abril 29, 2007

Tres puntos perdidos, un tiempo regalado.

Hoy sólo puedo empezar escribiendo lo orgulloso que me siento, cada día que pasa, de ser hincha de Millonarios, de pertenecer a esta familia que hace 19 años no gana nada, pero que con todo y eso sigue siempre presente y acompaña siempre a todos lados. Creo que ninguna otra hinchada en el mundo acompaña como esta.

Qué caravana masiva de gente se vio por las carreteras boyacenses el día de ayer!! Desde muy temprano buses y carros particulares con gente millonaria invadieron la autopista norte hacia Tunja, sin importar si el partido iba por TV, sin importar si era sábado, sin importar nada. Ayer escuché una frase muy cierta "el que no viaja a Tunja sencillamente no existe".

Si el estadio no se llenó fue porque el Chicó no le vendió el 100% de la boleteria a Millonarios y dejó una tribuna para la parcial ajedrezada que obviamente nunca se llenó.

Del partido se puede decir que el autor intelectual de la derrota es Osorio, quien literalmente le regaló al rival los primeros 45 minutos al hacer cambios en la formación titular sin éxito. ¿Para qué sentó a Jonathan Estrada si el pasado miércoles con Ciciliano lo hicieron bien juntos? No lo entiendo. Y así, entre ese primer tiempo mediocre, llegó el gol mediocre del rival mediocre y gracias a un error mediocre. Pase gol de Ervin González a un jugador de Chicó, que sacó un remate de larga distancia, Cuadrado reaccionó muy tarde y casi que ni se estiró, fue el primer gol que Chicó le anota a Millonarios en tunja, y que a la postre generó la primera victoria de los ajedrezados sobre los embajadores en toda la historia.

Para el segundo tiempo entró Estrada, y Millonarios volvió a jugar como nos tiene acostumbrados, desde el principio el rival quedó arrinconado, y la falta de definición nos volvió a castigar. Minutos más tarde Osorio ingresó a Briceño y sacó a Ciciliano, y Millonarios quedó con 10. Si bien Ciciliano era intermitente, sobre todo en el primer tiempo, Briceño nunca jugó, nunca se vio. Los jugadores de Chicó se dedicaron a desesperar a Millonarios quemando tiempo y tirándose al suelo fingiendo lesiones, amparados por el pésimo arbitraje. Así llegó el final, tres puntos que en las cuentas eran fijos y que comprometen la clasificación a las semifinales. Y una derrota bastante dolorosa puesto que el rival nunca nos había ganado (la primera vez es la que más duele, dirían las niñas) y porque en Tunja hay que ganar siempre, porque siempre somos locales, porque ese estadio sólo se llena cuando juega Millonarios.

Viene La Equidad este miércoles, el colero, y ganarle es una obligación para seguir en carrera y disputar el clásico capitalino con Santa Fe el próximo fin de semana, con los rojos llegando ofendidos y con sed de venganza por la goleada recibida en el clásico anterior. Todavía dependemos de nosotros mismos, y ya no salimos de Bogotá. No hay disculpas.

abril 25, 2007

Lo importante es que ganamos

Teníamos que ganar para volver a los 8, para seguir en carrera y para sacarnos la sal dejada de los dos partidos anteriores. El rival no mostró gran cosa, pero aún así complicó demasiado la cosa, más por falta de vocación embajadora que por cualquier otra cosa.

Muy temprano, apenas a los 4 minutos, llegó el primero, golazo de Ciciliano (jugó muy bien hoy) luego de pase de Villagra. Con el 1-0 las cosas parecían sencillas, y de hecho, los primeros 20 minutos de Millonarios fueron excelentes. En un tiro libre que pasó apenas desviado -inclusive alcancé a cantarlo- Ciciliano tuvo el segundo.

El rival intentó buscar ataques en la espalda de Zapata (pésimo partido) con algún riesgo, pero el dominio era millonario, gracias a la buena actuación de Quintero, quien volvía de la expulsión, Estrada y el ya mencionado Ciciliano. Todo parecía tranquilo, porque el equipo dominaba el juego a su ritmo.

