abril 03, 2008

1, 2, 3... Ciciliano otra vez

Noche majestuosa, noche excelente. Millonarios no se dejó doblegar por el baldado de agua fría que representó recibir un gol a los veinte segundos de juego y terminó superando ampliamente en El Campín a un América de Cali que complicó y lució durísimo en el primer tiempo, pero que terminó caído física y anímicamente en el segundo tiempo ante casi 40 mil espectadores. Ricardo Ciciliano anotó los tres goles de los azules. Justo y merecido.

Desde la espectacular salida con humo, papel y rollos en todas las tribunas se presagiaba que la del miércoles 2 de abril sería una noche distinta. Ya atrás había quedado el guayabo de los previos empates con sabor a derrota ante los dos rivales más significativos de la hinchada. América, catalogado por algunos como "equipo grande" (no comparto) y equipo con que los hinchas azules de 30 años hacia arriba tienen una rivalidad aparte, era el siguiente rival, y los cuatro puntos perdidos en las últimas confrontaciones, sumados a los puntos dejados en el camino en las fechas anteriores, obligaban a los Millonarios a sacar la victoria como fuera para no salir de los ocho clasificados. Para este encuentro, Vanemerak optó por dejar a Cochas en la banca por la norma del juvenil, y Alex Díaz regresó a la alineación titular para jugar el que fuera el mejor partido del año de él. El comienzo no era alentador: América sacó en media cancha y en veinte segundos anotó el primer gol del partido por intermedio de Ramos. Algunos ni siquiera se habían alcanzado a acomodar y Millos perdía 0-1. Afortunadamente, la reacción embajadora no se hizo esperar y la ventaja visitante solamente duró cuatro minutos. En el minuto 5 Jonathan puso un pase al vacío, los defensas visitantes intentaron dar el paso al frente y causar la trampa del fuera de juego, pero fueron lentos, y Carreño y Ciciliano aparecieron totalmente habilitados en el área. El argentino remató, el golero salvó y Ciciliano, quien lucía la cinta de capitán, aprovechó el rebote para sentenciar el empate. Esa fue, en el fondo, la clave del partido. Lo mejor que pudo pasar fue haber empatado rápido, no hubo tiempo para la desesperación.

Y después del empate Millonarios se fue con todo, y entre Ciciliano, Díaz, Estrada y Carreño, los embajadores poco a poco fueron inclinando la cancha a su favor. Fue así como llegó el segundo de la noche: jugada por izquierda, pase profundo a Díaz que amagó y metió un excelente Centro, Carreño recibió y con el pecho le dejó el balón a ciciliano quien remató perfecto desde fuera del área para batir por segunda vez al portero americano, corrían 16 minutos y Millonarios ya había dado vuelta al marcador con total merecimiento. Para entonces Millonarios seguía arremetiendo. Carreño, a pesar de estar pasado de revoluciones y ganarse una tarjeta amarilla por ello, tenía desconcertados a todos los defensas de camisa roja. ciciliano siguió haciendo los cambios de frente perfectos y Estrada y Díaz se juntaban para generar mucho peligro. Hasta que llegó el minuto 24, cuando en una jugada de otro partido Efraín cortéz y Luis Tejada, el panameño, salieron expulsados. Y ese momento fue negativo para Millonarios. América se fue con todo y Cuadrado se convirtió en figura al salvar tres pelotas clarísimas de gol que tuvo la visita. América se juntó mucho por zona derecha -izquierda azul- en donde con mucho toque lograron desesperar por momentos a la zaga embajadora. Fue ahí cuando Vanemerak hizo su primer cambio: envió a Asprilla y sacrificó a Díaz, ovacionado por la gente. Con el cambio el ataque ofensivo de la visita disminuyó, aunque el equipo rojo siguió metiendo a Millonarios en su terreno, y el equipo azul así mismo perdió en profundidad.

Para el segundo tiempo la propuesta de Millonarios en el arranque fue controlar el partido pero con la pelota. Ya los errores cometidos el pasado sábado en Medellín que costaron la victoria sobre el final estaban más que aprendidos. Y Millonarios, a punta de toque y cambios de frente, fue quemando físicamente al rival. América por momentos tenía la pelota, pero era inofensivo, como un niño recién nacido. Andrés Pérez se convirtió en hombre importante en la mitad de la cancha quitando balones, pero fallaba después al momento de poder generar contragolpes letales que fallaban. Fue el momento en el que Vanemerak hizo uso de su segundo cambio: Envió a Cochas y sacó a Estrada, quien un minuto antes de su salida había generado por izquierda una clara opción de gol. Aun con el rival teniendo el balón, en la tribuna había tranquilidad, ya que si América llegó con peligro una vez al arco azul fue mucho. Faltaba un cambio, y estaba más que cantado: Carreño ya estaba fundido fisicamente y en su lugar ingresó Martín, regresando después de la lesión que sufrió ante Santa Fe. Y Martín fue la pieza fundamental para sepultar al equipo de cali cuando quedaban ocho minutos: Saque largo de Cuadrado, carrera de Martín por izquierda, pase a cochas, quien a su vez habilitó a Ciciliano que con fuerte remate derrumbó a cuanta camiseta roja estaba en el estadio: 3-1, tres de Ciciliano, el capitán de este barco azul que navegó a su antojo por El Campín esta noche.

Lo que vino después fue el pase, el toque, el grito de "ole" de los más de 30 mil hinchas azules en las gradas una y otra vez, el deleite, los cantos, las sonrisas. Y mientras los azules le daban un concierto de pases y un curso intensivo de paternidad al rival, los rojos lucían apagados y contando los segundos para que Albert Duarte finalizara el partido. Inclusive, Martín tuvo el cuarto luego de partir habilitado en un pase al vacío y tener al frente solamente al golero Berbia. Lamentablemente, su definición estuvo lejos de ser buena y el balón se fue lejos del arco. Terminó el partido y al mismo tiempo se sintió la ovación generalizada para con todos los miembros del equipo, que dejaron claro que aprendieron de los errores de los dos partidos anteriores, que ganaron con total justicia y que demostraron que Millonarios está para pelear grandes cosas. Con la victoria, Millonarios ascendió al sexto lugar de la tabla y visitará el próximo domingo al Pasto a las 3:30 PM.

Algunos creen que lo tienen todo asegurado y se sienten grandes por ganar una copa amistosa de pretemporada que no quita ni pone. Los partidos que valen, los de la verdadera estadística, son los partidos oficiales. Por eso es que Millos es el papá y los demás son todos sus hijos.

1 comentario:

Daniel Mora dijo...

Felicitaciones. A veces nos toca perder. Pero el futbol es eso ganar y perder. Y pues el que gana es el que goza.

Saludos de un hincha americano en Puerto Rico.