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septiembre 14, 2008

El esfuerzo no alcanzó

Millonarios perdió en Barranquilla por la mínima diferencia en un partido difícil y perdió la segunda casilla de la tabla de posiciones ante Júnior, que alcanzó en puntos a los azules pero gana la posición por mejor diferencia de goles. El equipo azul arrancó muy bien, pero sufrió el gol en contra y cayó, aunque es rescatable el esfuerzo de todos los jugadores que lo dejaron todo en el terreno de juego del Metropolitano. Por primera vez en el torneo Millonarios se fue en blanco sin anotar goles.

La historia de este partido es similar a la del partido en Armenia por la quinta fecha, con la diferencia de que esta vez los goles de Millonarios no llegaron. Millonarios arrancó muy bien, se fue con todo y en los primeros cinco minutos ya había hecho figura del partido a Dídier Muñoz, arquero local y quien atajara para Millos en 2006. El dominio de la pelota era azul y Júnior no la pasaba bien, sobre todo cuando Estrada y Milton se juntaban en tres cuartos de cancha. Y tal como pasó en Armenia, llegó el gol del rival que cambió por completo los papeles. A los diecisiete minutos, Yánez levantó la pelota buscando un pase al vacío, Mera conjuró en primera instancia con un cabezazo y, en el rebote, Cortéz y Asprilla no se entendieron y se golpearon mutuamente, el balón le quedó otra vez a Yánez que remató de primera intención y venció a Córdoba. Y después, por la jugada desafortunada, Asprilla quedó lesionado y tuvo que ser relegado por Andrés Pérez, lo que obligó a cambiar el esquema, Robayo pasó a ser el lateral derecho por la necesidad, un infortunio en todos los sentidos.

Con el gol Júnior se fue encima con todo y el que pasaba el mal rato ahora era Millonarios. Los barranquilleros tuvieron veinte minutos en los que arrinconaron a Millos y pudieron haber hecho más goles. Quintabani envió a Tejada al campo sobre la media hora de partido en reemplazo de Leo Castro, pero nada cambió. Ya sobre el final del primer tiempo, Millonarios despertó y volvió a inquietar a la defensa tiburona, otra vez con Estrada y Milton, pero siempre faltó algo en la puntada final.

El segundo tiempo tuvo a Millonarios como el dominador, pero a Júnior como el equipo que tuvo la mejor opción de gol. El ingreso de Araújo por Érvin no dio los resultados esperados. Millonarios siempre tuvo la pelota y siempre fue al frente, pero no hubo opciones reales de gol. Júnior se dedicó a esperar a Millos y tratar de utilizar contragolpes rápidos aprovechando las líneas adelantadas de los Embajadores. La opción más clara de gol de todo el segundo tiempo, por no decir que la única, fue un tiro libre de Giovanny Hernández que se estrelló en la raíz del palo derecho de Córdoba. Con el paso de los minutos el clima afectó a los jugadores de Millos y cada vez fueron menos las esperanzas de un virtual empate, a pesar del esfuerzo loable de cada uno de los jugadores.

Con la derrota Millonarios bajó al tercer lugar momentáneamente, esperando los partidos del domingo. El próximo fin de semana los azules recibirán a Santa Fe con estadio lleno en la versión 254 del clásico capitalino. La boletería para este partido está a la venta desde ya.

agosto 31, 2008

Retomamos la punta

Millonarios logró vencer con claridad al Cúcuta Deportivo y se trepó parcialmente a la punta del campeonato de nuevo. Parecía un partido complicado en el papel, pero un golazo de Gerardo Bedoya en el comienzo y la buena suerte ayudaron a que para el final el partido terminara en baile y en una goleada categórica que se hizo corta en relación al trámite del mismo. Por primera vez en cinco partidos, el equipo terminó con el arco en ceros y ahora cuenta con una diferencia de gol de +6, factor importante a la hora de definir desempates.

Teniendo en cuenta el horario del partido, la asistencia superior a 20 mil espectadores es aceptable. Sabíamos que Cúcuta venía herido y se haría matar en la cancha de el Campín. Afortunadamente, Millonarios desequilibró rápido el marcador a su favor gracias a la pelota quieta, tal como ha sucedido en todos los partidos del equipo en Bogotá. Sobre los cinco minutos, Portocarrero derribó a Castro cerca del área y se ganó la tarjeta amarilla. Un minuto después, luego de la acomodación de la barrera y la preparación del cobro, Bedoya disparó con su característica sutileza efectiva y castigó al palo del arquero, que quedó a mitad de camino y observó como la pelota se ubicaba dentro de su marco con estilo. Un remate soberbio, con una categoría de otro planeta, que puso a delirar al público asistente.

