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septiembre 26, 2008

Les perdonamos la vida

Nacional vino a Bogotá a jugar con el planteamiento más defensivo posible. El equipo verde jugó a empatar y lució limitado, temeroso y asustado. Y con todo y eso, Millonarios no pudo liquidar, se fue otra vez en blanco y desperdició una gran oportunidad de acabar con el mezquino equipo visitante. Nuevamente vimos a Millonarios muy ansioso, con muchas malas entregas, sin empuje, sin ideas, sin creatividad y, por momentos, pasivo. Gerardo Bedoya salió expulsado -aun desconocemos la razón verdadera- y se perderá el partido del domingo en Cali ante el América.

Con la ausencia de Robayo, Quintabani se la jugó enviando a Hurtado a la primera línea de volantes y el resultado fue ver a Iván consagrándose como el mejor jugador de Millos y del partido. Mera y Cortéz conformaron la pareja de centrales, a ambos se les vio algo de temor escénico. La novedad de los azules estuvo en la creación, en donde Denilson Santos, el brasilero, hizo su debut en lugar de Araújo, quien fue retirado de la concentración por una virosis y tuvo que ser reemplazado por Érvin, quien fue al banco.

El vértigo de Millonarios al comienzo del partido duró quince minutos, precísamente, lo que duró el brasilero debutante haciendo su juego. En ese lapso, Leonardo Castro tuvo las dos mejores oportunidades de Millonarios en la primera parte: primero con un cabezazo que se fue cerca y después con un remate de media distancia que alcanzó a salvar Blandón cuando parecía meterse por el palo derecho del meta.

A partir de ahí, Nacional tomó el control de las acciones y aunque no hizo nada en ataque, logró despertar la ansiedad de los jugadores azules que no veían cómo superar la defensa de hasta cinco hombres que planteó el visitante. Los jugadores azules se perdieron por completo por momentos y el ataque azul se alejó considerablemente del arco de Blandón mientras las malas entregas hicieron su aparición, excepto en una jugada en la que Milton se robó el balón y cuando ingresó al área rival hizo una de más, después la jugada terminó en gol anulado de Castro por fuera de juego.

Durante todo el primer tiempo empezamos a notar que el juez de línea de Occidental estaba inclinando la cancha a favor de la visita. Cualquier forcejeo de un azul era falta, todas las jugadas eran fuera de lugar y la mejor, levantó su bandera sancionando una supuesta falta sobre un jugador verde a cientos de metros de distancia después de que el árbitro ya había dejado seguir y Millonarios armaba un contragolpe letal. Sobre el final del primer tiempo el central expulsó con total justicia a Amaya por un codazo descarado sobre Denilson.

Y si el visitante había sido miedoso en la primera parte, para el segundo tiempo lució aún peor. Millonarios tuvo la pelota todo el tiempo, dominó, trató de acercarse y el visitante rechazaba siempre a cualquier parte. Se notaba demasiado que Nacional estaba respetando demasiado a Millonarios. El miedo se notaba en todos y cada uno de sus jugadores, tanto así que Eduardo Blandón tenía que quemar todo el tiempo del mundo en cada saque de meta. Y Millonarios nunca supo aprovechar. Tuvo el balón todo el tiempo, pero se acercó muy poco. La noche de Jonathan Estrada fue para el olvido. El calidoso jugó quizá el peor partido con la camiseta albiazul, siempre trató de pasar por donde no cabía, trató de buscar faltas fuera del área que no existían y el central jamás le comió cuento, y cuando pudo rematar prefirió centrar de forma errada.

Después, sucedió lo que muchos presentíamos. Algo le dijo el juez de línea de Occidental al árbitro y éste último expulsó a Bedoya, nadie sabe qué fue lo que pasó en realidad. Con todo y esto y cuando pensábamos que al estar ambos equipos con diez jugadores Nacional iba a proponer, la historia fue la misma. Nacional siguió encerrado miedoso y Millonarios siguió con el control. Fue entonces cuando Hurtado tuvo que cubrir el hueco en la mitad y lo hizo con lujo de detalles. El ecuatoriano no perdió ni media pelota disputada y, lo mejor, todos sus quites fueron supremamente limpios, el ecuatoriano estuvo impasable.