El segundo tiempo mostró una cara totalmente distinta, Bucaramanga salió más ambicioso, y Millonarios lo dejó jugar, retrasándose demasiado, dándole espacio y tiempo al rival. Y así, en un error grosero de Zapata, el visitante consiguió el empate, generando algo más que ansiedad entre la parcial azul. Millonarios se fue desordenado al ataque, buscando como fuera el gol con mucho pelotazo. Villagra sólo ante 4 defensas las perdía solo. A veces esa Villagra-dependencia nos hace daño, pareciera como si no existieran más variantes, y vaya que las hay. Y en una de esas tan mencionadas variantes, llegó el segundo: remate de Ervin, el arquero suelta y Robayo, quien había ingresado por Ciciliano, tuvo el arco a su disposición para anotar el segundo.

Durante unos 8 minutos después de ese gol, Millonarios tocó la pelota por todo el terreno, jugando bien y administrando el partido. Pero después, tal como al comienzo de la etapa complementaria, le regaló el espacio y los tiempos al rival, que sin hacer mucho llegó a complicarnos, a hacernos comer las uñas, a generar ansiedad. Y como el rival no tenía como, el partido se tornó aburridísimo por momentos, Millonarios no quiso atacar más, y el visitante no tenía como hacerlo.

Terminó -gracias a Dios- el segundo tiempo más malo que le he visto al Millos 2007, lo importante es que se logró el objetivo, se ganó y de nuevo estamos entre los 8, pero lo de hoy no puede volver a pasar. Fueron 45 minutos para olvidar.

Resulta inadmisible terminar un partido pidiendo tiempo contra un rival que no muestra nada, y que si atacó fue precísamente porque Millos lo dejó atacar. Hoy Millonarios, solito, se dejó complicar, y eso no debe pasar y menos jugando en Bogotá. Afortunadamente ganamos.

Este sábado todos para Tunja, que la vamos a copar!

abril 23, 2007

Agridulce

Me cuentan mis amigos y colegas mayores, esos que vivieron la época futbolística Colombiana de los 80s, que hace dos décadas el partido con América era el súper clásico del fútbol colombiano. América venía de "ganar" muchos títulos y "se había convertido en grande", lo que calentaba la atmósfera. Me contaban también, que no había partido de América en el que el central no metiera la mano a favor de los rojos, lo que hacía aún más difícil ganarle. Ellos, mis amigos, detestan al América de Cali, incluso al nivel de los mierdolagas.

Hoy América volvió al lugar que merecía, volvió a ser un equipo chico, como nació, y con justicia. Hoy este partido, por lo menos en lo personal, perdió relevancia como "clásico", y volvió a ser el partido de antes, un grande contra un muy chico rival, que por esas "cosas" de la vida ganó títulos, pero que ahora poco a poco está pagando las deudas del pasado. La justicia llega, tarde pero llega.

Por esto, ganar en cali, teniendo en cuenta el rival y los puntos perdidos con Nacional era obligatorio para permanecer en el grupo de los 8 primeros. Millonarios casi consigue la tarea, pero entre la falta de definición y el parcializado árbitro del partido (lo único que no cambió con respecto a los 80s) privaron la victoria capitalina.

Millonarios fue más, sin ser dominador. Tuvo una propuesta menos ofensiva, se refugió bien y cuando llegó creó riesgos. América tuvo un principio de partido bueno, arrinconó a los azules en su arco y así anotó el primer gol del partido, en un error compartido entre el cabezón Rodríguez (pésima marca) y Henao (volvió caminando cuando era el centro pasado).

Ese gol, sin embargo, fue un factor vitamínico para Millonarios, que salió en pos del empate, y lo consiguió apenas tres minutos después. Centro de Estrada, cabezazo de Efraín "muñeco" Cortés, Cabezazo de Villagra pasado, arquero vencido, pase de la muerte de Ervin y la pierna de nuevo de Cortés, fue el 1-1. Y minutos más tarde, en un cobro de tiro de esquina, Villagra volteó el marcador anotando de cabeza. Millonarios tuvo inclusive como aumentar la cifra en dos remates de Ervin González, pero faltó la puntada final.