Cúcuta trató de reponerse del golpe e intentó tomar el control. Millonarios optó por jugar a los balones profundos de Bedoya y Estrada, los dos mejores jugadores del equipo en la noche del sábado, buscando la rapidez y el desborde de Leonardo Castro y el remate de Milton. Cúcuta llegó cuatro veces con mucho riesgo. Un tiro de esquina desde el sector de Oriental que conjuró bien Córdoba; un error grave de Efraín, quien pecó de confiado y perdió un balón en la línea final que terminó con un centro al área azul y un cabezazo que picó en el piso y después se estrelló en el travesaño; un tiro libre que conjuró el golero azul de nuevo, y un remate desde la derecha que parecía sencillo, pero que Córdoba, también por pecar de exceso de confianza, dejó colar entre sus brazos y la pelota voló hasta el segundo palo y no entró para fortuna de él, de Millonarios y de todos nosotros.

Los avisos del Cúcuta eran el campanazo de alerta: había que liquidar el partido para no pasar riesgos. Jonathan se juntó con Castro y después de entrar al área se enredaron con Milton y el portero rival para desperdiciar la opción. Érvin, quien reemplazó a Araújo hoy, la tuvo luego de entrar encarando al área, pero su remate salió desviado. Y sobre el final del primer tiempo, nuevamente Portocarrero hizo de las suyas al cometer una mano en el área súper infantil que significó el penal que Milton convirtió en el 2-0 para seguir arriba en la tabla de goleadores con el que terminó el primer tiempo, dejando parte de tranquilidad.

El segundo tiempo trajo consigo la entrada de Tejada por Castro. El segundo tiempo del Cúcuta duró quince minutos, el tiempo en el que Millonarios, relajado, le cedió la pelota al conjunto motilón. Sin embargo, no fue mucho lo que el visitante pudo hacer. Después, el visitante mermó sus intenciones y Millonarios se montó en el partido e hizo lo que quiso, nuevamente de la mano de Bedoya y Jonatahn. Tejada tuvo dos opciones clarísimas, pero falló a la hora de la definición. En la primera, su remate mano a mano con el portero Saldarriaga se fue muy por encima, y en la segunda su remate salió ligeramente desviado.
Cúcuta lucía entregado en la cancha mientras Millonarios lo paseaba, el 2-0 parcial era demasiado corto para lo que se veía en el campo. Por merecimientos y justicia, Millonarios debía convertir por lo menos un gol más, y a dos minutos del final del tiempo regular llegó el tercero: centro de Miguel Rojas por la derecha y el cabezazo letal de Robayo para liquidar a Saldarriaga y ponernos a celebrar de nuevo. Los cantos, el ole y la alegría no pararon, ni siquiera después del pitazo final de Iber Machado.

Lo que viene para Millonarios ahora es la que para mi es la etapa más dura de todo el campeonato. Júnior, Santa Fe, Nacional y América son los siguientes escollos para mantener el buen juego y la posición en la parte de arriba de la tabla. La siguiente semana no habrá partido por la jornada de eliminatorias al mundial, situación que deberá aprovechar el equipo para acondicionarse con toda para ir a una plaza siempre difícil como Barranquilla a enfrentar a un rival durísimo que, al igual que Millos, anda en un excelente nivel. Sin duda, el partido entre Júnior y Millonarios es el más atractivo de la siguiente semana.

agosto 10, 2008

Tres golazos y una fiesta

Esta es una de esas noches fenomenales que da la vida. Bàsicamente, si el juez central no hubiera metido la mano descaradamente para tratar de ayudar en algo al Tolima, hubiera sido una noche perfecta en todo. Millonarios ganò, gustò y goleò, marcha temporalmente como lìder del campeonato y tiene a todos sus hinchas dichosos y esperanzados. Algunos diràn que van cuatro fechas y que falta mucho camino. Tienen razòn, pero eso no nos quita la alegrìa y ser primeros es ser primeros.