Entraron Tejada y Érvin por Castro y Denilson, respectivamente. El primero jugó mucho mejor que en sus anteriores presentaciones y colaboró con la presión y el marcaje en tres cuartos de cancha. El segundo jugó a su estilo de gambetear individualmente y pasó desapercibido. En todo el segundo tiempo, con todo y el temor que sentían los visitantes y teniendo todo el tiempo la pelota, fueron solo tres las llegadas claras de Millonarios: Un remate de Casierra que salvó Blandón, y dos cabezazos de Mílton también conjurados por el portero visitante, que se cansó de quemar tiempo durante toda la segunda parte. Una "cuarta opción" la tuvo también Mílton cuando al ingresar al área fue sujetado por un jugador verde. Era penal, pero el delantero azul no se tiró al piso y nadie sancionó nada.

Millos tuvo todo, un rival chico y asustado que le salió con miedo a Millonarios y jugó a empatar, un hombre de más gran parte del partido y el control. Pero hoy, lastimosamente, los jugadores de ofensiva de Millonarios no estuvieron a la altura del partido ni de la hinchada, que siempre quiere ganar este partido más que cualquier otro y que respondió al equipo en asistencia, en aliento y en fiesta. Por eso, al final del partido los visitantes celebraron como un campeonato el empate (cualquier similitud con la hinchada de Santa Fe no es pura coincidencia) mientras que los azules recibimos ese empate como una derrota fría.

Millonarios solo ha logrado uno de los últimos nueve puntos y se ha ido en blanco en los últimos tres partidos. Los ahorros de comienzo de campeonato se acabaron y hoy el equipo descendió una casilla en la tabla por la victoria del Bucaramanga. Lo que viene ahora es América en Cali, partido duro porque si bien el rojo de Cali tiene problemas internos por razónes económicas, es un duro rival y tiene fuertes individualidades. En estos momentos Quintabani debe tener un dolor de cabeza tenaz, pues no podrá contar con Bedoya y muy posiblemente conociendo las sanciones de la comisión de disciplina tampoco podría contar con Robayo, lo que obligaría a improvisar en la zona de contención. Afortunadamente para Quintabani y para nosotros los hinchas, hoy nos dimos cuenta que en Millonarios hay un ecuatoriano que, en la zaga o en la contención, es impasable.

abril 03, 2008

Faltaron 120 segundos para el 100

Faltaron dos minutos, sólo 120 segundos, para lo que hubiera sido una justísima y merecidísima victoria en Medellín que significaba la victoria 100 de Millonarios sobre Nacional en enfrentamientos directos. Lamentablemente una desatención combinada de Cochas que perdió el balón, de la defensa que mostró pasividad y de Cuadrado, quien hasta ahí había tapado todo y en el último remate del partido se le pasó la pelota le sirvió al equipo verde para empatar y salvar los muebles. Supo a derrota, claro, porque el partido estaba ganado hasta el minuto 90. Se perdieron dos puntos más.

Algunos todavía pensamos -pensábamos, mejor-, en una combinación de optimismo con fantasía, que las autoridades de Medellín ya iban a reconsiderar su proceder esclavista y tortuoso para con la hinchada de Millonarios cuando ésta se desplaza a esa ciudad, más después de las gestiones que la gente de "Goles en Paz" hace aquí en Bogotá cuando Millos es el local y esos los visitantes. Pues bien, la falta de respeto estuvo a la orden del día de nuevo. Ya no se conforman con -literalmente- sacar a los hinchas de Millos que no están en Occidental quince, veinte o hasta treinta minutos antes de finalizar el partido. No, ahora también le añadieron al combo la "facultad" de dejar entrar a los que viajan en caravana a los veinte minutos de juego. Esto ya raya en lo absurdo y la falta de respeto no puede ser peor. Es decir, que un hincha viaja casi 25 horas, llega y paga el 100 por ciento del valor de una boleta, paga por ver un espectáculo completo, y resulta que de noventa y tantos minutos de partido sólo puede ver cincuenta. Una verguenza lo de las autoridades paisas, el sábado volvió a pasar, aún cuando había demasiada gente de Millonarios en el sitio asignado del estadio, la zona norte de la tribuna Oriental.

