Mario: muchas gracias de verdad
Llegó a Millonarios después de una catástrofe de resultados que suscitaron la salida anunciada de Martín Lasarte: Un 6-1 vergonzoso en contra en Armenia y luego un 0-3 fatídico el primero de Septiembre de 2007 ante Pasto en El Campín. Tomó al equipo acabado, no solo en la tabla, también en el campo anímico. Debutó la noche del 5 de Septiembre de 2007 en Medellín, enfrentando a Nacional por la segunda fase de la Copa Sudamericana. Una fecha que los colombianos hinchas de la selección recuerdan por el 5-0 a Argentina en el 93, evento que para nosotros pasó a convertirse en segundo plano. El debut de Mario no pudo ser mejor, le regaló a la hinchada la victoria que más nos gusta celebrar: Millonarios ganó 3-2, aún con el arbitro 100% parcializado en contra. Y ocho días después, el 13, Millos terminó de sepultar al equipo antioqueño cuando los dos equipos empataron sin goles en El Campín y el equipo paisa quedó eliminado de la competición, en un golpe doloroso que aún los verdes no olvidan y que significó algo de venganza por el robo que ese equipo hizo a punta de pito en 1989.
Poco a poco empezó a sumar puntos en la tabla y resucitó al equipo, que empezó a pelear por la clasificación cuando muchos lo daban por muerto. Le regaló otro logro más para el recuerdo a la afición cuando estuvo en la banca en la recordada victoria número 100 de Millonarios ante su rival de patio en el clásico capitalino. Fue a Chile y eliminó a Colo Colo, el equipo más grande de ese país, luego de que muchos daban al equipo por eliminado antes de jugar. Estuvo también en la histórica victoria de Millonarios en el mítico estadio Morumbí ante Sao Paulo y su momento de mayor recordación se dio la noche del 24 de Octubre de 2007. Ese día, Millonarios derrotó 2-0 a Sao Paulo y se ubicó entre los cuatro mejores equipos del continente, tengo aún el recuerdo de verlo llorando como un niño pequeño de la emoción cuando terminó el partido. Y no llegó más lejos porque un chileno de apellido Selman no quiso y favoreció al América de México.
Le devolvió a muchos la credibilidad y el sentido de pertenencia por el equipo. Imprimió siempre la mentalidad de pelear siempre los partidos sin importar nada. Le enseñó a muchos la importancia de un clásico y la manera de tomarlo y jugarlo, con él en el banco existía la tranquilidad cuando a la hora de enfrentar a Santa Fe o Nacional se refiere, porque se sabía que los jugadores lo dejaban todo. Sabíamos nosotros que Millonarios podía perder algún partido, pero nunca bajando los brazos. Sintió al equipo que estaba dirigiendo, mucho más que algunos que se sienten muy hinchas y del radio o la televisión no pasan. Fue tanto lo que logró imprimir, que casi que de inmediato se hizo odiar a muerte por todas las hinchadas rivales. Combinó siempre lo profesional con lo pasional, y eso le hizo cometer sus equivocaciones, pero es humano.
Defendió a muerte sus colores, tal como cuando fue jugador. Su sueño es el de sacar al equipo campeón y retomarlo por el camino del bien, ese que los enemigos del equipo (algunos incluso continúan adentro) le hicieron perder. Daba gusto escuchar sus declaraciones cada vez que el equipo fue tumbando rivales en la copa Sudamericana. Y defendió tanto estos colores y este escudo que no aguantó las porquerías que vivió y habló de más, lo que le costó su salida del equipo.
Más allá de los resultados, los hinchas jamás olvidaremos que Mario tuvo la valentía de hablar y no se dejó. Nunca se dejó de los comentarios malintencionados de la prensa enemiga y respondió, ganándose así el odio y la crítica fuerte de ellos, los que detestan que Millos ande bien y están detrás de un micrófono o teclado. Habló lo que otros técnicos como Fernando Castro y Juan Carlos Osorio ya habían mencionado a medias: Salió a los medios y contó la historia por dentro, la de los enemigos del club que quieren acabarlo a costa de beneficios personales. Eso, a la larga y lamentablemente, fue lo que le costó el puesto. Su última victoria fue un magistral 3-1 al América de Cali.
No aguantó que un árbitro favoreciera a Santa Fe y por reclamar (si, reclamar y nada más) se ganó una sanción drástica, debido a la clara persecución que hay contra Millonarios, patrocinada por los enemigos en los micrófonos y por los de adentro, que aprovecharon la situación para hundirlo más con declaraciones politiqueras en los medios. Días después, un arrebato en Pasto que costó otra sanción drástica, ridícula y exagerada fue la preparación de lo esperado por muchos. La derrota del pasado domingo en casa con Chicó, en el único partido en que Millos no lució ni luchó de toda su era como entrenador (curioso) precipitó su salida y, con ella, la tranquilidad para los enemigos del club.
Nunca pasó de héroe a villano, esas son payasadas de algunos. Muchos -los que no les convenía que fuera el técnico del equipo más grande del país, al que están desangrando- querían su salida y por sus declaraciones, sanciones y demás ésta se dio. Es curioso que el último sábado no estuvo en la práctica del equipo, justo el mismo día que uno de los directivos organizó una piñata en la sede de entrenamiento para su hijo.
Mario: esta hinchada recordará siempre el que ojalá sea su primer y no último ciclo como entrenador en Millonarios. Esta hinchada recuerda cada victoria vivida. Pero sobre todo, esta hinchada recuerda su lucha contra los enemigos del club, los de afuera pero sobre todo los de adentro, esos que hoy están de plácemes por su salida porque tienen vía libre para seguir haciendo de las suyas con el club y jugando con los sentimientos de cada uno de nosotros, los que de verdad amamos a Millonarios.
Muchas gracias Mario, un ídolo de verdad. Yo estoy convencido de que pronto volverá al banco embajador, para culminar su sueño, el mismo de todos los hinchas, el mismo que desde adentro algunos quieren a toda costa evitar.
1 comentario:
Creo que por primera vez en mucho tiempo, hay mucha gente que piensa que Mario debería haber seguido en el equipo. Esta mañana me levanté con la ilusión de que dijeran en las noticias que lo habían reintegrado, pero parece que eso no va a pasar... Desde acá, gracias Mario.
(A Mechu, felicitiaciones por el blog... Si quieren revivir los momentos que nos hizo pasar Vanemerack, los invito a leerme. http://cronicasdeestadio.blogspot.com)
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