Gracias Oscar Julián...
Muy buena presentación. Es lo primero que quiero escribir sobre Millonarios luego de caer ante el Medellín en tierra paisa. Independientemente del resultado, adverso gracias a dos factores pimordiales: El central y la mala definición, el equipo se mostró muy bien, sobre todo en el segundo tiempo.
Millos empezó atacando, presionando a los rojos en la salida obligándolos a generar el error y aprovechando para llegar con peligro. Así, antes de los primeros 10 minutos Ciciliano y entre Villagra y Telembí tuvieron sendas opciones claras para desequilibrar que fueron despilfarradas. Y dos minutos después llegó el primer gol rojo, un desacierto en la salida de Gonzalo Martínez que regaló la pelota, le tiraron el balón a Morantes y el negro se mandó un golazo de larga distancia colgando a Cuadrado. Error en la salida y en la marca, Faudeville no estuvo para cuidar el medio central.
Millos no bajó la actitud y siguió intentando, pero vino un desacierto garrafal del central Oscar Julián Ruiz, quien ya hasta nos tiene acostumbrados a los hinchas azules por repartirnos tanto pito. Esta vez se inventó un penal de la nada, luego de una jugada fortuita en la que ambos cayeron. Todo el país vio el incidente, el central vio penal. Ese fue el segundo. Y con ese gol los ánimos millonarios se diezmaron, un golpe psicológico.
Tuvo que ser muy bueno el regaño de Lasarte en el medio tiempo, porque la actitud del equipo en el segundo tiempo es de aplaudir. Sin bajar los brazos, con la frente en alto, con garra y convicción, volcando el partido en el arco sur y atacando. Entró Briceño por Villagra que no tuvo un buen partido, el equipo generó opciones, tuvo para descontar, pero en el último esfuerzo de despilfarraban las opciones. Una genial jugada del pequeñín Alex Díaz por izquierda derivó en el penal, magistralmente cobrado por Ciciliano para poner el 2-1. Millos siguió, tuvo más opciones, se falló en la definición, sobre todo con la entrada de Ervin. Y precísamente a Ervin le cometieron una falta clara, clarísima dentro del área, que por supuesto nunca iba a pitar el central. Y en otra jugada del mismo Ervin hubo un forcejeo similar al que el central pitó como penal para el dim, pero claro, esta vez el implicado era Millos... ¡Cómo la va a pitar!. Obvio, en las dos jugadas el central se hizo el loco, metiendo deliberadamente la mano en el resultado final.
De no ser por la falta de definición, y la mezquina presentación de un central que siempre le da pito a Millonarios, el resultado hubiese sido mejor. De todas maneras, y viendo la actitud del equipo en el segundo tiempo, se puede concluir que estamos para grandes cosas... y que no ha pasado nada.
PD: el jueves con Bolognesi, y el domingo con el Cali, hay que llenar el estadio, no hay excusas...