Sin saber que decir...
Después del trago amargo que significó el bochornoso partido del jueves anterior, se venía el Cali, rival histórico de los Millonarios de siempre, y partido que alguna vez fue considerado el clásico nacional de Colombia. Tremenda fue la sorpresa, después de un muy buen primer tiempo en el que el equipo azul se fue en ventaja, fue dinámico e hizo ver muy mal al rival, ver el segundo tiempo tan maldito, tan increíble, tan desastroso, que terminó dejando al Cali ganador 2-1.
Es inconcebible ver como un equipo grande deja que en su casa le volteen un resultado. Es inconcebible ver la actitud de algunos jugadores para con el compromiso con el club. Es inconcebible ver a algunos hinchas puteando a los que no son. Es totalmente inconcebible perder así. Ya es más que notorio: estamos malditos. Hay una maldición que cae sobre nuestro equipo, así como hay un culpable con nombre propio: Luis Augusto García.
Hablar del primer tiempo es recordar lo bonito de la noche. A un Millonarios distinto totalmente del equipo que perdió el jueves, a un equipo agresivo que hizo ver muy mal al rival. Tan bien jugaba el equipo que el Cali parecía un equipo chico más. Era meritorio el gol, era justo, y llegó cinco minutos antes de finalizar el periodo inicial, buen quiebre y mejor remate de Quintero para batir a Óscar Córdoba.
Hablar del segundo tiempo es hablar de la suma de males y colmos. Es recordar el gol de Bolognesi el jueves anterior, porque el empate del Cali fue una jugada idéntica: Centro desde la derecha y cabezazo anticipando la marca. Es recordar que a los nuestros les falta jerarquía: Ciciliano jugó bien mientras estuvo en la cancha, pero falló un penal claro sobre Falucho Silva -quien en lo personal me dejó una buena impresión- al cobrar timidamente a la izquierda del portero rival que atajó sin problemas. Después de eso el equipo se perdió por el bajón sicológico y nunca se pudo recuperar. Es recordar que siempre en los momentos de presión llegan los grandes errores: Lasarte se equivocó drásticamente en los cambios: sacó a Ciciliano por Ervin cuando debía salir Robayo en un cambio que nadie entendió y Millos perdió llegada, y minutos después metió a Zapata como la "posible solución" estando Jonathan en el banco, ¡de no creer! Es recordar viejos exjugadores: El segundo gol del Cali es de la autoría de José Cuadrado, quien ahora optó por andar adelantado al mejor estilo de Henao y comerse goles por esa razón, así lo vacunó el DIM 7 días atrás, y así lo volvió a vacunar el Cali hoy. Y es recordar que algunos obtusos no ven las cosas como son: Los comandos la cogieron contra Ciciliano por el penal errado; obviamente de haberlo convertido la historia sería distinta, pero se olvidaron de quien fue el mejor jugador de Millonarios en el partido.
Soy creyente de una filosofía: El hincha de Millos no putea a sus guerreros. Solo que hay excepciones, y una de ellas es el presente azul. Tres derrotas en línea, falta absurda de definición, panorama complicado. Yo no puteé, yo me lo aguanté hacia mis adentros... pero muchos no pudieron, y si hoy putearon es entendible (Todo menos lo de Ciciliano, válgame Dios).
¿Qué viene ahora? Bueno, partido el sábado en la difícil plaza de Cúcuta y después el actual líder del torneo: Once Caldas. Pero más allá del calendario, lo que debe venir es una reconsideración gigante del grupo. Porque lo del jueves pasado es desastroso y lo de hoy es
lamentable. Y aquí estamos hablando de Millonarios, el equipo más grande de Colombia, en donde estas situaciones son simplemente inadmisibles. Pero con todo y eso, este servidor, así como muchos de los hinchas de Millonarios, no bajaremos los brazos ni nos ausentaremos de las tribunas. ¡Siempre presentes, en las buenas y en las malas!
Bogotá está cumpliendo 469 años, y Millonarios no pudo darle un regalo acorde a su grandeza. Qué pesar...
PD: Si hay un culpable detrás de todo esto, y los largos años de sequía, es Luis Augusto "Chiqui" García. Mercenario, ladrón, acomodado, quien aprovecha notoriamente su poder accionario para hacer de las suyas dentro de la institución buscando beneficios personales y, tras del hecho, santafereño. Afortunadamente cada vez son más los hinchas que se dan cuenta de sus fechorías y hoy ya la voz de protesta se hizo sentir más. Fue el más puteado de la noche y con justa razón. Lo mejor que podría pasarle a Millonarios, es que este señor se largue de una buena vez.
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