Dos puntos que se van
Otra vez la falta de definición actuó en contra de Millonarios, que apenas pudo empatar con el Quindío el día domingo en el estadio El Campín. De nuevo, el equipo azul jugó con muchas lagunas en el primer tiempo y cambió su actitud y mentalidad en el segundo, tal como pasó siete días atrás ante La Equidad. Otra vez Millos empezó perdiendo y tuvo que ir desde abajo para empatar. Otra vez el juez central metió descaradamente la mano en contra de Millos (la foto lo dice todo). Pero esta vez no alcanzó para dar vuelta al resultado.
Millonarios hizo cambios obligados para el partido de hoy. Gerardo Bedoya jugó como lateral izquierdo ante la lesión de Roberto Carlos Cortés. El equipo jugó con dos delanteros (empezaron Martín y Oscar Vanemerak), Estrada inició en el banco y Ciciliano y Cochas fueron los inicialistas. Del primer tiempo no hay mucho para rescatar. Millonarios tuvo la pelota y el manejo, pero fue evidente su falta de profundidad, que no mejóró con la entrada de Telembí por Vanemerak Jr. Los primeros cuarenta minutos se hicieron eternos, Millos no podía llegar y Quindío sólo esperó en su terreno. Sobre los 41 minutos, el central cometió su primera gran equivocación de la tarde: Ciciliano remató de larga distancia, el balón pegó en el horizontal y cruzó la línea de gol. Era gol legítimo, pero ni el árbitro ni el juez de línea de Occidental lo validaron. La respuesta del Quindío fue otro postazo en un rápido contragolpe.
Para el segundo tiempo Mario mandó a Jonathan al campo por Andrés Pérez, buscando generar más riesgo. Lamentablemente, en una desatención Iván Velásquez marcó el 0-1 y el hecho llenó de ansiedad a todos: a los jugadores, al cuerpo técnico y a los hinchas. Iban seis minutos, y desde ahí hasta el final Millonarios se fue con todo en busca del arco contrario. Fueron muchas las aproximaciones, pero también muchos los despilfarros en la última acción de cada jugada. Sobre los 18 minutos del segundo tiempo, Mario arriesgó lo que le quedaba: Sacó a Robayo y envió a Ariel Carreño al campo. El argentino, que portó la camiseta 23, se ubicó por la derecha, y desde ahí hizo desbordes y tiró constantes centros peligrosos siempre buscando a Martín García. Millonarios se quedó sin volantes de marca, y Bedoya era el que sacrificaba en la posición. A los 24 minutos, luego de un centro, Martín García anotó el empate de golpe de cabeza. Quedaban 20 minutos y Millos se fue buscando el gol de la victoria. Martín tuvo dos o tres aproximaciones claras pero increíblemente el balón no entró. En este tiempo de monólogo millonario, de nuevo el juez central hizo su aparición: no pitó un claro penal en contra de Telembí, anuló un legítimo gol de Millonarios por una "supuesta" e inexistente falta contra el arquero quindiano (el portero salió a nada fuera de su área chica, hay un contacto apenas normal y el hombre cae al piso, increíble, sólo él vio falta), dejó que el rival le quemara tiempo en todas partes, permitió que los jugadores visitantes permanecieran en el piso, cortaba el juego cuando Millonarios quería cobrar a riesgo y no dio el tiempo de reposición justo. Así terminó el partido, con una última jugada que parecía iba a ser gol de Millos para victoria sobre la hora tal como pasó con La Equidad.
Millonarios llegó a seis puntos en la tabla, siete por debajo del líder. Jugará el próximo fin de semana de nuevo en casa ante el Pereira. La principal cosa por mejorar, más allá de la falta de definición, es el jugar los primeros tiempos como si fuera sin ganas ni profundidad. Si se quiere, el primer tiempo se desperdició. Y como dato final: Este es el tercer empate consecutivo 1-1 entre Millos y Quindío en Bogotá, desde 2005 no le ganamos a los cafeteros.
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