba más cerca del balón, pero corrió lento y perdió la chance. Y mientras Briceño corría como una tortuga tratando de alcanzar una pelota que era más suya que del portero, recordábamos todos que Astudillo, delantero de más nivel, estaba en algún lugar de la tribuna viendo el partido, ya que aunque estuvo concentrado para el juego, no fue tenido en cuenta por Bonner Mosquera. Y también, recordábamos que Martín García, criticado por muchos pero que tiene mejor nivel que el cucuteño, estaba en algún lugar de la ciudad viendo el partido, ya que desde que salió Vanemerak fue borrado por Bonner Mosquera.

Pero no todo paraba ahí: Bonner Mosquera llamó a Telembí y en su lugar sacó a Érvin González. Un cambio inentendible. Y después, a los 36 minutos, Andrés Mosquera regaló el balón y los santafereños generaron un ataque rápido por zona derecha azul, y mientras Mosquera veía como le pasaban por encima, Gustavo Rojas, quién cubría la banda, observaba a muchos metros de distancia como el rival hacía la fiesta por su sector. Preciado recibió y puso el segundo de la noche. Y mientras los santafereños celebraban el segundo gol, veíamos a Rojas perdido y recordábamos que Julio Tobar, el lateral derecho de Vanemerak que claramente mostró en sus presentaciones un mejor nivel, estaba en algún lugar de la ciudad viendo el partido, ya que por decisión de Bonner Mosquera fue enviado a entrenar con el equipo C. Así, el primer tiempo terminó con Millonarios fuera de control, con Santa Fe ganador gracias a los propios errores azules y haciendo uso de la papaya que Bonner Mosquera (o el que de verdad estaba dirigiendo) le dio. Con la hinchada insultando justamente al "chiqui" García, y con una defensa permisiva y displicente. Ya que sólo Cuadrado, Bedoya y Efraín Cortez estaban de verdad sudando. Ni Rojas, ni Mosquera, ni Zapata ni Pérez estaban en la cancha. De hecho, Cortez hizo el trabajo de toda la zaga, y gracias en parte a él fue que Santa Fe no llegó con más peligro.

Para el segundo tiempo, si bien la consigna era clara y se podía empatar, no pasó mucho. Bonner Mosquera volvió a hacer de las suyas con sus "maravillosos cambios" y envió al campo a Cochas para sacar a Jonathan Estrada, que junto a ciciliano son los jugadores que más desequilibrio hacen en la nómina. El cambio no le gustó a nadie, y por eso los insultos al asistente técnico y excapitán de Millonarios no se hicieron esperar. Millonarios tuvo la pelota casi que todo el segundo tiempo y llegó en ocasiones a gol, pero en líneas generales, el equipo era inofensivo. Briceño volvió a tener un mano a mano, pero corrió hacia un lado, lento como en el primer tiempo, y permitió que otra vez el arquero cardenal le ganara. Tuvo también otra opción de anotar luego de un gran centro de Ciciliano, pero cabeceó directo al portero. Santa Fe llegó con riesgo dos veces más en contragolpes, en donde otra vez Pérez brilló por su ausencia en la mitad. Los minutos pasaron, la desesperación aumentaba. Bonner Mosquera se metió en el banco y de ahí no salió nunca más hasta que terminó el partido. Y mientras tanto, los hinchas la emprendieron otra vez contra García, mientras con cantos de aliento reprochaban la salida de Vanemerak y lo pedían de vuelta. Este partido, con Vanemerak en la dirección técnica, Millonarios no lo perdía nunca. Sobre el final salió expulsado Efrain Cortez, el que mejor jugó en Millonarios, el que junto a Cuadrado, Bedoya, Estrada y Ciciliano -por momentos- disputaron el partido entendiendo que era un clásico y no con displicencia y miedo.