Lo vio la gente que estuvo en el estadio de Medellín, y lo vio el mundo entero por televisión. La "hinchada" verde, los autenticos "profanadores de la mentira", otra vez quedaron en ridículo. No jugaban un partido cualquiera, era el partido, que sabemos todos que es el que más expectativa genera en todo el país, y ellos son los que una y otra vez se llenan la boca de payasadas y no hacen más que decir que son "la mejor hinchada" y "la que siempre llena". Ellos, los que la noche del sábado en el partido más importante del país no metieron ni 15 mil personas al estadio, y eso, que el gran número de seguidores embajadores presentes fue lo que más les ayudó a que ese estadio se viera lleno -hasta que la policía los sacó, claro está-. Inclusive hasta Carlos Antonio Vélez, seguidor del equipo local por razones corporativas y más cuando juega con Millonarios por razones personales, tuvo que aceptar la verguenza de la tribuna. Lo vimos todos, la hinchada resultadista, esa que cuando no gana abandona. Por este y otros motivos ya es inocultable la verdad: Hinchada en Colombia hay una sola, la hinchada de Millos.

Ahora si, al partido. Con Millonarios diezmado por las infames sanciones que dio la Dimayor a Bedoya y Vanemerak, la lesión de Martín y la suspensión de Mosquera (Bedoya, Martín y Mosquera hacen parte claramente de la columna vertebral millonaria), el técnico embajador optó por jugársela con Asprilla en defensa y Pérez en la contención. Volvió a aparecer en escena Vanemerak Jr. en ataque y de arranque empezaron Ciciliano y Cochas, dejando a Jonathan en el banco los primeros quince minutos del partido. En esos quince minutos el central amonestó inmerecidamente a Tobar por una falta normalita y a Efraín Cortéz "por demorar tiempo", Millonarios optó por jugar tocando la pelota y no dejándosela al equipo verde, aunque claro está, el equipo llegó muy bien hasta tres cuartos de cancha y ahí faltaba profundidad. Nacional optó por la media distancia, vía por la que llegó tres veces en el primer tiempo en igual número de remates desde fuera del área que Cuadrado salvó bastante bien. Millonarios llegó dos veces de forma clara, un remate de Jonathan estrada (ingresó por Vanemerak) que pasó cerca del horizontal y un remate de media distancia que claramente salvó el arquerito de Nacional -a quien un amigo mío rebautizó "Forrest Gump"- pero que para el central fue saque de meta. Hubo una tercera jugada de riesgo luego de un pase al vacío a Carreño, pero solamente el juez de línea de Oriental vio fuera de lugar, estaba claramente habilitado el argentino.

El segundo tiempo arrancó con un cabezazo del traidor paraguayo que salvó muy bien Cuadrado, después de eso, Millonarios se paró mejor en la cancha y volvió a tener el control del partido. Hasta entonces todas las llegadas del equipo local estaban siendo ocasionadas por una falla en la mitad del campo, sobre todo en el momento de ganar los rebotes. Ciciliano, Cochas y Estrada se juntaron mejor, y en una de esas, Ciciliano puso un muy buen pase al vacío para Jonathan que definió, la pelota pegó en el cuerpo de Gump y se fue directo al arco verde lentamente, pero para dejar el drama a un lado y dejar las cosas claras, Carreño se encargó de empujar la pelota en la línea y decretar así el 1-0 para Millonarios. Fue el tercer gol de Carreño con la camiseta más gloriosa del país, y corrían 26 minutos. Y a partir de ese momento, con la ventaja, los jugadores de Nacional se descontrolaron, se puteaban unos a otros y así mismo sus "hinchas", que ni cortos ni perezosos acompañaron el canto del "ole" que hacían los azules en las tribunas. Nacional no volvió a llegar con claridad, el partido estaba controlado y nadie se imaginaba un virtual empate, Nacional estaba muerto.