El segundo tiempo arrancó bien para Millos, defendiendo bien y neutralizando al rival. Bedoya, Zapata y otra vez Ervin tuvieron sendas chances para aumentar la cifra, pero de nuevo se falló al definir. Después, en una salida de Cortés desde la defensa, el defensa pierde el balón con una clara, clarísima falta, el juez deja seguir y América empata. El rojo se fue con todo buscando el desequilibrio, Millonarios aguantó y prefirió salir de contra. Henao se lesionó, en su lugar entró Cuadrado y tapó un penal a 12 minutos del final que hubiera complicado las cosas, además que hubiese sido totalmente inmerecido en el resultado.

Sobre el final con la entrada de Ciciliano, Millonarios pudo anotar dos veces más, pero el poste y los rivales así lo impidieron. Final del partido con empate a 2, que entre los azules deja un enorme sabor agridulce porque momentáneamente nos deja fuera de los clasificados, porque era un partido totalmente ganable y porque de nuevo se escapan puntos increíbles por pecados en la definición.

Millos es noveno, está a tres puntos del cuarto, y ahora cuenta con la ventaja de jugar los últimos 5 partidos en calidad "de local". Tenemos todo en nuestras manos para la clasificación.

Si bien los partidos de Millos de esta semana -el miércoles con Bucaramanga y el sábado en Tunja ante Chicó- van por televisión, no hay que quedarnos en la casa. El miércoles hay que volver a meter 30000 personas, y el sábado hay que viajar todos a la capital boyacense, donde sólo hay azules. Vamos unidos, que Millonarios somos todos!

abril 15, 2007

Doloroso... pero hay que tener la frente en alto.

Se perdió el partido que no se podía perder, el que más nos duele. Nacional ganó porque su técnico leyó muy bien el partido y porque consolidó a su arquerito como la figura de un juego bastante parejo y disuputado, y porque con un golazo desequilibró las cosas.

Obviamente es entendible que hoy todos los hinchas azules estemos tristes y nos duela el alma, pero no hay que agachar la cabeza. Yo se que para todos será duro aguantar en la oficina, en la universidad, en el colegio a los mierdolagas restregando el triunfo. Al fin y al cabo, es el superclásico y si el resultado hubiese sido distinto la cosa también sería así. Por eso en estos momentos es cuando más orgullosos debemos sentirnos de ser hinchas de Millos, de estos colores, de esta pasión.

De nada sirve en estos momentos tratar de buscar culpa en el juez, que si bien no pitó bien no influyó en el resultado, o en el equipo, o en falta de ganas (porque sí hubo bastante entrega), Símplemente, Nacional gana el duelo en el banco y en el arco, ahí fue la diferencia.

Mientras Quintabani leyó bien el partido y supo controlar las áreas más contundentes de Millos. Osorio, en el afán de ganar, cometió errores al probar variantes que no se deben ni se pueden hacer ante Nacional (no se puede inventar nada en un superclásico), y en uno de esos cambios nació la jugada previa que terminó en el único gol del partido. Y en el arco, Ospina contuvo el grito de gol en por lo menos 5 oportunidades, fue la figura.

El otro duelo, el de la tribuna, si lo ganamos, y por goleada. Más allá de la salida apoteósica con humo en Oriental y Occidental (Los Comandos estaban sancionados, pero a la gente se le olvidó cual es la platea más brava de Colombia), en donde como siempre la hinchada azul borró a la verde, la hinchada azul jamás estuvo en silencio, y la verde fue todo lo contrario. Esta vez ni siquiera cantaron las dos o tres cancioncitas de siempre, esta vez sólo fue silencio, inclusive cuando tomaron la ventaja, y sólo se escucharon 5 minutos antes de la finalización del partido.