La derrota deja a Millonarios casi eliminado (hay que ganar los tres partidos que quedan para pelear la clasificación), pero peor que eso, fue ver a un equipo mal conformado en la nómina. Es el momento en que recordamos las palabras de Bonner Mosquera cuando asumió la "dirección técnica" diciendo que él tenía su estilo. Si, su estilo para armar terriblemente mal la concentración, su estilo para separar del plantel a jugadores que venían haciendo las cosas mejor, su estilo para alinear en un clásico a dos delanteros que no habían jugado ni tres partidos completos en todo el semestre, su estilo para hacer cambios inexplicables. A Bonner Mosquera le quedó grande dirigir a Millonarios y esta fue la gota que rebosó la copa. Aún no se entiende como estructura las alineaciones. Es como si tuviera algún capricho, o haya alguien detrás, uno de esos enemigos que tenemos dentro del club, quien es el que de verdad conforma las concentraciones y utiliza a Bonner Mosquera como su chivo expiatorio. Lo de hoy fue vergonzoso, y la hinchada, esa que sigue acompañando masivamente aún después de 20 años sin triunfos, esa que sigue pintándole la cara a las hinchadas rivales en fiesta y en aliento, esa que sigue fiel a pesar de las desdichas, no se merece un trato ni administrativo ni técnico como este. Razón tienen todos los hinchas que hoy con sus cantos recordaron a los dirigentes que hasta el 16 de Abril Millonarios tenía un buen técnico y que ahora es un barco a la deriva.

noviembre 09, 2007

Con sabor amargo

Fue el último partido del año por campeonato local en casa. No digo en total porque aun conservo la esperanza de ganar en México el próximo martes. Fue con el equipo suplente, inclusive con tres jugadores que actuaron ayer. Fue contra el clásico rival de patio, colero del campeonato. Era un clásico, el 249 de la historia, en el que sólo faltaron tres minutos para celebrar lo que hubiese sido un justo y merecido triunfo.

Y no fue así porque el árbitro sancionó un penal infame a favor de Santa Fe cuando quedaban casi 15 minutos para terminar y cuando Millos ganaba 2-0 jugando bien y literalmente paseando a un pobre equipo rojo, que con ese aliciente se fue con todo, hasta que logró el inmerecido empate en los instantes finales, ante una desconcentración en defensa.

Millonarios dominó durante tres cuartas partes del partido a su antojo. Telembí volvió al gol que le había sido negado por meses, hoy se apuntó los dos de la noche. Ambos golazos, el primero por la definición, y el segundo por el pase que puso Tejera y la habilidad de Castillo para aguantar no quedar en fuera de juego y definir con frialdad. Millonarios tuvo incluso para irse de largo, faltó de nuevo la puntada final. El equipo rojo estaba muerto, llevado, noqueado. Millonarios hacía lo que quería, a tal punto de lujos extremistas, como los intentos de Tejera de hacer gol olímpico que casi se convierten en realidad. Lamentablemente ese penal inventado desconcentró a los nuestros y envalentonó a los rojos. Eso combinado con que muchos de los jugadores azules sintieron en ese final del partido el cansancio físico.

Al final, por como se dieron las cosas y por como terminó el partido, los azules salimos con ese sabor amargo, estuvimos a 3 minutos de terminar un año perfecto contra el rival de patio, con 4 victorias en igual número de clásicos, lamentablemente no se dio, y ese empate supo a derrota, no solo porque era el clásico, sino también por la reclasificación. Ahora la opción de entrar a las copas internacionales de 2008 ya se ve mucho más lejana.

Y tal como era de esperarse de la hinchada rival, fue increible ver como celebraban ese empate como si hubieran ganado el mundial de clubes. Aunque claro, es entendible también: el hincha santafereño está más pendiente de que a Millos le vaya mal que la suerte de su propio equipo. Para ellos no haber perdido hoy es el equivalente de haber salvado el semestre, el año. No importa que esa triste realidad diga que son los últimos del campeonato, hoy estaban orgullosos y realizados: Empataron con la suplencia de papá.

septiembre 16, 2007

POR "CIEN"-PRE PAPÁ!!!