Pero tal como pasó siete días atrás con Santa Fe, como pasó en Cali y como pasó en Cúcuta, bastó una imprecisión para que reviviera el muerto, y Zúñiga empató luego de una pérdida de pelota de Cochas y una desatención defensiva -tal vez, la única de todo el segundo tiempo-. Y esta vez Cuadrado no pudo atajar el remate. Algunos dijeron que Vanemerak tenía algo de culpa por no haber quemado los dos cambios que quedaban en esos minutos finales para enfriar el partido, es muy fácil criticar después de que las cosas pasan. En mi opinión, el partido estaba tan controlado que ni se me pasó por la cabeza que habían cambios. Y hablando de Zúñiga... ¿Notaron que él también estaba sancionado pero la comisión arbitral le dejó pagar la sanción en Copa Colombia el pasado miércoles? ¿Notaron que Zúñiga es el único jugador que "medio suda la camiseta" en ese equipo de muertos? Blanco es, gallina lo pone...

Obviamente este empate supo a derrota, se fueron dos puntos más y aunque el equipo se mantiene dentro de los ocho clasificados, en estos momentos debemos recordar los puntos cedidos con Medellín, con Cali, con Quindío, con Tolima, con Cúcuta, Con Santa Fe y ahora con Nacional. Puntos cedidos por Millos y las desconcentraciones y/o la falta de efectividad pero nunca por virtudes de los rivales. Puntos que de haber llegado tendrían a Millos liderando la tabla y que ahora ya tiene a algunos haciendo cuentas...

El arbitraje, aunque por instantes se mostró parcializado hacia los locales, no fue tan infame como en otras confrontaciones en Medellín, eso hay que mencionarlo "entre lo positivo". Para las cuentas, este fue el empate número 80 entre Millonarios y Nacional, Millonarios tiene 99 victorias, el equipo verde 67. La paternidad es extrema, y las cifras muy similares a las de Millonarios - Santa Fe.

PD: Y como pasó con los santafereños siete días atrás, los mierdolagas celebraron el empate al final del partido como si hubieran ganado un título, siguiendo a sus hermanitos rojos en la ya conocida campaña "Conocemos la gloria cuando empatamos con papá embajador".

septiembre 14, 2007

Chau, mierdolaga!!!

Primeros en la serie, primeros en historia, primeros en hinchada. Primeros en todo. Hoy se revalidó. Hoy en gran parte se empezaron a saldar las cuentas pendientes. Hoy por primera vez en la historia se hizo presente la justicia, esa que había sido esquiva en ocasiones anteriores, todo porque siempre había un factor (a veces dos o hasta tres) que desequilibraba en contra nuestra. Claro, la mafia llevó al que hoy es nuestro más odiado rival a "ganar" cosas que nunca en la vida hubiese logrado honestamente. Claro, el "rey de compras" pensó que otra vez iba a salir avante en una competición internacional, apelando a lo mismo. Y Millonarios se encontró con los mismos factores de toda confrontación con esos. Parcializaciones, errores arbitrales garrafales, marrullería, infamia. Y contra todo y eso venció, con jerarquía, con grandeza. Ya el miércoles anterior se había probado, y Millos se trajo la victoria del Atracacio. Aquí en este blog lo dije, aun no debemos confiarnos, porque jugar contra esos es jugar contra más de once.

Pero hoy, la noche del 13 de Septiembre, quedará grabada, porque fue la noche en la que la justicia se impuso a la marrullería, y de una manera superlativa. Quedará recordada por todos porque hasta hoy ninguna hinchada había preparado una fiesta en la salida de las magnitudes de la vivida en El Campín. Quedará grabada porque Millonarios, uno a uno, hizo ver diminuto, endeble e inferior a su rival, tanto de visitante como de local.