Venìa el Tolima lìder del torneo, la gente, motivada por la ùltima victoria ante La Equidad y por el buen trabajo colectivo del equipo, asistiò en masa al estadio. Aproximadamente 25 mil personas, aproximadamente el mismo nùmero de espectadores que dos dìas atràs, cuando vino el Real Madrid a Bogotà a jugar contra otro equipo bogotano que anunciò una fiesta y terminò haciendo el ridìculo como siempre (si no son capaces de llenar el estadio contra el Real Madrid, no lo llenan contra nadie màs). Y la gente llegò al estadio buscando celebrar y asì fue, con tres golazos de factura, con un partido redondo del que Millonarios fue amo y señor desde el inicio y hasta el final, y que no terminò con un marcador màs abultado simplemente porque Millonarios bajò las revoluciones cuando quiso.

Tardamos solamente nueve minutos en explotar de alegrìa. Millonarios saliò con todo y justo a los nueve minutos, en un tiro libre indirecto, Milton le tocò la pelota a Hurtado, el balòn se fue un poco largo y los pijaos de la barrera salieron a atacar con todo, parecìa una opciòn perdida, pero el ecuatoriano, hoy capitàn de campo, fue màs inteligente y fue por la pelota, eludiò con un regate a un jugador y sacò un derechazo tremendo e inatajable: golazo y delirio.

A partir de ahì el Tolima quiso salir màs al ataque, aprovechò los costados con Mejìa, el juvenil, para tirar centros al àrea azul porque los dos laterales embajadores jugaban muy adelantados. No fue mucho lo que pudo hacer, todo cuanto pasaba por el àrea azul era rechazado sin contemplaciones por los centrales, Cuadrado era un espectador màs. Sobre los 30 minutos, Robayo emulò a Hurtado, y otra vez por la derecha empalmò otro brillante remate de larga distancia que hizo un gran efecto en el aire y dejò quieto y sin oportunidades al portero rival: dos golazos y una sola fiesta.

Despuès el Tolima lo hizo todo màs fàcil: saliò Mejìa, el ùnico que inquietaba a la defensa azul, e ingresò en su lugar Medina, quien durò pocos minutos en el campo tras salir expulsado luego de pegarle a Casierra. Sobre el final del primer tiempo Millonarios pudo anotar el tercero, luego de una combinaciòn entre Castro y Araùjo que dejò a èste ùltimo en posiciòn de anotar pero su remate fue dèbil.

El segundo tiempo mostrò a un Millonarios que saliò con todo pero que con el paso de los minutos fue enfriando el partido. El Tolima se mostraba màs limitado, y daba la impresiòn de que jugaba a evitar màs goles para no padecer una catàstrofe. Millonarios era el que controlaba los tiempos, cuando querìa aceleraba y cuando no le daba pausa al partido. A los 19 minutos del complemento el Tolima se acercò por primera vez con riesgo luego de una tijera fuera muy bien salvada por Cuadrado y enviada al còrner. Y un minuto despuès, en ese tiro de esquina, el central pitò un penal por un supuesto forcejeo en el àrea, un forcejeo como los que hay siempre en todos los partidos de fùtbol del planeta y que si fuera por eso se pitarìan mil penales por juego. Era la ùnica forma de que el Tolima volviera al partido, Marangoni cobrò y anotò el descuento.

Pero las esperanzas de los tolimenses de volver al partido no duraron mucho. Fueron solamente dos minutos, porque en una falta fuera del àrea, Milton Rodrìguez se encargò de sentenciar con un buen cobro al palo del arquero y sentenciar el partido. Cuarto gol de Milton en igual nùmero de partidos jugados, lo que mantiene al vallevaucano en el liderato de la tabla de goleadores del campeonato.

Lo que vino despuès fue el concierto de toques azules, el jùbilo de la gente y la felicidad. Mauricio Mendoza tuvo el cuarto, pero hizo una de màs. Sendos remates de Araujo, Casierra y Robayo pudieron tambièn significar un gol màs, pero el portero visitante estuvo atento. El Tolima solamente llegò una vez màs con riesgo en un tiro mordido de Perlaza que salvò muy bien Cuadrado.

Es cierto, van apenas cuatro partidos y quedan catorce. Es cierto, tenemos nueve puntos apenas y para clasificar falta mucho todavìa. Pero tambièn es cierto que desde 2005 Millonarios no era puntero en el todos contra todos y que tenemos derecho a celebrar este buen arranque de campeonato promisorio, porque el equipo no solamente gana, tambièn gusta y deleita a su hinchada.

marzo 16, 2008

Volvió la senda ganadora

Bastaron solamente 15 minutos para que Millonarios liquidara al Júnior hoy en el estadio El Campín ante más de 15 mil asistentes. Dos penales se erraron y como balance general queda que Millonarios fue mucho más que su rival y que la diferencia pudo y debió haber sido mayor. La pantaloneta blanca regresó a El Campín después de mucho tiempo.

