mayo 18, 2008

Triste final

Dice un refrán futbolrero que "equipo que juega a empatar pierde". Hoy Envigado salió al campo de juego del parque estadio a empatar... y ganó. Así se resume la última presentación de Millonarios en la copa Mustang I 2008 que sentenció su eliminación triste y vacía. Millos dependía de Millos para clasificar, y Millos perdió y quedó eliminado por culpa de Millos. La displicencia, la ingenuidad, la falta de ideas y, otra vez, los errores desde el banco estuvieron a la orden del día. Perder duele más cuando el rival no muestra absolutamente nada y así sucedió hoy.

Millonarios empezó el partido clasificado en el octavo lugar de la tabla y para el cierre de la jornada terminó décimo y eliminado. Imaginamos todos que el partido iba a ser durísimo, no apto para cardiacos y disputado a muerte. Nos equivocamos. El partido fue malo, se jugó a media máquina, caminando. Por momentos parecía como si el empate estuviera firmado. Envigado llegó con riesgo una vez en el primer tiempo en una salvada compartida entre Blandón y Tovar y no hizo nada más hasta el minuto 92. En Millonarios se salvan Jonathan Estrada -lejos, el mejor de la temporada-, Bedoya y Ciciliano, hasta que a Bónner le dio la "maravillosa" idea de sacarlo del campo. Ni siquiera cuando Quindío pasó a ganar se notó algún cambio en el partido. Parecía un partido amistoso, los dos equipos jugaban a empatar.

No conforme con el partido aburrido, Millonarios nos regaló a todos el festival de la ingenuidad. Posiciones adelantadas sancionadas por ingenuidad como nunca. Envigado repitió la misma estrategia todo el partido: adelantaba su línea defensiva provocando el fuera de juego. Y Millonarios cayó en el juego siempre que los naranjas daban el paso hacia adelante. Hacía mucho tiempo no veía tantos fueras de lugar en un solo partido y por parte de un sólo equipo. Y sabiendo que el rival adelantaba las líneas, en Millonarios nadie supo contrarrestar la estrategia y los jugadores azules siguieron cayendo redonditos.

En el segundo tiempo Envigado fue aún más inofensivo. Su estrategia de jugar a empatar fue maximizada. Millonarios, el equipo de la necesidad, tuvo la pelota pero no fue nada productivo en ataque, pero eso si, siguió cayendo en la trampa del fuera de juego. Después, Bónner quiso ser el técnico de la fecha y envió a Cochas al campo en lugar de Ciciliano. El cambio solamente lo entendió él, porque ninguno de nosotros entendimos porque sacó al 10. Y si Millonarios no tenía productividad ofensiva antes del cambio, después de la salida de Ciciliano fue peor aún. Después mandó al campo a Telembí por Tobar, había que vencer o morir. Pero los resultados tampoco fueron los esperados. Millonarios tuvo la pelota todo el tiempo y arrinconó a Envigado en su territorio, o mejor, Envigado se arrinconó solito y Millonarios no encontró nunca la manera de llegar con riesgo, salvo el centro al área desesperado buscando a Martín o a Astudillo que se dilapidaba o terminaba en fuera de juego. Los últimos minutos mostraron a Envigado quemando tiempo, llevándose el balón a las esquinas del campo para agotar el reloj. Pero en la última jugada del partido una pifia en defensa generó el que fue el único gol del partido anotado por Moreno.

Envigado ganó un partido que claramente no quería ganar. Increíble. Y Millonarios, que dependía de si mismo, no hizo nada por clasificar. Millonarios hoy, más que nunca, debía mostrar casta de equipo grande y sacar su resultado. La gente acompañó y viajó en masa, pero tal como el año pasado en Neiva, el equipo no jugó a nada. Hoy no dependíamos de terceros, hoy dependíamos de nosotros mismos, y terminó en una presentación pobre. Es aquí cuando recordamos la cantidad de puntos perdidos: Con Medellín (un hombre más casi todo el segundo tiempo y perdimos 1-2), con Cali (penal errado de Ciciliano a cinco minutos del final con arquero improvisado), con Tolima (dominio total en el segundo tiempo y falta de definición), con Quindío (empate en Bogotá), con Nacional (empate del equipo verde en la última jugada del partido), con Cúcuta (una historia similar a la de hoy, un rival jugando a nada y ganando en el final del juego casi que sin querer), con Santa Fe (un clásico que Millos se dejó empatar y otro que Bónner regaló).

Y una mención especial para Jonathan Estrada. En medio de la mediocridad del partido y de Millos, fue el jugador diferente, el que corrió cada balón a muerte, el que sí jugó a clasificar. Para este servidor, Jonathan fue el mejor jugador de Millonarios en el semestre. Ojalá a los dirigentes no les de por cederlo a otro club o dejarlo ir.