Qué grande esta semana!!! Ojalá todas las semanas fueran como la que hoy termina. Dos clásicos, contra los dos rivales más enconados. A uno lo sacamos limpiamente de un torneo internacional el jueves, ocasionando un montón de críticas de hinchas verdes y periodistas, llorando por la leche derramada y dando quejas. Al otro lo enfrentamos tres días después con el trajín físico y demás, y lo derrotamos en el clásico, consiguiéndose entonces la victoria número 100 de Millonarios a Santa Fe en la historia del clásico capitalino.

Este es de esos partidos que hay que gozar y ya. Es de recordar las burlas recibidas de los cardenales, convencidos el viernes de una victoria fija. Tan convencidos estaban que como siempre no llenaron su mitad y otra vez se vio ese ya popular hueco de sillas vacías en Oriental. ¿Y nosotros? Fuimos más, siempre somos más.

Fue además un partido controlado en líneas generales. El equipo se comportó a la altura tal como en los partidos de la serie con Nacional. Luchó, metió, corrió, los jugadores se sobrepusieron al desgaste físico y lucharon una a una las jugadas. Santa Fe alcanzó a meter peligro, en dos o tres jugadas, pero fueron bien sorteadas por la zaga azul. Millos tuvo el primer gol temprano, pero el poste y después una mano clara no sancionada por el central así lo impidieron. Santa Fe se caracterizó por jugar todo el partido al juego aéreo, centró mucho el balón pero la mayor chance en los primeros 45 fue un tiro libre del uruguayo Ramírez.

Y el gol de la victoria llegó arrancando el segundo tiempo. Minuto 5, tiro de esquina desde Oriental, arco norte, cobro de Ciciliano y frentazo excelente de Bedoya al piso para desatar el estallido del 60% de los asistentes. Fue el primer gol de Bedoya con la camiseta de Millonarios en Bogotá -los anteriores siempre fueron de visitante- y que hizo las cosas más fáciles, porque provocó el desespero rojo, que nunca encontró cómo pasar del medio azul por más que su técnico movió el banco.

Millonarios tuvo tres opciones clarísimas para seguir de largo. Primero Ervin definió muy mal, después a estrada se la sacó el portero rival, y después Morelo lo tuvo solo pero se demoró y lo anticiparon. Los minutos finales fueron de sufrimiento y ansiedad, pero más por no dañar la fiesta ya montada en las tribunas que por el nivel del rojo, que lució bastante confundido.

"Ya van 100, ya van 100, Santafereño ya van 100" Fue lo que se escuchó de todas las tribunas para con los hinchas vecinos. Y no es para menos. Este día tenía que llegar inclusive antes. Y una mejor... Este año tres clásicos e igual número de victorias azules. Porque es que Millos no tiene marido ni mujer, pero tiene un hijo bobo que se llama Santa Fe.

Se acaba una de las mejores semanas del año, si no es la mejor de todas, por lo menos en lo personal. Una semana en la que se ratifica a nuestros dos hijitos quién es su papá.

Ojalá todas las semanas sean como esta que está por terminar...

mayo 07, 2007

Que los cumplas feliz... HIJO BOBO

Es tanta la dicha a esta hora que no se ni cómo empezar. Otra vez ganamos el clásico capitalino, otra vez con santafereños toda la semana previa agrandados y diciendo sandeces, creyéndose ganadores, otra vez Millonarios mostró la jerarquía, otra vez salieron dolidos, otra vez ganamos, y ya son 99 clásicos ganados -apenas a uno del centenar-.

Tanto se habló del partido en el bando rojo, que eran los 10 años de "la guardia", que íban a sacar la casa por la ventana, que iban a estrenar todo, que iban a hacer en un sólo partido lo que habían hecho en 10 años. Y no mentían, la tribuna roja volvió a hacer lo mismo que ha hecho en 10 años de existencia: el ridículo!