Después de la pobre semana anterior, en la que Millonarios regaló tres puntos en la frontera y resucitó al que hasta hace una semana era un paupérrimo Cúcuta y que luego de ganarle a Millos ganó en México y hoy de nuevo (la importancia de haberle ganado al más grande de todos no tiene dudas, ese equipo estaba muerto y volvió a la vida), y debutó en la Copa Colombia perdiendo infamemente con Academia en otro papelón a pesar de haber jugado con suplentes; hoy la sensaciön es distinta: con los dos jugadores más sobresalientes de la campaña ausentes (Ciciliano por suspensión y Carreño por lesión), entre muchos hinchas rondaba la incertidumbre con respecto al partido de hoy. Pero a Millos no le tomó mucho tiempo para sentenciar el duelo. Vanemerak volvió a jugársela con Alex Díaz como el jugador juvenil para cumplir la norma mandando a su hijo Óscar a... la tribuna, pues al delantero lo vimos en Occidental General segundo piso. Con Díaz, Vanemerak salió al campo jugando con cuatro defensas (Tobar, Mosquera, Cortéz y Cortés), dos volantes de primera línea (Bedoya y Robayo), Cochas y Díaz más adelantados, Jonathan como media punta y Martín en punta.

Y como cuando estaba Óscar generalmente los primeros quince minutos de partido eran tiempo perdido en ataque, hoy Millos anotó primero a los trece minutos, luego de una jugada por izquierda que recibió Martín en el área, aguantó y puso el pase atrás para la llegada de Robayo quien definió abajo y anotó el primero. Y cuando todos estábamos aún celebrando el primer gol, luego de un tiro libre, Martín cabeceó muy bien contra el piso, martillazo, y puso el segundo, corrían apenas quince minutos. El resto del primer tiempo mostró a Millos más relajado y a Junior buscando en medio de sus limitaciones bastante anunciadas hoy el descuento, que pudo llegar a doce minutos del final, cuando el central Gutiérrez sancionó penal por una mano de Mosquera que en la opinión de un servidor fue involuntaria. Cobró Jorge Díaz y el balón se estrelló en el travesaño.

Para el segundo tiempo Millonarios volvió a salir con empuje y tuvo por lo menos unas cuatro opciones claras de anotar el tercer gol en los primeros quince minutos, incluyendo un penal por falta contra Jonathan luego de un buen pase de Briceño (ingresó por Álex Díaz quien sufrió problemas estomacales e hizo un muy buen partido). Pudo haber cobrado Cochas, puco haber cobrado Bedoya, pero Martín, que hasta ese momento hacía las cosas muy bien en el campo y estaba lleno de confianza, tomó la pelota y pateó mal y anunciado, el portero Pérez atajó. Briceño, Estrada y Cochas también tuvieron sus opciones, pero el balón no entró. En la única jugada de riesgo de los visitantes en todo el segundo tiempo llegó el descuento, luego de una jugada de tiro libre en la que se desconcentró la zaga y falló Cuadrado en la salida, lo que le bastó a Herly Alcázar para anotar de cabeza. Y lo que pudo ser una ofensiva de Junior agresiva buscando el empate se quedó en pensamientos, porque a trece minutos del final Bedoya anotó de cabeza el tercero y lapidario. Los minutos finales fueron de trámite, Millonarios tomó la pelota y controló a su manera el ritmo del juego mientras que los jugadores del equipo visitante, resignados, veían tocar a los azules y sólo esperaban la finalización, mientras escuchaban de todas las tribunas un canto que seguramente les quedó de recuerdo: "Oh, Se van pa la B... Se van pa la B, se van pa la B, se van pa la B".

Entre Cochas, Bedoya y Jonathan está la figura de la tarde hoy. Martín hizo un muy buen juego, sobre todo aguantando y pivoteando, la tarde de Briceño también es para resaltar. sobre el final Roberto Carlos Cortés pidió el cambio y en la tribuna hubo preocupación por alguna lesión, lo cual quedó descartado por Vanemerak después: Cortés tenía un fuerte dolor de cabeza desde la primera mitad. Lo que viene ahora para Millonarios es el clásico capitalino 250 el próximo fin de semana, seguido de Centauros -por la Copa-, Nacional y América. Con la victoria Millonarios ascendió hasta el séptimo lugar de la tabla de un campeonato reñido, a cuatro puntos del líder Equidad. Para el clásico retornan Ciciliano y Carreño, y podría ser el debut de Astudillo.

septiembre 14, 2007

Chau, mierdolaga!!!