Es el momento de hacer cambios. De revisar la sumatoria de errores de todo tipo que se cometieron en este semestre y no volverlos a cometer. Hay que moverse con el tema del técnico. Está más que claro que Bónner Mosquera no es técnico para Millonarios y tal como anunció el presidente, hay que traer un técnico de primer nivel. No se pueden cometer los errores en las contrataciones que se hicieron en Enero. No se pueden hacer contrataciones que llegan a mitad de torneo sin ritmo de competencia o con mal estado físico. Ahora el equipo tiene tiempo de sobra para moverse y buscar refuerzos. Los hinchas tenemos vacaciones forzadas por culpa del equipo (aunque la Copa Colombia tiene dos fechas más antes del final del campeonato), pero los directivos se tienen que empezar a mover y no quedarse dormidos.

A un paso

Bastó un gol de penal de Rodrigo Astudillo en el final del primer tiempo y una combinación de resultados para que Millonarios volviera al grupo de los ocho clasificados y quedara a un paso de la clasificación a las semifinales. Lo único que importaba y servía era ganar y así fue. Millos termina el campeonato visitando al Envigado y dependiendo, en primera instancia, de sí mismo para clasificar.

No fue un buen partido, ni para Millonarios ni para el rival. ¿Acaso importa? No, aquí la consigna era ganar, no importaba si era con baile incluido o si el equipo jugaba mal. Lo que interesa, lo que queda, son los resultados. Millonarios empezó con mucho vértigo por la misma necesidad. El equipo llegaba con claridad hasta cuando pisaba el borde del área búcara, y ahí se notó falta de creatividad para terminar los avances ofensivos. Ni el empuje de Martín y Astudillo, ni los cambios de frente de Ciciliano, ni el empuje de Jonathan parecían alcanzar para lograrlo. Bucaramanga optó en el comienzo del primer tiempo por esperar, pero después salió a atacar más, sobre todo por el sector derecho de la defensa azul, en donde Del Risco muchas veces dio ventajas hasta que en su lugar ingresó Tobar. Bucaramanga tuvo la que era hasta entonces la opción más clara del partido en una jugada que casi termina en autogol de Mosquera y que savó muy bien Blandón. Lo mejor que podía pasar era terminar el primer tiempo con ventaja en el marcador, y así, en el minuto 45 se juntaron los que saben, y luego de un gran pase de lujo de Ciciliano, Astudillo recibió en el área y fue derribado cuando trató de quedar mano a mano con el portero. Penal clarísismo que el mismo argentino se encargo de convertir en el 1-0.

El segundo tiempo mostró a Bucaramanga un poco más ambicioso llevado por la necesidad. Millonarios controló el partido a su antojo, y es aquí cuando hay que destacar la labor de Tobar, gigante por su banda, y de Zapata. Así como también hay que destacar el trabajo de los dos volantes de marca: Bedoya y Pérez, este último criticado por muchos hinchas pero que ayer corrió más y jugó bien. Millonarios bajó sus intenciones ofensivas y sobre todo por los dos cambios: Cochas por Astudillo y Carreño por Ciciliano, pero llegó dos veces con mucho riesgo. La primera una gran jugada individual de Estrada que él mismo casi convierte en gol y que fue salvada casi que milagrosamente por el golero rival, y la segunda en un cabezazo que pegó en el horizontal y que después fue invalidada por el central Albert Duarte por una supuesta falta en ataque. Bucaramanga no hizo mucho a pesar de que tuvo la pelota más tiempo. Así llegó el final del partido y el regreso del más grande al grupo de los ocho a falta de una fecha.

Lo más rescatable en el estadio ayer, sin lugar a dudas fue la gente. Se hablaba de protestas pacíficas que empezarían sobre el medio día en la sede administrativa y terminarían en el estadio, cuyo objetivo era no ingresar al estadio. Menos mal esto no pasó. Claro, si llegaron algunos a la sede de Millos con unas cartulinas, pero afortunadamente no fueron más de cien personas. Eso si, en las tribunas había más de 17 mil espectadores, que alentaron. Putearon a los enemigos del club, pero alentaron al equipo. Le cantaron a Millonarios y le cantaron a todas las mamás embajadoras en el mundo. Más de 17 mil personas que entendemos que somos hinchas de Millonarios y no de X o Y jugador o dirigente. Y todo eso se adornó en el segundo tiempo, cuando de todas las tribunas se escuchó el "Porque a Millos lo quiero lo vengo a alentar, en las buenas y en las malas mucho más".