Eran las 8:35 de la noche aproximadamente. En el césped de El Campín las porristas azules hacían el conocido "callejón" para que por ahí pasaran uno a uno los jugadores al saltar de la cancha. Llegó el momento, salió el equipo y de todas las tribunas apareció una humareda de color azul y blanco, majestuosa, y junto con ella aparecieron las bombas, los rollos y el papel picado acompañados por un estruendoso pero fascinante grito de Batalla: "¡¡¡Millos, Millos!!!". La nube de humo cubrió entonces todo el estadio, tanto así que nadie se dio cuenta en qué momento saltó el rival a la cancha. difícil de igualar y mucho más de superar. Si eso pasa, sin duda, será por cuenta nuevamente de ésta, la mejor y más grande hinchada del país. Sólo esta hinchada puede organizar una fiesta de semejante magnitud.

Y empezó el partido, el rival tuvo el balón, intentaba -si se puede decir eso- sin éxito. Uno por uno, sector por sector, jugada tras jugada, Millonarios controló a su rival. Fue una excelente estrategia. Nacional tuvo el balón pero no hizo nada con él, Millonarios se dedicó a jugar a desesperarlos y vaya que lo consiguió. A tal punto que los jugadores verdes se preocuparon más por darle cizaña al juez central que por intentar anotar como pasa siempre que alguno de esos siente resignación, trata de acudir a la marrullería. Y a Millonarios le robaron un gol legítimo terminando el primer tiempo, era de esperarse, pero eso no desmotivó al grupo. En las tribunas tal como sucede siempre, el azul estaba ganando por goleada, no es extraño.

El segundo tiempo siguió con la tónica, pero con un Nacional más desesperado y un Millonarios más seguro, que se tomó confianza y salió más al ataque. Tuvo más el balón el rival, pero nunca llegó con riesgo, Millos jugó con la desesperación mierdolaga de su lado y así cuando tuvo el balón se acercó, inquietó. No puedo decir que la noche fue 10 puntos porque el balón no quiso entrar, y hubiese sido más que merecido. Fue tanta la superioridad que cuando el equipo rival se quedó con diez hombres perdió lo poco que les quedaba de combatividad. Ahí el balón fue azul, y con él la fiesta y la hoche también. Pases de todos a todos, el canto del "ole" ante la mirada atónita de los jugadores mierdolagas, llegadas de riesgo, inspiración. Grande Robayo hoy, fue el mejor lejos. Bedoya se encargó de bajarle los humos al petulante y marrullero ícono mierdolaga a punta de temple y pierna fuerte, grande!!. Y mientras de todas las tribunas se escuchaba un gran reparto de cánticos y alegría, en la parcial mierdolaga todo era miseria... aunque bueno, aceptémoslo, esos siempre son una miseria!!!

"Hay que saltar, hay que saltar, el que no salte es una puta de nacional", "la locura crece y los paisas no aparecen", "mirá, mirá, mirá, tómale una foto, se fueron esos paisas con el culo roto"... todo era un carnaval, el canto del "ole" no se hacía esperar. Pinceladas de Jonathan Estrada por toda la cancha, cómo ha recuperado su nivel!!!, túneles, tacos, cambios de frente, todo ante la resignación mierdolaga y el carnaval millonario. Millonarios ganó de camiseta, ganó de grandeza. Al rival no le alcanzó esta vez con echar terapia a los árbitros, porque simplemente nunca se vio. Millos ganó la serie de forma justa, como el buen papá que es!.

Y es más reconfortante aún saber que no solo le ganamos a Nacional. También derrotamos a la cizaña, a la marrullería, a los periodistas. Muchos deben estar llorando porque el equipito del patrón perdió contra su papá otra vez. Y esos "hinchas" de ese equipo de todas las regiones excepto Antioquia, esos que se pegan de lo que vaya primero en la tabla para tratar de compensar su vida triste y tener algo por que celebrar (así son todos los mierdolagas que no son antioqueños) hoy deben estar llorando su amargura.

Qué linda alegría, gracias Millonarios, el regalo prometido!! Nacieron hijos nuestros, hijos nuestros morirán!!!