Se convirtió en costumbre que cada vez que quieran tratar de estrenar, innovar, montar, preparar o planear algo en un clásico se vayan perdedores, pero no aprenden. Más allá del humo y de su nueva bandera gigante (otra sábana que para variar también viene patrocinada, una pena) no mostraron más. Y de nuevo perdieron en la tribuna, porque la gente millonaria también llevó humo y también llevó papel picado y rollos, pero además llevó LA GENTE y el aliento, con lo que los rojos, para continuar su marca perfecta de 0-0-247, perdieran de nuevo en las graderías.

Y en la cancha fue lo mismo, Santa Fe llegaba mejor en puntos y salió a defender el empate, Millonarios aprovechó fortalecido por la reaparición de Telembí Castillo en ataque, con lo que volvieron las variantes, y en una de esas variantes, llegó el primer gol a la media hora de juego: balón recuperado, pase largo y definición de Castillo ante la salida del arquero santafereño. El gol hizo salir al ataque a Santa Fe, y metió en su campo a Millonarios, que pasó algunos apuros para controlar la masiva arremetida cardenal, por lo que el pitazo final del primer tiempo calmó las angustias.

Para el segundo tiempo el profe Osorio hizo un cambio muy bueno: sacó a Gustavo Rojas, ingresó Ervin, para darle aún más velocidad al ataque embajador previendo la salida descontrolada al ataque de los rojos. Apenas a los dos minutos, Estrada ganó un balón, entró al área, hizo un pase de la muerte que Telembí dejó pasar y atrás apareció el capitán Quintero para con un zapatazo brutal acabar la ilusión cardenal: 2-0.

Ya se sentía el triunfo en las manos del 55% de los asistentes, sin embargo, un error grosero de Conde en un lateral significó el descuento y el regreso a la paridera. Por momentos Santa Fe encerró a Millos, por momentos Millos pudo pasar de largo, por momentos los minutos no corrían tan rápido como se quisiera.

El partido termina de ganarse en otra jugada magistral del técnico Osorio: sacó a Jonathan, ingresó a Robayo, y con eso, Santa Fe no volvió a llegar con peligro, por más que todos los hinchas tuviésemos el corazón a punto de salir -más por la ansiedad y la necesidad de ganar que por cualquier otra cosa-. Es cierto, se sufrió mucho, los minutos finales fueron infartantes, pero más por ver el juego con el corazón que por cualquier otra cosa. Cuando llegó el pitazo final.

Se desató la locura en la curva norte de El Campín, más por lo que significa la victoria en lo anímico y en la tabla de posiciones, y por supuesto, porque qué lindo se siente cuando el vecino trata de hacer una fiesta, hace el ridículo y la fiesta la termina haciendo uno. Además, en lo personal, necesitaba esta victoria, porque los últimos días habían sido realmente para el olvido y esto de hoy es demasiado reconfortante.

Sí, la guardería cumplió diez años. Diez años de verguenzas, diez años de ridículos, diez años de amistad con los paisas, diez años de dar quejas y correr. Y en la celebración de estos diez años todo fue igual: un ridículo más.

Sí, la guardería cumplió diez años... Pero la fiesta y el baile estuvieron -como siempre- en manos de PAPÁ... 99 VECES MÁS GRANDES!!!

Y volvieron a escucharse de 23000 gargantas las mismas canciones dedicadas a los rojos: "Hay que saltar, hay que saltar, el que no salte es una puta cardenal", "Millos no tiene marido, Millos no tiene mujer, pero tiene un hijo bobo que se llama Santa Fe", y hoy, en especial, una que debe convertirse en clásica pronto: "Qué cagada, Qué cagada, es más grande la bandera que la hinchada".

Nacieron hijos nuestros, hijos nuestros morirán....