Lo mejor... terminado el partido, y cuando el equipo embajador se dirigía al camerino con la derrota más dolorosa a cuestas, de todas las tribunas salió un imponente aplauso hacia los jugadores reconociendo la entrega y la lucha dentro del campo. Algo que ninguna otra hinchada haría. 32000 personas aplaudiendo, reconociendo la entrega, lo que nos diferencia de la ralea verde. La sutil diferencia entre la fidelidad y el resultadismo, entre el AMOR VERDADERO y la FARÁNDULA RESULTADISTA.

Las conclusiones:

Si bien es inocultable la tristeza por perder el partido que no se podía perder, hay que mantener la cabeza en alto y sentirnos orgullosos de pertenecer a la mejor hinchada del país, la que sigue al equipo más grande.

Aunque el resultado nos deja mal parados en la tabla, hay que recordar que viene América en Cali, y después Millonarios jugará como local 5 partidos seguidos (incluídos el juego en Tunja y un clásico con Santa Fe, pero en ambos escenarios siempre somos locales), esto significa que tenemos la clasificación en nuestras manos, y dependemos de nosotros mismos.

abril 13, 2007

No es un partido cualquiera... hay superclásico!

En todo el fútbol colombiano -y de muchos otros paises- no hay un partido que despierte tantos odios y rivalidades. Este sábado, en la cancha de El Campín, Millonarios y Nacional se verán las caras de nuevo, volverá la rivalidad más grande del fútbol nacional. Durante toda la semana sólo se habla de este partido, y con el paso de las horas la ansiedad se hace más evidente en todos los rincones.

Aunque jóven, esta rivalidad ya pasó a otro nivel, desde finales de la década de los 80 (antes el equipo verde era un equipo chico más, que saltó a la vitrina gracias a la mafia) cuando comenzó, hasta nuestros días. Hay odio de lado y lado, es el choque de dos identidades y tipos de juego distintos, de las dos hinchadas más numerosas del país, de dos regiones. No hay partido que despierte tanta atención en el país futbolero como el de mañana.

Si ganarle a Santa Fe es satisfactorio, ganarle a nacional es un clímax. Este es el partido que más nos gusta ganar, el que más celebramos, el que más gozamos y el que más pendientes pone a todos. Espero, de todo corazón, poder escribir feliz mañana la crónica, porque Millonarios gana.

Hoy por hoy no hay boletas en los expendios ni taquillas del estadio. Muchas de ellas ya están en poder de revendedores, lo que supone la única esperanza para aquellos que aun no tienen boleta de poder ingresar al estadio.

Dicen los números que Millonarios ha vencido en 92 ocasiones a los verdes, y ha sido derrotado 61 veces, lo que demuestra la clara y evidente paternidad del equipo capitalino sobre el montañero.

Por parte de las barras se pide a todos los que vayan a asistir al estadio mañana que cada uno lleve una bandera, para entre todos formar el banderazo más espectacular de todos, y pintarle la cara en la tribuna como siempre a la hinchada provinciana.

abril 12, 2007

Casi son tres.

Sin 5 titulares, Millonarios viajó a Barranquilla buscando un buen resultado ante un alicaído Júnior. Ciciliano, Briceño, Palacio, Zapata y el cabezón Rodríguez jugaron en lugar de Estrada, Villagra (entraron en el segundo tiempo), Bedoya, Robayo y Gustavo Rojas.

Cuentan desde Barranquilla que ambos equipos jugaron un primer tiempo discreto, aunque por lo visto en las imágenes, Millonarios tuvo dos opciones claras de abrir el marcador despilfarradas por Ervin González y Briceño.

En el segundo tiempo llegaron los dos goles, a los 12, un penal indiscutido fue bien ejecutado por Ciciliano para abrir la cuenta. La alegría duró sólo 5 minutos, pues Emerson Acuña empató para los costeños con un muy buen gol.

Júnior se fue con todo buscando la victoria y alcanzó a haber preocupación, pues el equipo azul le dio mucho espacio. Afortunadamente sus ataques no fueron efectivos. Sobre el final del partido con la entrada de Villagra y Estrada el equipo azul tuvo cómo ganar el juego, pero faltó la puntada final.