Ahora se viene el segundo rival más odiado: Santa Fe, el domingo a las 5:20 pm. Ya todos sabemos cual es la historia, siempre somos más, hay que revalidarlo. De ganar el domingo alcanzaremos la cifra de 100 clásicos ganados. ¿Se imaginan donde eso suceda? La mejor semana del año sería,

saludos

septiembre 05, 2007

Por fin una alegría... ¡¡¡Y QUÉ ALEGRÍA!!!

¿Por donde empezar? No se aun. Todavía tengo los sentimientos alterados... Fueron tantas las cosas que pasaron que saber por donde comenzar la crónica resultaría imposible, pero bueno, haré el intento de organizar las ideas, ya que la alegría que siento hoy es supremamente inmensa. Ya no es raro, siempre pasa, jugar con Nacional es jugar contra 12, 13 o hasta 14, hoy no fue la excepción. Como siempre que Millonarios visita esa montaña, hoy otra vez nos atracaron a mano armada. En otras ocasiones la prensa de este país disimula los atracos, los robos, los infames arbitrajes siempre favoreciendo al mierdolaga. Hoy fue distinto, hoy todo el continente lo vio. ¿cuanto le habrán pagado a Jorge "Hernán Silva" Hoyos para que nos diera toda esa mano de pito?. Me acordé justito de Hernán Silva en esa infame eliminatoria del 89. Y lo peor del caso, sigue pasando, pero nadie dice nada aquí. Ojalá los de la conmebol revisen la infamia arbitral de hoy. Hoy más que nunca se notó, Millonarios derrotó al "rey de compras", sólo que hoy la compra no funcionó como antes.

¿Recuerdan hace un año, en un partido que Millos tenía controlado a Nacional, una jugada en la que el porterito verde corta un avance con la mano siendo último hombre? Esa vez el señor Barahona le puso amarilla y después echó a Leal, para dejarnos con 10. Hoy fue casi idéntico. El mismo porterito metió la mano fuera del área cortando un claro avance de gol, sólo que esta vez ni la lengua le sacaron. Después el mismo árbitro se dedicó a tarjetear a cuanto jugador de Millonarios cometiera una falta, y luego se inventó un penal que puso a ganar al local. Típico de un partido en Medellín, Millos fue más, hizo ver diminuto al rival hasta que la infame mano del central puso adelante al verde. Ese fue el primer tiempo.

Pero las "fantásticas acrobacias" de Hoyos no terminaron ahí. En el segundo tiempo echó a Rojas por una falta que ni era para tarjeta. No expulsó a Aristizabal, que estaba amonestado y le pegó un monumental codazo a Bedoya, y tampoco echó a por lo menos dos jugadores mierdes que golpearon a un azul cuando éste se encontraba en el piso y pedía ser atendido, sólo "una amonestación verbal". El peor arbitraje de los últimos 19 años contra Millos. Esta vez la prensa nada puede decir, lo vio todo el continente. Sólo basta revisar el video, hasta los comentaristas de Fox Sports estaban anonadados con el infame y localista arbitraje de este sujeto. El mismo que meses atrás se inventó un penal con una falta 10 metros fuera del área que clasificó a Santa Fe a los cuadrangulares. Sería el colmo que mañana salgan a decir que el arbitraje estuvo correcto, como suelen hacerlo siempre cuando le dan pito a Millonarios.

Del partido, todo, hoy Bogotá no duerme, qué felicidad. Tantos factores en común, tantas alegrías. Un segundo tiempo que pareció eterno. Millonarios jugó tan bien, que hizo ver a su rival diminuto, chiquito, escuálido, y no era un rival cualquiera ni un partido cualquiera. Aquí sabemos todos que este es el partido más importante del fútbol colombiano y que Nacional, aparte de sus constantes ayudas arbitrales, es un buen equipo. Y Millonarios, con los mismos jugadores que habían recibido dos goleadas en contra, le jugó de igual a igual, lo superó en todos los sectores del campo, ganó 3-2, pero con todo y eso el marcador fue injusto, era para haberlos goleado. Los dos goles del rival llegaron por un error garrafal del central al pitar un penal que nunca fue, y en el único error que cometió la zaga azul. Aun están en el recuerdo el gol de Jonathan luego del centro de Érvin, el golazo de Ciciliano en una jugada impresionante en la que se combinaron velocidad, precisión y definición. El contragolpe brutal que generó el penal -este si legítimo- contra Jonathan que significó el tercero. La lucha por cada balón, con entereza, la forma en que los defensas y volantes controlaban uno a uno los ataques rivales. La manera como se volteó el marcador de semejante manera, con grandeza, la misma que siempre estamos pidiendo. La camiseta de Millonarios, la más gloriosa de Colombia, se hizo respetar con altura esta vez, tal como debe ser siempre.