Primeros en la serie, primeros en historia, primeros en hinchada. Primeros en todo. Hoy se revalidó. Hoy en gran parte se empezaron a saldar las cuentas pendientes. Hoy por primera vez en la historia se hizo presente la justicia, esa que había sido esquiva en ocasiones anteriores, todo porque siempre había un factor (a veces dos o hasta tres) que desequilibraba en contra nuestra. Claro, la mafia llevó al que hoy es nuestro más odiado rival a "ganar" cosas que nunca en la vida hubiese logrado honestamente. Claro, el "rey de compras" pensó que otra vez iba a salir avante en una competición internacional, apelando a lo mismo. Y Millonarios se encontró con los mismos factores de toda confrontación con esos. Parcializaciones, errores arbitrales garrafales, marrullería, infamia. Y contra todo y eso venció, con jerarquía, con grandeza. Ya el miércoles anterior se había probado, y Millos se trajo la victoria del Atracacio. Aquí en este blog lo dije, aun no debemos confiarnos, porque jugar contra esos es jugar contra más de once.

Pero hoy, la noche del 13 de Septiembre, quedará grabada, porque fue la noche en la que la justicia se impuso a la marrullería, y de una manera superlativa. Quedará recordada por todos porque hasta hoy ninguna hinchada había preparado una fiesta en la salida de las magnitudes de la vivida en El Campín. Quedará grabada porque Millonarios, uno a uno, hizo ver diminuto, endeble e inferior a su rival, tanto de visitante como de local.

Eran las 8:35 de la noche aproximadamente. En el césped de El Campín las porristas azules hacían el conocido "callejón" para que por ahí pasaran uno a uno los jugadores al saltar de la cancha. Llegó el momento, salió el equipo y de todas las tribunas apareció una humareda de color azul y blanco, majestuosa, y junto con ella aparecieron las bombas, los rollos y el papel picado acompañados por un estruendoso pero fascinante grito de Batalla: "¡¡¡Millos, Millos!!!". La nube de humo cubrió entonces todo el estadio, tanto así que nadie se dio cuenta en qué momento saltó el rival a la cancha. difícil de igualar y mucho más de superar. Si eso pasa, sin duda, será por cuenta nuevamente de ésta, la mejor y más grande hinchada del país. Sólo esta hinchada puede organizar una fiesta de semejante magnitud.

Y empezó el partido, el rival tuvo el balón, intentaba -si se puede decir eso- sin éxito. Uno por uno, sector por sector, jugada tras jugada, Millonarios controló a su rival. Fue una excelente estrategia. Nacional tuvo el balón pero no hizo nada con él, Millonarios se dedicó a jugar a desesperarlos y vaya que lo consiguió. A tal punto que los jugadores verdes se preocuparon más por darle cizaña al juez central que por intentar anotar como pasa siempre que alguno de esos siente resignación, trata de acudir a la marrullería. Y a Millonarios le robaron un gol legítimo terminando el primer tiempo, era de esperarse, pero eso no desmotivó al grupo. En las tribunas tal como sucede siempre, el azul estaba ganando por goleada, no es extraño.

El segundo tiempo siguió con la tónica, pero con un Nacional más desesperado y un Millonarios más seguro, que se tomó confianza y salió más al ataque. Tuvo más el balón el rival, pero nunca llegó con riesgo, Millos jugó con la desesperación mierdolaga de su lado y así cuando tuvo el balón se acercó, inquietó. No puedo decir que la noche fue 10 puntos porque el balón no quiso entrar, y hubiese sido más que merecido. Fue tanta la superioridad que cuando el equipo rival se quedó con diez hombres perdió lo poco que les quedaba de combatividad. Ahí el balón fue azul, y con él la fiesta y la hoche también. Pases de todos a todos, el canto del "ole" ante la mirada atónita de los jugadores mierdolagas, llegadas de riesgo, inspiración. Grande Robayo hoy, fue el mejor lejos. Bedoya se encargó de bajarle los humos al petulante y marrullero ícono mierdolaga a punta de temple y pierna fuerte, grande!!. Y mientras de todas las tribunas se escuchaba un gran reparto de cánticos y alegría, en la parcial mierdolaga todo era miseria... aunque bueno, aceptémoslo, esos siempre son una miseria!!!

