septiembre 21, 2008

Impotencia

Un infortunio de Óscar Córdoba en el último minuto del partido le dio a Santa Fe la victoria sobre Millonarios en el clásico capitalino. No fue un buen partido, los dos equipos lucharon pero no jugaron. El empate estaba casi que firmado y un error desequilibró la balanza a favor del equipo rojo. Pitó Wilmar Roldán, que con su pésima presentación perjudicó claramente a Millonarios no solamente en la noche del sábado, también perjudicó al equipo en la siguiente fecha ante Nacional y posiblemente ante el América también. La verdad no se sabe que es lo que deja mayor sinsabor: Si es perder en el último minuto contra un rival que hizo menos por el partido, o si es la impotencia al ver un arbitraje tan malo y perjudicial, y no poder hacer nada para evitarlo; o el nivel general del equipo que difirió totalmente de las anteriores presentaciones.

Antes de todo, vamos a los antecedentes: Para la final del campeonato anterior, Wilmar Roldán fue designado para pitar el partido de ida entre el América de Cali y el Chicó en el Pascual Guerrero. Ese día, en el último minuto y con el juego empatado, Chicó avanzó y su jugada terminó en gol, pero Roldán lo invalidó argumentando que "ya se había terminado el tiempo". Se notó mucho que no quería que el América se fuera perdedor en casa, sintió miedo, falta de identidad. Afortunadamente para el fútbol, Chicó quedó campeón después, por lo que su "error" no manchó el desenlace del torneo y el campeonato justo del equipo ajedrezado. Por este error, la comisión decidió sancionarlo internamente, nadie supo cual fue la sanción, pero dio mala espina cuando vimos que había sido designado para el clásico. No puede ser que un árbitro que comete estos errores sea designado para un partido clase A.

Ahora si, al partido. El Campín se vistió de gala. El 80% del estadio era azul y el 20% restante rojo. Con todo y esto, y con gente de Santa Fe quejándose porque era "injusto" que no les dieran la mitad del estadio, en la parte asignada a Santa Fe en todas las tribunas quedaron huecos. Ni el 20% del estadio llenaron, que sirva esto de enseñanza a todos los que pedían 50-50 cuando no llenan ni un 20. Ojalá lo del sábado sirva de precedente para todos los clásicos en los que Millos sea local de aquí en adelante.

Un sinnúmero de banderas aparecieron en Oriental y Occidental. El banderazo se vivió por todo lo alto, a pesar de que en la tribuna Norte no se podían ingresar elementos para la fiesta. La salida de Millos fue monumental, no solo por las banderas, también por el humo y el papel picado. Como en Occidental Sur había huecos, en Occidental Norte había un sobrecupo impresionante (mucho hincha de millos con boleta y sin puesto, porque los santafereños no llenaron su parte).

Millonarios arrancó con todo de la mano de Bedoya y Estrada. Millonarios era el único que buscaba el partido, Santa Fe se acercaba hasta tres cuartos de cancha esporádicamente sin hacer daño. Leo Castro tuvo la mejor opción para liquidar cuando quedó mano a mano con Julio, pero se apresuró y su remate se fue alto. Al minuto 22 la historia del clásico cambió. Bernal agredió a Robayo y Roldán lo expulsó. Fue entonces cuando bolillo y su combo empezaron a presionar a Roldán para que expulsara a alguien y el árbitro, miedoso, mediocre, sin pantalones ni identidad, expulsó a Robayo argumentando quien sabe que cosa. Nunca pudimos entender cual fue la razón. Y con esto, Millonarios perdió más. Santa Fe perdió un jugador del montón, Millonarios perdió al mejor volante mixto que hay actualmente en el medio. Y peor, lo perdió también contra Nacional el miércoles, y tal vez con América, conociendo las resoluciones de sanciones que siempre miden a Millos con otro rasero.

Y con el incidente, pasó lo que muchos presentíamos, los hinchas de Santa Fe ubicados en la tribuna sur empezaron a destruir la silletería deliberadamente. Lo peor, es que Millos es quien debe pagar por esto. Y después preguntan por qué las boletas de Santa fe eran más costosas y se quejan.

Santa fe aprovechó el hueco en la media cancha para adueñarse de la pelota, pero seguía siendo inofensivo. Millonarios siguió apostando al balón largo por los costados con Estrada, Castro y Milton, aprovechando los saques largos de Córdoba que se convertían en pases de gol, pero entrando al área los ataques eran bien conjurados por la zaga cardenal. Al minuto 27, Miguel Rojas cayó derribado en el área, era penal claro, pero otra vez Roldán, otra vez mediocre, otra vez sin pantalones, otra vez sin identidad, pitó una inexistente "falta en ataque" cuando parecía decidido a pitar el penal.

No pasó mucho después, el partido se emparejó en la mitad y ambos equipos lucharon más de lo que jugaron. Al finalizar el primer tiempo, el equipo salió ovacionado y aplaudido.

Para el segundo tiempo, Quintabani mandó a Tejada y Mera. El primero sustituyó a Castro pero no tuvo una buena noche. el segundo ingresó por Araújo para ser lateral por derecha y Miguel Rojas pasó a hacer la labor de Robayo. Si bien la labor defensiva de Mera fue positiva, en ataque no aportó mucho. El segundo tiempo fue igual, muy parejo, muy luchado, pocas llegadas claras. Santa Fe optó por la media distancia, pero sus remates no eran nada del otro mundo. En Millonarios se perdió el flujo en la mitad del campo y cuando el equipo llegaba al área contraria era por un pelotazo largo buscando a Tejada y Milton. Jonathan Estrada sintió mucho el sacrificio de cubrir el puesto de Robayo y se desgastó mucho físicamente.

Sobre los minutos finales Millonarios lo tuvo, primero con un remate de Milton que se fue muy cerca del segundo palo y después con otro remate dentro del área que salvó -o mejor, se encontró- Julio. El empate parecía firmado, hasta la última jugada. Remate desde fuera del área que parecía fácil, Córdoba, que hasta ahí lo había hecho todo bien, se complicó y el balón golpeó su cara y dejó rebote, la defensa se quedó dormida y Valoyes liquidó. Dio la sensación que el delantero se ayudó con la mano, pero Roldán no iba a pitar nada distinto al gol. El desespero y la impotencia se adueñaron de los hinchas, que de inmediato empezaron a pedir a Cuadrado. Córdoba pasó de héroe a villano en un segundo, el último segundo.

Millonarios perdió los últimos dos partidos y con esto dejó acercar al lote de la media tabla. Por segunda ocasión consecutiva el equipo se fue en blanco después de caracterizarse por anotar. El siguiente partido es el partido, lo de Santa Fe ya pasó, la diferencia estdística sigue siendo larga. Con Nacional es a muerte y no puede haber márgen de error.

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