Millonarios es quinto en la tabla, y el sábado se viene el partido más esperado.

abril 08, 2007

Sigue la senda ganadora

Esta es una hinchada que sigue demostrando fidelidad partido tras partido, y cada vez más, todo el mundo se sigue convenciendo de la grandeza de la hinchada Millonaria. Era sábado santo, con transmisión por TV, rival con suplentes y clima lluvioso. En situaciones normales, no se esperaría mucha asistencia teniendo en cuenta la gran cantidad de viajeros en semana santa y que la transmisión por rcn quitaría asistencia. Pero no fue así, de nuevo cerca de 25000 personas asistimos a El Campín desafiando todo. Inclusive algunos, como yo, sacrificamos las vacaciones y nos devolvimos a Bogotá un día antes sólo para poder asistir al estadio, sólo para ver al amor de la vida.

Y resultó un partido durísimo, porque el Tolima salió a defenderse cual típico equipo chico que juega en Bogotá. Dos líneas de 4 y contragolpes rápidos buscando el desequilibrio. Tardó mucho Millonarios en encontrar su fútbol vertiginoso, vertical y ofensivo, casi 30 minutos en donde la mejor opción de gol, curiosamente, la tuvo el visitante con un remate al palo del "tigrillo" Castillo.

Ese postazo obligó al cambio de esquema, y así Millonarios pasó de jugar con 3 en el fondo a jugar con 4, pasando a Conde a la lateral izquierda y a Bedoya a jugar como medio de contención. El cambió táctico funcionó porque Millonarios se volcó contra el arco pijao y poco a poco fue inclinando la cancha, haciendo figura al golero rival. Hubo opciones, pero el golero supo ahogar el grito de gol en las tribunas.

Para el segundo tiempo Millonarios empezó aún más ofensivo, generando muchas llegadas de nuevo conjuradas por el arquero, o desviadas en algunos casos -incluso hasta no nos pitaron un penal clarísimo-. Pasaron casi 35 minutos y la desesperación empezó a llegar en la cancha y un poco entre los hinchas. Hasta que luego de un tiro de costado, magistralmente cobrado por Estrada, apareció la cabeza de Villagra para romper el 0 y desatar la locura embajadora. Ya con el gol, el rival abrió sus líneas buscando el empate, pero era inútil. En el último minuto, Villagra es derribado en el área y él mismo se encarga de anotar el segundo por la vía del penal. Marcador justo, marcador merecido, marcador final.

Millonarios ya es cuarto en el campeonato, aunque la diferencia en puntos con los de abajo está bien apretada. Por esto, es indispensable el miércoles traer un buen resultado de la siempre difícil plaza de Barranquilla este miércoles, para recibir el sábado con todas las energías a los putos de Nacional, en una nueva edición del superclásico del fútbol Colombiano.

abril 01, 2007

... y perdieron hasta su "santa fe"

¿Hay alguna hinchada en el fútbol colombiano más amarga que la del independiente santa fe? Hoy una vez más ellos mismos volvieron a demostrar que más amargos que ellos no hay nadie. Venían de ganar cuatro partidos en línea y con todo y eso y tal como lo pronostiqué en la entrada anterior con la previa, hoy de nuevo no llenaron su parte, no fueron. De nuevo Millonarios llevó más gente (en términos de porcentajes, 65-35), de nuevo hubo un hueco enorme en Oriental-Sur, de nuevo la gente de Millonarios en Oriental quedó "apiñuzcada". Pero esta vez, en adición a eso, hubo gente de Millonarios con boleta en mano que no pudo entrar al estadio, por la mencionada negligencia -también en la entrada anterior- de los entes encargados de la logística. Aquí tienen que aprender que Santa Fe no merece medio estadio porque no lo llena, ¡¡¡cuántos problemas de acomodación se ahorrarían!!!