Millonarios llegó a 24 puntos y es octavo, visita al Envigado, rival directo que también ganó pero aún no se clasifica, en el Parque Estadio el próximo domingo. Una victoria dejará al equipo embajador clasificado sin importar otros resultados. Un empate obligaría a esperar que Cúcuta y quindío no ganen, y que Nacional, Bucaramanga y Júnior no ganen por goleada. La derrota obligaría a esperar derrotas de Cúcuta, Quindió, Nacional, Bucaramanga y Júnior, y este último tendría que golear en esta eventualidad.

Para terminar, LosMillonarios.net desea a todas las mamás embajadoras lo mejor en su día.

Sigue viva la ilusión

Millonarios logró su primer triunfo del año por fuera de Bogotá y siguió con vida en el campeonato. Aunque el equipo sigue por fuera de los ocho clasificados, depende de si mismo para obtener el pase a la fase semifinal. Más allá del resultado y la gratificante victoria fuera de la capital (situación que no sucedía desde la memorable victoria en Morumbí), el equipo mostró una cara totalmente distinta a la mostrada en el clásico y pudo haberse ido con el marcador más abultado.

La confianza estaba alta incluso desde antes del pitazo inicial, cuando se supo la alineación titular. Volvió Martín como inicialista, por fin Astudillo inició como titular, volvió Robayo al medio campo sentando a Andrés Pérez, salió Rojas. No fue porque salió escrito en LosMillonarios.net, ni porque lo haya escrito fulano en un periódico o lo haya dicho sutano en la radio o TV. Era simple sentido común. Bónner Mosquera tuvo que, literalmente, regalar el clásico con enormes errores de alineación para darse cuenta de lo que ya sabíamos todos. La base del equipo ya estaba y él, por un capricho, la modificó. Hoy otra vez esa base volvió y el resultado fue el esperado. Es totalmente claro que Martín García, con sus limitaciones y lo que quieran, y Astudillo son mucho más que Briceño así jueguen enfermos. Es claro que Robayo hoy es más que Andrés Pérez, y el volante se encargó de demostrarlo: hoy fue la figura indiscutida en Manizales. Mención especial para Luis Del Risco, quien hoy ofició como lateral derecho para cumplir la norma. Estuvo unos diez o doce minutos en el campo, hizo buenos pases y dejó buena impresión. Lo reemplazó Tobar, que lejos es más que Gustavo Rojas.

Y con la nómina base en el campo y el notable cambio de mentalidad, Millonarios desde el minuto inicial se fue en búsqueda del triunfo y a los cincuenta segundos el arquero local salvó a su equipo del primero luego de un remate de Estrada. Y cuatro minutos después el mismo Jonathan centró a la cabeza de Martín que liquidó con un buen cabezazo y ahora si fue el primero. Caldas tomó el balón pero lució inofensivo y falto de ideas. Millonarios esperó y buscó atacar con la contra. Robayo fue impasable en la mitad y Astudillo y Martín tuvieron sendas llegadas para aumentar la pizarra. Caldas no llegó con mucho riesgo y cuando lo hizo la zona defensiva estuvo muy atenta. No fue fácil jugar porque el estado del campo de juego era lamentable, pero con todo y eso Millos controló el partido a su antojo.

El segundo tiempo no pudo ser mejor para Millos, apenas a los diez minutos, un buen pivoteo de Martín dejó a Astudillo con la posibilidad, el argentino remató y aunque el portero controló en primera instancia, dejó el rebote para que Ciciliano empujara el segundo y le diera aún más tranquilidad al equipo. El Caldas se fue con todo y ahí entró la figura de Blandón, que fue exigido y respondió como un grande. Si de algo estamos seguros, es que en el arco tenemos a dos grandes. Y los jugadores de ataque sintieron el cansancio físico y bajaron las revoluciones, sólo por eso fue que Millonarios no anotó más goles, más cuando el equipo local se quedó con dos jugadores menos por las justas expulsiones de Fano y Palacio. Y eso hubiera sido aún mejor para aumentar la diferencia de goles, que hoy quedó en 0.

Millonarios llegó a 21 puntos y depende de si mismo para clasificar. Ganando los dos partidos que quedan Millos está adentro sin importar otros resultados. Bucaramanga es el próximo escollo el sábado, y ya Bónner sabe cual es la nómina base para afrontarlo, sólo falta que regrese Carreño. Jugando como hoy en Manizales, Millonarios clasifica sin problemas. Jugando como el clásico, no hay mucho que hacer. Por eso, insisto, Millos depende de Millos.

PD: La victoria, por más gratificante que sea, no puede ocultar lo evidente. Una victoria no puede hacernos olvidar que el cáncer de Millonarios sigue adentro.

PD2: LosMillonarios.net rechaza tajantemente las iniciativas que en blogs, foros y páginas de comunidad se están haciendo para invitar a la gente a no asistir al estadio el sábado como protesta. Al estadio nunca hay que faltar.