Tres golazos y una fiesta
Esta es una de esas noches fenomenales que da la vida. Bàsicamente, si el juez central no hubiera metido la mano descaradamente para tratar de ayudar en algo al Tolima, hubiera sido una noche perfecta en todo. Millonarios ganò, gustò y goleò, marcha temporalmente como lìder del campeonato y tiene a todos sus hinchas dichosos y esperanzados. Algunos diràn que van cuatro fechas y que falta mucho camino. Tienen razòn, pero eso no nos quita la alegrìa y ser primeros es ser primeros.
Venìa el Tolima lìder del torneo, la gente, motivada por la ùltima victoria ante La Equidad y por el buen trabajo colectivo del equipo, asistiò en masa al estadio. Aproximadamente 25 mil personas, aproximadamente el mismo nùmero de espectadores que dos dìas atràs, cuando vino el Real Madrid a Bogotà a jugar contra otro equipo bogotano que anunciò una fiesta y terminò haciendo el ridìculo como siempre (si no son capaces de llenar el estadio contra el Real Madrid, no lo llenan contra nadie màs). Y la gente llegò al estadio buscando celebrar y asì fue, con tres golazos de factura, con un partido redondo del que Millonarios fue amo y señor desde el inicio y hasta el final, y que no terminò con un marcador màs abultado simplemente porque Millonarios bajò las revoluciones cuando quiso.
Tardamos solamente nueve minutos en explotar de alegrìa. Millonarios saliò con todo y justo a los nueve minutos, en un tiro libre indirecto, Milton le tocò la pelota a Hurtado, el balòn se fue un poco largo y los pijaos de la barrera salieron a atacar con todo, parecìa una opciòn perdida, pero el ecuatoriano, hoy capitàn de campo, fue màs inteligente y fue por la pelota, eludiò con un regate a un jugador y sacò un derechazo tremendo e inatajable: golazo y delirio.
A partir de ahì el Tolima quiso salir màs al ataque, aprovechò los costados con Mejìa, el juvenil, para tirar centros al àrea azul porque los dos laterales embajadores jugaban muy adelantados. No fue mucho lo que pudo hacer, todo cuanto pasaba por el àrea azul era rechazado sin contemplaciones por los centrales, Cuadrado era un espectador màs. Sobre los 30 minutos, Robayo emulò a Hurtado, y otra vez por la derecha empalmò otro brillante remate de larga distancia que hizo un gran efecto en el aire y dejò quieto y sin oportunidades al portero rival: dos golazos y una sola fiesta.
Despuès el Tolima lo hizo todo màs fàcil: saliò Mejìa, el ùnico que inquietaba a la defensa azul, e ingresò en su lugar Medina, quien durò pocos minutos en el campo tras salir expulsado luego de pegarle a Casierra. Sobre el final del primer tiempo Millonarios pudo anotar el tercero, luego de una combinaciòn entre Castro y Araùjo que dejò a èste ùltimo en posiciòn de anotar pero su remate fue dèbil.
El segundo tiempo mostrò a un Millonarios que saliò con todo pero que con el paso de los minutos fue enfriando el partido. El Tolima se mostraba màs limitado, y daba la impresiòn de que jugaba a evitar màs goles para no padecer una catàstrofe. Millonarios era el que controlaba los tiempos, cuando querìa aceleraba y cuando no le daba pausa al partido. A los 19 minutos del complemento el Tolima se acercò por primera vez con riesgo luego de una tijera fuera muy bien salvada por Cuadrado y enviada al còrner. Y un minuto despuès, en ese tiro de esquina, el central pitò un penal por un supuesto forcejeo en el àrea, un forcejeo como los que hay siempre en todos los partidos de fùtbol del planeta y que si fuera por eso se pitarìan mil penales por juego. Era la ùnica forma de que el Tolima volviera al partido, Marangoni cobrò y anotò el descuento.
Pero las esperanzas de los tolimenses de volver al partido no duraron mucho. Fueron solamente dos minutos, porque en una falta fuera del àrea, Milton Rodrìguez se encargò de sentenciar con un buen cobro al palo del arquero y sentenciar el partido. Cuarto gol de Milton en igual nùmero de partidos jugados, lo que mantiene al vallevaucano en el liderato de la tabla de goleadores del campeonato.
Lo que vino despuès fue el concierto de toques azules, el jùbilo de la gente y la felicidad. Mauricio Mendoza tuvo el cuarto, pero hizo una de màs. Sendos remates de Araujo, Casierra y Robayo pudieron tambièn significar un gol màs, pero el portero visitante estuvo atento. El Tolima solamente llegò una vez màs con riesgo en un tiro mordido de Perlaza que salvò muy bien Cuadrado.
Es cierto, van apenas cuatro partidos y quedan catorce. Es cierto, tenemos nueve puntos apenas y para clasificar falta mucho todavìa. Pero tambièn es cierto que desde 2005 Millonarios no era puntero en el todos contra todos y que tenemos derecho a celebrar este buen arranque de campeonato promisorio, porque el equipo no solamente gana, tambièn gusta y deleita a su hinchada.
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