Decir quién fue la figura del partido es imposible también. Todos jugaron en un nivel superlativo. Cuadrado se comió el segundo gol y se le notó inseguro, tal vez fue el único que no mostró nivel. Afortunadamente el rival poco llegó. Los demás jugaron extremadamente bien. No sé que habrá hecho Vanemerak para cambiarles el ánimo, tal vez hoy fue la prueba de que esa "empatía" con Lasarte nunca existió y por eso el bajo nivel. Tal vez el nuevo DT, ex jugador que vivió todas las épocas del principio de esta rivalidad hace 20 años les hizo entender lo que significaba jugar contra esos. El punto es que ganamos.

Sin embargo, la serie aún no está definida. Quedan 90 minutos en El Campín para revalidar lo hecho hoy, el avance es sumamente importante, pero aún no hemos clasificado, esa es la consigna. Antes del partido todos pensaban que sería otra goleada en contra y hasta se burlaban -habría que recordar cada uno de nosotros lo que nos dijeron en el trabajo, colegio y universidad-, ahora después todos estamos exaltados y contentos, pero hay que tomarlo con mesura. Con el nivel de hoy sin duda Millonarios va a volver a pasarle por encima a los mierdes -y a cualquiera-, pero por ahora hay que pensar en retomar la senda ante el Pereira el domingo. Tenemos un pie adentro, tal vez pie y medio, pero todavía no los dos. Y con Nacional no hay que confiarse nunca, recuerden: Esos siempre van a jugar con 12, 13 o 14 cuando es contra Millonarios.

PD: No es bueno cobrar... pero esta victoria de hoy no es solamente dedicada a los mierdolagas. También va para aquellos "hinchas" de Millos que abandonaron y no asistieron el sábado a El Campín, los que despotricaron, los que hablaron de más, los que le dieron la espalda al equipo por un mal resultado y nos reprochaban a los que siempre estamos presentes con estupideces como "¿y ud. le va a seguir dando plata a esos perros?" y semejantes. Esos mismos que hoy sí sacan el pecho en la victoria, pero que en la derrota se esconden, los resultadistas. Ojalá lo de hoy les haya abierto los ojos. En las buenas todos... en las malas los que somos.

Saludos.

abril 15, 2007

Doloroso... pero hay que tener la frente en alto.

Se perdió el partido que no se podía perder, el que más nos duele. Nacional ganó porque su técnico leyó muy bien el partido y porque consolidó a su arquerito como la figura de un juego bastante parejo y disuputado, y porque con un golazo desequilibró las cosas.

Obviamente es entendible que hoy todos los hinchas azules estemos tristes y nos duela el alma, pero no hay que agachar la cabeza. Yo se que para todos será duro aguantar en la oficina, en la universidad, en el colegio a los mierdolagas restregando el triunfo. Al fin y al cabo, es el superclásico y si el resultado hubiese sido distinto la cosa también sería así. Por eso en estos momentos es cuando más orgullosos debemos sentirnos de ser hinchas de Millos, de estos colores, de esta pasión.

De nada sirve en estos momentos tratar de buscar culpa en el juez, que si bien no pitó bien no influyó en el resultado, o en el equipo, o en falta de ganas (porque sí hubo bastante entrega), Símplemente, Nacional gana el duelo en el banco y en el arco, ahí fue la diferencia.

