...y pudo ser peor
América de Cali ganó hoy por la mínima. El equipo caleño sufrió para derrotar a un equipo que lució falto de creatividad, repetitivo, sin sorpresa, sin ataque. Aunque es cierto que el juez central y, sobre todo, el juez de línea de Oriental influyeron en el resultado, no podemos estar cegados ni conformistas: Millonarios jugó un segundo tiempo horrible en Cali y no perdió por una mayor diferencia porque entre Óscar Córdoba y los palos ayudaron a que el América sufriera para derrotarlo cuando tuvo todo para pasarlo por encima lejos.
Otra vez, el empuje de Millonarios duró quince minutos, tiempo en el cual alcanzó a fabricar una opción de gol clara con Tejada que se fue cerca del segundo palo del arquero. Después América reaccionó, y aunque Millonarios tácticamente lo hacía todo bien en defensa, el equipo caleño asustó con un remate de Parra que parecía inofensivo y terminó golpeando el vertical. No fue mucho más lo que pasó en el primer tiempo. Millonarios jugó a defenderse con un muy buen orden táctico y salía al ataque cuando podía pero llegaba hasta tres cuartos de cancha. Muy buen trabajo de Ómar Vásquez en la zona creativa cumpliendo con la norma del juvenil.
Para el segundo tiempo ingresó Jonathan por Vásquez, pero otra vez estuvo desdibujado. Si en el primer tiempo Millonarios había controlado muy buen los ataques del equipo rojo de Cali, el segundo tiempo fue una cosa totalmente distinta. Desde el primer minuto el local se fue con todo. Aprovechó muy bien sus laterales y la media distancia, y cada llegada de los rojos era un peligro inminente. El poste salvó otra vez a Millos, y Córdoba se fue erigiendo poco a poco y llegada tras llegada como la figura del compromiso. Además, para el América todo era más fácil: Los ataques de Millonarios eran repetitivos y fáciles de conjurar.
Cuando iban 25 minutos del segundo tiempo hizo su aparición el central Jorge Ramírez, quien un año atrás con los mismos equipos jugando en la misma ciudad validó un gol ilegítimo de los rojos y pitó un penal inexistente. Esta vez, tuvo que incidir tras expulsar injustamente a Mauricio Casierra. Fue una jugada en la que el lateral fue a cortar un avance, fue al balón, pero el rival cayó aparatoso. No era falta pero, de serlo, no era para amarilla, y Ramírez le sacó la roja. El cambio obligó a Quintabani a meter a Miguel Rojas por Érvin, que se cansó de llevar la pelota a tres cuartos de cancha para luego devolverse. Dos minutos después, una jugada lícita que terminó en gol de tejada fue invalidada por el asistente de Oriental por fuera de lugar inexistente, pues el panameño había partido por lo menos dos metros atras del último defensor rojo. A once minutos del final, América se juntó por la izquierda, lugar por donde llegó cada vez que quiso en todo el segundo tiempo. Armero recibió libre, Asprilla no estaba cerca y el jugador rojo tuvo todo el tiempo del mundo para centrar justo a la cabeza de Ramos, quien liquidó a Córdoba y rompió el cero.
Después del gol, América pudo haber anotado más. Millonarios tenía inferioridad numérica y además tenía inferioridad futbolística. El línea de Oriental volvió a señalar posiciones adelantadas inexistentes en contra de los nuestros, y Córdoba seguía consolidándose sacando todo lo que le tiraban. Afortunadamente el rojo de Cali no anotó más, porque hoy Millonarios y América tienen los mismos puntos pero el azul gana la posición por un gol de diferencia, uno de los que salvó Córdoba o pegó en los postes. Después de un primer tiempo muy bueno en el que el equipo azul jugó muy ordenado, en el segundo tiempo, simplemente, Millonarios no estuvo.
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