"Hay que saltar, hay que saltar, el que no salte es una puta de nacional", "la locura crece y los paisas no aparecen", "mirá, mirá, mirá, tómale una foto, se fueron esos paisas con el culo roto"... todo era un carnaval, el canto del "ole" no se hacía esperar. Pinceladas de Jonathan Estrada por toda la cancha, cómo ha recuperado su nivel!!!, túneles, tacos, cambios de frente, todo ante la resignación mierdolaga y el carnaval millonario. Millonarios ganó de camiseta, ganó de grandeza. Al rival no le alcanzó esta vez con echar terapia a los árbitros, porque simplemente nunca se vio. Millos ganó la serie de forma justa, como el buen papá que es!.

Y es más reconfortante aún saber que no solo le ganamos a Nacional. También derrotamos a la cizaña, a la marrullería, a los periodistas. Muchos deben estar llorando porque el equipito del patrón perdió contra su papá otra vez. Y esos "hinchas" de ese equipo de todas las regiones excepto Antioquia, esos que se pegan de lo que vaya primero en la tabla para tratar de compensar su vida triste y tener algo por que celebrar (así son todos los mierdolagas que no son antioqueños) hoy deben estar llorando su amargura.

Qué linda alegría, gracias Millonarios, el regalo prometido!! Nacieron hijos nuestros, hijos nuestros morirán!!!

Ahora se viene el segundo rival más odiado: Santa Fe, el domingo a las 5:20 pm. Ya todos sabemos cual es la historia, siempre somos más, hay que revalidarlo. De ganar el domingo alcanzaremos la cifra de 100 clásicos ganados. ¿Se imaginan donde eso suceda? La mejor semana del año sería,

saludos

abril 25, 2007

Lo importante es que ganamos

Teníamos que ganar para volver a los 8, para seguir en carrera y para sacarnos la sal dejada de los dos partidos anteriores. El rival no mostró gran cosa, pero aún así complicó demasiado la cosa, más por falta de vocación embajadora que por cualquier otra cosa.

Muy temprano, apenas a los 4 minutos, llegó el primero, golazo de Ciciliano (jugó muy bien hoy) luego de pase de Villagra. Con el 1-0 las cosas parecían sencillas, y de hecho, los primeros 20 minutos de Millonarios fueron excelentes. En un tiro libre que pasó apenas desviado -inclusive alcancé a cantarlo- Ciciliano tuvo el segundo.

El rival intentó buscar ataques en la espalda de Zapata (pésimo partido) con algún riesgo, pero el dominio era millonario, gracias a la buena actuación de Quintero, quien volvía de la expulsión, Estrada y el ya mencionado Ciciliano. Todo parecía tranquilo, porque el equipo dominaba el juego a su ritmo.

El segundo tiempo mostró una cara totalmente distinta, Bucaramanga salió más ambicioso, y Millonarios lo dejó jugar, retrasándose demasiado, dándole espacio y tiempo al rival. Y así, en un error grosero de Zapata, el visitante consiguió el empate, generando algo más que ansiedad entre la parcial azul. Millonarios se fue desordenado al ataque, buscando como fuera el gol con mucho pelotazo. Villagra sólo ante 4 defensas las perdía solo. A veces esa Villagra-dependencia nos hace daño, pareciera como si no existieran más variantes, y vaya que las hay. Y en una de esas tan mencionadas variantes, llegó el segundo: remate de Ervin, el arquero suelta y Robayo, quien había ingresado por Ciciliano, tuvo el arco a su disposición para anotar el segundo.

Durante unos 8 minutos después de ese gol, Millonarios tocó la pelota por todo el terreno, jugando bien y administrando el partido. Pero después, tal como al comienzo de la etapa complementaria, le regaló el espacio y los tiempos al rival, que sin hacer mucho llegó a complicarnos, a hacernos comer las uñas, a generar ansiedad. Y como el rival no tenía como, el partido se tornó aburridísimo por momentos, Millonarios no quiso atacar más, y el visitante no tenía como hacerlo.

Terminó -gracias a Dios- el segundo tiempo más malo que le he visto al Millos 2007, lo importante es que se logró el objetivo, se ganó y de nuevo estamos entre los 8, pero lo de hoy no puede volver a pasar. Fueron 45 minutos para olvidar.

Resulta inadmisible terminar un partido pidiendo tiempo contra un rival que no muestra nada, y que si atacó fue precísamente porque Millos lo dejó atacar. Hoy Millonarios, solito, se dejó complicar, y eso no debe pasar y menos jugando en Bogotá. Afortunadamente ganamos.

Este sábado todos para Tunja, que la vamos a copar!