Mientras Quintabani leyó bien el partido y supo controlar las áreas más contundentes de Millos. Osorio, en el afán de ganar, cometió errores al probar variantes que no se deben ni se pueden hacer ante Nacional (no se puede inventar nada en un superclásico), y en uno de esos cambios nació la jugada previa que terminó en el único gol del partido. Y en el arco, Ospina contuvo el grito de gol en por lo menos 5 oportunidades, fue la figura.

El otro duelo, el de la tribuna, si lo ganamos, y por goleada. Más allá de la salida apoteósica con humo en Oriental y Occidental (Los Comandos estaban sancionados, pero a la gente se le olvidó cual es la platea más brava de Colombia), en donde como siempre la hinchada azul borró a la verde, la hinchada azul jamás estuvo en silencio, y la verde fue todo lo contrario. Esta vez ni siquiera cantaron las dos o tres cancioncitas de siempre, esta vez sólo fue silencio, inclusive cuando tomaron la ventaja, y sólo se escucharon 5 minutos antes de la finalización del partido.

Lo mejor... terminado el partido, y cuando el equipo embajador se dirigía al camerino con la derrota más dolorosa a cuestas, de todas las tribunas salió un imponente aplauso hacia los jugadores reconociendo la entrega y la lucha dentro del campo. Algo que ninguna otra hinchada haría. 32000 personas aplaudiendo, reconociendo la entrega, lo que nos diferencia de la ralea verde. La sutil diferencia entre la fidelidad y el resultadismo, entre el AMOR VERDADERO y la FARÁNDULA RESULTADISTA.

Las conclusiones:

Si bien es inocultable la tristeza por perder el partido que no se podía perder, hay que mantener la cabeza en alto y sentirnos orgullosos de pertenecer a la mejor hinchada del país, la que sigue al equipo más grande.

Aunque el resultado nos deja mal parados en la tabla, hay que recordar que viene América en Cali, y después Millonarios jugará como local 5 partidos seguidos (incluídos el juego en Tunja y un clásico con Santa Fe, pero en ambos escenarios siempre somos locales), esto significa que tenemos la clasificación en nuestras manos, y dependemos de nosotros mismos.

abril 13, 2007

No es un partido cualquiera... hay superclásico!

En todo el fútbol colombiano -y de muchos otros paises- no hay un partido que despierte tantos odios y rivalidades. Este sábado, en la cancha de El Campín, Millonarios y Nacional se verán las caras de nuevo, volverá la rivalidad más grande del fútbol nacional. Durante toda la semana sólo se habla de este partido, y con el paso de las horas la ansiedad se hace más evidente en todos los rincones.

Aunque jóven, esta rivalidad ya pasó a otro nivel, desde finales de la década de los 80 (antes el equipo verde era un equipo chico más, que saltó a la vitrina gracias a la mafia) cuando comenzó, hasta nuestros días. Hay odio de lado y lado, es el choque de dos identidades y tipos de juego distintos, de las dos hinchadas más numerosas del país, de dos regiones. No hay partido que despierte tanta atención en el país futbolero como el de mañana.

Si ganarle a Santa Fe es satisfactorio, ganarle a nacional es un clímax. Este es el partido que más nos gusta ganar, el que más celebramos, el que más gozamos y el que más pendientes pone a todos. Espero, de todo corazón, poder escribir feliz mañana la crónica, porque Millonarios gana.

Hoy por hoy no hay boletas en los expendios ni taquillas del estadio. Muchas de ellas ya están en poder de revendedores, lo que supone la única esperanza para aquellos que aun no tienen boleta de poder ingresar al estadio.

Dicen los números que Millonarios ha vencido en 92 ocasiones a los verdes, y ha sido derrotado 61 veces, lo que demuestra la clara y evidente paternidad del equipo capitalino sobre el montañero.

Por parte de las barras se pide a todos los que vayan a asistir al estadio mañana que cada uno lleve una bandera, para entre todos formar el banderazo más espectacular de todos, y pintarle la cara en la tribuna como siempre a la hinchada provinciana.