Toda la semana no hicieron más que hablar y hablar de más. Desde el lunes ya estaban celebrando una victoria que nunca llegó. Agrandados hasta más no poder, yo opté por dejar hablar. No me imagino las caras de los santafereños hoy, y durante la semana, porque el partido para el que viven durante todo el semestre lo perdieron, con goleada incluida.

Ahora sí, al partido. De entrada, todos pensábamos que Millonarios se íba a ir encima tal como en los partidos anteriores. Pero no fue así, el que salió con todo fue Santa Fe, que durante los primeros 15 minutos tomó el control y arrinconó a Millonarios, que pecó de falta de presión en media cancha, dándole libertad a los creadores rojos. No obstante, en la primera real aproximación de Millonarios, al minuto 16, Estrada es derribado claramente en el área, penal claro, cobra Villagra y a guardar. La primera alegría, que duró poco, porque tres minutos después, Santa fe empató con un remate de media distancia derivado en esa falta de presión en la mitad de la que hablo.

Después de esos tres minutos de goles, el partido cambió en ritmo, y santa fe perdió la profundidad con la que inició. Millonarios se animó a atacar más, y en el primer tiempo varias pelotas de gol que tuvo Telembí fueron bien controladas por el golero rojo, hasta que luego de un choque Castillo tuvo que ser reemplazado por Ervin González, artífice del segundo, a los 41, cuando centró y encontró la cabeza de Villagra. El balón se fue muy lentamente hasta traspasar la línea de gol cardenal y desatar la algarabía en la parcial azul.

El segundo tiempo comenzó mejor de lo esperado, Bedoya recuperó un balón en la mitad, puso el pase a Estrada, que de taco dejó habilitado a Ervin González que eludió al arquero y anotó, de camerino, el 3-1. Todo parecía estar controlado porque aunque Santa Fe tuvo el balón, sus ataques siempre perdieron con la defensa embajadora, y porque más de una vez Millos tuvo cómo liquidar en sendos contragolpes.

Santa Fe aprovechó el único error de la zaga azul en el segundo tiempo para anotar el descuento, definición del gordo Preciado. Durante unos 10 minutos, hubo preocupación, porque Santa Fe se vino con todo, y después de lo que había pasado en el último clásico, cuando ganábamos 2-0 y nos empataron, el recuerdo era inevitable. Además, durante ese lapso la arremetida cardenal fue masiva, y los atacantes azules empezaron a padecer los efectos del cansancio físico, por lo que los ataques ya no eran tan punzantes.

Pero, como papá es papá, a los 30 minutos, la preocupación y la ansiedad se volvieron a convertir en carnaval. Jugada por la derecha, disparo que rebota en un defensor rojo, y "el cabezón" Rodríguez (sí, el cabezón) aprovechó para anotar el cuarto de la noche y ponerle la puntilla al resultado.

Los siguientes 15 minutos fueron la típica constante de todo clásico que gana Millonarios, 25000 personas cantando y saltando al unísono, de la forma como sólo esta hinchada puede. "Hay que saltar, hay que saltar, el que no salte es una puta cardenal", "Millos no tiene marido, Millos no tiene mujer, pero tiene un hijo bobo que se llama santa fe". Todo el mundo se puso de pie y saltó, nadie se quedó sentado, el canto del "ole" no se hizo esperar hasta el pitazo final.

Para resaltar... no entendí qué le dio al central con la tarjeteadera a los jugadores de Millonarios, y con las expulsiones de los dos técnicos. A Osorio lo echa por ¡Salir del banco!, inaudito. Osorio no hizo nada malo ni ilegal y me consta porque estaba ubicado justo en frente del banco millonario. Con Sarmiento fue igual, expulsado sin aparente razón, aunque el cuarto árbitro "lo visitó bastante" durante todo el partido.

Los rojos venían agrandados porque llevaban 4 en linea, y hoy su papá les metió 4 en línea. ahora, 98 VECES MÁS GRANDES, con baile y goleada incluídos.

Algunos no entienden que por más que vayan bien juegan con papá. Ahora, con toda el sábado presentes en el estadio para el partido con Tolima, y en 15 días, el verdadero clásico, contra los putos de Nacional.